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Servicio diario -
11 de mayo de 2006


Santa Sede
El Papa pide al presidente de Venezuela respeto por los derechos de los católicos
«Enseñar a amar», objetivo de la nueva evangelización, explica Benedicto XVI
El Instituto para la familia soñado por Juan Pablo II cumple 25 años
El Papa invita a la Iglesia en Canadá a redescubrir la Eucaristía
Felicitación del Papa al nuevo presidente de Italia, Giorgio Napolitano
La Iglesia tiene el desafío de afrontar el analfabetismo religioso, asegura el cardenal Poupard

Mundo
Arrogarse la ordenación de obispos no es un bien para China, alerta el cardenal Joseph Zen Ze-kiun
La autofinanciación de la Iglesia, tema prioritario en Latinoamérica

Entrevista
Fátima y el atentado al «obispo vestido de blanco», 25 años después (I)

Nuevos movimientos
Comunidad Católica de Integración
Comunidad Católica Shalom
Comunidad del «Chemin Neuf»

Documentos en la página web de Zenit
Arzobispado de Lima: «El Código da Vinci y sus mentiras»

Documentación
Benedicto XVI: Amar el amor humano
Declaración vaticana tras la audiencia del Papa al presidente de Venezuela, Hugo Chávez
Encuentro Mundial de las Familias – Catequesis preparatoria III

 




 


Santa Sede



El Papa pide al presidente de Venezuela respeto por los derechos de los católicos
En particular, el derecho a la educación, la libertad de expresión, y para nombrar obispos

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reivindicó los derechos de los católicos en Venezuela al recibir en audiencia este jueves al presidente de ese país, Hugo Chávez.

Entre las peticiones que expuso el Papa por escrito a su huésped destaca la libertad de la Iglesia para nombrar a los obispos, el peligro de que la Religión quede marginada en las escuelas, y la independencia de los medios de comunicación católico.

La audiencia, que duró unos 35 minutos, con la ayuda de un traductor del Vaticano, supuso el primer encuentro entre Benedicto XVI y el presidente Chávez, quien ha mantenido tensiones en sus siete años de gobierno con exponentes de la Iglesia.

Según informa un comunicado emitido posteriormente por Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, «en el transcurso del coloquio, el presidente ilustró al Santo Padre los proyectos de cambio social que se están realizando en el país. Benedicto XVI presentó después al presidente algunos de los temas por los que siente un interés particular».

Ante todo, revela la nota vaticana, el obispo de Roma «confirmó la libertad de la Santa Sede en el nombramiento de los obispos y ha deseado que la Universidad Católica "Santa Rosa de Lima" pueda mantener su identidad católica».

«El Santo Padre expresó también su preocupación por un proyecto de reforma educativa en el que no quedaría lugar para la enseñanza de la religión», sigue aclarando.

«Pidió, además, que los programas de salud pública mantengan como punto fundamental la protección de la vida desde su inicio».

«Por último --indica--, ha subrayado la exigencia de la independencia de los medios de comunicación católicos».

El presidente Hugo Chávez, según Navarro-Valls, «aseguró su interés por las peticiones del Santo Padre y su compromiso para superar toda tensión en el respeto de los legítimos derechos de todos».

Para dejar constancia de sus peticiones, «el Santo Padre entregó al presidente una carta en la que resume sus solicitudes pastorales por el bien del país».

El Papa regaló a su huésped una copia autógrafa de la encíclica «Deus caritas est» y las medallas de oro del pontificado. El jefe de Estado de Venezuela le ofreció una litografía de Simón Bolívar con su testamento que comienza «en nombre de Dios todopoderoso» y concluye con la afirmación de que era «un católico y fiel cristiano», como explicó personalmente Chávez al pontífice.

«Santidad, Simón Bolívar nació en Caracas pero el Libertador nació en Roma», le dijo el presidente venezolano, aclarando en español que, cuando tenía 21 años, Bolívar vino a Roma y en el «Monte Sacro» (Aventino) juró que liberaría a Venezuela y a toda Sudamérica.

Tras la audiencia, el presidente Chávez se entrevistó con el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado.

Era la primera vez que Hugo Chávez se encontraba con Benedicto XVI; ya había sido recibido en dos ocasiones por Juan Pablo II (el 30 de septiembre de 1999 y el 12 de octubre de 2001).
ZS06051106

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«Enseñar a amar», objetivo de la nueva evangelización, explica Benedicto XVI
Reflexiona en la herencia de Juan Pablo II sobre el amor humano

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Uno de los objetivos centrales de la «nueva evangelización», el gran proyecto lanzado por el pontificado de Juan Pablo II, consiste en «enseñar a amar», considera Benedicto XVI.

De hecho, el «amor es un camino privilegiado que Dios ha escogido para revelarse al mundo», constató este jueves el Papa al celebrar los 25 años del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia de la Universidad Pontificia Lateranense con sedes en los cinco continentes.

«Amar el amor humano» ha sido precisamente el título del congreso organizado por ese instituto para celebrar sus bodas de plata, sintetizando en estas cuatro palabras «La herencia de Juan Pablo II sobre el matrimonio y la familia».

Según el obispo de Roma, el Papa Karol Wojtyla cumplió con esta misión presentando «dos elementos fundamentales» del amor.

El primero, considera que «el matrimonio y la familia están arraigados en el núcleo más íntimo de la verdad sobre el hombre y su destino».

«La Sagrada Escritura revela que la vocación al amor forma parte de esa auténtica imagen de Dios que el Creador ha querido imprimir en su criatura, llamándola a hacerse semejante a él precisamente en la medida en la que está abierta al amor», indicó en el discurso que pronunció en italiano.

En este contexto, siguió diciendo, «la diferencia sexual que comporta el cuerpo del hombre y de la mujer no es un simple dato biológico, sino que reviste un significado mucho más profundo».

«Expresa --aclaró-- esa forma del amor con el que el hombre y la mujer se convierten en una sola carne, pueden realizar una auténtica comunión de personas abierta a la transmisión de la vida y cooperan de este modo con Dios en la procreación de nuevos seres humanos».

El segundo elemento que caracteriza «la novedad de la enseñanza de Juan Pablo II sobre el amor humano», según su sucesor es «su manera original de leer el plan de Dios en la convergencia entre la revelación y la experiencia humana».

«En Cristo, de hecho, plenitud de la revelación de amor del Padre, se manifiesta también la verdad plena de la vocación al amor del hombre, que sólo puede encontrarse plenamente en la entrega sincera de uno mismo», recalcó.

Dios, aclaró Benedicto XVI, «se sirvió del camino del amor para revelar el misterio de su vida trinitaria».

«Además, la íntima relación que existe entre la imagen de Dios amor y el amor humano nos permite comprender que a la imagen del Dios monoteísta corresponde el matrimonio monógamo».

Por ello, dijo, «el matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el icono de la relación de Dios con su pueblo y, viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano».

El Papa Joseph Ratzinger, que siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, afrontó en varias ocasiones el argumento, reconoció que esta visión «queda todavía en buena parte por explorar».

Por eso invitó a «iluminar la verdad del amor como camino de plenitud para toda forma de existencia humana».

«El gran desafío de la nueva evangelización, que Juan Pablo II propuso con tanto empuje, tiene necesidad de ser apoyada con una reflexión auténticamente profunda sobre el amor humano, pues este amor es un camino privilegiado que Dios ha escogido para revelarse al mundo y en este amor lo llama a una comunión en la vida trinitaria», sugirió.

«El auténtico amor se transforma en una luz que guía toda la vida hacia la plenitud, generando una sociedad humanizada para el hombre», reconoció.

De este modo, indicó, el matrimonio representa «un auténtico bien para la sociedad». Por ello, «evitar la confusión con los demás tipos de uniones basadas en el amor débil constituye hoy algo especialmente urgente».

«Sólo la roca del amor total e irrevocable entre el hombre y la mujer es capaz de fundamentar la construcción de una sociedad que se convierta en una casa para todos los hombres», concluyó.
ZS06051104

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El Instituto para la familia soñado por Juan Pablo II cumple 25 años
El atentado del 13 de mayo de 1981 le impidió anunciar su nacimiento

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI celebró este jueves los 25 años de uno de los sueños hechos realidad de Juan Pablo II, un Instituto universitario dedicado al estudio del matrimonio y la familia.

Al recibir en audiencia a los profesores, alumnos y antiguos alumnos en el Vaticano el mismo Papa recordó el atentado que el 13 de mayo de 1981, que pudo haber truncado este sueño de Karol Wojtyla.

En ese día, rememoró, «sufrió el conocido grave atentado durante la audiencia en la que debería haber anunciado la creación de vuestro Instituto».

Para celebrar este aniversario, el Instituto ha organizado en estos días un congreso que tiene por tema «La herencia de Juan Pablo II sobre el matrimonio y la familia: amar el amor humano».

El Papa Joseph Ratzinger, quien pudo conocer como pocos las esperanzas que su predecesor depositó en esta iniciativa, explicó que este Instituto una sola personalidad en el mundo, aunque sedes distribuidas por los cinco continentes, «con el objetivo de poder ofrecer una reflexión que muestre la riqueza de la única verdad en la pluralidad de las culturas».

El Instituto tiene su sede central en Roma, en la Universidad Pontificia Lateranense, y está presente en Estados Unidos (Washington), en España (Valencia), en México (México D.F. y Guadalajara), en Brasil (Salvador de Bahía), en Benín (Cotonou) y en la India (Changanacherry), en Melbourne (Australia) y en Gaming (Austria).

El trabajo en los diferentes puntos del globo terráqueo, reconoció el Papa, «puede mostrar cómo el don de la creación vivido en las diferentes culturas ha sido elevado a gracia de redención por Cristo».

El nuevo presidente del Instituto es el sacerdote italiano monseñor Livio Melina, prestigioso profesor de Teología moral fundamental. Fue el primer alumno en presentar una tesis de doctorado en el Instituto, en presencia del entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El Instituto ofrece actualmente cursos de licencia en Teología del Matrimonio y de la Familia; doctorado en Teología con especialización en Teología del Matrimonio y de la Familia; máster en Ciencias del Matrimonio y de la Familia; máster en Bioética y Formación.

El Papa ofreció al instituto una tarea en particular: iluminar con su trabajo investigativo «la verdad del amor como camino de plenitud para toda forma de existencia humana».

«El gran desafío de la nueva evangelización, que Juan Pablo II propuso con tanto empuje, tiene necesidad de ser apoyada con una reflexión auténticamente profunda sobre el amor humano, pues este amor es un camino privilegiado que Dios ha escogido para revelarse al mundo», dijo.

[Más información en http://www.istitutogp2.it]
ZS06051105

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El Papa invita a la Iglesia en Canadá a redescubrir la Eucaristía
Al recibir a los obispos de Québec

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI invitó a redescubrir el papel de la Eucaristía en la vida de la Iglesia al recibir este jueves al primer grupo de obispos católicos de Canadá en su quinquenal visita «ad limina apostolorum» al Vaticano.

Se trataba de los prelados de lengua francesa de Québec, ciudad que acogerá el Congreso Eucarístico Internacional del 15 al 22 de junio de 2008, en el cuarto centenario de esa ciudad (Cf. http://www.cei2008.ca).

El tema del Congreso será «La Eucaristía, don de Dios para la vida del mundo».

Esta cita, reconoció el Papa, le ofreció la oportunidad para afrontar temas centrales «para la misión de la Iglesia en la sociedad canadiense, marcada por el pluralismo, el subjetivismo y una creciente secularización».

Por eso invitó a «un redescubrimiento del papel esencial que debe tener en la vida de la Iglesia la Eucaristía»

Sólo así, reconoció, se puede afrontar «la notable disminución de la práctica religiosa en los últimos años», de la que han informado los obispos al Papa, y «la particular escasez de jóvenes en las asambleas eucarísticas».

«La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana, nos une y nos conforma al Hijo de Dios. Construye también la Iglesia, consolidándola en su unidad de Cuerpo del Cristo; ninguna comunidad cristiana puede edificarse si no tiene su raíz y su centro en la celebración eucarística», afirmó.

«El papel central del sacerdote que, in persona "Christi capitis", enseña, santifica y gobierna la comunidad, no debe ser minimizado».

«El sacerdocio ministerial es indispensable para la existencia de una comunidad eclesial».

«La importancia del papel de los laicos, cuya generosidad al servicio de las comunidades cristianas agradezco, jamás debe ocultar el ministerio absolutamente irreemplazable de los sacerdotes para la vida de la Iglesia», indicó.

Por eso, siguió diciendo, «el ministerio del sacerdote no puede ser confiado a otras personas sin perjudicar de hecho la autenticidad del mismo ser de la Iglesia».

Además, preguntó, «¿por qué querrían hacerse sacerdotes los jóvenes si el papel del ministerio ordenado no se define y reconoce claramente?».

El Papa vio también signos de esperanza en Canadá, en particular el «impacto positivo» para los jóvenes canadienses de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Toronto (2002), así como el Año de la Eucaristía, que despertó un nuevo interés por la adoración eucarística.
ZS06051107

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Felicitación del Papa al nuevo presidente de Italia, Giorgio Napolitano


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha felicitado con un telegrama a Giorgio Napolitano, elegido este miércoles presidente de la República Italiana, en sustitución de Carlo Azeglio Ciampi.

En su misiva, el Papa desea que Napolitano «pueda ejercer con éxito su alta tarea», e invoca sobre él «la constante asistencia divina para una acción de promoción del bien común iluminada y eficaz, en el surco de los auténticos valores humanos y cristianos, que constituyen el patrimonio admirable del pueblo italiano».

El nuevo presidente de Italia, de 81 años, Napolitano fue miembro del Partido Comunista italiano, y a comienzos de la década de 1990 participó directamente en la transformación del partido de la hoz y el martillo en la nueva formación Demócratas de Izquierda.

Ha sido presidente de la Cámara de Diputados y ministro de Interior de Italia.
ZS06051108

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La Iglesia tiene el desafío de afrontar el analfabetismo religioso, asegura el cardenal Poupard
Al intervenir en una jornada de literatura anglo-americana

ROMA, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Al intervenir en un congreso, en el que entre otros se han afrontado fenómenos literarios como «El Código da Vinci», el cardenal Paul Poupard, afirmó que la Iglesia tiene en estos momentos el desafío de afrontar el analfabetismo religioso.

El presidente de los Consejos Pontificios para la Cultura y el Diálogo Interreligioso inauguró el pasado 9 de mayo la VII Jornada de Reflexión «Catolicismo y Literatura en el siglo XX», celebrada en Roma y centrada en el tema «La literatura, entre realidad y fantasía: la lección angloamericana».

En sus breves palabras de saludo al encuentro, promovido por el Consejo Pontificio de la Cultura, el cardenal constató que la producción literaria angloamericana «ha conquistado el mercado y la atención de los lectores masivamente, con obras que se encuadran en el filón de la novela de ficción».

Según el purpurado, es un fenómeno que, en los últimos años, se ha caracterizado por una denominada «búsqueda de lo sagrado, del misterio», que se difunde a través de muchas formas diversas, «desde el sincretismo religioso y el esoterismo, hasta el satanismo», y que «echa raíces más favorablemente donde hay más ignorancia religiosa, lo que permite decir que existe hoy un nuevo analfabetismo».

«Quien conoce la historia de la Iglesia, sabe muy bien que no es la primera vez que hay fenómenos de este tipo --subrayó el cardenal Poupard--. Pero el hecho nuevo es la ignorancia religiosa, más bien la ignorancia a secas, que hace difícil el discernimiento entre fabulación, ficción y ataque, aunque sea con astucia, a la historia y a los valores representados y vividos por la Iglesia».

El cardenal Poupard afirmó que «la Iglesia no tiene ciertamente miedo a afrontar los desafíos que se le han dirigido desde hace dos mil años, porque está convencida de una cosa: todo desafío puede ser una oportunidad de crecimiento, maduración y confirmación cada vez más responsable y consciente, si se acoge como tal y se afronta con madurez, inteligencia y sentido común».

«Para transmitir la fe al corazón de las culturas marcadas por la indiferencia y el relativismo, el primer empeño de la Iglesia es la educación, su deber es la enseñanza», añadió.

Sin citar casos concretos, el cardenal Poupard aludió a «ciertos fenómenos literarios y mediáticos de verdad desconcertantes», que pueden «suscitar curiosidad, interés y deseo de conocer más»,

«Entonces, se pide a los propios cristianos que se empeñen a fondo e inteligentemente en el misterio de la vida y que expliciten sus propias razones para creer, muestren la razonabilidad bien fundada de su opción de vida y de fe, para poder hacer partícipes de ellas a los hombres y mujeres abiertos al diálogo».
ZS06051103

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Mundo



Arrogarse la ordenación de obispos no es un bien para China, alerta el cardenal Joseph Zen Ze-kiun
La campaña de oración por la Iglesia en el país adquiere dimensión mundial en tres días

HONG KONG/PEKÍN, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Mostrándose disponible para hacer cuanto beneficie a su patria, el cardenal obispo de Hong Kong advierte a las autoridades de China que apropiarse de la atribución de ordenar obispos no es un bien para la nación.

Este jueves el cardenal Joseph Zen Ze-kiun ha dado respuesta al comisario del Ministerio chino de Exteriores, dos declaraciones de las que se hace eco la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews».

Y es que se van sucediendo reacciones (Zenit, 10 mayo 2006) en torno a las dos ordenaciones episcopales ilegítimas, celebradas recientemente en China sin el consentimiento del Papa.

El miércoles, el funcionario chino de Exteriores, Lu Xinhua, en una rueda de prensa pidió al obispo de Hong Kong «convencer al Vaticano para establecer una relación diplomática de manera correcta e integral, respetando el principio de “una sola China”, eliminando toda relación con Taiwán y no utilizando la religión para entrometerse en los asuntos internos del país».

«Esperamos que el cardenal pueda persuadir al Vaticano para aceptar las posturas del gobierno central», concluyó el comisario del Ministerio chino de Exteriores.

En una nota, el purpurado ha respondido: «Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que beneficie a mi nación, pero si la postura de Pekín es la de atribuirse el poder de ordenar obispos sin el consentimiento del Papa y mantener activa la Asociación Patriótica que supera a los obispos, esto no beneficia en absoluto a la nación ni puede ser aceptado por la mayor parte del clero y de los fieles chinos».

«Amo a mi patria así como a la Iglesia –añadió el prelado--, y espero que se pueda llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, de forma que garantice una verdadera libertad religiosa y, a la vez, una sociedad armónica».

«Nuestros fieles podrán contribuir al progreso y a la modernización de nuestra nación que, además, obtendrá un estatus internacional más respetable», concluyó.

El gobierno chino permite la práctica religiosa en el país sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP) --cuyo estatuto recoge la creación de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede--.

De ahí que afirmen una diferencia entre una Iglesia «oficial» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa, formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».

Al respecto el purpurado también ha salido al paso, reafirmando que «en China hay sólo una Iglesia Católica, y todos quieren ser guiados por el Papa», según su reciente nota, difundida el miércoles íntegramente por Zenit.

Campaña mundial de oración
La situación suscitada por las recientes ordenaciones episcopales ilegítimas ha originado una campaña de oración --de la que ha hecho vehículo la agencia del PIME--, que en sólo tres días ha alcanzado proporciones globales.

Este jueves confirma que se han adherido los tres neocardenales de Asia creados por Benedicto XVI --los arzobispos Gaudencio B. Rosales (de Manila) y Nicolas Cheong-Jin-Suk (de Seúl) y el obispo salesiano de Hong Kong, el cardenal Zen--, así como parroquias, conventos, sacerdotes jubilados, asociaciones, familias y fieles.

Esta oración se une a la de la Iglesia «clandestina» en su súplica a favor de la «oficial», para que sacerdotes y obispos --a los que la AP está presionando para su desvinculación del Papa-- tengan valor y fortaleza.

«Queremos rezar para que permanezcan firmes nuestras raíces cristianas y católicas de afecto y vínculo con el Papa –explica el cardenal Zen--. Estamos seguros de que la gran mayoría son fuertes y están convencidos de querer permanecer en el único rebaño, con el Papa a la cabeza como supremo pastor».

«Con nuestra oración --recalcó-- queremos expresar el hecho de que les admiramos por su fortaleza y que les apoyamos en este momento tan difícil».

«Muchas personas en Corea esperan que China tenga libertad religiosa», confirmó por su parte el arzobispo de Seúl uniéndose a la campaña de oración.

Recordó que «el gobierno comunista» de Pekín está intentando crear grupos «patrióticos» también entre budistas y protestantes.

Y el cardenal Rosales ha declarado su deseo de hablar de la «campaña» con los demás obispos de Filipinas.

Fuentes de «AsiaNews» desde Pekín confirman que la noticia de las adhesiones mundiales a la campaña de oración está circulando en la Iglesia --«clandestina» y «oficial»--.

Al adherirse a la petición de oración de los prelados por la libertad religiosa en China, «AsiaNews» propone que todos los días, hasta Pentecostés, se acuda a la intercesión del Espíritu Santo y de la Virgen María por esta intención: que a los obispos y a los sacerdotes se les conceda necesario valor y la fortaleza frente a las persecuciones, presiones y amenazas que buscan destruir la unidad de los fieles chinos con el Papa.

[Se pueden enviar adhesiones a esta campaña a la dirección asianews@asianews.it]
ZS06051102

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La autofinanciación de la Iglesia, tema prioritario en Latinoamérica
Concluye seminario organizado por el CELAM en México

MÉXICO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org-El Observador).- El tema de la autofinanciación de la Iglesia ha llegado a México, de la mano de el departamento de Comunión Eclesial y Diálogo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

Un curso de dos días, que terminó este jueves, ha sido impartido por el responsable de la Sección de Conferencias Episcopales e Iglesia Particulares del CELAM, monseñor Ubaldo Ramón Sabtana. En él han participado numerosos obispos y sacerdotes de América Latina y el Caribe en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) de Lago de Guadalupe.

Como preámbulo de este curso está la difícil situación económica por la que atraviesa la Iglesia católica en América Latina, subcontinente en el que se concentra 40 por ciento de la población católica del mundo.

En la mayor parte de los países de la región, la Iglesia católica no recibe subvención pública o estatal de forma directa o indirecta, lo que hace necesaria una labor de educación en la corresponsabilidad en la propia Iglesia, de tal suerte que confluyan tiempo, talento y bienes para un buen desarrollo de su tarea evangelizadora.

«Hoy debemos promover una participación amplia y sistemática del Pueblo de Dios en el financiamiento de la Iglesia, y además, debemos fomentar el intercambio solidario entre las diócesis sobre las metodologías y esquemas de aplicación en el tema de la autofinanciación que este dando buenos resultados», advierte el comunicado emitido por los organizadores del curso de autogestión económica de la Iglesia en América Latina.

Más adelante recuerdan que el documento post sinodal del Papa Juan Pablo II, «Ecclesia in América» «nos propone recorrer el camino de la conversión, comunión y solidaridad, para alcanzar la autofinanciación, es decir, el rumbo apropiado para darle orden y dirigir los esfuerzos que la Iglesia ha de hacer para alcanzar la sana autofinanciación que tanto anhelamos».

La intención de este taller ha sido, según el CELAM, presentar un camino para recorrer en procura de que el tema de la autofinanciación se incorpore al quehacer pastoral.
ZS06051110

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Entrevista



Fátima y el atentado al «obispo vestido de blanco», 25 años después (I)
Entrevista a Renzo Allegri, autor del libro «El Papa de Fátima»

ROMA, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Eran las 17,19 del 13 de mayo de 1981, cuando en la plaza de San Pedro de Roma, el turco Alí Agca trató de asesinar a Juan Pablo II, disparándole varios tiros desde poca distancia, con una pistola.

El Papa polaco, herido gravemente en el abdomen, estuvo a punto de morir desangrado antes de llegar al hospital Gemelli, donde fue operado urgentemente.

Entre la incredulidad general, el Papa sobrevivió a aquel atentado y atribuyó la salvación de su vida a la intercesión de Nuestra Señora de Fátima --«…una mano materna guió la trayectoria de la bala...»--, cuya fiesta se celebra el 13 de mayo, en recuerdo de su primera aparición, en 1917, a tres pastorcillos portugueses.

En 2000, Juan Pablo II hizo pública la tercera parte del secreto de Fátima en el que se hablaba del atentado contra un «obispo vestido de blanco», y reveló al mundo que era él mismo.

Veinticinco años después del atentado, el periodista y escritor Renzo Allegri ha reconstruido con una investigación rigurosa todo el suceso, y el resultado ha sido publicado en italiano con el título «El Papa de Fátima» («Il Papa di Fatima», editorial Mondadori». Zenit ha entrevistado al autor.

--¿Por qué Juan Pablo II es el Papa de Fátima?

--Allegri: Antes que nada porque él mismo se reconoció en aquel «obispo vestido de blanco» que los tres niños, Lucía, Francisco y Jacinta, «vieron» durante la aparición del 13 de julio de 1917, cuando la Señora les confió el llamado «secreto de Fátima». Y además porque, tras tomar conciencia de aquel suceso misterioso, Juan Pablo II vivió empeñado en realizar las peticiones y deseos contenidos en el mensaje de Fátima. Se entregó a esta misión con todo su ser, ofreciéndose como víctima por la salvación del mundo, promoviendo una «cruzada» mundial de oraciones, sobre todo entre los jóvenes, y obteniendo los resultados históricos que todos conocen: la caída del comunismo en los países del Este, la vuelta de la libertad religiosa en aquellos países y, quizá, contribuyó también a evitar un tremendo conflicto nuclear que, según los historiadores, se divisaba en el horizonte. La relación entre Fátima y Juan Pablo II es, en mi opinión, muy grande y está todavía por descubrir.

--En su libro, usted afirma que, aunque Karol Wojtyla fuera todavía poco conocido, el padre Pío ya se había dado cuenta de que se convertiría en un hombre muy importante. Usted que conoce bien la vida del padre Pío, ¿puede explicarnos a qué se refería el santo de Pietrelcina?

--Allegri: En las biografías de los santos, sucede a menudo que tienen «canales» de comunicación fuertes y precisos, que escapan al control de la racionalidad. Este fenómeno se verificó también entre el padre Pío y Karol Wojtyla, y hay dos episodios concretos, relacionados entre sí, que lo demuestran. En 1948, el joven sacerdote Karol Wojtyla, estudiante en Roma, había oído hablar del padre Pío y quería conocerlo. Viajó a San Giovanni Rotondo en las vacaciones de Pascua y se quedó una semana. Nunca se ha sabido de qué hablaron. Parece que el santo de Pietrelcina lo «vio» vestido de Papa y con manchas de sangre en la sotana blanca. De esta especie de profecía, difundida rápidamente tras la elección de Wojtyla como Papa, nunca hubo confirmación. Sin embargo es irrefutable el hecho de que aquel encuentro marcó profundamente a Wojtyla, suscitando en él una gran veneración por el padre Pío.

En 1962, Wojtyla volvió a Italia como obispo para participar en el Concilio Vaticano II. En Roma, le llegó una dramática noticia: una colaboradora suya, Wanda Poltawska, médica y psiquiatra, tenía un grave tumor. Los médicos decidieron intentar una operación pero la esperanza de salvarla era casi nula. Wojtyla escribió inmediatamente una carta al padre Pío pidiéndole oraciones por la doctora Poltawska. El padre Pío, en aquellos años, estaba sometido a gravísimas acusaciones. El Santo Oficio decretó serias restricciones disciplinarias contra él, prohibiendo a sacerdotes y religiosos que le contactaran. Wojtyla estaba ciertamente informado de esta situación pero no hizo caso porque, por motivos que ignoramos, tenía un «conocimiento» del padre Pío por encima de cualquier insinuación. Hizo llegar la carta al padre Pío con urgencia, a mano, a través de Angelo Battisti, empleado de la Secretaría de Estado y colaborador del padre Pío. Battisti me contó, entregándome copia de aquella carta, que el padre Pío quiso que se la leyera y, al final, tras algún instante de silencio, dijo: «Angiolino, a esto no se puede decir que no».

Sabiendo que cada palabra del padre Pío tenía una repercusión misteriosa y concreta en la realidad, Battisti se quedó muy sorprendido de aquella frase. «¿Quién será este Wojtyla?», se preguntaba. Pidió información pero en el Vaticano nadie lo conocía, excepto los polacos para los que era sólo un joven obispo. Once días después, Battisti recibió el encargo de llevar otra carta de Wojtyla al padre Pío. Y en esta carta el obispo polaco le daba las gracias al padre porque la doctora Poltawska «se había curado de repente antes de entrar en el quirófano». Estos son los hechos ciertos que conocemos y que demuestran que el padre Pío, como en muchas otras ocasiones, «intuyó» los designios de Dios sobre Wojtyla con una desconcertante precisión.

--¿Cómo entra en la historia de Juan Pablo II la tercera parte del secreto de Fátima?

--Allegri: De modo misterioso, como sucede siempre con los acontecimientos del Espíritu. En teoría, Juan Pablo II formó parte de aquel «secreto» desde que nació. La misión le fue confiada incluso antes de nacer y la historia de su existencia se ha desarrollado libremente en sintonía con los designios de la Providencia. Pero, de hecho, quizá tomó conciencia de su misión sólo tras el atentado de 1981. No tenemos pruebas científicas, documentos explícitos que demuestren la relación entre Wojtyla y el secreto de Fátima. Sólo la convicción del mismo Papa que, tras el atentado, reflexionando sobre lo que sucedió y leyendo el texto de sor Lucía sobre la tercera parte del famoso secreto, se reconoció en aquel relato.

Sor Lucía escribió que, durante la aparición del 13 de julio de 1917, ella, Francisco y Jacinta habían visto a un obispo vestido de blanco que, medio tembloroso, con paso vacilante, afligido por el dolor y la pena, atraviesa, junto a otros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, una gran ciudad en ruinas, rezando por las almas de los muertos que encuentra en su camino y sube por una montaña escarpada, en cuya cima hay una cruz a cuyos pies es asesinado. Wojtyla, a la luz de lo que sucedió, estaba convencido de que la visión tenía las características de una auténtica «profecía». Y, con el pasar del tiempo, su convicción se fue fortificando hasta convertirse en «certeza».

Es lícito pensar que tuviera, por parte de sor Lucía, otras informaciones y aclaraciones que no conocemos. En el año 2000, 19 años después del atentado, Juan Pablo II estaba tan seguro de su convicción que quiso darla a conocer al mundo entero. Lo que se hizo realidad en Fátima, al final de la ceremonia de beatificación de Francisco y Jacinta, mediante un discurso del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, ante más de un millón de peregrinos, e incontables millones de fieles conectados por televisión en directo. También la voluntad de Wojtyla de hacer pública su convicción es un argumento lleno de significado.

[La entrevista continuará en el servicio de este viernes]

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Nuevos movimientos



Comunidad Católica de Integración


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de la Comunidad Católica de Integración.
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DENOMINACIÓN OFICIAL: COMUNIDAD CATÓLICA DE INTEGRACIÓN

SIGLA: KIG (Katholische Integrierte Gemeinde)

FUNDACIÓN: 1945

HISTORIA: La KIG nació en Mónaco de Baviera, en Alemania, con el nombre de «Junger Bund» en los años siguientes a la segunda guerra mundial y a los trágicos acontecimientos relacionados con ella. Bajo la guía del matrimonio Herbert y Traudl Wallbrecher, un grupo de jóvenes empezó a reflexionar sobre el porqué los cristianos no logran oponerse al nacimiento de ideologías y de dictaduras sembradoras de muerte ni logran ofrecer soluciones a las injusticias sociales que asolan al hombre; en otras palabras, sobre porqué los bautizados no logran constituir un pueblo que con su existencia y con su estilo de vida hagan posible el proyecto que Dios tiene para el mundo. La Comunidad se convirtió en un lugar en el que, sobre la base de la convicción de que Dios actúa en medio de nosotros hoy como en tiempos de Abraham, el cristianismo hay que vivirlo como historia en la que siempre es posible participar. En 1968 el grupo se autodenominó «Integrierte Gemeinde», nombre que fue sustituido en 1978 por el actual. Aprobada en 1978 por el Arzobispo de Paderborn, fue reconocida ese mismo año por el Cardenal Joseph Ratzinger, entonces Arzobispo de Mónaco y Frisinga y futuro papa Benedicto XVI.

IDENTIDAD: En un mundo en el que Dios se percibe como lejano y no se cree más en su presencia salvífica en la historia, la KIG se orienta a recorrer la experiencia bíblica de la alianza entre Dios y su pueblo, para recuperar los contenidos de la fe católica. Sus miembros se proponen hacer presente el Evangelio en todas las dimensiones de la vida de tal forma que incluso los alejados puedan encontrar o reencontrar acceso a la Iglesia. Dimensiones peculiares del proceso de formación de los miembros son la experiencia del mensaje cristiano vivido en unidad; la reflexión teológica sobre la historia, sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento, sobre la historia de la Iglesia; la proclamación del mensaje evangélico en la sociedad actual. El itinerario de formación dura seis años, de los cuales tres de catecumenado, durante los cuales los miembros asociados participan activamente en la vida de la comunidad. Ámbitos privilegiados de la acción de la asociación son el mundo del trabajo, la educación, la política, la sanidad, el arte, la artesanía, el compromiso misionero. La KIG está sujeta a la autoridad de las Iglesias locales en cuyas parroquias actúa. Las Comunidades concretas son erigidas a nivel diocesano y en su conjunto constituyen la Confederación de las Comunidades Católicas de Integración. Para conseguir los propios objetivos, la KIG se sirve de la colaboración de la Comunidad de los sacerdotes y de las Comunidades de mujeres no casadas y de hombres no casados que se dedican totalmente a ella.

ESTRUCTURA: A la KIG se puede pertenecer como miembros colaboradores, aspirantes, amigos. Cada Comunidad elige un Consejo directivo que coordina y es responsable de la vida y de la consecución de los fines de la misma. La dirección espiritual de cada Comunidad está confiada a un sacerdote diocesano, miembro de la Comunidad de sacerdotes al servicio de las Comunidades Católicas de Integración, nombrado de acuerdo con el Obispo.

DIFUSIÓN: La KIG cuenta con unos 1.000 miembros y está presente en 7 países distribuidos del siguiente modo: África (1), Asia (1), Europa (4), Norteamérica (1).

OBRAS: Miembros o grupos de miembros de la KIG han dado vida bajo su responsabilidad personal a escuelas de inspiración católica, a una pequeña clínica, a actividades de enfermería. En 2003, la KIG inauguró en Villa Cavalletti (Grottaferrata, Roma) la Academia para la Teología del pueblo de Dios.

PUBLICACIONES: Gemeinde heute, quincenal; Heute in Kirche und Welt, revista mensual on-line.

PÁGINA WEB: http://www.kig-online.de

SEDE CENTRAL Confederazione delle Comunità Cattoliche d’Integrazione
Via Domenico Silveri, 30
I - 00165 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.6390774 Fax 06.39386505

Secretariado
Katholische Integrierte Gemeinde
An der Isarlust 2 - 83646 Bad Tölz (Alemania)
Tel. [+49]8041.77900 - Fax 8041.71444

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Comunidad Católica Shalom


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de la Comunidad Católica Shalom.

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: COMUNIDAD CATÓLICA SHALOM

FUNDACIÓN: 1982

HISTORIA: La Comunidad Católica Shalom nació por iniciativa de jóvenes universitarios que, bajo la orientación de Moysés Louro de Azevedo Filho y el apoyo del Arzobispo de Fortaleza (Brasil), abrieron un local de bocadillos unido a una librería para la acogida y la evangelización de los jóvenes: fue el primer Centro Shalom. La obra se difundió en tiempo breve también entre las familias, niños y personas de distinta procedencia socio-cultural. En 1985, el primer grupo de jóvenes se constituyó en comunidad de vida y en 1986 nació la primera comunidad de Alianza formada por jóvenes y adultos. En 1998 la Comunidad obtuvo el reconocimiento canónico del Arzobispo de Fortaleza. La Asociación es miembro de la Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowships (Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza).

IDENTIDAD: La Comunidad Católica Shalom está formada por matrimonios, hombres y mujeres consagrados, jóvenes y adultos en búsqueda de la propia vocación, sacerdotes, unidos por la llamada a vivir el carisma de Shalom que se caracteriza por la contemplación, la unidad y la evangelización. El compromiso evangelizador y formativo de la Comunidad privilegia el mundo de la escuela, de la cultura y de las artes; los ambientes científicos; las comunicaciones sociales; la promoción humana. La formación de los miembros, basada en el encuentro personal con Jesucristo, está alimentada por el estudio de la Palabra de Dios y del magisterio de la Iglesia, por la oración, por la participación en la liturgia y a los sacramentos, por la vida fraterna y misionera, por el amor filial a la Virgen María, por la unión con el Señor según el modelo de vida de san Francisco de Asís y el modelo de oración de santa Teresa de Ávila.

ESTRUCTURA: A la Comunidad Católica Shalom se puede pertenecer como miembros de las comunidades de vida, núcleos centrales constituidos por hombres y mujeres consagrados que siguen con radicalidad la llamada a renunciar a los propios proyectos humanos (cfr, Lc 14,25-37) para seguir incondicionalmente al Señor Jesús dedicándose totalmente a la obra; como miembros de las comunidades de Alianza, que reúnen personas que viven plenamente en el mundo y que participan de la misma vocación en la profesión y en la vida familiar. La Comunidad además acoge a todos aquellos que participan activamente en su camino mediante la pertenencia a grupos guiados por ella.

DIFUSIÓN: La Comunidad Católica Shalom cuenta con unos 2.300 miembros y está presente en 8 países distribuidos del siguiente modo: Europa (4), Norteamérica (1), Oriente Medio (1), Sudamérica (2). En un ámbito más amplio unas 30.000 personas tienen relación con la obra.

OBRAS: Por iniciativa de la Comunidad Shalom, además de numerosos grupos de oración, han nacido centros de evangelización y de formación catequética para jóvenes, familias y niños; casas de retiro espiritual; centros de arte donde la música, la danza, el teatro y las bellas artes se ponen al servicio de la evangelización; una escuela; una asociación de promoción humana que se ocupa de guarderías, casas de acogida para ancianos y servicio a los enfermos y a los encarcelados; proyectos para la recuperación de drogadictos y niños de la calle, para la prevención del aborto, para la acogida de las personas sin hogar y el rescate de su dignidad. La Comunidad además ha dado vida a cuatro emisoras de radio, a una casa editorial y al Instituto Gaudium et spes para la formación y el compromiso socio-político según los principios de la doctrina social de la Iglesia.

PUBLICACIONES: Shalom Maná, revista mensual.

PÁGINA WEB: http://www.comunidadeshalom.org.br

SEDE CENTRAL: Comunidade Católica Shalom
Rua Gonçalves Ledo, 501 - Praia de Iracema
60.110-260 Fortaleza - Ceará (Brasil)
Tel. [+55]85.2318894 - Fax 85.2537534
E-mail:shalom@comunidadeshalom.org.br

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Comunidad del «Chemin Neuf»


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de la Comunidad del «Chemin Neuf».

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: COMUNIDAD DEL «CHEMIN NEUF»

SIGLA: CCN (Communauté «Chemin Neuf»).

FUNDACIÓN: 1973

HISTORIA: La CCN nació en 1973 en Lyon, Francia, de un grupo de oración de la Renovación Carismática, por iniciativa del sacerdote jesuita Laurent Fabre. La Comunidad fue reconocida el mismo año por el Arzobispo de Lyon que, en 1984, la erigió como asociación de fieles. En 1992, siempre en Lyon, fue fundado el Istitut Religieux Clérical de Droit Diocésain que acoge a los jóvenes en formación y a los sacerdotes de la Comunidad.

IDENTIDAD: La CCN es una comunidad católica de vocación ecuménica, abierta también a fieles de otras Iglesias. Reúne a matrimonios, familias, hombres y mujeres consagrados, sacerdotes, que han elegido el dar juntos (católicos, protestantes, ortodoxos) testimonio de su fe en Jesucristo y trabajar para la unidad de los cristianos. La Comunidad también está comprometida en la formación de los bautizados mediante la organización y la animación de los encuentros Caná para matrimonios y familias; de retiros espirituales; de encuentros de jóvenes; de fines de semana de formación y de cursos de formación para laicos, cuya duración varía de tres a doce meses. La espiritualidad de la CCN sigue las enseñanzas de San Ignacio de Loyola y de Santa Teresa de Ávila y tiene como punto de referencia la experiencia de la Renovación Carismática.

ESTRUCTURA: Los miembros de la CCN viven en fraternidades de barrio (es decir en el mismo barrio), en fraternidades de vida (bajo el mismo techo). La mayor parte de ellos desarrollan una actividad profesional, otros están al servicio de la Iglesia con plena dedicación. La Comunidad vive de su trabajo para cubrir las necesidades básicas y se apoya en la Providencia para llegar a todo lo necesario para cumplir el proyecto de Dios en la misión. Después de tres años de discernimiento, los miembros optan por un compromiso de tres años renovable o por un compromiso definitivo dentro de la Comunidad, que se puede asumir sólo después de haber renovado dos veces el compromiso trienal.

DIFUSIÓN: La CCN cuenta con unos mil miembros y está presente en 20 países distribuidos del siguiente modo: África (6), Europa (9), Norteamérica (2), Oriente Medio (2), Sudamérica (1).

OBRAS: Por iniciativa de la CCN han nacido casas de acogida, casas para estudiantes y jóvenes trabajadores, un dispensario y ambulatorios médicos en África, una librería religiosa. Numerosas parroquias están confiadas a la Comunidad (la cual envía sacerdotes, familias, consagrados), y capellanías de hospitales.

PUBLICACIONES: Tychique, revista bimestral de formación para grupos de oración.

PÁGINA WEB: http://www.chemin-neuf.org

SEDE CENTRAL Communauté Chemin Neuf
Abbaye d’Hautecombe - 73310 Saint Pierre de Curtille (Francia)
Tel. [+33]4.79542612 - Fax 4.79542994
E-mail: webmestre@chemin-neuf.org

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Documentos en la página web de Zenit



Arzobispado de Lima: «El Código da Vinci y sus mentiras»


LIMA, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- En la sección de Documentos de la página web de Zenit (www.zenit.org) se ha publicado el documento «El Código da Vinci y sus mentiras» redactado por el arzobispado de Lima en vísperas de la aparición de la película basada en esa novela.
ZS06051113

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Documentación



Benedicto XVI: Amar el amor humano
Discurso al Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que pronunció este jueves Benedicto XVI al recibir a los participantes en el Congreso Internacional promovido por el Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia de la Universidad Pontificia Lateranense sobre el tema «La herencia de Juan Pablo II sobre el matrimonio y la familia: amar el amor humano».

 

* * *



Señores cardenales,
venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
queridos hermanos y hermanas:

Con gran alegría me encuentro con vosotros en este vigésimo quinto aniversario de la fundación del Instituto Pontificio Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, en la Universidad Pontificia Lateranense. Os saludo a todos con afecto y doy las gracias de corazón a monseñor Livio Melina por las gentiles palabras que me ha dirigido en nombre de todos vosotros.

Los inicios de vuestro Instituto están relacionados con un acontecimiento muy especial: precisamente el 13 de mayo de 1981, en la plaza de San Pedro, mi querido predecesor, Juan Pablo II, sufrió el conocido grave atentado durante la audiencia en la que debería haber anunciado la creación de vuestro Instituto. Este hecho tiene una importancia especial en la actual conmemoración, que celebramos poco después del aniversario de su muerte. Lo habéis querido destacar a través de la oportuna iniciativa de un congreso dedicado al tema «La herencia de Juan Pablo II sobre el matrimonio y la familia: amar el amor humano».

Con razón, vosotros sentís esta herencia de manera totalmente especial, pues sois los destinatarios y continuadores de la visión que constituyó uno de los ejes de su misión y de sus reflexiones: el plan de Dios sobre el matrimonio y la familia. Se trata de una heredad que no es simplemente un conjunto de doctrinas o de ideas, sino que ante todo es una enseñanza dotada de una luminosa unidad sobre el sentido del amor humano de la vida. La presencia de numerosas familias en esta audiencia es un testimonio particularmente elocuente de cómo la enseñanza de esta verdad es acogida y ha dado sus frutos.

La idea de «enseñar a amar» ya acompañó al joven sacerdote Karol Wojtyla y sucesivamente lo entusiasmó, cuando, siendo un joven obispo, afrontó los difíciles momentos que siguieron a la publicación de la profética y siempre actual encíclica de mi predecesor Pablo VI, la «Humanae vitae». Fue en esa circunstancia cuando comprendió la necesidad de emprender un estudio sistemático de este tema. Esto constituyó el sustrato de esa enseñanza que luego ofreció a toda la Iglesia en sus «Catequesis sobre el amor humano». Subrayaba de esta manera dos elementos fundamentales que en estos años habéis tratado de profundizar y que configuran la novedad misma de vuestro Instituto como realidad académica con una misión específica dentro de la Iglesia.

El primer elemento es que el matrimonio y la familia están arraigados en el núcleo más íntimo de la verdad sobre el hombre y su destino. La Sagrada Escritura revela que la vocación al amor forma parte de esa auténtica imagen de Dios que el Creador ha querido imprimir en su criatura, llamándola a hacerse semejante a él precisamente en la medida en la que está abierta al amor. La diferencia sexual que comporta el cuerpo del hombre y de la mujer no es, por tanto, un simple dato biológico, sino que reviste un significado mucho más profundo: expresa esa forma del amor con el que el hombre y la mujer se convierten en una sola carne, pueden realizar una auténtica comunión de personas abierta a la transmisión de la vida y cooperan de este modo con Dios en la procreación de nuevos seres humanos.

Un segundo elemento caracteriza la novedad de la enseñanza de Juan Pablo II sobre el amor humano: su manera original de leer el plan de Dios en la convergencia entre la revelación y la experiencia humana. En Cristo, de hecho, plenitud de la revelación de amor del Padre, se manifiesta también la verdad plena de la vocación al amor del hombre, que sólo puede encontrarse plenamente en la entrega sincera de uno mismo.

En mi reciente encíclica he querido subrayar cómo precisamente a través del amor se expresa «la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino» («Deus caritas est», 1). Es decir, se sirvió del camino del amor para revelar el misterio de su vida trinitaria. Además, la íntima relación que existe entre la imagen de Dios amor y el amor humano nos permite comprender que «a la imagen del Dios monoteísta corresponde el matrimonio monógamo. El matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el icono de la relación de Dios con su pueblo y, viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano» (ibídem, 11). Esta indicación queda todavía en buena parte por explorar. De este modo se perfila la tarea que el Instituto para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia tiene en el conjunto de sus estructuras académicas: iluminar la verdad del amor como camino de plenitud para toda forma de existencia humana. El gran desafío de la nueva evangelización, que Juan Pablo II propuso con tanto empuje, tiene necesidad de ser apoyada con una reflexión auténticamente profunda sobre el amor humano, pues este amor es un camino privilegiado que Dios ha escogido para revelarse al mundo y en este amor lo llama a una comunión en la vida trinitaria. Este planteamiento nos permite superar también una concepción encerrada en el amor meramente privado, que hoy está tan difundida. El auténtico amor se transforma en una luz que guía toda la vida hacia la plenitud, generando una sociedad humanizada para el hombre. La comunión de vida y de amor, que es el matrimonio, se conforma de este modo como un auténtico bien para la sociedad. Evitar la confusión con los demás tipos de uniones basadas en el amor débil constituye hoy algo especialmente urgente. Sólo la roca del amor total e irrevocable entre el hombre y la mujer es capaz de fundamentar la construcción de una sociedad que se convierta en una casa para todos los hombres.

La importancia que el trabajo del Instituto reviste en la misión de la Iglesia explica su configuración propia: de hecho, Juan Pablo II había aprobado un solo Instituto con diferentes sedes distribuidas en los cinco continentes con el objetivo de poder ofrecer una reflexión que muestre la riqueza de la única verdad en la pluralidad de las culturas. Esta unidad de visión en la investigación y en la enseñanza, a pesar de la diversidad de lugares y sensibilidades, representa un valor que tenéis que custodiar, desarrollando las riquezas arraigadas en cada cultura. Esta característica del Instituto se ha demostrado particularmente adecuada para el estudio de una realidad como la del matrimonio y la familia. Vuestro trabajo puede mostrar cómo el don de la creación vivido en las diferentes culturas ha sido elevado a gracia de redención por Cristo.

Para poder realizar bien vuestra misión como fieles herederos del fundador del Instituto, el querido Juan Pablo II, os invitó a contemplar a María santísima, como la Madre del Amor Bello. El amor redentor del Verbo encarnado debe convertirse para cada matrimonio y en cada familia en «fuentes de agua viva n medio de un mundo sediento» («Deus caritas est», 42). A todos vosotros, queridos profesores, estudiantes de hoy y ayer, a todo el personal, así como a las familias de vuestro Instituto, os manifiesto mis mejores deseos, acompañados por una especial bendición.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit.
© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

ZS06051101

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Declaración vaticana tras la audiencia del Papa al presidente de Venezuela, Hugo Chávez


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la declaración que publicó Joaquín Navarro Valls, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, tras la audiencia que concedió Benedicto XVI este jueves la presidente de Venezuela, Hugo Chávez.


 

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Esta mañana el Santo Padre Benedicto XVI ha recibido en audiencia a Su Excelencia el Señor Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, acompañado por su séquito.

En el transcurso del coloquio, el presidente ha ilustrado al Santo Padre los proyectos de cambio social que se están realizando en el país. Benedicto XVI presentó después al presidente algunos de los temas por los que siente un interés particular.

Ante todoha confirmado la libertad de la Santa Sede en el nombramiento de los obispos y ha deseado que la Universidad Católica «Santa Rosa de Lima» pueda mantener su identidad católica.

El Santo Padre ha expresado también su preocupación por un proyecto de reforma educativa en el que no quedaría lugar para la enseñanza de la religión. Ha pedido, además, que los programas de salud pública mantengan como punto fundamental la protección de la vida desde su inicio. Por último, ha subrayado la exigencia de la independencia de los medios de comunicación católicos.

El presidente Hugo Chávez ha asegurado su interés por las peticiones del Santo Padre y su compromiso para superar toda tensión en el respeto de los legítimos derechos de todos.

Por último, el Santo Padre ha entregado al presidente una carta en la que resume sus solicitudes pastorales por el bien del país.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]
ZS06051121

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Encuentro Mundial de las Familias – Catequesis preparatoria III
«La Persona de Jesucristo, centro y síntesis de la fe cristiana»

CIUDAD DEL VATICANO/VALENCIA, jueves, 11 mayo 2006 (ZENIT.org).- «La Persona de Jesucristo, centro y síntesis de la fe cristiana» es el tema de la tercera catequesis del programa que, para todas las parroquias del mundo, han elaborado el Pontificio Consejo para la Familia y el arzobispado de Valencia en preparación al V Encuentro Mundial de las Familias (EMF) --convocado por el Papa en la ciudad española de Valencia del 1 al 9 de julio--.

En nueve capítulos las catequesis tratan los grandes temas del Catecismo de la Iglesia Católica en una reflexión sobre la esencia de la familia cristiana, los valores del matrimonio y la transmisión de la fe.

Sumándose al esfuerzo de preparación, Zenit está difundiendo el texto íntegro de dichas catequesis. Las dos primeras se han publicado el 24 de abril y el 4 de mayo.

La Introducción («El amor humano no puede existir si quiere sustraerse a la Cruz») propueta a este programa catequético es el discurso del Papa Benedicto XVI en la apertura del Congreso eclesial de la diócesis de Roma sobre familia y comunidad cristiana (Zenit, 7 y 8 de junio de 2005).

El EMF pone a disposición del internauta su web plurilingüe www.wmf2006.org.

 

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Catequesis tercera
LA PERSONA DE JESUCRISTO, CENTRO Y SÍNTESIS DE LA FE CRISTIANA



1. Canto Inicial.

2. Oración del Padrenuestro.

3. Lectura bíblica: Mateo 1, 18-25

4. Lectura de la Enseñanza de la Iglesia:

1. "Jesucristo es el Hijo eterno de Dios". Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles… todo fue creado por él y para él… Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud y reconciliar por él y para él todas la cosas, pacificando, mediante la sangre de la Cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos" (cf. Col 1, 15-20).

2. Hecho hombre, por obra del Espíritu Santo en el seno de María, nos manifestó al Padre en su Persona y en su predicación. Nos dio el mandamiento nuevo de que nos amáramos los unos a los otros como él amó; nos enseñó el camino de las bienaventuranzas: ser pobres en espíritu y mansos, tolerar los dolores con paciencia, tener sed de justicia, ser misericordiosos, limpios de corazón, pacíficos, padecer persecución por la justicia. Padeció bajo Poncio Pilato. Murió por nosotros como Cordero inocente que quita el pecado del mundo. Fue sepultado y resucitó por su propio poder, y por su resurrección nos llevó a la participación en la vida divina. Subió al Cielo, de donde ha de venir de nuevo con gloria, para juzgar a los vivos y a los muertos, a cada uno según sus propios méritos. Y su reino no tendrá fin.

3. Por tanto, Jesucristo es el Centro del mundo, de la historia, y de la vida de todos los hombres; y su único Salvador. Sólo en Él está nuestra salvación sin compartirla con otros mediadores o fundadores de religiones. La Persona de Jesucristo, Hijo de Dios y verdadero hombre entre los hombres es, por ello, el centro y la síntesis de la fe cristiana. En él encontramos el programa de la Iglesia y de la familia cristiana, "iglesia doméstica". En consecuencia no hay que inventar un nuevo programa. El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el evangelio y la tradición viva; se centra en definitiva, en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar para vivir en él la vida trinitaria y transformar en él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celestial. Es un programa que no cambia al modificarse los tiempos y las culturas, aunque los tiene en cuenta para un verdadero diálogo y comunicación eficaz.

4. El conocimiento de Jesucristo nace y crece, sobre todo, mediante el encuentro con su Palabra en la escucha y lectura del Evangelio, la participación en la vida, sobre todo en la Eucaristía, el trato en la oración personal y comunitaria, y el servicio y preocupación por los pobres y necesitados. Este conocimiento lleva al amor a su Persona y a practicar el mandamiento del amor al prójimo, que él nos dio como distintivo y que es el comienzo de toda imitación de su vida.

5. Por tanto, la lectura de la Palabra de Dios y el Evangelio en familia, la participación, como familia, en la eucaristía dominical, la oración en común y las obras de caridad tienen un lugar preponderante en el hogar cristiano. Estas manifestaciones son parte esencial de la catequesis familiar.

5. Reflexión del que dirige.

6. Diálogo:

- ¿Se puede amar a Jesús sin conocer su vida y doctrina?
- ¿Cómo pueden los padres hacer cercanas a sus hijos la vida y enseñanza de Jesús?
- ¿Cómo hacer descubrir a los hijos que Cristo vive entre nosotros, aunque ya está gozando de Dios en la gloria del Padre?

7. Compromisos.

8. Oración del Ave María e invocación: Regina familiae. Ora pro nobis.

9. Oración por la familia: Padre de bondad y Dios de todo consuelo, que tanto amaste al mundo que le diste a tu Hijo Unigénito: haz que las familias cristianas sepan presentárselo a sus hijos como el camino que nos lleva hasta ti. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

10. Canto final.

 

© Pontificio Consejo para la Familia y Arzobispado de Valencia 2005


ZS06051120

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