Cartas al Director

Cuando creían tener todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas

 

“No podemos negociar con aquellos que dicen, 'lo que es mío es mío y lo que es tuyo es negociable”
John F. Kennedy

 

 

 

César Valdeolmillos Alonso | 06.07.2014


Los griegos ya han votado. El resultado ha sido un respaldo abrumador a la política de Alexis Tsipras.

La respuesta del pueblo griego en el referéndum, confirma la tesis de que las masas no se mueven por el análisis razonado y objetivo de los hechos, sino mediante la  excitación de las emociones y sentimientos que producen especialmente el agravio comparativo, ya sea real o imaginario.

Estas actitudes políticas, tópicamente, acostumbran a presentar un mundo de víctimas y verdugos, buenos y malos, explotados y explotadores. Una semilla que solo hace florecer el agravio, el resentimiento y un consecuente deseo de revancha. En suma, el enfrentamiento y la  confrontación. No es esta la argamasa con la que se fortalece un país y mucho menos una realidad tan compleja como es la Unión Europea.

Y eso es lo que ha ocurrido en Grecia. ¿El resultado? Un fracaso colectivo para todos que nada ha solucionado y la creación de una grave crisis internacional. Hoy, vuelta a empezar. Ahora toca elegir entre los sacrificios, renuncias y privaciones para los que cumplen, o la inseguridad jurídica, política y económica provocada por la irresponsabilidad de los gobiernos populistas que parece imponerse por la vía de los hechos consumados. Esas son las consecuencias que los ciudadanos hemos de sufrir como resultado de las políticas mesiánicas y sectarias de los partidos que integran la extrema izquierda, con los que por oportunismo electoral, siempre simpatiza algún tonto útil ansioso de poder.

Se ha dicho por parte de los griegos que la comisión europea les estaba chantajeando, afirmación tan falsa como las estadísticas que utilizaron para ingresar en el Euro y las que han estado presentando posteriormente.

Pero veamos. En la carta que el actual Alcalde de Cádiz dirigió al presidente griego apoyando el referéndum, decía textualmente: "No dejéis que nadie os quite vuestro derecho a decidir en libertad con la excusa de que sólo se puede gobernar atendiendo a los dictados de los mercados que pretenden lucrarse a costa de vuestras pensiones, condiciones laborales y futuro".

Pues el alcalde de Cádiz, o posee un alto grado de ignorancia, lo que habría de inhabilitarle para desempeñar las responsabilidades de su cargo, o es un demagogo que antepone su ideología al bienestar de los propios gaditanos, andaluces y españoles.

Pero ¿Acaso sabe el alcalde de Cádiz que son los mercados?

Esos mercados, a los que Grecia debe ya 246.000 millones de €, cantidad que probablemente nunca podrá devolver, y a los que con tanta ferocidad alude la izquierda, no son otros que el resto de los países que integran la Unión Europea o los 188 que componen el Fondo Monetario Internacional.

Pues bien: de esa deuda que mantiene Grecia, 26.000 millones de Euros, los ha puesto España. Millones que no teníamos y que para que los griegos pudieran salir adelante, los españoles nos tuvimos que endeudar, pedirlos prestados y pagar unos intereses, lo que hizo aumentar nuestras dificultades financieras, mermar nuestras inversiones y aumentar los recortes en servicios y prestaciones. Es decir y para que nos enteremos claramente: al prestarle a Grecia esa cantidad, los españoles, cumpliendo con la solidaridad que impone el hecho de formar parte del Euro, nos hicimos 26.000 millones, más de 4 billones con B de las antiguas pesetas, más pobres.

¿Es justo que España, al igual que el resto de los países que han prestado dinero a los griegos, quiera recuperar su dinero o no?

Para la extrema izquierda española, y por extensión para los que pactan con ella, al parecer es más importante que en Grecia se reabra una TV pública que el gobierno anterior, dentro de un plan de reajuste de gastos, había cerrado, que qué España recupere el dinero prestado para invertirlo en nuestras propias necesidades.

Emulando a Mario Benedetti, cuando la comisión europea creía tener todas las respuestas, de pronto, los griegos cambiaron todas las preguntas, se levantaron de la mesa de negociaciones y alegaron que todo constituía un chantaje.

Es Grecia quien está chantajeando a sus socios europeos, al convocar unilateralmente un referéndum al día siguiente de haberse entrevistado con Putin, lo que provocó la alarma de los norteamericanos, ya que la posición estratégica del país heleno es importante para la defensa de Occidente. Por ese motivo Obama solicitó a las partes que agotasen las posibilidades de llegar a un acuerdo.

Como tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador, porque todos los demás son perdedores, no sería por tanto de extrañar, que teniendo en cuenta los intereses de los norteamericanos, al final, fuese Grecia quien terminase imponiendo sus tesis y condiciones.

Al fin y al cabo, como decía Groucho Marx, la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

César Valdeolmillos Alonso