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22 de mayo de 2006


Santa Sede
Benedicto XVI propone «opciones valientes» para mostrar la belleza de la vida consagrada
Vida religiosa: evolución desigual por continentes en los últimos cinco lustros
El cardenal indio Ivan Dias, nuevo prefecto del dicasterio misionero
La reorganización de parroquias, oportunidad de «renovación espiritual»; asegura Benedicto XVI

Mundo
«El pobre nos transforma y nos cura», recuerda Jean Vanier, fundador de la Comunidad del Arca
Ante la secularización, obispos europeos relanzan la catequesis como iniciación cristiana
La India: la gobernadora de Rajasthan rechaza firmar el «decreto anti-conversión»
Italia: la Región del Lacio apoya el diálogo que promovió el padre Santoro, asesinado en Turquía

Entrevista
Lo que caracteriza al cine religioso

Nuevos movimientos
Fórum Internacional de Acción Católica
Foyers de Charité (Hogares de Caridad)

Documentación
Benedicto XVI: La vida consagrada, «quedar transformados por el esplendor» de la belleza

 




 


Santa Sede



Benedicto XVI propone «opciones valientes» para mostrar la belleza de la vida consagrada
A los superiores y superioras de religiosos y consagrados

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI constató este lunes que «se necesitan opciones valientes, a nivel personal y comunitario» para redescubrir y mostrar la belleza del seguimiento de Cristo en la vida consagrada.

Fue el desafío que planteó este lunes al recibir en audiencia en el Aula Pablo VI a los superiores y superioras generales de los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica.

Su discurso se convirtió en un análisis de algunos de los retos fundamentales que debe afrontar la vida consagrada en estos momentos en los que, en algunas partes del planeta, se experimenta una falta de recambio generacional (Cf. Vida religiosa: evolución desigual por continentes en los últimos cinco lustros).

El encuentro le dio también la oportunidad al Papa para manifestar su afecto a los religiosos, en particular a «cuantos están en dificultad, a los ancianos y enfermos, a quienes están pasando momentos de crisis y de soledad, a quien sufre y se siente perdido» o a quienes tocan a las puertas de una familia religiosa para «entregarse a Jesucristo, en la radicalidad del Evangelio».

«Los consagrados y las consagradas tienen hoy la tarea de ser testigos de la transfigurante presencia de Dios en un mundo cada vez más desorientado y confundido, un mundo en el que los matices han sustituido a los colores sumamente claros y destacados», aclaró.

En este sentido, reconoció que «la vida consagrada en los últimos años ha vuelto a ser comprendida con un espíritu más evangélico, más eclesial y más apostólico; pero no podemos ignorar que algunas opciones concretas no han ofrecido al mundo el rostro auténtico y vivificante de Cristo».

De hecho, constató, «la cultura secularizada ha penetrado en la mente y en el corazón de no pocos consagrados, que ven en ella una forma de acceso a la modernidad y de acercamiento al mundo contemporáneo».

La consecuencia, indicó, «es que junto con un indudable impulso generoso, capaz de testimonio y de entrega total, la vida consagrada experimenta hoy la insidia de la mediocridad, del aburguesamiento y de la mentalidad consumista».

«El Señor quiere hombres y mujeres libres, que no estén condicionados, capaces de abandonarlo todo para encontrar sólo en Él su todo», indicó el Santo Padre.

«Se necesitan opciones valientes, a nivel personal y comunitario, que impriman una nueva disciplina a la vida de las personas consagradas y las lleven a redescubrir la dimensión integral del seguimiento de Cristo», aseguró.

El pontífice aclaró que «pertenecer al Señor» «es la misión de los hombres y mujeres que han optado por seguir a Cristo casto, pobre y obediente, para que el mundo crea y se salve».

Para ello, les aconsejó, entre otras cosas, alimentarse diariamente con la oración --«íntimo coloquio del alma consagrada con el Esposo divino» y con la «cotidiana participación en el misterio inefable de la divina Eucaristía, en la que se hace presente constantemente Cristo resucitado en la realidad de su carne».

Por lo que se refiere al voto de castidad que hacen los religiosos, el Papa explicó que «no se puede enmarcar en la lógica de este mundo». De hecho, constató citando a Jesús en el Evangelio de Mateo (19, 11-12), «es la paradoja cristiana más "irrazonable" y no todos pueden comprenderla y vivirla».
ZS06052208

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Vida religiosa: evolución desigual por continentes en los últimos cinco lustros
Revela el Anuario Estadístico de la Iglesia católica

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- Crecimiento en Asia y África, pero disminución en Europa, América y Oceanía: de 1978 a 2004 las cifras de religiosos profesos no sacerdotes y religiosas profesas han evolucionado de forma dispar por continentes.

La Santa Sede ha acompañado de un breve análisis la reciente publicación del Anuario Estadístico de la Iglesia del año 2004 --«Annuarium Statisticum Ecclesiae», preparado por la Oficina Central de Estadística de la Iglesia católica y editado por la «Libreria Editrice Vaticana»-- (V. Zenit, 18 y 21 de mayo de 2006).

Con esta actualización de la dimensión numérica de la Iglesia en el mundo, es posible contemplar la evolución experimentada de 1978 a 2004, período que abarca casi todo el pontificado de Juan Pablo II.

Más de 55 mil religiosos profesos no sacerdotes se contaron en todo el mundo en 2004; las religiosas profesas superaron la cifra de 767 mil.

Las tablas comparativas brindadas por la Santa Sede muestran la evolución global y por continentes de la vida religiosa en esos más de cinco lustros.

Se ha registrado una tendencia decreciente (a nivel planetario) en el grupo de los religiosos profesos no sacerdotes: en 1978 eran más de 75 mil, en 1988 menos de 65 mil. Supone una reducción del 27,4% al llegar 2004.

Esta disminución es común a varios continentes, excepto África y Asia, donde se observan variaciones del +48% y aproximadamente del +39% respectivamente. La variación en Europa ha sido del -46%, en América del -30% y Oceanía del -47%.

La distribución mundial de la vida religiosa masculina (no ordenados presbíteros) evolucionó, de 1978 a 2004, de la siguiente forma: Asia, del 8,59% al 16,40%; África, del 6,92% al 14,16%; América, del 31,33% al 30,14%; Europa, del 48,95% al 36,24%; Oceanía, del 4,21% al 3,06%;

El análisis de la Santa Sede confirma que «también para el grupo de las religiosas profesas se observa una dinámica fuertemente decreciente con una reducción de más del 22% en el período considerado» en todo el mundo.

De 990.768 religiosas contadas a nivel global en 1978, se pasó a 767.459 veintiséis años después.

Europa, América y Oceanía vuelven a ser los continentes donde se registra el decrecimiento (-39%, -27% y -41%, respectivamente).

En cambio «el incremento ha estado decididamente sostenido» --constata la Santa Sede-- en África y Asia: aproximadamente +62% y +64%, respectivamente.

Por lo tanto, la proporción de religiosas en África y Asia sobre el total mundo ha pasado aproximadamente de 13% al 27% (del 3,58% al 7,49% en el continente africano, del 9,24% al 19,64% en el asiático), mientras que su incidencia se ha reducido en Europa (del 55% al 43%) y en América (del 30% al 28%).
ZS06052203

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El cardenal indio Ivan Dias, nuevo prefecto del dicasterio misionero
Sucede al cardenal Crescenzio Sepe, nombrado arzobispo de Nápoles

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- Aceptando la renuncia (por haber alcanzado los 75 años de edad) del cardenal Michele Giordano como arzobispo de Nápoles, el Papa ha nombrado al frente de la archidiócesis italiana al cardenal Crescenzio Sepe; a éste le sucederá como prefecto de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos el cardenal Ivan Dias.

Tras la noticia de estos nombramientos --difundida el sábado por la Sala de Prensa de la Santa Sede--, queda pendiente el nombre del sucesor del purpurado indio al frente de la archidiócesis de Bombay.

Diplomático y pastor
La actividad diplomática y diez años como pastor de Bombay han caracterizado la vida del cardenal Dias, cuya facilidad para los idiomas le permite hablar dieciocho.

Originario de Mumbai, donde nació en 1936, Ivan Dias fue ordenado sacerdote en Bombay a los 22 años.

Estudió entre 1961 y 1964 en la Pontificia Academia Eclesiástica en Roma, y en la Pontificia Universidad Lateranense –también de la Ciudad Eterna— concluyó sus estudios en Derecho Canónico en 1964, año en que trabajó en la Secretaría de Estado del Vaticano para preparar la visita del Papa Pablo VI a Bombay con ocasión del Congreso Eucarístico Internacional.

Fue secretario --entre 1965 y 1973-- en las Nunciaturas Apostólicas de Dinamarca, Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia, Indonesia, Madagascar, Isla de Reunión, Islas Comoras y Mauricio.

Los dos años siguientes desarrolló su labor como jefe de sección en la Secretaría de Estado para la Unión Soviética, los Estados Bálticos, Bielorrusia, Ucrania, Bulgaria, China, Vietnam, Laos, Camboya, Sudáfrica, Namibia, Lesotho, Swazilandia, Zimbabwe, Etiopía, Ruanda, Burundi, Uganda, Zambia, Kenia y Tanzania.

En 1982 recibió la consagración episcopal; desde ese año hasta 1997 desarrolló su tarea como pro-nuncio apostólico en Ghana, Togo y Benin, Corea del Sur y Albania.

Fue nombrado arzobispo de Bombay el 8 de noviembre de 1996; tomó posesión de la diócesis el 13 de marzo sucesivo. Juan Pablo II le creó cardenal en 2001.

El purpurado indio es miembro de las Congregaciones vaticanas para la Doctrina de la Fe, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y para la Educación Católica; igualmente lo es de los Consejos Pontificios de Cultura, y para los Laicos, y de otros organismos vaticanos.

La Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI) confirma que el Papa ha pedido al cardenal Dias que prosiga como «administrador» de la mayor diócesis de La India hasta que se haga cargo del dicasterio misionero.

Se trata del organismo que dirige y coordina en todo el mundo la obra de evangelización de los pueblos y la cooperación misionera –excepto en lo que sea de competencia de la Congregación vaticana para las Iglesias Orientales--.

Actualmente dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos 1.077 circunscripciones eclesiásticas de los cinco continentes (936 son archidiócesis y diócesis; el resto en su mayoría vicariatos apostólicos, prefecturas apostólicas o misiones "sui iuris"). De todas esas circunscripciones, 933 se dividen --prácticamente a partes iguales-- entre África y Asia.

La constitución del dicasterio misionero se remonta al año 1622, con el nombre de «Propaganda Fide».

Forman la Congregación para la Evangelización de los Pueblos unos sesenta miembros: la mayor parte son cardenales, más de una decena arzobispos u obispos, y también se suman algunos superiores generales y directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias.

Supera el medio centenar el número de personas que además prestan servicio estable en las dos secciones del dicasterio --secretaría y administración--, que es asistido por un colegio internacional de consultores expertos en diversas disciplinas eclesiásticas.
ZS06052205

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La reorganización de parroquias, oportunidad de «renovación espiritual»; asegura Benedicto XVI
Una medida que algunas diócesis deben emprender por falta de sacerdotes

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- La reorganización de las parroquias que se estudia en algunas diócesis a causa de la falta de sacerdotes debe ser vista como una oportunidad de «renovación espiritual», considera Benedicto XVI.

Así lo explicó el Santo Padre al recibir este sábado en la quinquenal visita «ad limina apostolorum» a obispos de Canadá Atlántico, que, como él constató tras leer los informes de los prelados, están afrontando «la tarea delicada de la reorganización de las parroquias e incluso de las diócesis».

«Esto no se puede hacer nunca de manera apropiada con simples modelos sociales de reestructuración», pues «sin Cristo no podemos hacer nada».

«La oración nos arraiga en la verdad, recordándonos sin cesar la primacía de Cristo y, en unión con él, la primacía de la vida interior y de la santidad».

«Las parroquias son consideradas ante todo como casas y escuelas de comunión», añadió. «Por tanto, la reorganización de las parroquias es esencialmente un ejercicio de renovación espiritual».

«Esto exige una promoción pastoral de la santidad para que los fieles presten atención a la voluntad de Dios».

Este objetivo se realiza a través de una «pedagogía auténtica de la oración, introduciendo en la vida de los santos y en las múltiples formas de espiritualidad que embellecen y estimulan la vida de la Iglesia, por una participación regular en el Sacramento de la Reconciliación, y a través de una catequesis convincente sobre el domingo, como "día de la fe"».

«Estoy convencido de que un redescubrimiento de Jesucristo, Verbo hecho carne, nuestro Salvador, llevará una redescubrimiento de la identidad personal, social y cultural de los fieles», reconoció.

«En vez de confundir la diversidad y la complementariedad de carismas y de funciones de los ministros ordenados y de los fieles laicos, una identidad católica reforzada reavivará la pasión por la evangelización, que es propia de la vocación de todo creyente y de la naturaleza de la Iglesia», concluyó.
ZS06052206

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Mundo



«El pobre nos transforma y nos cura», recuerda Jean Vanier, fundador de la Comunidad del Arca


ROMA, lunes 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- La comunión con el pobre «transforma y cura», afirma Jean Vanier, fundador de la Comunidad del Arca.

En una conferencia que tuvo lugar el pasado martes en la iglesia de San Joaquín en Roma, Vanier afirmó que «la diferencia es un tesoro» y que «entrar en comunión con el pobre nos cambia, nos transforma, nos hace más humanos y es un camino de conocimiento de Dios».

El fundador del Arca, que ha dedicado su vida a la asistencia a las personas con minusvalía psíquica, observó que «el mundo humano es un mundo de conflictos, guerras, divisiones, dominado por la incapacidad de encontrarse».

Cada uno de nosotros, explicó, construye muros porque «tenemos miedo los unos de los otros».
Nuestros miedos son muchos, recordó: «Miedo de la muerte, de desaparecer, de ser rechazados, de no ser amados, de no tener éxito, de sentirnos culpables, del caos dentro de sí».

El miedo de mostrar nuestra vulnerabilidad nos lleva a escondernos porque no se quiere hacer ver a los demás la propia pobreza interior: al dejar que vean nuestra «pobreza» y que toquen «nuestra vulnerabilidad profunda», tememos miedo de ser abandonados.

«¿Cómo podemos llegar a ser más humanos? ¿Cómo se pueden derribar los muros que cada uno crea? ¿Cómo se puede superar el miedo a ser rechazados? ¿Cómo podemos ser nosotros mismos, aceptando lo que somos con nuestra fragilidad», se preguntó Jean Vanier.

«Somos todos seres humanos, somos todos personas», respondió. «Cualesquiera que sean nuestras capacidades o incapacidades, nuestra cultura o nuestra religión, nuestra etnia, somos todos personas únicas, preciosas, con un valor profundo».

«Somos todos capaces de recibir a Dios, cualesquiera que sean nuestras pobrezas, aparentes o no aparentes».

Lo que cuenta, por tanto, es dejar caer los muros para poder entrar en relación los unos con los otros, para poder revelar a los demás que son mucho más bellos de lo que piensan.

Amar a alguien no quiere decir «poseerlo, controlarlo, no es sólo una realidad emotiva, no es obligatoriamente hacer algo por los otros». «Amar a alguien es revelar al otro su belleza, es revelar al otro que es una persona, que es importante, que puede hacer cosas hermosas con su vida».

El amor, precisó, no debe ser sólo emotivo. Hay que amar a las personas «con inteligencia para ayudarlas a levantarse de nuevo», «querer ir más allá de los muros, a través de los muros», «revelar a quienes han sido aplastados que tienen un valor».

«Lo que quiero transmitir antes de morir es que la vida es hermosa si nos ponemos poco a poco a abatir los muros que nos separan», afirmó Vanier.

Según el fundador del Arca, hay que ser sinceros consigo mismos y reconocer una importante verdad: «No soy superior a ti, no soy mejor que tú, soy como tú. Tengo mi fragilidad, mi limitaciones que quizá a menudo he escondido; tú tienes tus limitaciones, quizá más visibles, pero detrás de tus limitaciones estás tú como persona, está tu corazón».

«Para que los muros puedan desaparecer --concluyó--, para que podamos llegar a ser vulnerables los unos ante los otros, para no dejarnos llevar por la competitividad, para que el mundo pueda encontrar la paz, necesito una comunidad, de hermanos y hermanas, de Jesús».

Jean Vanier nació en 1928 en Canadá. Su padre era gobernador general del país. Entró muy joven en la marina militar y la abandonó en 1950 «para seguir a Jesús, para buscar el Evangelio, para descubrir el sentido de nuestra vida y de nuestro mundo».

En 1964, fundó en Trosly-Breuil, Francia, El Arca, una comunidad para y con personas con minusvalía psíquica. Hoy existen más de cien casas con talleres, en treinta países, en las que se comparte la vida y el trabajo.

En 1971, junto a Marie Hélène Mathieu, fundó «Fe y Luz», movimiento que acoge a personas con minusvalía, a sus familiares y sus amigos para compartir momentos de celebración y oración. Actualmente hay más de mil comunidades en el mundo.


[Más información en http://www.larche.org]
ZS06052201

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Ante la secularización, obispos europeos relanzan la catequesis como iniciación cristiana
Décimo encuentro de obispos y directores nacionales de catequesis en Europa

SAN GALLO, lunes 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- Ante el alto índice de personas que se alejan de la Iglesia, son de gran utilidad los servicios catequéticos diocesanos y nacionales, catequistas laicos cada vez mejor formados y sacerdotes dotados de un talante pastoral adecuado.

Es esto en resumen lo que se dijo en el décimo encuentro de obispos y directores nacionales de catequesis de Europa, celebrado Roma del 8 al 11 de mayo, con más de sesenta participantes.

El encuentro es fruto de un esfuerzo de sinergia entre el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) y la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), coordinado por el obispo Cesare Nosiglia de Vincenza, delegado de Catequesis, Escuela y Universidad del CCEE, y por monseñor Walter Ruspi, director nacional de la CEI para la Catequesis.

El tema elegido para este encuentro fue «La iniciación cristiana como proceso para llegar a ser cristianos».

Participaron 13 obispos de 12 conferencias episcopales, junto a representantes de 26 conferencias episcopales, de 27 países de Europa, y de la Conferencia Episcopal de Kazajstán.

Durante las intervenciones y en los encuentros entre los diversos grupos, quedó claro «lo útiles que son los servicios catequéticos diocesanos y nacionales, allí donde existen, en su oferta de apoyo a diócesis, parroquias y otras comunidades», afirma un comunicado final difundido por el CCEE.

«Además, se ha comprobado que la creatividad está al orden del día para construir "espacios de bienvenida y evangelización"», sigue el comunicado.

«La importancia de mantener los contactos con los nuevos miembros de la Iglesia ha sido subrayada por participantes de toda Europa, a la luz del preocupante índice de defección ya en el primer periodo que sigue al catecumenado», añade.

En el encuentro, se subrayó la importancia de que «los sacerdotes acepten el hecho de que tienen necesidad de ayuda para actuar con un talante pastoral adecuado, así como instrumentos para el trabajo con los catecúmenos. El servicio y la escucha son en todas partes las palabras clave, y atañen a todos los que están implicados en el proceso».

«Se ha visto que muchos de los que se acercan a la Iglesia son personas en búsqueda de lo espiritual, no personas que 'obedecen a ciegas', como sucedía antes, y es importante reconocer que muchos de quienes buscan provienen de las filas de los nuevos pobres: prisioneros, navegantes, estudiantes, militares, inmigrantes y pertenecientes a las minorías étnicas más consolidadas».

«El apoyo de las conferencias episcopales a programas eficaces y de relevancia esencial es vital para una sólida formación de los catequistas y no sólo la buena voluntad», subraya el comunicado final.

En concreto, la prioridad de tener catequistas laicos ha sido interpretada a la luz del hecho de que «la mayor parte de los sacerdotes son extranjeros», lo que se «traduce en una necesidad todavía más grande de gente del lugar, capaz de acercarse mucho más a la gente que los sacerdotes (extranjeros) y los religiosos que actualmente gestionan todo».

Se señaló también la necesidad de «enfoques radicalmente diferentes para los diversos tipos de personas que vienen a la Iglesia: los que han sobrevivido como miembros de comunidades católicas clandestinas se comprende que todavía desconfíen de los encuentros de grupo y el intercambio de experiencias y, por consiguiente, que emprendan un camino muy individual en relación a los sacramentos».

Otros de los temas abordados fueron las dificultades que pueden nacer de «cuestiones de nacionalidad y de etnicidad» por lo que se refiere por ejemplo a los convertidos del Islam.

A la hora de hacer balance de los diversos debates afrontados, monseñor Nosiglia subrayó la necesidad de «caminos diferenciados” que reflejen fielmente y correspondan a las “diversas situaciones de los individuos».

«Llegar a ser cristiano es un proceso que dura toda la vida y está profundamente relacionado con la experiencia de "llegar a ser humanos"», afirmó el obispo de Vicenza.

«La familia desempeña un papel decisivo en el apoyo a la iniciación. Los movimientos eclesiales son de gran ayuda donde existe una verdadera unidad con el obispo del lugar» y por ello «el mandato del obispo es esencial para quienes acompañan a los catecúmenos», afirmó el obispo.

El CCEE reúne a los presidentes de las actuales 34 conferencias episcopales europeas. Está presidido por monseñor Amédée Grab, obispo de Coira, Suiza; son vicepresidentes el cardenal Josip Bozanic, arzobispo de Zagreb, y el cardenal Cormac Murphy O'Connor, arzobispo de Westminster. El secretario general es monseñor Aldo Giordano. La sede del secretariado está en San Gallo, Suiza.

Este organismo, cuya asamblea constitutiva se celebró en Roma en 1971, es un ámbito de colaboración, espíritu sinodal y comunión entre los obispos de las conferencias episcopales europeas.

Colabora con la Conferencia de las Iglesias de Europa (KEK), en la que están representadas 125 iglesias de las tradiciones ortodoxa y protestante, además de los organismo europeos para los religiosos (UCESM), los sacerdotes (CCPE), los laicos (FEL), y asociaciones de caridad como «Renovabis», «Ayuda a la Iglesia Necesitada» y Caritas Europa.
ZS06052202

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La India: la gobernadora de Rajasthan rechaza firmar el «decreto anti-conversión»
Satisfacción en la comunidad cristiana

JAIPUR, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- La gobernadora de Rajasthan, Pratibha Patil, ha rechazado la «draconiana ley de libertad religiosa» (norma fuertemente discutida por las minorías) «que aprobó apresuradamente» la Asamblea de tal Estado indio.

Así lo confirmó el viernes una nota de la Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI), recogiendo la satisfacción del secretario general del organismo, el arzobispo Stanislaus Fernandes.

Y es que la norma (también conocida como «ley anti-conversión») va «contra los derechos humanos y civiles de toda la población, que están recogidos en la Constitución india», expresó el prelado.

Hace poco más de un mes la disposición fue aprobada a pesar de la fuerte oposición de las minorías y de los grupos pro derechos humanos.

En Rajasthan los cristianos constituyen el 0,11% de una población formada por un 89% de hindúes y un 8% de musulmanes.

Para las autoridades, las actividades de conversión estaban creando problemas de ley y orden en el Estado. Denominada «Rajasthan Dharma Swatantraya Bill, 2006» (ley sobre Libertad Religiosa), la norma se orientó a la prohibición de conversiones realizadas a través de «la fuerza, o la seducción, o por medios fraudulentos».

Según el texto normativo, si hubiera alguna queja respecto a una conversión, el infractor podría ser detenido incluso antes de que se abriera una investigación, y no se admite libertad bajo fianza.

La pena por la infracción oscila entre un mínimo de dos años de prisión a cinco años, y una multa de 50.000 rupias (más de 1.100 dólares estadounidenses).

El obispo Oswald Lewis, de Jaipur --la capital--, ya había declarado sobre la ley: «Es contraria a la Constitución India y restringe la libertad de la persona. Consideramos que se abusará de ella en nuestra contra».

Cuando la Asamblea estatal de Rajhastan aprobó la disposición, el cardenal Telesphore Toppo --presidente del episcopado católico indio-- expresó: «La nueva ley no detendrá nuestra labor» (V. Zenit, 10 abril 2006)

Rajasthan «es el sexto Estado donde se aprueba una ley de este tipo. En los otros cinco, Madhya Pradesh, Orissa, Tamil Nadu, Gujarat y Chhattisgarh nuestra misión no se ha detenido y nuestro testimonio no ha disminuido ni cambiado. ¿Por qué Rajasthan debería ser diferente?», se preguntó entonces el purpurado en declaraciones a la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) «Asianews».

Para el decreto de Rajasthan, la religión de una persona está determinada por la religión de su ascendientes.

«Nosotros no realizamos conversiones forzosas o fraudulentas» --recalcó el cardenal Toppo--. «No infringimos los derechos de la persona humana; al contrario, la dignidad del hombre es fundamental en nuestra misión».

«La libertad de elección está engarzada en nuestra Constitución --recordó--, y esto asegura el triunfo de la verdad».

Presidente del «All India Catholic Union» (representa a 16 millones de católicos indios) y secretario general del «All India Christian Council» (representa a cristianos de diversas confesiones), John Dayal ha escrito a la gobernadora Pratibha Patil agradeciéndole que haya rechazado la «ley anti-coversión».

En su carta –de la que hizo llegar copia a Zenit— manifiesta a Patil su reconocimiento por el hecho de que, haciendo uso «de los poderes que le otorga la Constitución india y afirman diversos pronunciamientos de la Corte Suprema», haya «rechazado y devuelto» esta ley que «apresuró» la Asamblea del Estado de Rajasthan.

En tal Asamblea está en fuerte mayoría el «Bharatiya Janata Party», partido nacionalista que respalda una visión fundamentalista del hinduismo y es el mayor en la oposición en el país.
ZS06052210

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Italia: la Región del Lacio apoya el diálogo que promovió el padre Santoro, asesinado en Turquía
Destinará fondos para una biblioteca intercultural e interreligiosa en Trabzon

ROMA/TRABZON, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- La Región italiana del Lacio (a la que pertenece Roma) ha respondido favorablemente a la petición de ayuda que, días antes de ser asesinado en Turquía, hizo el padre Andrea Santoro para poner a disposición en Trabzon los libros del cristianismo, judaísmo e islam.

En esa localidad turca del Mar Negro, mientras oraba en su parroquia de Santa María, el sacerdote fue asesinado el pasado 5 de febrero por un joven de 16 años que gritó «Alá es grande»; el presunto agresor reconoció haber actuado movido por la rabia suscitada tras la publicación en prensa occidental de las viñetas sobre Mahoma.


Fallecido a los 60 años, el padre Santoro era sacerdote «fidei donum» («don de la fe») de la diócesis de Roma en Turquía [son aquellos enviados por las diócesis más antiguas a las Iglesias jóvenes de otros continentes como misioneros].

A los tres días de su muerte, Benedicto XVI rogó, emocionado: «Que el Señor acoja el alma de este silencioso y valiente servidor del Evangelio y permita que el sacrificio de su vida contribuya a la causa del diálogo entre las religiones y de la paz entre los pueblos»,

«Éste era ciertamente el ánimo con el que Don Andrea se había ido a vivir a Turquía y éste es el sentido que él quería dar a su eventual muerte violenta y prematura», subrayó el cardenal Camillo Ruini cuando, al poco tiempo, presidió las exequias por el sacerdote asesinado.

El pasado martes la agencia «Sir» del episcopado italiano confirmó que la Región del Lacio financiará biblioteca que, en el Centro de Diálogo Interreligioso «soñado» por el padre Santoro en Trabzon, pondrá a disposición los volúmenes del cristianismo, judaísmo e islam.

«Será una biblioteca y a la vez un tipo de tienda y de sala de té, un lugar de encuentro donde peregrinos, turistas, fieles y ciudadanos puedan detenerse a leer los libros de las tres grandes regiones» citadas, explicó Maddalena, hermana del sacerdote desaparecido.

El presidente de la Junta regional del Lacio, Pietro Marrazzo, recordó: «Pocos días antes de morir, don Andrea me escribió un e-mail en el que me contaba lo que hacía, en qué consistía su misión».

Solicitaba en la misiva, si era posible, una ayuda para llevar a cabo este proyecto.

La Región del Lacio intervendrá junto a todos los que están en ello comprometidos para que «haya una ventana siempre abierta y para que la peregrinación de don Andrea continúe».
ZS06052211

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Entrevista



Lo que caracteriza al cine religioso
Responde José María Caparrós Lera

MÉXICO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org-El Observador).- José María Caparrós Lera, crítico de cine, historiador, profesor y filósofo afronta en esta entrevista concedida a Zenit-El Observador uno de los temas más controvertidos del llamado «séptimo arte»: los criterios para decir qué es y qué no es cine religioso.

Nacido en 1943 en Barcelona, es doctor en Filosofía y Letras, profesor titular de Historia Contemporánea y Cine de la Universidad de Barcelona, director del Centro de Investigaciones Film-Historia, Caparrós es autor de 31 libros especializados.

Es miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Antiguo crítico de cine, ha sido vicepresidente de la Internacional Association for Media and History (IAMHIST, Oxford) y ha impartido cursos sobre cine español en universidades extranjeras.

--¿Cuál es la concepción que tiene usted de cine religioso?

--José María Caparrós: Me parece cine religioso todo aquel que hable de trascendencia, de espiritualidad, de valores humanos. No hace falta que esté circunscrito a una confesión concreta; es suficiente que esté entroncado con la moralidad y las acciones virtuosas de la persona. Pero el referente de Dios tiene que estar presente.

--¿Se puede hablar de un género cinematográfico religioso?

--José María Caparrós: La verdad es que se ha calificado como género religioso a las películas que tratan de la Historia Sagrada, con base en la Biblia, o aquel cine hagiográfico que narra la vida de los santos. Pero no siempre ese cine bíblico o los filmes «de estampita» contienen el verdadero género, que --según las premisas expuestas más arriba-- tendría que ser bastante más amplio.

--¿Qué elementos deben aparecer en el guión para que se dé un filme con una perspectiva religiosa?

--José María Caparrós: Insisto en lo que dije al principio: los valores humanos y espirituales, la moralidad y la trascendencia han de estar presentes para que un filme tenga una perspectiva realmente religiosa. A veces también por vía negativa: del pecado, mostrado como tal, puede llegarse a este sentido de religiosidad. Pensemos, por ejemplo, en las películas de Robert Bresson y hasta de Éric Rohmer, por no hablar de algunas obras de Ingmar Bergman y Roberto Rossellini.

--¿Qué se requiere para impulsar al cine de corte religioso?

--José María Caparrós: Un sentido respetuoso con el Otro, ver en los demás la imagen del Creador, de Dios. Ese tener presente el Más Allá, la trascendencia de las acciones de los personajes del filme, puede enriquecer al espectador en su propia vida. Pienso ahora en los clásicos de Tarkovski y Kiewslovki o, incluso, en algunas películas de Lars von Trier.

--¿Se tendría que hacer una investigación de índole periodística para realizar un filme con temáticas religiosas?

--José María Caparrós: Se requiere conocer bien las diversas espiritualidades y religiones. La investigación, en este caso, más que periodística acaso sería de cariz teológico.
ZS06052209

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Nuevos movimientos



Fórum Internacional de Acción Católica


CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, del Fórum Internacional de Acción Católica.

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: FÓRUM INTERNACIONAL DE ACCIÓN CATÓLICA

SIGLA: FIAC

FUNDACIÓN: 1991

HISTORIA: El FIAC nació por iniciativa de los movimientos de Acción Católica de Argentina, España, Austria, Malta, México e Italia que, después del Sínodo de 1987 sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y el mundo, y después de la publicación de la exhortación apostólica postsinodal Christifideles laici, advirtieron la exigencia de dar vida a una nueva estructura adecuada para favorecer el encuentro, el intercambio y la solidaridad entre asociaciones y movimientos de Acción Católica en vista de la nueva evangelización. La asamblea constitutiva del FIAC se celebró en Roma en 1991. Entre 1994 y 2000 el Fórum se hizo promotor de encuentros continentales, semanas de formación para jóvenes, seminarios. El 29 de junio de 1995 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento del Fórum Internacional de Acción Católica como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

IDENTIDAD: El FIAC se propone favorecer el recíproco conocimiento entre las asociaciones y federaciones de movimientos de Acción Católica de distintos países; promover iniciativas para sostener y desarrollar el servicio específico que están llamadas a realizar en coherencia con la propia identidad, incluso en la variedad de los modos y formas que requiere la diversidad del contexto cultural, social y eclesial; profundizar el estudio de los problemas que tienen relación con la vida y la misión de la Iglesia a nivel universal, continental o regional; establecer relaciones de diálogo y de colaboración con todas las organizaciones de apostolado laical a nivel internacional; representar a las asociaciones y a las federaciones de movimientos de Acción Católica pertenecientes al Fórum ante la Santa Sede y ante las organizaciones internacionales civiles.

ESTRUCTURA: Órganos directivos del FIAC son la Asamblea; el Secretariado general, constituido por cinco miembros laicos, normalmente Presidentes nacionales, designados por los distintos países y elegidos cada tres años por la Asamblea ordinaria; el Coordinador del Secretariado. Está prevista la constitución de una Coordinadora jóvenes.

DIFUSIÓN: El FIAC cuenta con 16 países miembros, 10 países observadores y 4 países en contacto distribuidos del siguiente modo: África (6), Asia (1), Europa (12), Norteamérica (3), Sudamérica (8).

PUBLICACIONES: Noticias, boletín en italiano, francés, inglés y español.

PÁGINA WEB: http://www.fiacifca.org

SEDE CENTRAL: Fórum Internacional de Acción Católica
Via della Conciliazione, 1
I - 00193 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.661321 - Fax 06.66132360
E-mail: fiac@azionecattolica.it
ZS06052212

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Foyers de Charité (Hogares de Caridad)


CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de los Foyers de Charité (Hogares de Caridad).

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: FOYERS DE CHARITÉ

FUNDACIÓN: 1936

HISTORIA: Los Foyers de Charité nacieron del encuentro de Marthe Robin (1902-1981) con su padre espiritual, el sacerdote Georges Finet. Marthe Robin, enferma desde los 16 años de edad, vivió el ofrecimiento y el abandono a la voluntad de Dios confiándose a María. Desde 1930 rezó incesantemente por la apertura en Châteauneuf-de-Galaure, su lugar natal, de una escuela católica, a la que en los años 1940-1948 siguió la fundación del Foyer de Luz, Caridad y Amor, centro de retiros espirituales abierto a todos, y que será el primero de los numerosos Foyers de Charité que desde Francia se difundieron en los distintos continentes. El 1 de noviembre de 1986 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de la obra de los Foyers de Charité como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.

IDENTIDAD: Los miembros de los Foyers de Charité son laicos, hombres y mujeres, y sacerdotes que, llamados a vivir según el espíritu de las bienaventuranzas al servicio de la evangelización, actúan con toda la Iglesia para dar a conocer a Cristo, luz del mundo, y su mensaje de salvación. Siempre con el espíritu de las bienaventuranzas, ponen en común sus bienes materiales, intelectuales y espirituales. El proceso educativo de los miembros se orienta a formarlos para la misión y a hacerles responsables de la unidad y del dinamismo de la obra. La formación se realiza dentro de la comunidad e implica encuentros personales con los responsables (sacerdotes y laicos), reuniones comunitarias, cursos de estudio de la Sagrada Escritura, teología, liturgia, catequesis, animación litúrgica. Entre las actividades formativas tienen una importancia especial los retiros espirituales abiertos a todos, que son una síntesis de fe y vida cristiana en la fidelidad a la Palabra de Dios y al magisterio de la Iglesia. Los retiros, animados por laicos, están guiados por el sacerdote responsable del Foyer. Además, en el Foyer de Châteauneuf-de-Galaure cada año se tiene un curso de formación de un mes de duración con la finalidad de profundizar en el conocimiento de la obra, de su carisma y su funcionamiento.

ESTRUCTURA: Núcleo de la obra y corazón de la comunión y de la colaboración entre todos los Foyers de Charité existentes es el Foyer de Châteauneuf- de-Galaure, Foyer-Centro, cuyo sacerdote responsable es al mismo tiempo el responsable del conjunto de los Foyers esparcidos por el mundo. Cada Foyer de Charité –comunidad de vida– está constituido por un sacerdote y por miembros laicos, y vive insertado en la Iglesia diocesana y en comunión con la Iglesia universal. Los miembros de todos los Foyers se reúnen anualmente en espíritu de familia, para compartir las respectivas experiencias y elaborar juntos proyectos para el crecimiento de la obra. Durante la Asamblea general, convocada cada cinco años por el sacerdote responsable del Foyer-Centro, se procede a la elección de la mitad de los miembros del Consejo central y se deciden las orientaciones espirituales y apostólicas más importantes de la obra. La vida de los Foyers de Charité está sostenida por una red de amigos que, junto a los miembros de los Foyers y a los participantes en los retiros espirituales, forman el llamado “Foyer ampliado” que da testimonio de la luz, la caridad y el amor de Cristo en todo el mundo.

DIFUSIÓN: La obra cuenta con 75 Foyers y está presente en 41 países distribuidos del siguiente modo: África (17), Asia (5), Europa (7), Norteamérica (5), Oriente Medio (1), Sudamérica (6). OBRAS Los Foyers de Charité llevan adelante casas de acogida para muchachos en dificultad o con discapacidades y para niños abandonados, escuelas, casas para ancianos, un centro espiritual diocesano, dispensarios, una tipografía, cadenas de radio religiosa locales, comedores para pobres.

PUBLICACIONES: L’alouette, revista bimestral.

PÁGINA WEB: http://www.foyer-chateauneuf.com

SEDE CENTRAL: Foyer de Charité
B.P. 11
85, rue Geoffroy de Moirans
26330 Châteauneuf-de-Galaure (Francia)
Tel. [+33]04.75687900 - Fax 04.75686691
E-mail: foyer.de.charite.chateauneuf@wanadoo.fr

[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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Documentación



Benedicto XVI: La vida consagrada, «quedar transformados por el esplendor» de la belleza
Discurso a los superiores y superioras generales de los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 22 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI este lunes a los superiores y superioras generales de los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica al recibirles en el Aula Pablo VI.


 

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Señor cardenal,
venerados hermanos en el episcopado y en el presbiterato,
queridos hermanos y hermanas:

Para mí es una gran alegría participar en este encuentro con vosotros, superiores y superioras generales, representantes y responsables de la vida consagrada. Os dirijo a todos mi cordial saludo. Con afecto fraterno, saludo en particular al señor cardenal Franc Rodè, y le doy las gracias por haber manifestado vuestros sentimientos, junto a otros representantes vuestros. Saludo al secretario y a los colaboradores de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, dando las gracias por el servicio que ofrece este dicasterio a la Iglesia en un campo tan importante como es el de la vida consagrada. Mi pensamiento, se dirige en este momento, con profunda gratitud, a todos los religiosos y religiosas, los consagrados y consagradas, y los miembros de las sociedades de vida apostólica que difunden en la Iglesia y en el mundo la «buena fragancia de Cristo» (Cf. 2 Corintios 2, 15). A vosotros, superiores y superioras mayores, os pido que dirijáis una palabra de especial atención a cuantos están en dificultad, a los ancianos y enfermos, a quienes están pasando momentos de crisis y de soledad, a quien sufre y se siente perdido y, junto a los jóvenes, a quienes también hoy tocan a la puerta de vuestras casas pidiendo poder entregarse a Jesucristo, en la radicalidad del Evangelio.

Deseo que este momento de encuentro y de comunión profunda con el Papa pueda ser para cada uno de vosotros un motivo de aliento y de consuelo en el cumplimiento de un compromiso siempre exigente, que en ocasiones experimenta oposición. El servicio a la autoridad exige una presencia constante, capaz de animar y de proponer, de recordar la razón de ser de la vida consagrada, de ayudar a las personas que se os han confiado a corresponder con una fidelidad siempre nueva a la llamada del Espíritu. Esta tarea vuestra con frecuencia va acompañada por la Cruz y a veces también por una soledad que exige un sentido profundo de responsabilidad, una generosidad que no conoce desfallecimiento y un constante olvido de vosotros mismos. Estáis llamados a apoyar y guiar a vuestros hermanos y a vuestras hermanas en una época que no es fácil, caracterizada por muchas insidias. Los consagrados y las consagradas tienen hoy la tarea de ser testigos de la transfigurante presencia de Dios en un mundo cada vez más desorientado y confundido, un mundo en el que los matices han sustituido a los colores sumamente claros y destacados. Mirar a nuestro tiempo con los ojos de la fe significa ser capaz de mirar al hombre, al mundo y a la historia a la luz de Cristo crucificado y resucitado, única estrella capaz de orientar «al hombre que avanza entre los condicionamientos de la mentalidad inmanentista y las estrecheces de una lógica tecnocrática» («Fides et ratio», 15).

La vida consagrada en los últimos años ha vuelto a ser comprendida con un espíritu más evangélico, más eclesial y más apostólico; pero no podemos ignorar que algunas opciones concretas no han ofrecido al mundo el rostro auténtico y vivificante de Cristo. De hecho, la cultura secularizada ha penetrado en la mente y en el corazón de no pocos consagrados, que ven en ella una forma de acceso a la modernidad y de acercamiento al mundo contemporáneo. La consecuencia es que junto con un indudable impulso generoso, capaz de testimonio y de entrega total, la vida consagrada experimenta hoy la insidia de la mediocridad, del aburguesamiento y de la mentalidad consumista. En el Evangelio, Jesús nos dice que sólo hay dos caminos: uno es el angosto que conduce a la Vida, el otro es el espacioso que lleva a la perdición (Cf. Mateo 7, 13-14). La verdadera alternativa es y será siempre la aceptación del Dios vivo, por medio del servicio de obediencia por la fe, o el rechazo del mismo Dios. Una condición previa del seguimiento de Cristo es la renuncia y el desapego de todo lo que no es de Él. El Señor quiere hombres y mujeres libres, que no estén condicionados, capaces de abandonarlo todo para encontrar sólo en Él su todo. Se necesitan opciones valientes, a nivel personal y comunitario, que impriman una nueva disciplina a la vida de las personas consagradas y las lleven a redescubrir la dimensión integral del seguimiento de Cristo.

Pertenecer totalmente a Cristo quiere decir arder con su amor incandescente, quedar transformados por el esplendor de su belleza: nuestra pequeñez se le ofrece como sacrificio de suave fragancia para que se convierta en testimonio de la grandeza de su presencia para nuestro tiempo, que tanta necesidad tiene de quedar ebrio por la riqueza de su gracia. Pertenecer al Señor: esta es la misión de los hombres y mujeres que han optado por seguir a Cristo casto, pobre y obediente, para que el mundo crea y se salve. Ser totalmente de Cristo siendo una permanente confesión de fe, una inequívoca proclamación de la verdad que libera de la seducción de los falsos ídolos que deslumbran al mundo. Ser de Cristo significa mantener siempre ardiente en el corazón una llama viva de amor, alimentada continuamente por la riqueza de la fe, no sólo cuando lleva consigo la alegría interior, sino también cuando va unida a las dificultades, a la aridez, al sufrimiento. El alimento de la vida interior es la oración, íntimo coloquio del alma consagrada con el Esposo divino. Un alimento más rico todavía es la cotidiana participación en el misterio inefable de la divina Eucaristía, en la que se hace presente constantemente Cristo resucitado en la realidad de su carne.

Para pertenecer totalmente al Señor las personas consagradas abrazan un estilo de vida casto. La virginidad consagrada no se puede enmarcar en la lógica de este mundo; es la paradoja cristiana más «irrazonable» y no todos pueden comprenderla y vivirla (Cf. Mateo 19,11-12). Vivir una vida casta quiere decir también renunciar a la necesidad de aparecer, asumir un estilo de vida sobrio y humilde. Los religiosos y las religiosas están llamados a demostrarlo también en la elección del hábito, un hábito sencillo que sea signo de la pobreza vivida en unión con Aquel que siendo rico se hizo pobre para hacernos ricos con su pobreza (Cf. 2 Corintios 8, 9). De este modo, y sólo de este modo, se puede seguir sin reservas a Cristo crucificado y pobre, sumergiéndose en su misterio y asumiendo las opciones de humildad, pobreza y mansedumbre.

La última reunión plenaria de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica tuvo por tema «El servicio de autoridad». Queridos superiores y superioras generales, es una ocasión para profundizar en la reflexión sobre un ejercicio de la autoridad y de la obediencia que esté cada vez más inspirado por el Evangelio. El yugo de quien está llamado a desempeñar la delicada tarea de superior y de superiora a todos los niveles será suave en la medida en que los consagrados sepan redescubrir el valor de la obediencia profesada, que tiene como modelo la de Abraham, nuestro padre en la fe, y más aún la de Cristo. Es necesario dejar a un lado el voluntarismo y la improvisación para abrazar la lógica de la Cruz.

Concluyendo: los consagrados y las consagradas están llamados a ser en el mundo signos creíbles y luminosos del Evangelio y de sus paradojas, sin conformarse con la mentalidad de este siglo, sino transformándose y renovando continuamente el propio compromiso, para poder discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada y es perfecto (Cf. Romanos 12, 2). Este es precisamente mi auspicio, queridos hermanos y hermanas, para el que invoco la materna intercesión de la Virgen María, modelo insuperable de toda vida consagrada. Con estos sentimientos imparto con afecto la bendición apostólica, que extiendo con gusto a cuantos forman parte de vuestras múltiples familias espirituales.

[Traducción del original inglés realizada por Zenit
© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]

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