EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

19.07.2020


 

XVI Domingo del Tiempo Ordinario (A)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (13, 24-43)

 

En aquel tiempo, Jesús les propuso otra parábola:

― «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?". Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho". Los criados le preguntan: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?". Pero él les respondió: "No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero"».

Les propuso otra parábola:

― «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas».

Les dijo otra parábola:

― «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y hasta que todo fermenta».

Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».

Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:

― «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo».

Él les contestó:

― «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

El Evangelio de este Décimo Sexto Domingo del Tiempo Ordinario, es un duro alegato contra aquellos que se creen religiosos, pero son hipócritas e intransigentes, que exigen una comunidad solamente de personas puras y perfectas.

La presencia de la cizaña no constituye un fracaso. Las raíces de la cizaña y el trigo se hallan entrelazadas entre si. Muchas veces los planes de Dios no coinciden con nuestro planes. La comunidad religiosa no se debe cerrar a nadie, aunque existan impacientes que querrían anticipar el juicio de Dios.

La explicación que Jesús da a esta parábola, no es tanto una llamada a la tolerancia resignada, sino una llamada a la puesta en práctica de los valores del Evangelio.

En lugar de escandalizarse, cada uno debe situarse en el lado preciso, porque al final vendrá la selección: “los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre”.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.