EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

12.08.2018


 

XIX Domingo del Tiempo Ordinario (B)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (6, 41-51)

 

En aquel tiempo, los judíos murmuraban de Jesús porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del cielo", y decían:

̶  «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre?, ¿cómo dice ahora que ha bajado del cielo?».

Jesús tomó la palabra y les dijo:

̶  «No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo a trae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios". Todo el escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, por la vida del mundo».

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

En este Evangelio del Décimo Noveno Domingo de Tiempo Ordinario, el hombre se enfrenta al ineludible misterio de Jesús.

Los judíos se rebelan contra las pretensiones de un humilde carpintero, que aparece como portador de la salvación durante siglos esperada.

Un salvador al que no entienden, no tiene poder, ni prestigio y además es pobre, para los judíos es casi imposible de entender.

Los judíos tenían realmente otra idea de Dios, un Dios de lujos, poder y grandes templos.

Sin embargo, Dios no es poder, sino servicio, no es soberbia, sino sencillez.

Nuestra fe, la fe cristiana, es esencialmente el encuentro con Jesús de Nazaret, que vive resucitado en nosotros y entre nosotros, realmente es abrirse a un amor auténtico, antes incluso que la adhesión a unos ritos y formas.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.