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Servicio diario -
18 de mayo de 2006


Santa Sede
La separación Iglesia-Estado, «un gran progreso de la humanidad»; asegura el Papa
«La paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa», asegura el Papa
Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe: por qué se intenta desacreditar a la Iglesia
África casi ha triplicado su cifra de católicos en cinco lustros

Mundo
«El Código da Vinci», un motivo para que los creyentes manifiesten su fe
Preocupación de los obispos argentinos por los posibles cambios a la Ley de Educación
Por qué atenta contra la dignidad humana la ley española de Reproducción Asistida
Iglesia en Vietnam: nuevo obispo y encuentro de purpurados asiáticos
Acabar con el hambre en Latinoamérica apoyando a pequeños agricultores e indígenas

Entrevista
La vida consagrada femenina y la misión de suscitar esperanza (I)

Nuevos movimientos
Encuentros para Matrimonios (Diálogos)
Equipos de Nuestra Señora
Escuela de la Cruz

Documentación
Benedicto XVI: La paz exige el compromiso de la colaboración entre las naciones
Obispos mexicanos dan un perfil al próximo presidente de la República
Encuentro Mundial de las Familias – Catequesis preparatoria IV

 




 


Santa Sede



La separación Iglesia-Estado, «un gran progreso de la humanidad»; asegura el Papa
Una «sana laicidad» permite a sus pastores exponer los principios morales

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI calificó este jueves la separación entre la Iglesia y el Estado como un «gran progreso de la humanidad».

Al mismo tiempo, aclaró, que cuando la Iglesia expone públicamente los principios éticos no está violando la laicidad, sino que ofrece su contribución al bien común, dentro de su propio ámbito de acción.

Así lo explicó en el discurso que dirigió a la asamblea general de la Conferencia Episcopal Italiana, reunida desde el 15 de mayo.

«La Iglesia es perfectamente consciente de que forma parte de la estructura fundamental del cristianismo la distinción entre lo que es del César y lo que es de Dios, entre el Estado y la Iglesia, es decir, la autonomía de las realidades temporales».

«La Iglesia no sólo reconoce y respeta esta distinción y autonomía, sino que se congratula, considerándola como un gran progreso de la humanidad y como una condición fundamental para su misma libertad y para el cumplimiento de su misión universal de salvación entre todos los pueblos»

«Al mismo tiempo, y precisamente en virtud de la misma misión de salvación, la Iglesia no puede renunciar al deber de purificar la razón mediante la propuesta de la propia doctrina social, argumentada a partir de lo que es conforme a la naturaleza de todo ser humano, y de despertar las fuerzas morales y espirituales».

El Santo Padre subrayó que, por su parte, «una sana laicidad del Estado conlleva que las realidades temporales se rijan según sus normas propias, a las que pertenecen también aquellas instancias éticas que tienen su fundamento en la esencia misma del ser humano, y que por tanto, conducen en último análisis al Creador».

«En las circunstancias actuales, cuando se recuerda el valor que tienen para la vida no sólo privada sino también pública algunos principios éticos fundamentales, arraigados en el gran patrimonio cristiano de Europa, y en particular de Italia, no violamos la laicidad del Estado, sino más bien, contribuimos a garantizar y promover la dignidad de la persona y el bien común de la sociedad».

El Papa se despidió de los obispos italianos invitándoles a «ofrecer un claro testimonio de estos valores a todos nuestros hermanos», pues de este modo, «no les imponemos inútiles pesos, sino que les ayudamos a avanzar por el camino de la vida y de la auténtica libertad».
ZS06051808

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«La paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa», asegura el Papa
Al recibir a los embajadores de Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Al despedirse este jueves de los embajadores de Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia, Benedicto XVI expuso algunas de las claves para la paz en tiempos de globalización, entre las que destacó la libertad religiosa.

«La paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa, que es un aspecto fundamental y primordial de la libertad de conciencia de las personas y de la libertad de los pueblos», aclaró el pontífice en el discurso que dirigió en francés.

«Es importante --añadió-- que, en todo el mundo, toda persona pueda adherir a la religión que quiera y practicarla sin miedo, pues nadie puede fundamentar su existencia únicamente en la búsqueda de un bienestar material».

Según el Santo Padre, «aceptar esa dimensión personal y colectiva tendrá sin duda alguna efectos benéficos sobre la vida social. Amar al Todopoderoso y acogerle invita a cada quien a ponerse al servicio de sus hermanos y a construir la paz».

Precisamente la otra clave que subrayó el pontífice a los diplomáticos para la construcción o consolidación de la paz en un mundo globalizado es la fraternidad, que implica la solidaridad.

El pontífice alentó por ello «a los responsables de las naciones y a todos los hombres de buena voluntad a comprometerse cada vez más decididamente en la construcción de un mundo libre, fraterno y solidario, en el que la atención por las personas esté por encima de los simples aspectos económicos».

«Tenemos el deber de reconocer que somos responsables los unos de los otros, y de la marcha del conjunto del mundo --aseguró--. Nadie puede responder, como Caín, a la pregunta de Dios en el libro del Génesis: "¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?"».

«En la era de la globalización --subrayó-- es importante que la gestión de la vida política no esté guiada de manera preponderante o únicamente por consideraciones económicas, por la búsqueda de la rentabilidad, por una utilización desconsiderada de los recursos del planeta en detrimento de las poblaciones, en particular de las más desfavorecidas, corriendo el riesgo de hipotecar a largo plazo el porvenir del mundo».
ZS06051802

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Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe: por qué se intenta desacreditar a la Iglesia
Con publicaciones como «El Código da Vinci» o el «Evangelio de Judas»

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- El hecho de que la Iglesia sea la única que defiende explícitamente cuestiones fundamentales para el hombre explica que se intente desacreditarla con calumnias, considera el Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El arzobispo Angelo Amato sdb reflexionó el miércoles ante los micrófonos de Radio Vaticano sobre recientes publicaciones como «El Código da Vinci» o el «Evangelio de Judas».

«Es un hecho que hoy se puede hablar mal del Papa impunemente, como se está haciendo en Alemania con unos dibujos animados. Se puede también falsificar al gusto de cada uno la historia del cristianismo sin un mínimo --no digo ya respeto religioso-- de ética histórica elemental», advirtió.

En este sentido, el contenido de las citadas publicaciones, «carente de fundamento real», «parece una calumnia respecto a la Iglesia –apuntó--, orientada a desacreditarla».

Una intención que, para el prelado italiano se explica porque «la Iglesia es hoy la única que protege claramente, explícitamente, la vida humana desde su inicio hasta su muerte, la única que protege a la familia, la única que dice una palabra clara en temas de ética sexual y de bioética, la única que propone los valores de los Diez Mandamientos».

En cuanto a «El Código da Vinci» --cuya película está apunto de estrenarse mundialmente--, denunció: «Todo el libro es una malvada distorsión de la verdad».

«Por ejemplo, negar la divinidad de Jesús y afirmar que la inventó el Concilio de Nicea del año 325 d.C. significa falsificar la historia», alertó.

Y es que --recordó monseñor Amato-- ya «inmediatamente después de la muerte y la resurrección de Cristo, en torno a los años 40 d.C., la Iglesia cantaba en el famoso himno contenido en Carta de San Pablo a los Filipenses»: «Cristo, siendo de condición divina, no consideró como presa codiciable el ser igual a Dios» (Flp 2,6. Ndr).

Para defender las verdades de fe, la Iglesia «prosigue su obra de defensa de la doctrina mediante el Magisterio del Papa y de los obispos», y a través de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe «sigue protegiendo al pueblo cristiano también mediante la corrección de hipótesis teológicas equivocadas», recalcó el secretario del dicasterio.

Pero, en su opinión, «las Iglesias y las comunidades cristianas deberían hablar más fuerte, gritar la verdad desde los tejados, como dice el Evangelio, para frenar la mentira, que lamentablemente emplea todas las armas de la persuasión mediática para lograr este consenso de masa».
ZS06051803

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África casi ha triplicado su cifra de católicos en cinco lustros
Revela el Anuario Estadístico de la Iglesia (del año 2004) en el mundo

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- El continente africano es el de mayor dinamismo en el aumento de su cifra de católicos, que casi se han triplicado de 1978 a 2004.

Así se desprende de los datos del Anuario Estadístico de la Iglesia del año 2004 («Annuarium Statisticum Ecclesiae»), preparado por la Oficina Central de Estadística de la Iglesia católica y editado por la «Libreria Editrice Vaticana».

Dando noticia del lanzamiento del volumen, la oficina de prensa de la Santa Sede ofreció las tablas estadísticas de la variación de la cifra de fieles bautizados en el mundo en el citado período, que abarca prácticamente todo el pontificado de Juan Pablo II.

Brindó además un análisis de los cambios estructurales en la actividad pastoral de la Iglesia en esos poco más de cinco lustros, en el que se registró un «rápido crecimiento» de los católicos, que de casi 757 millones pasaron a 1.098 millones en el mundo.

Pero el dato --explica la Santa Sede-- es «menos entusiasmante» «leído a la luz de la evolución de la población mundial en el mismo período», que pasó «de 4,2 a 6,4 mil millones».

De ahí que «la incidencia de los católicos a nivel planetario» presente una «leve disminución»: del 17,99% al 17,19%.

Estos valores, según la reflexión vaticana, «expresan la síntesis de situaciones muy diferentes entre los distintos continentes».

En el caso de Europa «se registra un evidente detenimiento que hay que atribuir sustancialmente a la bien conocida situación demográfica del viejo continente», entre cuya población, «actualmente en fase de estabilización», se prevé «un claro decrecimiento en las próximas décadas».

En 2004 los bautizados en Europa eran casi 280 millones –aproximadamente 12 millones más que en 1978--, una cifra ligeramente inferior a la registrada en 1988. En términos relativos, de 1978 a 2004 la cifra de católicos experimentó pocas variaciones: de 40,5 a 39,5 por cada cien habitantes.

En cambio África muestra una realidad «decididamente más dinámica», pues en esos 26 años los católicos pasaron de unos 55 millones a 149 millones. La cifra de católicos, por cada cien habitantes, creció de 12,4 a casi 17.

Por su parte, América y Asia presentan situaciones «intermedias» entre los dos casos anteriores, considerando la evolución de 1978 a 2004. En términos relativos, los fieles americanos representan establemente el 62% de la población, mientras que en Asia la incidencia de los católicos ha pasado del 2,5% a casi el 3%. Oceanía muestra estabilidad --en torno al 26% de la población--.

Dejando aparte las dinámicas demográficas, la Santa Sede concluye confirmando el importante crecimiento en África (cuyos fieles han pasado del 7% al 13,5% respecto a la cifra total de católicos en el mundo) y el descenso, en cambio, en la proporción europea --del 35% al 25,4% de fieles respecto a los del mundo--.

América es el continente donde se registran prácticamente la mitad de los fieles católicos del planeta; en Asia están el 10,3% y en Oceanía el 0,8%.

La publicación del Anuario Estadístico de la Iglesia ofrece un marco de los principales aspectos que caracterizan la actividad pastoral en los distintos países de los cinco continentes. Las tablas estadísticas que incluye se acompañan de explicaciones en latín, inglés y francés.
ZS06051801

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Mundo



«El Código da Vinci», un motivo para que los creyentes manifiesten su fe
Encuentro sobre la relación entre ficción y realidad en el «Angelicum» de Roma

ROMA, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- En el día en el que en Cannes se presentaba la película «El Código da Vinci», en una universidad pontificia de Roma se celebraba un debate en el que fue definida como un «signo de los tiempos» que interpela a todos los creyentes para que «den signos» de su fe.

Esta es la conclusión a la que llegó el padre Bruno Esposito, o.p, vicerrector de la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino, más conocida como «Angelicum», en el encuentro: «El Código da Vinci: reflexiones sobre la relación ficción-realidad».

En el debate celebrado en esa universidad, el padre Bruno Esposito, que es también profesor de la Facultad de Derecho Canónico del «Angelicum», afirmó que «el hombre no está contra Dios sino contra una idea equivocada de Dios», por eso sugirió afrontar fenómenos como «El Código da Vinci», «no con espíritu de defensa o enfrentamiento sino como examen de conciencia de los creyentes que deben empeñarse en una nueva evangelización».

El profesor Benedetto Ippolito, profesor de Historia de la Filosofía Medieval de la Universidad «Roma Tres», explicó el éxito del libro de Dan Brown en el contexto cultural actual, dominado por «complots y misterios»: es «un escenario en ausencia de Dios, en el que Dios no es necesariamente negado sino vivido en otra dimensión».

Ippolito explicó que hoy se tiende a «considerar la verdad cristiana como una hipótesis o incluso una invención». Pero esta visión implica pagar un precio muy elevado: «la pérdida del sentido de la verdad implica la pérdida del sentido de la libertad».

Profesor también de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, Ippolito acabó recordando que «la verdad cristiana, la Revelación, es una iniciativa de Dios, no una elaboración de un autor».

Al tomar la palabra Joan-Andreu Rocha Scarpetta, profesor del Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum», afirmó que «la obra de Dan Brown es un termómetro cultural que lleva a reflexionar sobre la religiosidad contemporánea».

En particular, reconoció, puede crear confusión en aquellas personas que no tienen «los instrumentos de discernimiento necesario para comprender lo que está detrás».

El profesor Rocha Scarpetta, que es director del master en «Iglesia, Ecumenismo y Religiones» ese Ateneo afirmó que los libros de la corriente «New Age» tienen éxito porque insisten en el «creer sin pertenecer» y «presentan la realidad como falsa, y la verdad como esotérica y crítica hacia las instituciones».

El profesor catalán subrayó la necesidad de «recuperar la narrativa cristiana», explicando que el éxito de una novela como «El Código da Vinci» no se puede comprender si no es en un contexto en el que se tiende a «mezclar las teorías de la conspiración y del complot con elementos religiosos y con una buena trama, que no debe confundirse con una buena literatura».

El biblista Bernardo Estrada, de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, explicó que los evangelios gnósticos --de los que se sirve ampliamente Dan Brown en su novela--, se remontan al siglo II y son fruto de los retoques hechos por algunas personas que se «inventaron» hechos de la vida de Jesús anteriores a su predicación pública y que no están en los Evangelios canónicos.

Estrada afirmó que «el gnosticismo fue la amenaza más grande que tuvo el cristianismo» porque esta corriente fiolosófico-religiosa de la antigüedad --que profesaba el rechazo de la muerte en cruz y resurrección de Cristo (y por tanto de los cuerpos)-- se enfrentaba fuertemente a la ortodoxia del cristianismo que se estaba formando en aquellos primeros siglos.

Explicó el abuso perpetrado por Dan Brown sobre la relación entre Jesús y María Magdalena, aclarando que «obviamente existió pero que fue una relación de sintonía espiritual, más todavía, Jesús hizo un regalo excepcional a la Magdalena, la única que recibió el encargo de anunciar a Jesús resucitado, aún antes que Pedro».

El padre Bruno Esposito concluyó lanzando un llamamiento a los creyentes para que se esfuercen por «dar signos» «contra el relativismo y los vacíos que demuestra la humanidad». «El desafío está dirigido a nosotros mismos, no a quien vende estos libros o películas».
ZS06051805

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Preocupación de los obispos argentinos por los posibles cambios a la Ley de Educación


BUENOS AIRES, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org-Aica).- Los integrantes de la Comisión Episcopal de Educación, que preside monseñor Guillermo Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca, visitaron este martes al ministro de Educación, Daniel Filmus, para transmitirle la preocupación de la Iglesia por los posibles cambios a la Ley Federal de Educación, al que estiman todavía un instrumento válido.

El funcionario nacional llevó tranquilidad a los obispos, según informa la agencia católica argentina Aica, y se comprometió a que la Iglesia no sea excluida del futuro debate de la norma y a que el articulado mantenga los contenidos «axiológicos» referidos a los valores del encuadre legal vigente.

Por su parte, desde el Ministerio anticiparon que el presidente Néstor Kirchner presentará la semana próximo, muy probablemente antes del 25 de mayo, los primeros lineamientos de la nueva ley educativa.

Filmus recibió a los obispos en su despacho, donde intercambió opiniones sobre los cambios en materia educativa durante una hora.

También participó de la reunión el presidente del Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC), el sacerdote jesuita Hugo Salaberry.

La Asamblea Plenaria del Episcopado había expresado el sábado preocupación por la reforma educativa, que la Iglesia considera «todavía un instrumento válido», pero sin objetar los posibles cambios pedagógicos que la normativa requiere.

Los obispos dejaron trascender entonces el deseo de que la futura ley mantenga el «espíritu» de la vigente, surgida del Congreso Pedagógico Nacional. Es decir, que respete la libertad de enseñanza, el papel subsidiario del Estado, el derecho de los padres a elegir la formación de sus hijos y la apertura de los contenidos a los valores trascendentes.
ZS06051816

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Por qué atenta contra la dignidad humana la ley española de Reproducción Asistida
Mónica López Barahona desenmascara el lenguaje

MADRID, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org-Veritas).- La doctora Mónica López Barahona, del Departamento de Bioética de la Universidad Francisco de Vitoria, vocal del Comité Asesor de Ética en la Investigación Científica y Técnica y miembro del Comité Director de Bioética del Consejo de Europa, constata en declaraciones a Veritas que la nueva ley de Reproducción Humana Asistida «manipula el lenguaje» sobre la utilización de los embriones.

López Barahona critica cinco aspectos de la ley que atentan contra la dignidad del embrión humano: la utilización del término «preembrión», la aprobación del diagnóstico preimplantacional, la posibilidad de generar «bebés medicamento», la producción de embriones sobrantes y el anonimato del donante de los gametos, que impediría al niño, de nacer, conocer a sus progenitores.

Respecto a la primera cuestión, la doctora hizo notar que la nueva ley «define (punto II de la exposición de motivos y punto 2 del artículo 1) y emplea en toda su redacción el término "preembrión". El término "preembrión" es absolutamente incorrecto desde el punto de vista científico. La embrióloga Anne McLaren, que fue quien lo acuñó, manifestó posteriormente, las razones de presión ajenas a la comunidad científica, por las que este término se introdujo en el informe del Comité Warnock».

«Existen embriones y gametos, pero no “preembriones”. La utilización de este término, además de faltar al rigor científico, establece dos categorías de embriones: los de menos de 14 días de vida y los de más de 14 días de vida, siendo los primeros susceptibles de ser congelados o empleados para investigar con su consecuente muerte en el proceso. No hay una diferencia sustancial entre un embrión de 14 días de vida o de 15. El término es arbitrario, subjetivo y manipulador del lenguaje. La definición de "preembrión" ya fue dada por Anne
McLaren y ella misma se retractó. No es aceptable que legislaciones del siglo XXI la continúen incorporando a sus articulados», afirmó.

Respecto a la aprobación del «diagnóstico preimplantacional», hizo notar que esta práctica «implica establecer selección embrionaria en función de los genes del embrión y eliminar aquéllos que sean portadores de una patología».


«En el punto I de la exposición de motivos la ley dice textualmente: "el diagnóstico genético preimplantacional abre nuevas vías en la prevención de enfermedades genéticas....” Esta afirmación es no es cierta, el diagnóstico no previene la enfermedad, sino que la constata y como “terapia” en el caso del diagnóstico genético preimplantacional se elimina al individuo que la padece.
Asistimos de nuevo a una manipulación del lenguaje».

Frente a la ley de 2003, que limitaba la fecundación de los oocitos generados por ciclo a tres (es decir la generación de embriones por ciclo a tres) para evitar continuar generando embriones que no se transfieren y se congelan, la nueva ley «no limita la producción de embriones y por tanto continúa alimentando la posibilidad de que aquellos embriones que no se transfieran a la mujer permanezcan congelados. La criopreservación de embriones atenta contra la dignidad del ser humano, pues se condena a los embriones a permanecer en un entorno hostil (un congelador de nitrógeno líquido) con sus constantes vitales suspendidas por tiempo indefinido».

Por otro lado, prosigue la doctora, la ley «permite la generación de los denominados “bebés medicamento” (exposición de motivos sección II y artículo 12.1a) Esta práctica supone generar un número de embriones indefinido hasta conseguir uno inmunológicamente compatible con su hermano enfermo. Aquéllos que no sean compatibles serán descartados o congelados».

«Esta utilitarista concepción de la vida humana es absolutamente contraria a una ética personalista. Es importante considerar que los cordones umbilicales (material biológico que normalmente se descarta) son una fuente de células troncales inmunológicamente compatible con el recién nacido. Sería deseable que de modo rutinario se congelaran y tiparan todos los cordones umbilicales y se pudiera constituir con ellos un banco que haría innecesaria la generación de “bebés medicamento”. Esta práctica garantizaría que todo individuo poseyera un banco de células troncales inmunocompatibles (pues provienen de su propio cordón umbilical) y pudiera emplearlas en caso de padecer una patología que lo precisara, en vez de generar un hermano de “repuesto”».

Además, la ley «mantiene el anonimato del donante de gametos en la fecundación heteróloga. Esta cuestión priva, al nacido como consecuencia de la aplicación de estas técnicas, del derecho de conocer quién es su padre y su madre biológicos. La ley, por otra parte, no arbitra las medidas eficaces para prevenir posibles relaciones de cosanguineidad entre nacidos de un mismo donante».

Respecto a la investigación con embriones, afirmó que «la experimentación con embriones humanos vivos conlleva necesariamente su muerte. Se argumenta la posibilidad de obtener líneas celulares embrionarias a partir de ellos. En la web www.clinicaltrials.gov se puede constatar cómo hoy no existe ningún ensayo clínico con células troncales embrionarias y sin embargo hay más de 500 en marcha con células troncales adultas. Por otra parte, las células troncales embrionarias podrían obtenerse de embriones muertos y no matar a los vivos con este fin».

Además, «si bien la ley establece como una alternativa el que los embriones sobrantes de procesos de reproducción asistida puedan ser donados a parejas para su gestación, no articula el proceso de adopción prenatal. Hay que tener en cuenta que esta alternativa es la única que preserva la vida del embrión», concluyó.
ZS06051814

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Iglesia en Vietnam: nuevo obispo y encuentro de purpurados asiáticos


CIUDAD DEL VATICANO/HO CHI MINH, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado obispo de Da Nang (en Vietnam) al sacerdote Joseph Chau Ngoc Tri, hasta ahora párroco de Tra Kieu y miembro del Consejo diocesano.

Así lo confirmó un comunicado de la Santa Sede del 13 de mayo, anunciando a la vez la aceptación del Papa de la renuncia del obispo de esa diócesis vietnamita, monseñor Paul Nguyên Bình Tinh, P.S.S., por haber alcanzado los 75 años de edad.

La Santa Sede y la República Socialista de Vietnam no tienen relaciones diplomáticas, pero hace tiempo que siguen un camino de reacercamiento. En los últimos años se han sucedido visitas de una delegación vaticana al país asiático.


Experta en el contexto asiático, la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras, «AsiaNews», contempla en el reciente nombramiento episcopal un indicio más de la mejora en las relaciones entre Vietnam y la Santa Sede, que ha dado como resultados ya otras designaciones y un alivio a las limitaciones impuestas en otro tiempo a los ingresos en seminarios y a las ordenaciones sacerdotales.

De ahí que apunte la posibilidad del establecimiento de relaciones diplomáticas normales como «relativamente cercana».

«Impulsa a Hanoi hacia una actitud de mayor apertura por un lado el deseo del gobierno de formar parte de la Organización Mundial del Comercio, y por otro la constatación realizada por el régimen comunista de que la Iglesia católica puede desarrollar una actividad de asistencia también sanitaria y de enseñanza en las escuelas, y sobre todo en las guarderías, extremadamente útil», considera la agencia del PIME.

«Igualmente positiva se juzga la difusión de valores morales realizada por el catolicismo en un país que padece una difundida corrupción», añade.

Perteneciente al clero de Da Nang, su próximo obispo --de 49 años-- estudió Filosofía y Teología en el Seminario Mayor diocesano (1975-1982), «pero de manera no oficial, porque el seminario fue cerrado por las autoridades gubernamentales», explica la Santa Sede.

Ordenado sacerdote el 21 noviembre 1989, el padre Joseph Chau Ngoc Tri ha sido párroco de Ha Lam, (1989-1998), miembro del Consejo diocesano (1996-1998) y estudiante de Teología Pastoral en el Instituto Católico de París (1998-2002).

Desde 2003 es párroco de Tra Kieu, rector del Centro mariano del mismo lugar, decano del Decanato Hoi An y miembro del Consejo diocesano.

Estará al frente de una diócesis erigida en 1963, sufragánea de la archidiócesis de Hué. Con una superficie de más de 11 mil kilómetros cuadrados, Da Nang tiene 2,2 millones de habitantes; de ellos más de 59 mil son católicos. La cifra de sacerdotes diocesanos asciende a 61, las religiosas son 460 y los seminaristas 29; en la circunscripción eclesiástica hay 39 parroquias.

Invitación del cardenal Pham Minh Mân a purpurados asiáticos

En los mismos días de esta designación episcopal, «AsiaNews» se hizo eco de que para el cardinal Jean-Baptiste Pham Minh Mân --arzobispo de Ho Chi Minh--, así como el gobierno en Vietnam abre las puertas a la economía de mercado, así la Iglesia tiene intención de abrir las puertas a otras comunidades católicas asiáticas, que todas sufren alguna dificultad.

Es el marco en que el purpurado invita para primeros de diciembre a los cardenales de Japón, Tailandia, la India, Corea y Filipinas.

Según el prelado, el problema principal es la falta de personal y de centros para el tratamiento del HIV/Sida en Ho Chi Minh, donde los casos de infección superan los 40 mil.

«Debemos dar prioridad a los más pobres --expresó-- y ser buen ejemplo para los jóvenes, animándoles a vivir según el modelo del Evangelio». Y afirmó su intención de movilizarse para sensibilizar a la comunidad católica sobre la necesidad de comprometerse en el ámbito social.

Más de 80 millones de habitantes tiene la República Socialista de Vietnam; de ellos, una proporción superior al 80% no practica credo alguno. La cifra de católicos en el país se calcula por encima de los 6 millones de fieles, entre quienes la práctica religiosa es muy elevada (80-90%).
ZS06051809

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Acabar con el hambre en Latinoamérica apoyando a pequeños agricultores e indígenas
Propuesta de la Santa Sede en la cumbre de la FAO para el subcontinente

CARACAS, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha pedido apoyo en particular para los pequeños agricultores y los indígenas con el objetivo de que Latinoamérica no sólo abandone el hambre, sino que alcance niveles generalizados de vida dignos.

La propuesta fue presentada por monseñor Renato Volante ante las delegaciones de 33 países que participaron en la Conferencia Regional para América Latina de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), celebrada en Caracas entre el 24 y el 28 de abril.

Según un documento presentado en la conferencia y que recoge datos de la FAO de 2004, un 18,6% de la población total de América Latina «se encuentra en situación de extrema pobreza», esto es, más de 220 millones de personas pobres, un 42,9% del total de la población de la región.

En América Latina y el Caribe hay 53 millones de personas que no tienen un acceso suficiente a la alimentación a pesar de que la región produce alimentos en cantidades suficientes, según cifras de organismos internacionales como la FAO y el Programa Mundial de Alimentos.

En la conferencia se constató asimismo que son pocos los países de la región que alcanzarán las Metas del Milenio el 2015, fijadas por Naciones Unidas el 2000, de reducir a la mitad la pobreza en el mundo.

Monseñor Volante denunció «una contradicción evidente entre las potencialidades concretas y la voluntad de actuar compromisos precisos para garantizar no sólo el consumo, sino las condiciones sociales más amplias, la salud y el nivel nutricional de la población».

Para alcanzar estos objetivos, señaló, «la primera referencia debe ser en primer lugar a los pequeños agricultores, con frecuencia olvidados por las instituciones y por las formas de cooperación, o a las comunidades indígenas, desarraigadas de su hábitat y obligadas a modelos de producción y consumo lejanos de sus tradiciones».

En definitiva, señaló, estos objetivos de desarrollo deben tener por criterio central «el respeto de la dignidad de la persona humana».

En el caso del mundo agrícola, aclaró, esto «significa, entre otras cosas, que la seguridad alimentaria no puede confinarse a las urgencias o al socorro en las situaciones de absoluto degrado no más sostenibles, también si en estos contextos la acción inmediata parece como la única meta posible».

El representante vaticano explicó que «la familia rural» tiene una «irreemplazable función de guardiana y continuadora de conocimientos, tradiciones, valores morales, sentido de la armonía y valor de la vida, presupuestos todos de una concreta solidaridad entre las personas y las generaciones».

Concluyó constatando que desde otras partes del mundo «se mira a América Latina y al Caribe con particular interés para verificar cómo también sus raíces humanas, espirituales y religiosas le permiten superar el flagelo del hambre».

Puede leerse la intervención íntegra de monseñor Volante en la seccion de Documentos de la página web de Zenit (www.zenit.org).
ZS06051804

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Entrevista



La vida consagrada femenina y la misión de suscitar esperanza (I)
Entrevista a sor Marcella Farina, Hija de María Auxiliadora

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Para hablar sobre la vida religiosa femenina, Zenit ha entrevistado a sor Marcella Farina, de las Hijas de María Auxiliadora, más conocidas como salesianas, una de las congregaciones más numerosas del mundo.

Sor Marcella es profesora de Teología Fundamental y de Teología Sistemática en la Facultad Pontificia de Ciencias de la Educación, también llamada Auxilium.

Así mismo es miembro de la Academia Pontificia Teológica, de la Asociación Mariológica Interdisciplinar, y miembro y socia fundadora de la Sociedad Italiana de Investigación Teológica.

--Las salesianas son una de las congregaciones femeninas más numerosas del mundo. ¿Cómo se explica esta gran presencia numérica?

--Sor Farina: La vocación es una llamada divina. Nace del amor completamente gratuito del Señor, de su misericordiosa voluntad de ofrecer la salvación a cada criatura suya.

Ciertamente, ésta llega a personas concretas, en un específico contexto sociocultural y sociorreligioso. Este arraigamiento antropológico no es casual sino que brota de la naturaleza misma de nuestra fe, que se funda en el acontecimiento salvador realizado en Jesucristo.

La vocación nace del corazón de Dios. Las razones antropológicas e históricas pueden ser varias, pero no determinantes. Dios, al llamarnos a seguirle, nos ofrece siempre un anticipo de confianza. El es nuestra esperanza, la esperanza del mundo, siempre, en cualquier situación, porque es fiel a su promesa de amor.

Esta premisa no debe considerarse fuera de lugar o superflua. La veo necesaria para evitar tanto los triunfalismos como derrotismos.

--No hablamos de triunfalismos sino de una realidad: ustedes las salesianas son muchas.

--Sor Farina: Desde finales del siglo XIX, es decir desde su fundación por san Juan Bosco (el Instituto fue fundado en 1872) hasta hoy, con variaciones geográficas y cronológicas, el multiplicarse de las Hijas de María Auxiliadora tiene que ver, desde el punto de vista antropológico, con varios factores. Señalo algunos.

En primer lugar, la urgencia de la obra educativa dirigida a los sectores de población juvenil de clase media, media-baja y baja. Esta urgencia se generalizó con la llegada de la escolarización en masa y con la necesidad de mano de obra femenina, en contextos socioeconómicos de pre-industrialización e industrialización. La emigración dentro de Italia que esto produjo explica también la atención a internados para chicas obreras.

A estos factores se añaden la pobreza y los problemas educativos y asistenciales provocados por las dos guerras mundiales, en particular la existencia de niñas, adolescentes y jóvenes huérfanas.

Sin olvidar la emigración de los italianos al extranjero, con la consiguiente necesidad de ayuda no sólo material sino sobre todo espiritual. Se presenta enseguida la necesidad y la urgencia de la educación de sus hijas tanto con escuelas como con oratorios (centros de catequesis y tiempo libre).

Por tanto, la urgencia y la actualidad de la misión educativa, en los diversos contextos geográficos y en las diversas fases históricas, puede ser una razón socio-antropológica del aumento numérico, en el sentido de que, por una parte, existe la solicitud de la presencia de las Hijas de María Auxiliadora para responder a las necesidades educativas tradicionales y nuevas y, por otra, su estilo de vida , caracterizado por el espíritu de familia, el amor, la alegría, puede suscitar en las jóvenes el deseo de dar la vida al Señor en esta misión.

Quiero subrayar que don Bosco, con su singular proximidad al mundo juvenil, hecha de simpatía, profunda amistad, paternidad espiritual expresada en la laboriosa atención a sus necesidades, tradujo en espiritualidad educativa la «conversatio inter pauperes», de san Francisco de Asís.

--¿Quiere decir que el espíritu de san Francisco de Asís, leído en clave educativa, inspiró a don Bosco?

--Sabemos que san Francisco, con su estilo de vida evangélico, socorrió a los pobres no sólo con la «elargitio erga pauperes», es decir con dar limosna a los pobres, sino con la «conversatio inter pauperes», es decir, estando en medio de ellos, haciéndose uno de ellos, por tanto entendiéndoles desde dentro.

Don Bosco nos dio un estilo de presencia educativa, inspirada en el principio de la Encarnación, hecho de tal cercanía a las nuevas generaciones como para llegar a dedicarles toda su existencia, amando lo que ellos amaban para llevarlos a amar lo que él amaba.

Mirando a la vida de Juan Pablo II, se puede ver a don Bosco. Estaba como él, en medio de los jóvenes. Es una herencia bellísima pero también exigentísima porque lleva a la entrega de la propia vida por ellos, por su salvación.

Don Bosco dejó un lema: «Da mihi animas coetera tolle!» [frase de su ordenación sacerdotal tomada de san Francisco de Sales, así como el nombre de salesianos, ndt], es decir «Dame almas, quítame todo lo demás». Se consagró totalmente al bien integral de los jóvenes, justo apuntando al interior, la espiritualidad, la salvación. Los jóvenes responden con entusiasmo y generosidad a las propuestas de quienes les aman de verdad.

Estos elementos «pueden» indicar una razón del crecimiento numérico tanto de los salesianos como nuestro. Digo «pueden», es decir indico una posibilidad porque el itinerario del descubrimiento vocacional y de la decisión de responder es muy variado. A veces, depende de factores contingentes, otras incluso de la casualidad o de la búsqueda intencional, explícita.

A veces, las vocaciones vienen de contextos socioculturales y sociorreligiosos que podríamos juzgar «inadecuados» y no vienen de ambientes que parecerían más «favorables».

Por ejemplo, esperaríamos un número más consistente de vocaciones de los colegios, oratorios, centros juveniles y parroquias donde actuamos y en cambio no es así.

La vocación, por tanto, surge cada vez más como don de Dios, sobre todo en contextos antropológicos y culturales en los que la propuesta religiosa parecería fortuita.

Una precisión: creo que hoy deberíamos ser más valientes en hacer la propuesta vocacional porque, a menudo, las nuevas generaciones están solas en la búsqueda y realización del propio proyecto de vida según el plan de Dios.

[La segunda parte de esta entrevista será publicada este viernes]
ZS06051810

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Nuevos movimientos



Encuentros para Matrimonios (Diálogos)


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de los Encuentros para Matrimonios.

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: ENCUENTROS PARA MATRIMONIOS

DENOMINACIÓN HABITUAL: Diálogos

FUNDACIÓN: 1978

HISTORIA: Los Diálogos nacieron en Polonia por iniciativa de los esposos Irena y Jerzy Grzybowscy en colaboración con Stanisław Boguszewski, un polaco residente en Canadá que les dio a conocer la realidad del Encuentro Matrimonial Mundial y colaboró en la organización de un encuentro que, de forma experimental, se tuvo en Laski (Varsovia) en 1977. La primera comunidad del movimiento se constituyó con el segundo encuentro, organizado en Pewel, cerca de Żywiec, en enero de 1978. Los años siguientes vieron la difusión de la experiencia, adaptada a las condiciones locales, en distintos países de Europa centro-oriental. En 1996 el entonces Delegado de la Conferencia Episcopal Polaca para los movimientos católicos, monseñor Mieczysław Cisło, aprobó los primeros estatutos del movimiento. El 15 de agosto de 2004 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de los Encuentros para Matrimonios como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

IDENTIDAD: Los Diálogos se proponen reavivar la unidad entre los esposos y su relación con Dios, por un lado, mostrando que la gracia del sacramento no se agota en el acto de su celebración sino que acompaña a los cónyuges durante toda la vida y, por otra, actuando para la constante edificación de la familia como Iglesia doméstica. La actividad del movimiento asume la forma de los llamados “retiros de base”, guiados por tres matrimonios y un sacerdote. Durante los retiros, que duran tres días, los cónyuges son animados a replantearse el diálogo entre ellos, sobre la base de la enseñanza de la Iglesia que subraya la dimensión de la familia como comunidad de personas animada por el amor mutuo. La participación en los retiros, abiertos a matrimonios de todas las edades, con frecuencia sana situaciones críticas y ayuda a muchos a empezar o a volver al camino de la fe. Además de matrimonios, el movimiento organiza retiros para divorciados, para matrimonios en espera de adoptar niños, para novios. Programas especiales se elaboran para sacerdotes, consagrados y seminaristas. La formación de los matrimonios líderes, con una específica vocación de actuar en este ámbito en colaboración con los sacerdotes y expertos en psicología de la comunicación interpersonal, se funda en el estudio del magisterio de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia.

ESTRUCTURA: El movimiento está estructurado en centros diocesanos, formados por un mínimo de tres animadores casados y un sacerdote, cada uno de ellos guiado por un Consejo directivo. El conjunto de los centros diocesanos de un país constituye el Centro nacional, guiado por un Consejo directivo nacional. Los matrimonios líderes de todos los países se reúnen cada dos años para un tiempo de oración, de puesta al día y de intercambio de experiencias. A nivel internacional, los Diálogos están guiados por un Consejo directivo internacional, símbolo de la unidad del movimiento, cuyos miembros son elegidos con ocasión de los encuentros internacionales de los líderes de comunidad, que se celebra cada dos años. La composición de los Consejos directivos –constituidos por 6/8 personas entre las cuales el Presidente, el Vicepresidente y el Tesorero– es idéntica a todos los niveles.

DIFUSIÓN: El movimiento está presente en 7 países de Europa centro-oriental

PÁGINA WEB: http://www.mateusz.pl/goscie/spotkaniamalzenskie

SEDE CENTRAL: Encounters of Married Couples
c/o Irena i Jerzy Grzybowscy
Ul. Meander 23 m. 22 - 02-791 Warszawa (Polonia)
Tel. [+48]22.6496614
E-mail: spotkmal@qdnet.pl

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Equipos de Nuestra Señora


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de los Equipos de Nuestra Señora.

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA

SIGLA: END

FUNDACIÓN: 1947

HISTORIA: Los END nacieron en París, en Francia, al final de los años treinta por iniciativa de algunos matrimonios que empezaron a encontrarse una vez al mes bajo la guía del padre Henri Caffarel, para profundizar en el significado del sacramento del matrimonio, para confrontarse con lo vivido en la propia experiencia y para buscar juntos el modo de estar presentes con coherencia en la sociedad en cuanto familias y esposos cristianos. La creciente adhesión de otros matrimonios a su experiencia llevó a formalizar el nacimiento del movimiento con la promulgación, el 8 de diciembre de 1947, de la Carta de los Équipes Notre-Dame. Los END –nacidos como respuesta a una exigencia madurada por esposos conscientes de que la vida de pareja es un itinerario vocacional y salvífico que va más allá de la procreación– quieren valorar su experiencia a la luz de la Palabra de Dios, mediante la lectura de los signos de los tiempos y una reflexión permanente sobre las formas de actuar el carisma inspirador en las distintas circunstancias históricas. El 19 de abril de 1992 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de los Equipos de Nuestra Señora como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

IDENTIDAD: Movimiento de espiritualidad conyugal, los END reúnen matrimonios que quieren vivir la santidad en el matrimonio y mediante el matrimonio, reunidos alrededor de Cristo para ayudarse a progresar en el amor de Dios, a edificarse en Cristo y a poner su amor al servicio del Reino. El proceso de formación de los miembros se caracteriza por el estudio de la Escritura, por la profundización en las verdades de la fe, por un “aprendizaje de la oración”. Este camino, que es verificación de la propia fidelidad al Señor, impone una visión dinámica de la vida cristiana e introduce en una dimensión de conversión continua a través de la recíproca ayuda espiritual, el intercambio en grupo, la participación asidua a la Eucaristía, la oración en familia, la educación cristiana de los hijos, el espíritu de acogida, el testimonio del amor de Cristo. El método END se funda en la regla de vida, que marca el camino de conversión permanente mediante una consecución de objetivos concretos a lograr; sobre el retiro espiritual anual de dos días que los matrimonios hacen para pedir ayuda al Espíritu en el discernimiento y en la formulación de los nuevos proyectos de vida; en el deber de sentarse, una cita que el matrimonio se da todos los meses para hablarse “ante Dios” y que es una ocasión privilegiada para ver al otro con los ojos del Padre y para dejarse convertir hacia lo que el Señor pide a través del otro. Los miembros de los END están activamente comprometidos en los programas de pastoral familiar de la Iglesia local, campo de acción en el que colaboran también con otros movimientos eclesiales.

ESTRUCTURA: La estructura de los END se basa en la colegialidad. Responsable general del movimiento es el Equipo internacional formado por matrimonios de distintos países y asistido por un Consejero espiritual. Los Equipos miembros están compuestos por un número de matrimonios que varía de cinco a siete y por un Consejero espiritual y que mantienen las relaciones entre ellos por un matrimonio de enlace. Los Equipos de una misma ciudad (o de una determinada área geográfica) están reunidos en uno o más sectores, y éstos en regiones. Las regiones de un mismo país o de países cercanos, cuando el número de equipos lo justifica, constituyen super-regiones. La vida del movimiento depende totalmente de la aportación voluntaria de tiempo, energías y recursos de los matrimonios miembro que se preparan para el desarrollo de los END sobre todo en las zonas geográficas donde las grandes distancias y el bajo rédito serían un serio obstáculo.

DIFUSIÓN: Los END cuentan con unos 8.600 equipos y están presentes en 48 países distribuidos del siguiente modo: África (13), Asia (2), Europa (14), Norteamérica (7), Oceanía (2), Oriente Medio (2), Sudamérica (8).

PUBLICACIONES: Lettre des Équipes Notre-Dame, periódico editado en francés, inglés, italiano, portugués, español, alemán, y además en árabe.

PÁGINA WEB: http://www.equipes-notre-dame.com

SEDE CENTRAL: Équipes Notre-Dame
49, rue de la Glacière - 75013 Paris (Francia)
Tel. [+33]1.43319621 - Fax 1.45354712
E-mail: end-international@wanadoo.fr

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Escuela de la Cruz


CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de la Escuela de la Cruz.

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: ESCUELA DE LA CRUZ

FUNDACIÓN: 1965

HISTORIA: La Escuela de la Cruz nació en la parroquia rural de San Isidro Labrador, en la diócesis de Villahermosa, en México, por iniciativa del padre Francisco Javier Asencio Dávalos, religioso profeso de la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo. Difundiéndose en unas mil parroquias y en casi todas las diócesis del país, en 1987 fue constituida por la autoridad eclesiástica como asociación nacional de fieles y en el lapso de pocos años llegó a los Estados Unidos de América. El 22 de mayo de 1994 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó la erección de la Escuela de la Cruz como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

IDENTIDAD: La Escuela de la Cruz se propone participar en la misión de la Iglesia dando vida a comunidades de apóstoles que den testimonio de la espiritualidad de la Cruz en el orden espiritual y en el orden temporal. Los miembros de la asociación (cruzados) se comprometen a vivir en íntima unión con el corazón crucificado de Jesucristo Sacerdote- Víctima-Altar, a “ser sacerdotes con sus sacerdotes” y a sostener concretamente al propio párroco en el cumplimiento de su ministerio. Les une la conciencia de ser hijos de Dios, elegidos por Jesús para participar en su misión en la ayuda recíproca y a vivir el Evangelio y la espiritualidad de la Cruz hasta el heroísmo del amor.

ESTRUCTURA: A la Escuela de la Cruz pueden pertenecer sólo varones, sean laicos (indígenas, campesinos y obreros que viven en las parroquias más marginadas), que sacerdotes a quienes se les ha confiado el cuidado pastoral de una parroquia. La asociación se estructura en pequeños núcleos de 5-9 personas.

DIFUSIÓN: La Escuela de la Cruz cuenta con unos 200.000 miembros laicos y casi 200 párrocos y está presente en 2 países de Norteamérica

SEDE CENTRAL: Escuela de la Cruz
Mirador s/n, Esq. Andador Cocos
Col. El Rosal - 10600 M. Contreras, D.F. (México)
Tel. [+52]56.683943 - Fax 55.953583
ZS06051813

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Documentación



Benedicto XVI: La paz exige el compromiso de la colaboración entre las naciones
Discurso a los embajadores de Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI este jueves al concluir la ceremonia de presentación de cartas credenciales de los nuevos embajadores de Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia.

 

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Excelencias:
Con alegría os doy la bienvenida con motivo de la presentación de las cartas que os acreditan como embajadores extraordinarios y plenipotenciarios de vuestros países: Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia. Os doy las gracias porque me habéis transmitido las corteses palabras de vuestros jefes de Estado, y os pido que les transmitáis mi saludo y mis mejores deseos para sus personas y para su elevada misión al servicio de sus países. A través de vosotros quiero saludar a las autoridades civiles y religiosas de vuestras naciones, así como a todos vuestros compatriotas, pensando de manera particular en las comunidades católicas.

Pertenecéis a la gran familia de diplomáticos que, en todo el mundo, se esfuerzan por tender puentes entre los países con el objetivo de instaurar y consolidar la paz y relaciones más intensas entre los pueblos, tanto a nivel de la solidaridad fraterna como de intercambios económicos y culturales a favor del bienestar de todas las poblaciones del planeta. Esto supone por vuestra parte, como por parte de las autoridades legítimas de los diferentes países del globo y de las diferentes instancias internacionales, una firme voluntad, así como amplitud de miras para no reducir las decisiones que hay que tomar a una respuesta a las urgencias del momento.

En efecto, no es suficiente optar por la paz o por la colaboración entre las naciones para lograr estos objetivos. Hace falta además un compromiso concreto, que exige no buscar únicamente los intereses inmediatos y de una clase particular de la sociedad, en detrimento del interés general. Más bien, hay que perseguir ante todo el bien común de las poblaciones y de toda la humanidad. En la era de la globalización es importante que la gestión de la vida política no esté guiada de manera preponderante o únicamente por consideraciones económicas, por la búsqueda de la rentabilidad, por una utilización desconsiderada de los recursos del planeta en detrimento de las poblaciones, en particular de las más desfavorecidas, corriendo el riesgo de hipotecar a largo plazo el porvenir del mundo.

Asimismo, la paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa, que es un aspecto fundamental y primordial de la libertad de conciencia de las personas y de la libertad de los pueblos. Es importante que, en todo el mundo, toda persona pueda adherir a la religión que quiera y practicarla sin miedo, pues nadie puede fundamentar su existencia únicamente en la búsqueda de un bienestar material. Aceptar esa dimensión personal y colectiva tendrá sin duda alguna efectos benéficos sobre la vida social. Amar al Todopoderoso y acogerle invita a cada quien a ponerse al servicio de sus hermanos y a construir la paz.

Aliento a los responsables de las naciones y a todos los hombres de buena voluntad a comprometerse cada vez más decididamente en la construcción de un mundo libre, fraterno y solidario, en el que la atención por las personas esté por encima de los simples aspectos económicos. Tenemos el deber de reconocer que somos responsables los unos de los otros, y de la marcha del conjunto del mundo. Nadie puede responder, como Caín, a la pregunta de Dios en el libro del Génesis: «¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?».

En el momento en el que comenzáis vuestra misión ante la Santa Sede, permitidme, señores embajadores, dirigiros mis mejores deseos. Pido al Todopoderoso que os llene de bendiciones divinas a vosotros, a vuestros seres queridos, a vuestros colaboradores y a todos los habitantes de vuestros países.

[Traducción del original en francés realizada por Zenit
© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

ZS06051821

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Obispos mexicanos dan un perfil al próximo presidente de la República
Destacan su amor por la vida, la caridad y el respeto a la libertad religiosa

MÉXICO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org-El Observador).- Los obispos de México emitieron este miércoles su tercer y último comunicado en torno a las elecciones generales que se llevarán a cabo en este país el 2 de julio.

En el documento, que ha sido comentado con entusiasmo por los medios de comunicación mexicanos, los obispos invitan a la participación de los electores, a evaluar en función de sus cualidades morales y su competencia profesional a los cuatro candidatos y la candidata que contienden por la Presidencia y a buscar, entre todos, un camino de unidad nacional que perfile una nación más justa en el futuro.

Cabe resaltar que en los otros dos comunicados, los obispos agrupados en la Conferencia del Episcopado Mexicano han sido muy enfáticos en invitar a votar a los ciudadanos mexicanos (el padrón electoral alcanza los 71 millones de votantes inscritos) y a no dejarse engañar por falsas promesas o envolver en el clima de violencia que, por desgracia, ha ido aumentando los últimos meses, conforme se acerca la elección presidencial, la renovación del Senado y del total de la Cámara de Diputados, así como las gubernaturas de algunos estados y presidencias municipales.


Por el interés del documento, reproducimos, a continuación, su versión íntegra.

 

Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y la Paz
Si permanecen fieles a mi palabra, ustedes serán verdaderamente mis discípulos;
así conocerán la verdad y la verdad los hará libres (Juan 8, 31-32).



Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y la Paz
Si permanecen fieles a mi palabra, ustedes serán verdaderamente mis discípulos;
así conocerán la verdad y la verdad los hará libres (Juan 8, 31-32).

Introducción

1. Ante la inminente jornada electoral del próximo mes de julio, los Obispos, como Pastores de la Iglesia católica en México, caminando con el pueblo y sensibles a las necesidades de bienestar espiritual y material de nuestra sociedad, queremos impulsar a los creyentes a que manifiesten su presencia en la vida pública del país -dentro del saludable pluralismo que constituye el sustento de una auténtica democracia-, y promover la participación de todos los ciudadanos en este importante momento de la Nación.


Democracia y Verdad

2. “Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana”1.

3. La Doctrina Social de la Iglesia, advierte que el relativismo moral es uno de los mayores riesgos para las democracias actuales, pues induce a considerar inexistente un criterio objetivo y universal para establecer el fundamento y la correcta jerarquía de valores. “Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política, entonces, las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia”2.

4. “La democracia es fundamentalmente un “ordenamiento”, y como tal, un instrumento y no un fin. Su carácter “moral” no es automático, sino que depende de su conformidad con la ley moral a la que, como cualquier otro comportamiento humano, debe someterse; esto es, depende de la moralidad de los fines que persigue y de los medios de que se sirve”3.



Hacia la consolidación de la Democracia

5. Durante la reciente visita que hicimos los obispos al Papa el pasado mes de septiembre, el Santo Padre Benedicto XVI nos decía que las elecciones de este año “representan una oportunidad y un desafío para consolidar los significativos avances en la democratización del País”. De todos los ciudadanos depende que este reto se convierta en un mañana gozoso para nuestra Patria.

6. Nuestro país está en condiciones de consolidar la democracia, fortalecer sus instituciones y dar un paso adelante en el logro de las reformas estructurales que tanto se requieren para el auténtico desarrollo de todos los mexicanos. Para esto es necesaria la realización de las obligaciones ciudadanas: comparar las propuestas de los candidatos y las plataformas políticas de los partidos para luego participar conscientemente en las urnas.

7. Las instituciones electorales ciudadanas han entrado en una etapa de madurez que ha hecho posible el respeto al voto y, por tanto, el respeto a la dignidad de los votantes que quieren un México mejor para las futuras generaciones. El Instituto Federal Electoral con sus instancias es el regulador designado, y el Tribunal Federal Electoral, la instancia de resolución de posibles conflictos. Su responsabilidad el 2 de julio es básica para la serenidad y trabajo común de los próximos años. Debemos promover que las instituciones se fortalezcan; todos somos corresponsables de que actúen siempre con equidad. Es importante que los ciudadanos exijan a los candidatos el reconocimiento de los resultados oficiales; quienes no hayan resultado electos, que muestren su madurez y amor por el país colaborando con lealtad desde una oposición responsable.

8. De los candidatos necesitamos campañas propositivas; de los partidos políticos, austeridad en los recursos económicos; de los órganos electorales, imparcialidad; de los medios de comunicación, verdad y equidad; de todos, respeto y colaboración con quienes salgan electos, asumiendo lo positivo que se haya propuesto en la campaña, sin que importe su procedencia.

9. Nuestro Pueblo anhela transitar de una democracia formal a una auténtica democracia participativa, con soberanía suficiente para negociar de tú a tú, con el resto de las naciones; anhela tener un gobierno que garantice el respeto irrestricto a los derechos humanos y tenga como prioridad el ejercicio de la justicia social; un gobierno que se conduzca haciendo valer el estado de derecho y que imparta justicia superando cualquier intento de corrupción; un gobierno que someta la delincuencia dentro de los cauces de la legalidad; nuestro Pueblo anhela un gobierno que se respete a sí mismo y gane la autoridad moral ante el pueblo por buscar primero y, ante todo, el bien común.

Participación ciudadana

10. Todo proceso electoral y democrático deberá desembocar en un proyecto al Servicio de la Nación, y no de los intereses de los Partidos y Grupos Políticos. Hay numerosas iniciativas y propuestas de pactos y acuerdos que circulan hoy entre los mexicanos. Los Obispos seguiremos insistiendo en que fortalecer la democracia es reconstruir la confianza ciudadana y el tejido social, es promover y organizar la sociedad para la participación política de todos los sectores sociales en los distintos niveles de gobierno. Alentamos, por ello, la construcción de un Acuerdo Nacional, en que participemos los diversos sectores del país.

11. La democracia representativa quedaría trunca, si no se continúa en una democracia participativa. Todos debemos participar, tanto en esta etapa electoral, como después de la misma. Precisamente para alentar el ejercicio de nuestra responsabilidad política y social, hemos ideado y estamos ofreciendo el Taller “Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y la Paz”, que ha sido muy bien recibido por nuestra feligresía. Invitamos a quienes han cursado estos talleres a aplicar sus conocimientos en la participación, a tomar parte en actividades que fomenten una mejor democracia y a comunicar a otros sus experiencias en el proceso.

12. Todo creyente tiene el deber inmediato e inexcusable de colaborar en favor de un orden justo en la sociedad, configurar rectamente la vida social y animar todas y cada una de las actividades políticas que le corresponda viviéndolas “como caridad social”. Debe hacer presente en nuestra cultura y, por tanto, en su vida cotidiana los valores universales de la dignidad de la persona humana, el respeto a los derechos humanos, la búsqueda del bien común, el cuidado del medio ambiente, la verdad, la justicia, la libertad, el amor, la solidaridad, la tolerancia y la paz. Sin estos valores que, por cierto, tienen una profunda raigambre cristiana, nuestra sobrevivencia y convivencia estarán en peligro.

13. Los Obispos recordamos a los fieles laicos que “de ningún modo pueden abdicar de la participación en la ‘política’; es decir, en la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común. Su compromiso político es una expresión cualificada y exigente del empeño cristiano al servicio de los demás”4.

14. Apelamos a la conciencia de los jóvenes que ejercerán su voto, muchos de ellos por primera vez, y los impulsamos a que formen parte de agrupaciones políticas, educativas, sociales y humanitarias para que con la generosidad, la solidaridad y el compromiso que les caracteriza, inyecten a estas instancias una actitud de servicio a todos, especialmente a los más necesitados.

Propuestas a los Candidatos

15. En primer lugar, esperamos que los candidatos y la candidata, no se descalifiquen sin fundamento, ni se burlen unos de otros. Que sepan dignificar responsablemente la contienda electoral. Es un imperativo ético cuyo incumplimiento debilita a la sociedad en su conjunto.

16. Además de presentarse con voluntad de servir y no de beneficiarse del poder; deberán mostrar coherencia básica entre su conducta y los principios morales necesarios para desempeñar su misión. Confiamos que, de forma transparente e integral, los candidatos presentarán al electorado su proyecto de gobierno, basado en una valoración ética sobre el estilo de desarrollo y estableciendo los problemas que nuestra sociedad debe solucionar y los métodos para enfrentarlos.

17. Recordando la Doctrina Social de la Iglesia y las declaraciones acerca de los derechos humanos, solicitamos claridad en sus plataformas de pensamiento y que sean tomados en cuenta algunos elementos para que, conjuntamente con los ciudadanos y las instituciones, promuevan el progreso del país en:
a) El fortalecimiento y las condiciones de vida digna para las familias y de educación para los hijos.
b) La promoción integral del empleo para terminar con la emigración de nuestros connacionales, quienes emprenden un camino, a menudo sin retorno, a los mercados laborales de Estados Unidos, buscando allá, entre mil dificultades, lo que en su Patria no pudieron encontrar.
c) La promoción de la mujer para que encuentre plenos espacios de participación en condiciones de igualdad con el varón, y para que se supere toda forma de violencia hacia ella. Favorecer una legislación para la mujer trabajadora, que le permita cumplir la misión, querida por Dios, como portadora de la vida humana.
d) La integración de los indígenas, obreros y campesinos al desarrollo humano y social del resto del país como miembros de pleno derecho; pues la deuda histórica con ellos, en cuestión de justicia y equidad, es enorme.
e) Que piensen en gobiernos incluyentes; que sean capaces de dialogar sobre los puntos de coincidencia para llevar a cabo la Reforma del Estado y apoyar políticas públicas que beneficien a los más desprotegidos.
f) Que se impulse una economía al servicio de la sociedad y el desarrollo humano, no una sociedad al servicio del mercado o de grandes intereses particulares
g) Finalmente, que “el Estado no regule y domine todo, sino que, generosamente, reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiaridad, las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio”5.

Voto consciente


18. Hacemos un llamado a los fieles laicos y a toda la ciudadanía para tomar conciencia de la importancia de votar con sensatez, de participar en la vida pública y de acompañar, con responsabilidad y vigilancia, a quienes elegiremos para gobernarnos.

19. Se vota para elegir una autoridad cuya acción “esté siempre al servicio de la promoción integral de la persona y del bien común”6 . Por ello debemos clarificar en el momento de decidir a quién o a quiénes otorgamos el voto, buscando el bien común y las condiciones básicas de justicia y libertad que demanda el pueblo de México.

20. La conciencia cristiana bien formada ejerce el voto de modo que la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular sean coherentes con la fe y la moral y no dañen el bien de las personas y las instituciones. Frente a ambos aspectos, es necesaria una formación del criterio y una reflexión profunda, ya que ni en las elecciones ni en ningún otro aspecto de la vida pública, podemos prescindir de las exigencias éticas fundamentales e irrenunciables de la fe, pues “los creyentes deben saber que está en juego la esencia del orden moral, que concierne al bien integral de la persona”7.

21. De esto surge también el perfil idóneo de quienes ocuparán la presidencia del país y las diferentes responsabilidades en los cuerpos legislativos. El análisis del currículum personal de los candidatos es a menudo un instrumento importante para llevar a cabo este discernimiento.
a) Coherencia. ¿Cómo ha sido la vida del candidato (a)? ¿Qué relaciones hay entre sus dichos y sus hechos? ¿Está preparado para gobernar una nación con 103 millones de habitantes? ¿Conoce nuestra historia, nuestra identidad?
b) Capacidad de diálogo. ¿Está el candidato (a) abierto (a) al diálogo? ¿Sabe escuchar o impone sus condiciones? ¿Es transparente? ¿Rinde cuentas del dinero público que financia su campaña? ¿Toma a la sociedad mexicana como una aliada o como un escalón para sus intereses de grupo?
c) Conocimiento social y económico. La postración en la que se encuentran millones de familias mexicanas, particularmente los indígenas y los trabajadores del campo, hace necesaria una renovación de la vida integral de nuestra sociedad, una mejor distribución de la riqueza y un aliento decisivo a la creación de empleos dignos. ¿Está el candidato (a) capacitado (a) para ello? ¿Tiene la sensibilidad de entender la situación de los pobres y, al mismo tiempo, la técnica suficiente para hacer un servicio eficaz en su promoción y en su desarrollo humano integral?
d) Experiencia política. ¿Los programas de los partidos, y sobre todo, sus experiencias de gobierno reflejan el cumplimiento de normas de justicia, honradez, eficacia, fomento de la solidaridad, promoción de la participación?
e) Amor y defensa de la vida humana. ¿Está el candidato (a) comprometido (a) en defender los valores de la vida desde su inicio hasta su término natural; la familia, fundada en la unión estable de un hombre y una mujer; la libertad de empresa; la propiedad privada y comunal; la promoción de la justicia y la paz; el orden público; la colaboración entre los diferentes grupos sociales y el reconocimiento de las iniciativas de la sociedad civil?
f) Reconocimiento y colaboración con las Iglesias. ¿Tiene claro que la libertad religiosa es más que la libertad de culto, y que es un derecho humano fundamental? ¿Impulsaría una reforma constitucional para alcanzar la libertad religiosa en nuestro país?

Conclusión

22. Invitamos a la oración por México y sus gobernantes para que la fe y la confianza en la Providencia divina nos conduzcan a la serenidad, la reflexión y al voto razonado y crítico.

23. Hagamos del proceso electoral una fiesta, buscando el bien del País y la Unidad de México. Por ello, exhortamos a toda la ciudadanía a superar los sentimientos y pasiones partidistas, propios de la contienda electoral, y ubicar las elecciones como un proceso de competencia y selección donde al final aceptemos los resultados oficiales, reconozcamos al ganador, y nos dispongamos todos a colaborar con el nuevo gobierno para beneficio de la sociedad.

24. Por nuestra parte, quien resulte electo en la contienda, contará con nuestro respeto y nuestra colaboración en todo aquello en lo que éticamente sea posible, así como con nuestra disposición al diálogo permanente y apartidista.

25. Encomendamos estas elecciones y a todos nuestros gobernantes a nuestra Madre de Guadalupe, y le pedimos que interceda por nuestro pueblo en la construcción de una Patria mejor, recordando que este año es el 475 aniversario de haberse manifestado como Madre de nuestro pueblo.

Por los obispos de México,


+ José Guadalupe Martín Rábago
Obispo de León
Presidente de la CEM

+ Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Secretario General de la CEM

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Encuentro Mundial de las Familias – Catequesis preparatoria IV
«El Espíritu Santo y la Iglesia»

CIUDAD DEL VATICANO/VALENCIA, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- «El Espíritu Santo y la Iglesia» es el tema de la cuarta catequesis del programa que, para todas las parroquias del mundo, han elaborado el Pontificio Consejo para la Familia y el arzobispado de Valencia en preparación al V Encuentro Mundial de las Familias (EMF) --convocado por el Papa en la ciudad española del 1 al 9 de julio--.

En nueve capítulos las catequesis tratan los grandes temas del Catecismo de la Iglesia Católica en una reflexión sobre la esencia de la familia cristiana, los valores del matrimonio y la transmisión de la fe.

Sumándose a esta preparación, Zenit está difundiendo semanalmente el texto íntegro de dichas catequesis (v. servicios informativos del 24 de abril, 4 y 11 de mayo).

La Introducción («El amor humano no puede existir si quiere sustraerse a la Cruz») propuesta a este programa catequético es el discurso del Papa Benedicto XVI en la apertura del Congreso eclesial de la diócesis de Roma sobre familia y comunidad cristiana (Zenit, 7 y 8 de junio de 2005).

La web plurilingüe www.wmf2006.org ofrece amplia información sobre el EMF.

 

* * *



 

Catequesis cuarta
EL ESPÍRITU SANTO Y LA IGLESIA



1. Canto Inicial.

2. Oración del Padrenuestro.

3. Lectura bíblica: Hechos 2, 1-12

4. Lectura de la Enseñanza de la Iglesia:

1. Una vez realizada la obra de la redención, el Padre envió al Espíritu Santo el día de Pentecostés para santificar a los creyentes y darles acceso al Él por medio de Cristo en un mismo Espíritu. El Espíritu Santo habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo, y en ellos obra y da testimonio de su adopción como hijos del Padre.

2. Guía a la Iglesia a la verdad plena, la gobierna con diversos dones y la embellece con sus frutos; con la fuerza del Evangelio, la rejuvenece y conduce a la unidad consumada con Cristo, su Esposo. Y así toda la Iglesia aparece como un Pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. La condición de este Pueblo es la dignidad y libertad de los hijos de Dios; tiene por ley el nuevo mandato de amar como Cristo nos amó y como fin dilatar el reino de Dios; está destinado a todos los hombres y aunque, con frecuencia, parezca una pequeña grey, es un germen segurísimo de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano.

3. El Espíritu Santo prepara a los hombres; les previene con su gracia para atraerlos hacia Cristo; les manifiesta al Señor Resucitado; abre su mente para entender su muerte y su resurrección; les recuerda la Palabra; da a los lectores y oyentes, según las disposiciones interiores, la inteligencia espiritual de la misma; y les hace presente el misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía, con el fin de reconciliarlos, conducirlos a la comunión con Dios y hacer que den fruto abundante.

4. Además, el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza, porque no sabemos pedir como conviene, e intercede por nosotros con gemidos inefables. Su gracia suscita en nosotros la fe, la conversión del corazón y la adhesión a la voluntad del Padre.

5. Los padres transmiten a sus hijos la fe en el Espíritu Santo desde los primero momentos de su existencia cuando viven según el Espíritu. En el momento en que los hijos son capaces de entender, además de la coherencia de vida, se requiere una explicación adecuada. Momentos fundamentales de la misma son: la preparación y celebración de los sacramentos de la Iniciación Cristiana, especialmente el de la Confirmación; la escucha de la Palabra de Dios y la reflexión sobre sus exigencias y la participación en la vida sacramental de la Iglesia. También es un momento especialmente eficaz ayudarles a traducir a la vida ordinaria las exigencias de su incorporación a Cristo y a que se interesen en trasmitir a sus amigos y coetáneos la alegría del mensaje de Jesús.

5. Reflexión del que dirige.

6. Diálogo:

- ¿Se puede decir que el Espíritu es conocido por las familias cristianas? ¿En qué se manifiesta este conocimiento?
- ¿Cuáles son las principales funciones que desempeña el Espíritu Santo en la Iglesia y en la familia "Iglesia doméstica"?
- ¿Qué papel desempeña el Espíritu Santo en los sacramentos de la Iniciación Cristiana: Bautismo, Confirmación y Primera Eucaristía y cómo descubrírselo a los hijos?

7. Compromisos.

8. Oración del Ave María e invocación: Regina familiae. Ora pro nobis.

9. Oración por la familia: Dios todopoderoso y eterno que enviaste tu Espíritu a los Apóstoles: derrama también sobre nosotros este Espíritu de amor, para que demos siempre fiel testimonio de aquel amor que has querido que fuera el distintivo de los discípulos de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

10. Canto final.

 

© Pontificio Consejo para la Familia y Arzobispado de Valencia 2005


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