Fe y Obras

Cobardes, gallinas y cómplices

 

 

15.06.2017 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

La noticia dice esto:

“Proposición no de ley en el Parlamento andaluz.

El PP propone informar en los colegios andaluces sobre la ‘normalidad’ de la transexualidad en menores”.

Ya podrán imaginar ustedes que cuando uno lee esto no es que se lleve las manos a la cabeza (ya estamos muy acostumbrados a estas bajadas de prendas inferiores) sino que piensa uno que da mucha pena e, incluso, asco, la actitud de ciertas personas.

Que el Partido Popular no es nada católico lo tratan de demostrar desde sus élites a los más humildes concejales de los Ayuntamientos más humildes. Ellos, sin duda, hace mucho tiempo que han escogido el mundo de entre el mismo y su supuesta fe católica. Y lo demuestran siempre que se da la ocasión y si no se da… también.

El caso es que podemos pensar (siendo buenos) que se han acogotado (por no decir lo otro que también empieza por aco…) y que se han entregado al siglo de pies, manos, cabeza y corazón. Por cobardes y gallinas.

Pensemos, eso, que se han venido abajo y que no es que lo hagan porque lo piensen.

Los pobres se han acobardado ante las asechanzas del mundo. En fin… que quieren estar a bien con todo lo que el mundo propone que, como bien sabemos, poco tiene que ver con lo que quiere Dios, nuestro Creador, para el mismo.

Ahora, por ejemplo (es lo que toca y por eso mismo lo apoyan: porque es lo que toca que no es más que puro relativismo) resulta que es de lo más normal que un niño quiera ser transexual. Vamos, que cualquier niño, cuando se levanta no piensa en qué va hacer ese día en el colegio, cómo va su equipo de fútbol o si podrá ir de vacaciones este año. No. Lo que, según se propone, cada niño puede pensar es si es posible que se le cambie de sexo porque no le gusta hacer pis de pie o porque eso de la regla, pues, bueno, es algo molesto… Vamos, que a capricho suyo puede querer que se le cambie de sexo que debe ser algo tan sencillo como cambiarse de zapatillas de deporte.

A alguien, esto que aquí se escribe puede parecerle demagógico o simple pero, en verdad, es lo que se propone a los niños que, además, van a verse obligados (pues esto sigue adelante como el día es día y la noche es noche) a tener que escuchar en sus clases que ser transexual es tan normal como ser niño o niña. Vamos, que es lo más recomendable del mundo tergiversar la naturaleza de cada uno y que hace que cada uno sea como es porque así ha venido al mundo.

En realidad, todo esto es pura voluntad del que esto escribe de ser bueno y generoso. Lo que pasa con el Partido Popular es que siempre ha sido así y lo único que ha hecho es engañar a incautos y que, al parecer, a los tales incautos (dicen que católicos) se han dejado engañar bien a gusto y gozo.

Vamos, como para echarse a temblar. Es lo que tiene ser cómplice del Mal, del Demonio y, en suma, del Infierno. ¿O no?

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net