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15
de mayo de 2006
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Santa Sede
El Papa pide reciprocidad en las relaciones entre musulmanes y
cristianos
Dolor del Papa por el accidente de un oleoducto en Nigeria
La Santa Sede en la ONU: Las buenas políticas ambientales
favorecen también a las personas
Mundo
Los cristianos son las víctimas de «El Código da Vinci»; no los
agresores
Según un intelectual, el islam debe comenzar a dialogar en su
propio seno
La Virgen de Fátima dará inicio a la Conferencia del episcopado
latinoamericano
Entrevista
«El Código da Vinci», una oportunidad para mostrar el verdadero
rostro de la Iglesia
La belleza que salva. Comentarios a la «Carta a los artistas de
Juan Pablo II»
Nuevos movimientos
Comunidades Laicas Marianistas
Confederación Internacional del Centro Voluntarios del
Sufrimiento
Confederación Mundial de Exalumnos y Exalumnas de las Hijas de
María Auxiliadora
Conferencia Internacional Católica de Escultismo
Documentación
Benedicto XVI: Claves para la migración desde y hacia los
países de mayoría islámica
Benedicto XVI traza el perfil del sacerdote
Santa Sede
El Papa pide reciprocidad en las
relaciones entre musulmanes y cristianos
Ante el fenómeno de las migraciones «desde y hacia los países de mayoría
islámica»
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Ante el creciente fenómeno de las migraciones «desde y hacia los países de
mayoría islámica», Benedicto XVI insistió este lunes en la importancia del
principio de la reciprocidad.
La reciprocidad, aclaró, consiste en «una relación fundada en el respeto
recíproco y, ante todo, de una actitud del corazón y del espíritu».
Según este principio, los cristianos que están llamados a acoger «con los brazos
abiertos» a inmigrantes de religión islámica esperan que también «los cristianos
que emigran hacia países de mayoría islámica encuentren acogida y respeto de su
identidad religiosa».
El pontífice afrontó este debate de candente actualidad en el discurso que
dirigió a los participantes en la sesión plenaria del Consejo Pontificio de la
Pastoral para los Emigrantes y los Itinerantes, que bajo la presidencia del
cardenal Renato Raffaele Martino afronta hasta este martes el argumento de la
«Migración y movilidad desde y hacia los países de mayoría islámica».
Según reconoció el obispo de Roma, «la movilidad que afecta a los países
musulmanes merece una reflexión específica, no sólo por la importancia
cuantitativa del fenómeno, sino sobre todo porque la islámica es una identidad
característica, tanto desde el punto de vista religioso como cultural».
En este contexto, subrayó, «la Iglesia católica percibe con creciente conciencia
que el diálogo interreligioso forma parte de su compromiso al servicio de la
humanidad en el mundo contemporáneo».
«Vivimos en tiempos en los que los cristianos están llamados a cultivar un
estilo de diálogo abierto sobre el problema religioso, sin renunciar a presentar
a los interlocutores la propuesta cristiana, coherentemente con nuestra propia
identidad».
Al explicar en qué consiste el principio de la reciprocidad, el pontífice citó
la instrucción
«Erga migrantes caritas Christi», firmada por el Consejo Pontificio de la
Pastoral para los Emigrantes y los Itinerantes en mayo de 2004.
El documento define la reciprocidad «no como una actitud meramente
reivindicativa, sino como una relación fundada en el respeto mutuo y en la
justicia, en los tratamientos jurídico-religiosos».
«La reciprocidad es también una actitud del corazón y del espíritu que nos hace
capaces de vivir, todos juntos, en todas partes, con iguales derechos y
deberes», afirma la Instrucción.
«Una sana reciprocidad impulsa a todos a ser "abogados" de los derechos de las
minorías allí donde la propia comunidad religiosa es mayoritaria», aclara ese
texto en el número 64.
En este contexto, el Para recordó por una parte a los cristianos el mandamiento
del amor que Cristo les dejo, según el cual, «cada uno de los creyentes está
llamado a abrir sus abrazos y su corazón a toda persona, cualquiera que sea su
país de proveniencia, dejando que las autoridades responsables de la vida
pública establezcan al respecto las leyes que consideren oportunas para una sana
convivencia».
«Los cristianos deben abrir su corazón en particular a los pequeños y a los
pobres, en los que Cristo mismo está presente de modo singular», insistió.
Ahora bien, en virtud de la reciprocidad, «es de esperar que también los
cristianos que emigran hacia países de mayoría islámica encuentren acogida y
respeto de su identidad religiosa».
ZS06051504
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Dolor del Papa por el accidente de un
oleoducto en Nigeria
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI ha manifestado públicamente su dolor al recibir la noticia del
accidente del 12 de mayo de 2006 provocado por la explosión de un oleoducto en
Lagos, Nigeria, en la que según fuentes de información locales fallecieron más
de doscientas personas.
En un telegrama enviado a las autoridades civiles y eclesiásticas de la
República de Nigeria en nombre del Papa, el cardenal Angelo Sodano, secretario
de Estado, asegura la cercanía del Santo Padre a los familiares de las víctimas.
Encomendando al amor misericordioso del Dios Todopoderoso los numerosos
fallecidos y los que sufren, en especial a las víctimas inocentes de la
catástrofe, Su Santidad asegura a los supervivientes y a todos los que están en
luto su cercanía en la oración, en estos momentos difíciles», afirma el mensaje.
Según medios de comunicación locales la explosión ocurrió mientras tenía lugar
la sustracción ilícita de petróleo del oleoducto, en el mismo lugar donde
centenares de personas murieron hace dos años en condiciones similares.
ZS06051503
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La Santa Sede en la ONU: Las buenas
políticas ambientales favorecen también a las personas
El arzobispo Migliore pide una ecología humana
NUEVA YORK, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
«Las buenas políticas ambientales son por extensión también buenas políticas
para las personas», afirmó el arzobispo Celestino Migliore, observador
permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas, al abogar a favor de una
«ecología humana».
En su intervención el pasado 11 de mayo ante el Consejo Económico y Social de la
ONU (ECOSOC) en Nueva York, en la 14 sesión de la Comisión sobre Desarrollo
Sostenible, el arzobispo afirmó que «sólo la integración de los aspectos
ambiental y de desarrollo, al diseñar políticas, y un empeñado seguimiento
político, llevarán al mejoramiento de los estándares de vida para todos,
asegurando al mismo tiempo el futuro ambiental de nuestro mundo».
Tras denunciar la «irracional destrucción del ambiente natural», afirmó que se
ha producido últimamente la destrucción «todavía más grave del ambiente humano».
«Aunque la gente se preocupe justamente de preservar los entornos naturales
--indicó el arzobispo--, se ha realizado un esfuerzo demasiado exiguo para
salvaguardar las condiciones morales de una auténtica ecología humana», que
ponga a la persona humana «en el centro de las preocupaciones ambientales,
promoviendo simultáneamente un urgente sentido de responsabilidad humana hacia
la Tierra, a nivel estatal, comercial e individual».
Señalando los problemas más críticos a nivel mundial, el prelado recordó en
primer lugar el del agua.
«Dentro de veinte años, las reservas de agua por persona serán un tercio de las
que había en 1950, y en 2025, un tercio de los países tendrá niveles
dramáticamente bajos de agua --denunció--. Incluso hoy, 34.000 personas mueren
cada día por falta de agua limpia: 1.500 millones de personas no tienen acceso
al agua limpia, una cifra que podría llegar a los tres mil millones en 2025».
Si «ésta es ya una crisis humanitaria y ambiental, así como una cuestión de
justicia social», «animar al cambio en la tendencia del consumo y en el aumento
del acceso a las infraestructuras hídricas y a los servicios higiénico, es
también una cuestión de sentido común, siendo además muy atrayentes desde el
punto de vista de las inversiones sociales».
Relacionada con este problema está otra cuestión esencial, la de la seguridad
alimentaria.
«En los últimos tres años, se ha dado un aumento de personas con hambre aunque,
en términos globales, la situación general parece haber mejorado», recordó el
observador vaticano.
«Hay pocas dudas acerca del hecho de que el cambio de las condiciones climáticas
ha tenido un impacto sobre esto. No podemos seguir fingiendo como si la
actividad humana no tuviera repercusión alguna sobre estos problemas», añadió.
Según el arzobispo Migliore, la energía es un elemento fundamental para lograr
los objetivos del desarrollo sostenible.
«Con más de 1.600 millones de personas que no tienen todavía acceso a la
electricidad en el mundo y 2.400 que usan la biomasa tradicional, mejorar el
acceso a servicios energéticos fiables, abordables y sostenibles, desde el punto
de vista ambiental es un desafío fundamental para erradicar la pobreza y lograr
los Objetivos del Milenio».
El representante vaticano en la ONU recordó también la «urgente necesidad de
transformar los sistemas de energía global», subrayando que, el desarrollo de
las fuentes renovables «sigue siendo una necesidad humana, ecológica, económica
y estratégica, y debería tener la prioridad en los proyectos de investigación
con fondos públicos».
En esta situación, subrayó, «la conciliación entre las preocupaciones
ambientales y de desarrollo, y las políticas industriales, llevará seguramente a
un futuro más seguro y próspero para todos».
«Ningún país puede lograr este objetivo por sí solo pero los estados miembros,
trabajando juntos, pueden y deben hacerlo, si se quieren asegurar tendencias
sostenibles en estos sectores esenciales para nuestro futuro común», concluyó.
ZS06051506
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Mundo
Los cristianos son las víctimas de «El
Código da Vinci»; no los agresores
Respuesta del Opus Dei al director de la película
ROMA, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos íntegramente el comunicado que ha enviado este viernes a Zenit la
Oficina de Información del Opus Dei –Prelatura de la Iglesia Católica— en
respuesta a unas declaraciones del director de la película «El Código da Vinci»,
a pocos días de su estreno.
* * *
La prensa italiana ha publicado este jueves algunas entrevistas a Ron Howard,
director de la película Da Vinci Code. En las frases que se le atribuyen, Howard
afirma que “negar el derecho de ver el film es un acto fascista”, y también que
“decir a alguien que no vaya a ver la película es un acto de militancia y la
militancia genera odio y violencia”. En esas entrevistas se menciona varias
veces al Opus Dei. Las frases parecen referirse a las recientes declaraciones de
algunas autoridades de la Iglesia.
Me atrevería a rogar a Ron Howard que mantenga la serenidad y se exprese con
respeto.
No conviene perder de vista la realidad de la situación: esta película es
ofensiva para los cristianos, Howard representa al agresor, y los católicos son
víctima de una ofensa. No se puede quitar al agredido incluso el último derecho,
el de expresar su punto de vista. No son las declaraciones de algunos
eclesiásticos o la petición respetuosa del Opus Dei de incluir una advertencia
al inicio del film de que se trata de un trabajo de ficción, las que generan
violencia: son más bien los retratos odiosos, falsos e injustos, los que
alimentan el odio.
En sus declaraciones, Howard repite también que es simplemente una película, una
historia inventada, y que no hay que tomarla demasiado en serio. Pero no es
posible negar la importancia del cine y de la literatura. La ficción influye en
nuestro modo de ver el mundo, sobre todo entre los jóvenes. No es serio no
tomársela en serio. Ciertamente, la creatividad artística necesita un clima de
libertad, pero la libertad no se puede separar de la responsabilidad.
Imagine usted una película que cuente que Sony esta detrás de los atentados de
las Torres Gemelas, que promovió porque quería desestabilizar los Estados
Unidos. O bien una novela que revele que Sony pagó al pistolero que disparó al
Papa en la Plaza de San Pedro en 1981, porque quería oponerse al liderazgo moral
del Santo Padre. Son sólo historias inventadas. Supongo que Sony, una empresa
respetable y seria, no estaría contenta de verse retratada de este modo en las
pantallas, y que no se quedaría satisfecha con una respuesta del tipo: “no se
preocupe, es sólo ficción, no hay que tomarla demasiado en serio, la libertad de
expresión es sagrada”.
En todo caso, quienes han participado en el proyecto de la película no tienen
motivos para preocuparse. Los cristianos no reaccionarán con odio ni violencia,
sino con respeto y caridad, sin insultos ni amenazas. Pueden seguir calculando
tranquilos el dinero que recaudará la película. Porque la libertad del beneficio
económico parece la única libertad sagrada de verdad, la única exenta de toda
responsabilidad. Es probable que recauden mucho dinero, pero están pagando un
alto precio al deteriorar su prestigio y su reputación.
Espero que la polémica de estos meses no sea estéril, que sirva para que se
reflexione sobre el carácter relativo del beneficio económico cuando están de
por medio valores más altos; sobre la importancia de la ficción; sobre la
responsabilidad que acompaña y protege siempre a la libertad.”
El plan de comunicación de la Oficina ante este caso se puede encontrar en
www.opusdei.org . Allí se explica con
detalle la posición que ha mantenido en estos meses.
Manuel Sánchez Hurtado
Encargado de relaciones con la prensa internacional
Oficina de información del Opus Dei en Roma
ZS06051502
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Según un intelectual, el islam debe
comenzar a dialogar en su propio seno
Azim Nanji imparte una conferencia en el Pontificio Instituto de Estudios Árabes
e Islámicos
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
El profesor Azim Nanji, director del
Instituto de Estudios
Ismaelitas de Londres, afirmó en Roma que el islam debe esforzarse por
«reconocer» su pluralidad y diversidad interna para poder dialogar también con
el resto del mundo.
«El Islam es rico porque es variado», afirmó en Roma este viernes, en la sede
del Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos
PISAI.
Al halar sobre «El mundo musulmán y la comunidad ismaelita hoy: retos y
perspectivas» aclaró que un islam unido no significa que «todos deben creer
exactamente en lo mismo».
El intelectual señaló, por ejemplo, que demográficamente el Islam está presente
sobretodo en tierras no árabes como India, Pakistán, Bangladesh e Indonesia.
«Imponer un punto de vista monolítico sería un error histórico», dijo al apostar
por la convivencia. En este sentido evocó momentos históricos en los cuales el
Islam y las otras religiones convivían en paz y respeto recíproco.
El profesor asumió que «vivimos tiempos difíciles para entablar el diálogo» y
haciendo referencia a la película «El Código da Vinci» o las viñetas satíricas
sobre Mahoma, dijo: «No podemos permitir que la ficción sea el único foro para
informar sobre lo que es el cristianismo y el islam».
«La relación entre el islam y occidente no se puede reducir a las cruzadas, el
Impero Otomano o la inmigración», advirtió, despejando juicios superficiales, y
apeló al encuentro en temas concretos como la bioética y la pobreza.
El profesor Nanji pertenece a la rama minoritaria del Islam del ismaelismo,
dentro del chiísmo (mientras la mayoría de los islámicos son sunníes). El
Instituto que dirige fue fundado por su Alteza Karim Aga Khan IV. Para los
Ismaelitas se trata el 49 imam descendiente de Mahoma.
El rector del PISAI, el padre Justo Lacunza Balda, resaltó los esfuerzos del
profesor Nanji «para tender puentes con el mundo musulmán a través de sus cursos
y publicaciones».
El padre Lacunza recordó que la misión del PISAI consiste en «promover el
entendimiento, mejorar las relaciones y explorar caminos de interacción
religiosa y cultural entre cristianos y musulmanes».
Esto no significa que no haya dificultades, como señaló el rector: «Somos
plenamente conscientes de que estos nobles intentos son difíciles de explicar,
arduos de seguir y difíciles de alcanzar».
«Esto es particularmente verdadero en estos tiempos de turbulencia política de
tensiones culturales y de rivalidades religiosas», reconoció el padre Lacunza.
«Pero no desesperamos en nuestra empresa y no desfalleceremos en nuestro
esfuerzo de todos los días por promover mejores relaciones ente musulmanes y
cristianos, en un espíritu de libertad de pensamiento, de respeto mutuo y de la
dignidad humana».
Azim Nanji fue el invitado a la Conferencia de la Fundación Bradley, que cada
mes de mayo hospeda a un experto del mundo musulmán para hablar en la sede del
Pontificio Instituto cuya administración la llevan los
Misioneros de África, comúnmente
conocidos como Padres Blancos.
ZS06051505
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La Virgen de Fátima dará inicio a la
Conferencia del episcopado latinoamericano
BOGOTÁ, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).- En
el 13 de mayo, festividad de la Virgen de Fátima del próximo año, se inaugurará
la quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, según
ha anunciado el presidente del Comité organizador.
Monseñor Andrés Stanovnik, quien es además secretario general del Consejo
Episcopal Latinoamericano (CELAM) hizo el anuncio este 13 de mayo. Como él mismo
recuerda, en la Conferencia, que se celebrará en Aparecida, Brasil, participará
Benedicto XVI.
«Felizmente esta fecha coincide con la memoria de Nuestra Señora de Fátima
--reconoce el obispo argentino--, cuyo rostro mestizo, cercano y tierno nos
mostró en Guadalupe, y ahora nos convoca desde su pequeña y bella imagen de
Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, para recordarnos que somos sus hijos
y que en su Hijo Jesús, somos hermanos y hermanas; pueblos hermanos y naciones
que queremos vivir solidariamente entre sí, cuidando con especial dedicación y
esmero a sus hijos más pequeños, indefensos y pobres; naciones abiertas a todos
los pueblos de la tierra que decididamente optan por la vida de todos los
hombres y mujeres, sin exclusiones, desde su concepción y hasta su muerte
natural».
Según el secretario general del CELAM, «Nos encontramos en un período
importantísimo de reflexión y elaboración de aportes al Documento de
Participación en las Iglesias Particulares, en los organismos eclesiales que
dependen de las Conferencias Episcopales y aquellos continentales con diversas
vinculaciones a la Iglesia Católica».
En este sentido, informa que «con el propósito de enriquecer la preparación del
encuentro de Aparecida se están llevando a cabo seminarios continentales con
laicos, un Encuentro Continental de Pastoral Mariana, publicaciones
especializadas en torno al tema de la quinta Conferencia».
«Con alegría percibimos que crece el interés y el compromiso de muchas
comunidades en compartir con generosidad la rica experiencia de su vida de fe
como discípulos y misioneros de Jesucristo, su entusiasmo y su estilo de
evangelización; su amor a la Virgen; su pertenencia afectiva y activa a la
Iglesia; su cordial adhesión al Santo Padre; su compromiso amoroso y
preferencial por los pobres y sus decididas acciones a favor de una "cultura de
la vida"», constata.
«Con María, Madre de la Iglesia --concluye--, queremos remar mar adentro, para
que nuestros pueblos tengan vida abundante en Cristo y en solidaridad
construyamos la fraternidad y la paz. A todas las personas y comunidades que
colaboran en la preparación de la quinta Conferencia, llegue nuestro cordial
saludo y nuestro aliento en el camino espiritual que nos lleva al encuentro de
Aparecida».
ZS06051507
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Entrevista
«El Código da Vinci», una oportunidad
para mostrar el verdadero rostro de la Iglesia
PARÍS, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).- Con
motivo de la presentación del filme inspirado en el libro «El Código da Vinci»,
de Dan Brown, el próximo 17 de mayo, el semanario francés «Famille Chrétienne»
prepara su réplica y lanza cuatro números gratuitos. «Se nos ha dado una
oportunidad para mostrar el verdadero rostro de la Iglesia», afirma el director
de la publicación.
En esta entrevista, Philippe Oswald revela además las conclusiones de un sondeo
sobre la Iglesia en Francia y el impacto del libro de Dan Brown, cuyos
resultados han sido publicados en el número del 13 de mayo de la revista que
dirige.
--Con motivo del estreno de la película «El Código da Vinci», ustedes
publican un sondeo del Instituto IPSOS. ¿Qué destacaría de los resultados?
--P. Oswald: De cada 10 personas (sin distinción de categorías) encuestadas en
Francia por IPSOS sobre Cristo y su Iglesia, 3 piensan que Jesús ciertamente o
probablemente nunca existió; 1 juzga que es un impostor; sólo 2 afirman su
naturaleza divina; 7 estiman que no cambia en nada su vida; 8 piensan que la
Iglesia es una invención de los hombres… Es inútil subrayar que este resultado
confirma el alejamiento creciente de los franceses de la fe y de la simple
cultura cristiana.
En la muestra de mil personas encuestadas, el 21% ha leído y el 47% ha oído
hablar de la novela «El Código da Vinci». Sumando las dos, el 68% de personas
sondeadas, más de dos tercios, tienen más o menos idea de lo que se trata.
¡Evidentemente es un índice considerable! Ahora bien, el sondeo ha constatado
diferencias inquietantes entre los que han leído u oído hablar de la novela y
los que no tienen ni idea de su contenido: por ejemplo, cerca de la mitad (48%)
de los lectores del libro no ven en Jesús más que a un hombre, contra menos de
un tercio (29%) de los que no lo han leído. Los lectores del libro han sido
inducidos a pensar que Jesús no resucitó (entre ellos el índice de los que
niegan la resurrección es de un 10,7 % superior con respecto a los que no
conocen la novela). También han dejado de pensar que la Iglesia tiene un papel
positivo, en un 14 % más que los que desconocen el libro. Más de una cuarta
parte (26,4 %) de los que no han leído el libro piensan que María Magdalena era
la mujer o la amante de Jesús: esta cifra es ya de por sí impresionante. Pero de
quienes han leído el libro, cerca de la mitad (48,3 %) ¡llegan a esta
conclusión! ¿Esto no es como para que la Iglesia haga un examen de conciencia?
--¿Cómo se explica la pasión por este filme y por la trama detectivesca
inventada por Dan Brown?
--P. Oswald : Monseñor Angelo Amato, secretario de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, explica el extraño éxito de una novela empecinadamente
anticristiana como “El Código da Vinci” por «la extrema pobreza cultural de una
buena parte de los cristianos que, a menudo, no saben dar razón de su
esperanza».
Ciertamente «El Código da Vinci» es un «thriller» lleno de golpes de efecto.
Pero su éxito sigue siendo «extraño», si se considera el número de
inverosimilitudes que acumula, no sólo respecto a la Iglesia sino en cuanto a la
historia en general, incluida la del arte (lo que cuenta, sobre Leonardo da
Vinci, pretendidamente afiliado a un «priorato de Sión», fundado en realidad por
un «iluminado» en... 1956, debería hacerle perder toda credibilidad). Dicho
esto, el apasionamiento se explica también por la afición de las masas a la
teoría del complot, y el desafío creciente a las religiones, que afecta también
al cristianismo, y que tiene particular enganche entre los viejos prejuicios
contra la Iglesia católica, supuestamente «totalitaria» por el hecho de estar
jerarquizada. Es más, la Iglesia tiene la osadía de advertir persistentemente
sobre los comportamientos morales.
Las tomas de postura del magisterio a favor del respeto incondicional a la vida,
desde la concepción hasta la muerte, o del matrimonio heterosexual e
indisoluble, atraen a priori el desafío o el rechazo. Pero de todos modos la
Iglesia «se salva» para una mayoría de personas encuestadas, hayan leído o no el
libro, por su empeño humanitario. Al menos, así interpretamos el 63% de
respuestas positivas y muy positivas del conjunto de personas interrogadas (pero
con el déficit de simpatía de 14 puntos ya señalado por parte de los lectores de
«El Código da Vinci», en comparación con los que no han oído hablar del libro).
--Como director de la redacción de un semanario familiar católico, ¿por qué
le parece tan importante informar sobre los aspectos controvertidos de la
historia de Dan Brown?
P. Oswald : Dentro de unos días, el 17 de mayo, la manipulación de la novela «El
Código da Vinci» tendrá un alcance nuevo con el estreno, en Cannes, de la
película que se inspira en ella. Las elucubraciones de Dan Brown sobre los
supuestos «secretos» de la Iglesia, la persona de Jesús, sus relaciones con
María Magdalena, «la invención» del cristianismo por el emperador Constantino, o
las oscuras intenciones atribuidas al Opus Dei, tendrán un impacto redoblado en
los espectadores que no tienen, en su mayoría, sino una vaga idea de la religión
católica. Sería para descorazonarse. Pero también se puede decir que se nos
ofrece una oportunidad de mostrar el verdadero rostro de la Iglesia. No sólo
ésta no tiene nada que ocultar, sino que se pone al descubierto para anunciar la
salvación en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Por otra parte, nuestro sondeo revela también que si el 30% de las personas que
leyeron el libro creen que su fundamento es «más bien verdadero», el 30% lo
juzga «completamente falso». Sin prejuzgar el efecto que producirá el filme,
este «empate» ¿no abre pistas para una estrategia de comunicación, o mejor de
evangelización?
Nosotros hemos concebido nuestra réplica a «El Código da Vinci» en el espíritu
del judo --este deporte de combate no violento, que consiste en devolver contra
él la fuerza del adversario--. Consiste en un serial de cuatro números (13, 20,
27 de mayo y 4 de junio) con encuestas, entrevistas, crónicas, etc.
Se puede recibir gratuitamente, a petición, en el sitio
www.davincicode-laverite.com.
ZS06051501
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La belleza que salva. Comentarios a la
«Carta a los artistas de Juan Pablo II»
Entrevista a María Antonia Labrada
PAMPLONA, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
La profesora universitaria María Antonia Labrada ha pedido a nueve personas que
comenten la
«Carta a los Artistas» de Juan Pablo II. El resultado es el libro «La
belleza que salva. Comentarios a la "Carta a los artistas de Juan Pablo II"»
publicado en Madrid por
Rialp.
El libro contiene comentarios de Juan José García Noblezas («El artista y el
bien común»), Nieves Acedo («La especial vocación del artista»), Pablo Blanco
(«La Iglesia tiene necesidad del arte») y la misma Labrada («El artista, imagen
de Dios creador»).
La profesora Labrada estudió Filosofía y Letras y Ciencias Políticas en la
Universidad Complutense de Madrid en donde se doctoró en 1980. Obtuvo la plaza
de Profesora Titular de Universidad en la Universidad de Valencia y desde 1980
es profesora de Estética y Teoría de las Artes en la Universidad de Navarra.
Ha escrito varios libros entre los que se encuentran «Belleza y racionalidad:
Kant y Hegel» (1990), «Sobre la razón poética» (1992), y «Estética» (1998). Su
tarea investigadora está centrada en las corrientes actuales del pensamiento
estético.
Zenit la ha entrevistado para conocer mejor el porqué de esta respuesta coral a
la carta de Juan Pablo II.
--La Carta del Papa a los artistas es del 1999. ¿Por qué han esperado a
después de su muerte a responder a esta carta?
-- Labrada: Cuando salió la carta en 1999 la leí y la estudié pero no se me
ocurrió escribir ningún comentario. Sólo empecé a hablar con Juan Pablo II a
raíz de su muerte. Desde entonces, sin proponérmelo, mantengo con Juan Pablo II
un diálogo de lo más variado, también intelectual.
En realidad, la respuesta a esta Carta a los artistas se gestó en los días
siguientes al fallecimiento de Juan Pablo II; lo que empezó como un modo de
llenar el vacío que dejaba su ausencia, enseguida se reveló como un formidable
reto intelectual.
--Juan Pablo II, «artista de la vida». ¿Qué motivos le inducen a apelar así
al Papa?
--Labrada: En la vida de Juan Pablo II se percibe una nota que es característica
de las obras de arte logradas: la unidad. Esta unidad es más difícil de
conseguir cuantos más elementos diferenciales o de dispersión existen en la obra
de arte o, en este caso, en la vida.
Y en la vida de Juan Pablo II no sólo hay elementos de tensión o de dispersión
sino, me atrevería a decir, de ruptura, de desgarro. Y, sin embargo, al final
-como todo el que quiso pudo comprobar en directo a través de la televisión- ahí
estaba el sentido, la clave, el eje de su existencia.
--¿Que quiere decir cuando habla de la «concepción dramática» de la
existencia de Juan Pablo II?
--Labrada: Juan Pablo II además de tener una gran inteligencia era una persona
apasionada y necesitaba expresarse, comunicar a los demás su pensamiento, sus
creencias. Esto le llevaba a dar vida a las ideas, y a dejar que estas ideas
tuvieran su propia consistencia impactando en la vida de los demás.
Esta es la concepción dramática de la existencia presente en la tradición
cultural polaca a la que se refiere el libro que comentamos. La palabra drama no
significa en este caso tragedia sino acción plena de sentido (logos) y
por lo tanto comunicativa.
--¿En que consiste la «alianza» que propone Juan Pablo II entre arte y
religión?
--Labrada: El diálogo entre arte y religión no depende, según Juan Pablo II, de
que el arte tenga un tema religioso. La carta a los artistas propone un diálogo
entre dos experiencias, la religiosa y la artística, que tiene un mismo
fundamento. La experiencia de lo que significa ser creado lleva al creyente a
entablar un diálogo con su Creador, es decir, a la experiencia religiosa.
Pues bien, esta misma experiencia es connatural al artista en la relación con
sus obras, y por eso los primeros capítulos del Génesis en los que se narra la
creación del mundo continúan siendo una fuente de inspiración para el arte,
también para el arte no figurativo.
--¿Detecta un leitmotiv en esta respuesta a la carta del Papa?
--Labrada: Sí. El agradecimiento a Juan Pablo II por su comprensión profunda del
arte que le lleva a descubrir en los artistas la imagen de Dios Creador.
ZS06051508
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Nuevos movimientos
Comunidades Laicas Marianistas
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de las Comunidades Laicas Marianistas.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: COMUNIDADES LAICAS MARIANISTAS
SIGLA: CLM (Comunidades Laicas Marianistas)
FUNDACIÓN: 1993
HISTORIA: Las CLM tienen su origen en las congregaciones marianas a las que el
beato Guillaume-Joseph Chaminade (1761-1850) dio origen en Burdeos, en Francia,
en 1800, con la intención de formar fieles laicos a una seria espiritualidad
personal, al amor a la Virgen Inmaculada y a un real compromiso apostólico
dentro de la sociedad descristianizada de la Revolución. En 1808 en las
congregaciones marianas confluyeron también los miembros de las asociaciones
juveniles femeninas fundadas en Agen por la venerable madre Adele de Batz de
Trenquelléon. La experiencia se difundió rápidamente, sobrepasando los confines
franceses. Algunos años después, cuando algunos congregantes se declararon
dispuestos a abrazar una vida de total consagración a Dios bajo la protección y
la guía de María, el padre Chaminade fundó las Hijas de María Inmaculada (1816)
y los Marianistas (1817), sus dos congregaciones religiosas. Nació la familia
marianista, constituida por laicos, religiosos y religiosas, unidos en la única
misión de dar a conocer y amar a María, educando en la fe sobre todo a las
jóvenes generaciones. En 1993 la rama laica de la Familia, cuyas comunidades
esparcidas por el mundo se reunieron por primera vez en Santiago de Chile,
adoptó una propia estructura de gobierno a nivel internacional. En 1996 se
constituyó el Consejo mundial de la Familia marianista, que reúne el Equipo
internacional de las CLM, la representante de la Alianza Mariana y los
Consejeros generales de las Hijas de María Inmaculada y de los Marianistas. El
25 de marzo de 2000 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el
reconocimiento de las Comunidades Laicas Marianistas como asociación
internacional de fieles de derecho pontificio.
IDENTIDAD: Las CLM son comunidades de laicos cristianos que se ponen al servicio
de la misión de la Iglesia en el mundo, según el carisma de los Fundadores. Sus
miembros se proponen ser hombres y mujeres fuertes en la fe y perseverantes en
la esperanza; acoger a María –que aceptó la presencia del Espíritu en su vida
para dar al mundo a Dios-con-nosotros– como Madre, modelo y educadora que invita
a poner en práctica la palabra del Señor para poder responder a las necesidades
de los hombres; vivir la fe en pequeñas comunidades, siguiendo el ejemplo de los
primeros cristianos; ser mensajeros del Evangelio atentos a los signos de los
tiempos y que actúan para la difusión del reino de Dios y la construcción de un
mundo de paz y de justicia, en la opción preferencial por los pobres.
ESTRUCTURA: Las CLM se estructuran en grupos locales, nacionales y regionales.
Cada Comunidad, en su nivel correspondiente, está guiada por una persona o por
un equipo responsable. El conjunto de los grupos nacionales constituye las
regiones, coordinadas por los responsables regionales. La coordinación de la
asociación a nivel internacional es competencia de la Asamblea –que se reúne
cada cuatro años con la participación de los miembros del Equipo internacional,
de los responsables de las comunidades nacionales y de los consejeros
espirituales– y del Equipo internacional, que representa a la Asociación y está
encargada de realizar las decisiones de la Asamblea.
DIFUSIÓN: Las CLM están presentes en 28 países distribuidos del siguiente modo:
África (7), Asia (3), Europa (6), Norteamérica (5), Oceanía (1), Sudamérica (6).
PUBLICACIONES: Las CLM gestionan publicaciones a nivel nacional.
PÁGINA WEB: http://www.marianist.org
SEDE CENTRAL Comunidades Laicas Marianistas
Achával 538 - C1406 CWH
Buenos Aires (Argentina)
Tel. [+54]11.4323111
E-mail: cbeneitez@intramed.net.ar
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Confederación Internacional del Centro
Voluntarios del Sufrimiento
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de la Confederación Internacional del Centro Voluntarios del Sufrimiento.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: CONFEDERACIÓN INTERNACIONAL
DEL CENTRO VOLUNTARIOS DEL SUFRIMIENTO
SIGLA: CVS Internacional
FUNDACIÓN: 1943
HISTORIA: El CVS nació en Roma por iniciativa de monseñor Luigi Novarese
(1914-1984) que, después de la experiencia personal de la enfermedad, sintió la
necesidad de dar vida a una actividad apostólica de sacerdotes y laicos que
afirmase el compromiso bautismal de la persona sufriente, no sólo objeto de
asistencia, sino sujeto de acción con un específico apostolado que realizar en
beneficio de la Iglesia y de la sociedad. Dentro del movimiento, fundado con la
colaboración de la hermana Elvira Myriam Psorulla, surgieron más tarde los
Silenciosos Operarios de la Cruz, un grupo de personas llamadas a garantizar la
continuidad de la obra, asumiendo roles directivos y viviendo la radicalidad de
la dedicación al apostolado mediante la profesión de los consejos evangélicos y
la consagración a la Virgen Inmaculada. La exigencia de manifestar también a
nivel institucional la unidad de espíritu que une a los Silenciosos Operarios de
la Cruz con el Centro Voluntarios del Sufrimiento y a éstos entre sí llevó a la
constitución del CVS Internacional. El 21 de enero de 2004 el Consejo Pontificio
para los Laicos decretó el reconocimiento de la Confederación Internacional del
Centro Voluntarios del Sufrimiento como asociación internacional de fieles de
derecho pontificio.
IDENTIDAD: El CVS Internacional reúne asociaciones de fieles comprometidas en el
apostolado de los que sufren, generalmente denominadas “Centro Voluntarios del
Sufrimiento”. Tiene la finalidad de promover, favorecer y asegurar la
realización de la intuición carismática de monseñor Novarese, quien afirma que
el sufrimiento del enfermo es una participación en el misterio pascual de Cristo
que lo hace apóstol y que, por tanto, es una primicia y profecía para valorar
toda forma de sufrimiento presente en la vida del hombre. Todo esto con un
espíritu de profunda adhesión a las peticiones de oración y de penitencia
características de la espiritualidad mariana de Lourdes y de Fátima, que la
Confederación reconoce como los lugares de la propia fundación espiritual. Para
conseguir los propios fines el CVS Internacional desarrolla una acción
sistemática de coordinación y promoción de las asociaciones que forman parte en
ella mediante planes de formación e iniciativas finalizadas al incremento y a la
difusión de cada una de las asociaciones y de la misma Confederación; publica
subsidios e instrumentos editoriales; promueve jornadas de ejercicios
espirituales, cursos y encuentros de estudio, reuniones y peregrinaciones;
organiza cursos de cualificación para el desarrollo de actividades de
rehabilitación, socio-culturales, deportivas y recreativas.
ESTRUCTURA: Órganos de gobierno del CVS Internacional son la Asamblea general,
que representa y expresa la participación de todos los entes al común proyecto
apostólico; el Consejo de Presidencia, encargado de coordinar las actividades de
los Centros, que está presidido por el Responsable para el apostolado de los
Silenciosos Operarios de la Cruz.
DIFUSIÓN: El CVS Internacional cuenta con unas cien asociaciones confederadas,
que reúnen a unas 10.000 personas y está presente en 12 países distribuidos del
siguiente modo: África (2), Asia (1), Europa (6), Norteamérica (1), Sudamérica
(2).
PUBLICACIONES: L’Ancora, mensual de información y formación; L’Ancora nell’unità
della salute, bimestral de investigación científica y estudio.
PÁGINA WEB: http://www.sodcvs.org
SEDE CENTRAL: Confederazione Internazionale dei Centri Volontari della
Sofferenza
Via Monte del Gallo, 105/111
I - 00165 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.39674243 - Fax 06.39637828
E-mail: direzionegenerale@sodcvs.org; o también: apostolato@sodcvs.org
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Confederación Mundial de Exalumnos y
Exalumnas de las Hijas de María Auxiliadora
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de la Confederación Mundial de Exalumnos y Exalumnas de las Hijas de María
Auxiliadora.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: CONFEDERACIÓN MUNDIAL DE EXALUMNOS Y EXALUMNAS DE LAS
HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
DENOMINACIÓN HABITUAL: Exalumnos y Exalumnas de las Hijas de María Auxiliadora
FUNDACIÓN: 1908
HISTORIA: En los primeros años del siglo XX un grupo de antiguas oratorianas de
Turín, guiadas por don Filippo Rinaldi y por la Hna. Caterina Arrighi, se
organizó como asociación para compartir y difundir en el propio ambiente los
valores de la educación recibida en las escuelas de las HMA. Será el mismo padre
Rinaldi quien inspirará la modalidad para dar vida a una confederación
internacional que, de generación en generación, pueda transmitir en el mundo la
herencia educativa de don Bosco y de la Madre Maria Domenica Mazzarello,
canonizada en 1951. Con sorprendente rapidez esas mujeres inventan en cualquier
lugar vías de solidaridad concreta y de educación para llegar a jóvenes, niños,
madres de familia, obreras, profesores y campesinas. Se crean escuelas por la
tarde para amas de casa y para italianas emigradas, escuelas profesionales
populares gratuitas, sociedades de mutua ayuda y cajas de ahorro, oficinas de
secretaría para información, bibliotecas circulantes y compañías de teatro. En
1911 se tuvo, en Turín, el primer Encuentro general que originó un crecimiento
no sólo cuantitativo, sino cualitativo de la asociación. En 1921 se publicó el
primer número de Unión, el órgano informativo que une todavía hoy a los antiguos
alumnos y alumnas de las HMA. En 1988, año centenario de la muerte de don Bosco,
el Rector Mayor de los Salesianos reconoció oficialmente la Confederación
Mundial de Exalumnos y Exalumnas de las Hijas de María Auxiliadora como Grupo de
la Familia Salesiana.
IDENTIDAD: La Confederación, a la que pertenecen hombres y mujeres formados en
las escuelas de las HMA independientemente de su pertenencia religiosa,
cultural, social y étnica, busca el compartir, la profundización y el testimonio
de los valores humanos y religiosos en los que las antiguos alumnos han sido
educados según el sistema preventivo, que constituye la síntesis de la
experiencia educativa de don Bosco. Además, promueve la formación integral de
los antiguos alumnos y alumnas católicos a la luz del Evangelio, sea valorizando
las ayudas espirituales comunes a todos los bautizados y aquellas
características de la educación salesiana, sea favoreciendo su compromiso de dar
testimonio de la fe y a participar en la misión de la Iglesia. La Asociación
también se prepara con solicitud para que los antiguos alumnos y alumnas no
cristianos puedan encontrar en la educación salesiana elementos para profundizar
los valores humanos y religiosos característicos de la propia cultura. Los
antiguos alumnos y alumnas de las HMA se comprometen a mantener fuertes los
vínculos que les unen en el ideal de reproponer con la propia vida los valores
auténticos que hacen al hombre digno de su nombre; a colaborar con instituciones
civiles y asociaciones de voluntariado movilizando acciones solidarias para
responder a las necesidades que surgen en el mundo; a favorecer una nueva
autoconciencia femenina y una cultura en la que el ser mujer sea una riqueza y
no un problema; a impulsar, animar y sostener iniciativas en favor de los
jóvenes en dificultad; a promover el uso de los medios de comunicación como
instrumentos de comunicación de valores.
ESTRUCTURA: El grupo base de las agregaciones es la Unión, el conjunto de las
Uniones forma la Federación; el conjunto de las Federaciones da origen a la
Confederación Mundial. En cada nivel se han constituido, con funciones de
animación y funciones deliberativas y ejecutivas, una Asamblea, un Consejo y una
Junta ejecutiva compuesta por laicos. A nivel central actúan el Colegio de los
Probiviri y el Colegio de los Revisores de las Cuentas. El Instituto de las HMA,
a través de la Consulta, tiene en la Asociación una tarea de formación y de guía
espiritual. La Consulta tiene derecho a participar en las reuniones de Consejo y
de Junta e interviene en todas las fases de la vida asociativa.
DIFUSIÓN: La Confederación cuenta con más de 40.000 miembros sólo en Italia,
millones en el mundo, incluso entre los no cristianos, y está presente en 49
países distribuidos del siguiente modo: África (4), Asia (7), Europa (11),
Norteamérica (13), Oriente Medio (4), Sudamérica (10). OBRAS No existen obras
institucionalizadas gestionadas directamente por la Confederación. Los Antiguos
Alumnos y Antiguas Alumnas de las HMA se comprometen en obras de caridad, de
promoción humana, de alfabetización, de catequesis, además de comprometerse en
la animación de centros juveniles cooperando, con el estilo salesiano laical, en
la realización del proyecto apostólico del Instituto de las HMA.
PUBLICACIONES: Unión, mensual publicado en italiano, español y portugués.
PÁGINA WEB: http://
www.exallievefma.com
SEDE CENTRAL: Confederazione Mondiale Exallieve ed Exallievi di Maria
Ausiliatrice
Via Gregoria VII, 133/B, int. 4
I - 00165 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.635692 - Fax 0639375131
E-mail: unionefma@cgfma.org
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Conferencia Internacional Católica de
Escultismo
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de la Conferencia Internacional Católica de Escultismo.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: CONFERENCIA INTERNACIONAL CATÓLICA
DE ESCULTISMO
SIGLA: CICS (Conférence Internationale Catholique du Scoutisme)
FUNDACIÓN: 1948
HISTORIA: El origen de La CICS se encuentra en el Office International du
Scoutisme Catholique que en 1920, de un acuerdo, con ocasión del primer
encuentro mundial de escultismo, entre el jesuita francés Jacques Sevin (Scout
de France), el conde Mario di Carpegna (Associazione Scout Cattolici Italiani) y
el profesor Jean Corbisier (Baden-Powell Belgian Boy Scouts). La iniciativa
recibió la bendición de Benedicto XV y en julio de 1922 fue aprobado un
reglamento al que se adhirieron Argentina, Austria, Bélgica, Chile, Ecuador,
España, Francia, Hungría, Italia, Luxemburgo y Polonia. Entre 1946 y 1947 los
responsables de las asociaciones scout católicas volvieron a crear contactos,
interrumpidos durante la segunda guerra mundial y decidieron encontrarse todos
los años. En junio de 1962 la Santa Sede aprobó la Carta del escultismo católico
y los estatutos de la asociación, que asumió el nombre de Conferencia
Internacional Católica de Escultismo. En cuanto organización católica
internacional católica, la CICS es miembro de la Conferencia de las OIC y tiene
estatuto consultivo en el Comité Mundial de Escultismo.
IDENTIDAD: Lugar de encuentro para los responsables y los educadores scout, que
encuentra en ella un espacio para intercambio de las propias experiencias
pedagógicas, la CICS hace una propuesta de formación y de información para todos
sus miembros. Su finalidad peculiar es la de contribuir a la educación integral
de los jóvenes mediante la pedagogía scout iluminada por la fe católica;
asegurar la presencia activa de los scout católicos en la Iglesia; favorecer el
diálogo entre la Iglesia católica y el Movimiento scout mundial. Su doble lazo
con la Iglesia católica y con el Movimiento scout impone a la CICS contactos y
relaciones con distintas instituciones nacionales e internacionales, en las que
se compromete a promover el desarrollo de los programas de educación a la fe y a
tutelar el respeto de la opción y de la expresión de la fe. La CICS logra sus
propios objetivos mediante la organización de seminarios y estudios sobre la
dimensión espiritual en la pedagogía scout, sobre la educación a la fe; sobre la
relación entre pertenencia a la Iglesia y pertenencia al Movimiento scout, sobre
el diálogo interreligioso dentro del escultismo. La CICS participa en las
actividades internacionales de la Iglesia católica (Jornada Mundial de la
Juventud, fórum, seminarios) y del Movimiento scout (conferencias mundiales y
regionales, Jamboree). Puntos de referencia de su acción son la Constitución
mundial del movimiento scout y la Carta del escultismo católico aprobada por la
Santa Sede en 1977.
ESTRUCTURA: Órgano supremo de la CICS es el Consejo mundial que se reúne cada
tres años con participación de los responsables de las organizaciones miembros.
El Consejo mundial elige al Secretario general que coordina las actividades de
la Conferencia a nivel mundial, ayudado de un Secretariado general constituido
por dos Vicesecretarios, el Tesorero y el Asistente eclesiástico mundial. Órgano
ejecutivo es el Comité permanente, formado por los miembros del Secretariado
general y por los miembros de los cuatro Secretariados regionales existentes
para África, Asia-Pacífico, Américas, Europa-Mediterráneo. A la CICS pertenecen
asociaciones scout católicas, comités y consejos católicos de asociaciones scout
pluriconfesionales.
DIFUSIÓN: La CICS cuenta con 53 organizaciones miembros y está presente en 50
países distribuidos del siguiente modo: África (12), Asia (6), Europa (17),
Norteamérica (4), Oceanía (1), Oriente Medio (2), Sudamérica (8).
PUBLICACIONES: Info, boletín bimestral de información; Signes, revista
cuatrimestral; Cahiers, cuadernos semestrales de reflexión y animación. Las tres
publicaciones se editan en francés, inglés y español.
PÁGINA WEB: http://www.cics.org
SEDE CENTRAL: Conférence Internationale Catholique du Scoutisme
Piazza Pasquale Paoli, 18
I - 00186 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.6865270 - Fax 06.6865211
E-mail: cics-iccs@cics.org
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Documentación
Benedicto XVI: Claves para la migración
desde y hacia los países de mayoría islámica
Discurso al Consejo Pontificio de la Pastoral para los Emigrantes y los
Itinerantes
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI este lunes a los participantes
en la sesión plenaria del Consejo Pontificio de la Pastoral para los Emigrantes
y los Itinerantes a quienes recibió en la Sala Clementina del Vaticano.
* * *
Señores cardenales,
venerados hermanos en el episcopado y en el presbiterado,
queridos hermanos y hermanas:
Os doy con alegría la bienvenida con motivo de la sesión plenaria del Consejo
Pontificio de la Pastoral para los Emigrantes y los Itinerantes. Saludo, en
primer lugar, al señor cardenal Renato Raffaele Martino, a quien doy las gracias
por las palabras con las que ha introducido nuestro encuentro. Saludo también al
secretario, a los miembros y a los consultores de este Consejo Pontificio, de
manera especial a quienes han sido nombrados recientemente y a todos deseo un
fecundo trabajo.
El tema escogido para esta sesión, «Migración y movilidad desde y hacia los
países de mayoría islámica», afecta a una realidad social que se hace cada vez
más actual. La movilidad que afecta a los países musulmanes merece, por ello,
una reflexión específica, no sólo por la importancia cuantitativa del fenómeno,
sino sobre todo porque la islámica es una identidad característica, tanto desde
el punto de vista religioso como cultural. La Iglesia católica percibe con
creciente conciencia que el diálogo interreligioso forma parte de su compromiso
al servicio de la humanidad en el mundo contemporáneo. Esta convicción se ha
convertido, como se suele decir, en el «pan de cada día», en especial para los
que trabajan en contacto con los emigrantes, con los refugiados y con las
diferentes categorías de personas itinerantes. Vivimos en tiempos en los que los
cristianos están llamados a cultivar un estilo de diálogo abierto sobre el
problema religioso, sin renunciar a presentar a los interlocutores la propuesta
cristiana, coherentemente con nuestra propia identidad.
Se percibe también, cada vez más, la importancia de la reciprocidad en el
diálogo. Reciprocidad que la Instrucción
«Erga migrantes caritas Christi» define como un «principio» de gran
importancia. Se trata de «una relación fundada en el respeto recíproco» y, ante
todo, de «una actitud del corazón y del espíritu» (n.64). La importancia y
delicadeza de este compromiso es testimoniada por los esfuerzos que se están
haciendo en muchas comunidades para tejer relaciones de conocimiento mutuo y de
estima con los inmigrantes, que parecen particularmente útiles para superar
prejuicios y cerrazones mentales.
En la acción de acogida y diálogo con los inmigrantes e itinerantes, la
comunidad cristiana tiene, como constante punto de referencia, a Cristo, que
dejó a sus discípulos, como regla de vida, el mandamiento nuevo del amor. El
amor cristiano, por su naturaleza, es previsor. Por este motivo cada uno de los
creyentes está llamado a abrir sus abrazos y su corazón a toda persona,
cualquiera que sea su país de proveniencia, dejando que las autoridades
responsables de la vida pública establezcan al respecto las leyes que consideren
oportunas para una sana convivencia.
Estimulados continuamente a testimoniar ese amor que enseñó el Señor Jesús, los
cristianos deben abrir su corazón en particular a los pequeños y a los pobres,
en los que Cristo mismo está presente de modo singular. De este modo,
manifiestan el carácter más característico y propio de la identidad cristiana:
el amor que Cristo vivió y sigue transmitiendo a la Iglesia mediante el
Evangelio y los Sacramentos. Por supuesto, es de esperar que también los
cristianos que emigran hacia países de mayoría islámica encuentren acogida y
respeto de su identidad religiosa.
Queridos hermanos y hermanas, aprovecho esta ocasión para daros las gracias por
lo que hacéis a favor de una pastoral orgánica y eficaz a favor de los
emigrantes e itinerantes, poniendo al servicio de esta tarea vuestro tiempo,
vuestras capacidades y vuestra experiencia. Todos comprenden que ésta es una
frontera significativa de la nueva evangelización en el mundo actual
globalizado. Os aliento a continuar vuestro trabajo con renovado entusiasmo, que
por mi parte sigo con atención, y lo acompaño con la oración para que el
Espíritu Santo haga fecunda cada una de vuestras iniciativas por el bien de la
Iglesia y del mundo.
Que María Santísima, que vivió su fe como peregrinación en las diferentes
circunstancias de su existencia terrena, vele por vosotros. Que la Virgen Santa
ayude a todo hombre y mujer a conocer a su Hijo Jesucristo y a recibir el don de
la salvación. Con este deseo imparto mi bendición a todos vosotros y vuestros
seres queridos.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit
© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
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Benedicto XVI traza el perfil del
sacerdote
Homilía en la misa de ordenación sacerdotal de quince diáconos
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la homilía que pronunció Benedicto XVI en la santa misa de ordenación
sacerdotal de quince diáconos de la diócesis de Roma en la Basílica de San Pedro
el domingo 7 de mayo de 2006.
* * *
Queridos hermanos y hermanas;
queridos ordenandos:
En esta hora en la que vosotros, queridos amigos, mediante el sacramento de la
ordenación sacerdotal sois introducidos como pastores al servicio del gran
Pastor, Jesucristo, el Señor mismo nos habla en el evangelio del servicio en
favor de la grey de Dios.
La imagen del pastor viene de lejos. En el antiguo Oriente los reyes solían
designarse a sí mismos como pastores de sus pueblos. En el Antiguo Testamento
Moisés y David, antes de ser llamados a convertirse en jefes y pastores del
pueblo de Dios, habían sido efectivamente pastores de rebaños. En las pruebas
del tiempo del exilio, ante el fracaso de los pastores de Israel, es decir, de
los líderes políticos y religiosos, Ezequiel había trazado la imagen de Dios
mismo como Pastor de su pueblo. Dios dice a través del profeta: "Como un pastor
vela por su rebaño (...), así velaré yo por mis ovejas. Las reuniré de todos los
lugares donde se habían dispersado en día de nubes y brumas" (Ez 34, 12).
Ahora Jesús anuncia que ese momento ha llegado: él mismo es el buen Pastor en
quien Dios mismo vela por su criatura, el hombre, reuniendo a los seres humanos
y conduciéndolos al verdadero pasto. San Pedro, a quien el Señor resucitado
había confiado la misión de apacentar a sus ovejas, de convertirse en pastor con
él y por él, llama a Jesús el "archipoimen", el Mayoral, el Pastor supremo (cf.
1 P 5, 4), y con esto quiere decir que sólo se puede ser pastor del rebaño de
Jesucristo por medio de él y en la más íntima comunión con él. Precisamente esto
es lo que se expresa en el sacramento de la Ordenación: el sacerdote, mediante
el sacramento, es insertado totalmente en Cristo para que, partiendo de él y
actuando con vistas a él, realice en comunión con él el servicio del único
Pastor, Jesús, en el que Dios como hombre quiere ser nuestro Pastor.
El evangelio que hemos escuchado en este domingo es solamente una parte del gran
discurso de Jesús sobre los pastores. En este pasaje, el Señor nos dice tres
cosas sobre el verdadero pastor: da su vida por las ovejas; las conoce y ellas
lo conocen a él; y está al servicio de la unidad. Antes de reflexionar sobre
estas tres características esenciales del pastor, quizá sea útil recordar
brevemente la parte precedente del discurso sobre los pastores, en la que Jesús,
antes de designarse como Pastor, nos sorprende diciendo: "Yo soy la puerta" (Jn
10, 7). En el servicio de pastor hay que entrar a través de él. Jesús pone de
relieve con gran claridad esta condición de fondo, afirmando: "El que sube por
otro lado, ese es un ladrón y un salteador" (Jn 10, 1).
Esta palabra "sube" ("anabainei") evoca la imagen de alguien que trepa al
recinto para llegar, saltando, a donde legítimamente no podría llegar. "Subir":
se puede ver aquí la imagen del arribismo, del intento de llegar "muy alto", de
conseguir un puesto mediante la Iglesia: servirse, no servir. Es la imagen del
hombre que, a través del sacerdocio, quiere llegar a ser importante, convertirse
en un personaje; la imagen del que busca su propia exaltación y no el servicio
humilde de Jesucristo.
Pero el único camino para subir legítimamente hacia el ministerio de pastor es
la cruz. Esta es la verdadera subida, esta es la verdadera puerta. No desear
llegar a ser alguien, sino, por el contrario, ser para los demás, para Cristo, y
así, mediante él y con él, ser para los hombres que él busca, que él quiere
conducir por el camino de la vida.
Se entra en el sacerdocio a través del sacramento; y esto significa
precisamente: a través de la entrega a Cristo, para que él disponga de mí; para
que yo lo sirva y siga su llamada, aunque no coincida con mis deseos de
autorrealización y estima. Entrar por la puerta, que es Cristo, quiere decir
conocerlo y amarlo cada vez más, para que nuestra voluntad se una a la suya y
nuestro actuar llegue a ser uno con su actuar.
Queridos amigos, por esta intención queremos orar siempre de nuevo, queremos
esforzarnos precisamente por esto, es decir, para que Cristo crezca en nosotros,
para que nuestra unión con él sea cada vez más profunda, de modo que también a
través de nosotros sea Cristo mismo quien apaciente.
Consideremos ahora más atentamente las tres afirmaciones fundamentales de Jesús
sobre el buen pastor. La primera, que con gran fuerza impregna todo el discurso
sobre los pastores, dice: el pastor da su vida por las ovejas. El misterio de la
cruz está en el centro del servicio de Jesús como pastor: es el gran servicio
que él nos presta a todos nosotros. Se entrega a sí mismo, y no sólo en un
pasado lejano. En la sagrada Eucaristía realiza esto cada día, se da a sí mismo
mediante nuestras manos, se da a nosotros. Por eso, con razón, en el centro de
la vida sacerdotal está la sagrada Eucaristía, en la que el sacrificio de Jesús
en la cruz está siempre realmente presente entre nosotros.
A partir de esto aprendemos también qué significa celebrar la Eucaristía de modo
adecuado: es encontrarnos con el Señor, que por nosotros se despoja de su gloria
divina, se deja humillar hasta la muerte en la cruz y así se entrega a cada uno
de nosotros. Es muy importante para el sacerdote la Eucaristía diaria, en la que
se expone siempre de nuevo a este misterio; se pone siempre de nuevo a sí mismo
en las manos de Dios, experimentando al mismo tiempo la alegría de saber que él
está presente, me acoge, me levanta y me lleva siempre de nuevo, me da la mano,
se da a sí mismo.
La Eucaristía debe llegar a ser para nosotros una escuela de vida, en la que
aprendamos a entregar nuestra vida. La vida no se da sólo en el momento de la
muerte, y no solamente en el modo del martirio. Debemos darla día a día. Debo
aprender día a día que yo no poseo mi vida para mí mismo. Día a día debo
aprender a desprenderme de mí mismo, a estar a disposición del Señor para lo que
necesite de mí en cada momento, aunque otras cosas me parezcan más bellas y más
importantes. Dar la vida, no tomarla. Precisamente así experimentamos la
libertad. La libertad de nosotros mismos, la amplitud del ser. Precisamente así,
siendo útiles, siendo personas necesarias para el mundo, nuestra vida llega a
ser importante y bella. Sólo quien da su vida la encuentra.
En segundo lugar el Señor nos dice: "Conozco mis ovejas y las mías me conocen a
mí, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre" (Jn 10, 14-15). En esta
frase hay dos relaciones en apariencia muy diversas, que aquí están
entrelazadas: la relación entre Jesús y el Padre, y la relación entre Jesús y
los hombres encomendados a él. Pero ambas relaciones van precisamente juntas
porque los hombres, en definitiva, pertenecen al Padre y buscan al Creador, a
Dios. Cuando se dan cuenta de que uno habla solamente en su propio nombre y
tomando sólo de sí mismo, entonces intuyen que eso es demasiado poco y no puede
ser lo que buscan.
Pero donde resuena en una persona otra voz, la voz del Creador, del Padre, se
abre la puerta de la relación que el hombre espera. Por tanto, así debe ser en
nuestro caso. Ante todo, en nuestro interior debemos vivir la relación con
Cristo y, por medio de él, con el Padre; sólo entonces podemos comprender
verdaderamente a los hombres, sólo a la luz de Dios se comprende la profundidad
del hombre; entonces quien nos escucha se da cuenta de que no hablamos de
nosotros, de algo, sino del verdadero Pastor.
Obviamente, las palabras de Jesús se refieren también a toda la tarea pastoral
práctica de acompañar a los hombres, de salir a su encuentro, de estar abiertos
a sus necesidades y a sus interrogantes. Desde luego, es fundamental el
conocimiento práctico, concreto, de las personas que me han sido encomendadas, y
ciertamente es importante entender este "conocer" a los demás en el sentido
bíblico: no existe un verdadero conocimiento sin amor, sin una relación
interior, sin una profunda aceptación del otro.
El pastor no puede contentarse con saber los nombres y las fechas. Su
conocimiento debe ser siempre también un conocimiento de las ovejas con el
corazón. Pero a esto sólo podemos llegar si el Señor ha abierto nuestro corazón,
si nuestro conocimiento no vincula las personas a nuestro pequeño yo privado, a
nuestro pequeño corazón, sino que, por el contrario, les hace sentir el corazón
de Jesús, el corazón del Señor. Debe ser un conocimiento con el corazón de
Jesús, un conocimiento orientado a él, un conocimiento que no vincula la persona
a mí, sino que la guía hacia Jesús, haciéndolo así libre y abierto. Así también
nosotros nos hacemos cercanos a los hombres.
Pidamos siempre de nuevo al Señor que nos conceda este modo de conocer con el
corazón de Jesús, de no vincularlos a mí sino al corazón de Jesús, y de crear
así una verdadera comunidad.
Por último, el Señor nos habla del servicio a la unidad encomendado al pastor:
"Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo
que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo pastor" (Jn 10,
16). Es lo mismo que repite san Juan después de la decisión del sanedrín de
matar a Jesús, cuando Caifás dijo que era preferible que muriera uno solo por el
pueblo a que pereciera toda la nación. San Juan reconoce que se trata de
palabras proféticas, y añade: "Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la
nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban
dispersos" (Jn 11, 52).
Se revela la relación entre cruz y unidad; la unidad se paga con la cruz. Pero
sobre todo aparece el horizonte universal del actuar de Jesús. Aunque Ezequiel,
en su profecía sobre el pastor, se refería al restablecimiento de la unidad
entre las tribus dispersas de Israel (cf. Ez 34, 22-24), ahora ya no se trata de
la unificación del Israel disperso, sino de todos los hijos de Dios, de la
humanidad, de la Iglesia de judíos y paganos. La misión de Jesús concierne a
toda la humanidad, y por eso la Iglesia tiene una responsabilidad con respecto a
toda la humanidad, para que reconozca a Dios, al Dios que por todos nosotros en
Jesucristo se encarnó, sufrió, murió y resucitó.
La Iglesia jamás debe contentarse con la multitud de aquellos a quienes, en
cierto momento, ha llegado, y decir que los demás están bien así: musulmanes,
hindúes... La Iglesia no puede retirarse cómodamente dentro de los límites de su
propio ambiente. Tiene por cometido la solicitud universal, debe preocuparse por
todos y de todos. Por lo general debemos "traducir" esta gran tarea en nuestras
respectivas misiones. Obviamente, un sacerdote, un pastor de almas debe
preocuparse ante todo por los que creen y viven con la Iglesia, por los que
buscan en ella el camino de la vida y que, por su parte, como piedras vivas,
construyen la Iglesia y así edifican y sostienen juntos también al sacerdote.
Sin embargo, como dice el Señor, también debemos salir siempre de nuevo "a los
caminos y cercados" (Lc 14, 23) para llevar la invitación de Dios a su banquete
también a los hombres que hasta ahora no han oído hablar para nada de él o no
han sido tocados interiormente por él. Este servicio universal, servicio a la
unidad, se realiza de muchas maneras. Siempre forma parte de él también el
compromiso por la unidad interior de la Iglesia, para que ella, por encima de
todas las diferencias y los límites, sea un signo de la presencia de Dios en el
mundo, el único que puede crear dicha unidad.
La Iglesia antigua encontró en la escultura de su tiempo la figura del pastor
que lleva una oveja sobre sus hombros. Quizá esas imágenes formen parte del
sueño idílico de la vida campestre, que había fascinado a la sociedad de
entonces. Pero para los cristianos esta figura se ha transformado con toda
naturalidad en la imagen de Aquel que ha salido en busca de la oveja perdida, la
humanidad; en la imagen de Aquel que nos sigue hasta nuestros desiertos y
nuestras confusiones; en la imagen de Aquel que ha cargado sobre sus hombros a
la oveja perdida, que es la humanidad, y la lleva a casa. Se ha convertido en la
imagen del verdadero Pastor, Jesucristo. A él nos encomendamos. A él os
encomendamos a vosotros, queridos hermanos, especialmente en esta hora, para que
os conduzca y os lleve todos los días; para que os ayude a ser, por él y con él,
buenos pastores de su rebaño. Amén.
[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
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