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El Nuevo Orden Mundial que predica Hillary Clinton

 

Francisco Rodríguez Barragán | 29.07.2015


Cada día nos trae noticias inquietantes que se producen con tanta rapidez que no da tiempo de reflexionar sobre ellas, darse cuenta de lo que representan y su incidencia en el mundo en que vivimos.

Hillary Clinton, política relevante en los medios internacionales y especialmente en la ONU, declaró hace unos días que los estados deben utilizar sus poderes coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales. Me parece fuerte que se proponga tal cosa. La libertad de opinión de las personas influyentes tiene una repercusión mediática que puede resultar devastadora.

Seguramente no se refiere a que los gobiernos repriman las costumbres que, con base más o menos  religiosa, choquen con la Declaración de los Derechos Humanos, como pueden ser la esclavitud, la mutilación femenina, la negación de la igualdad, la discriminación racial, la explotación infantil etc. De hecho los Estados Unidos no plantean nada de eso en sus relaciones con países que sin duda los vulneran..

Su objetivo se inscribe en la promoción de un Nuevo Orden Mundial donde se vaya obligando a los estados a aceptar la ideología de género que conlleva el reconocimiento de unos nuevos derechos: ser hombre o mujer como opción personal, el aborto libre disfrazado como salud sexual y reproductiva de las mujeres, la legalización de matrimonios entre personas del mismo sexo para constituir nuevos modelos de familias, el de la muerte digna que es lisa y llanamente legalizar la eutanasia, etc.

Creo que no somos conscientes de todo lo que representa la introducción de unas pautas de comportamiento destructivas del tejido social que hizo posible nuestra civilización.

Para la señora Clinton y la maraña de organizaciones que se cobijan bajo el manto de la ONU, manejadas por sedicentes expertos y grupos de presión, financiados por intereses empresariales, ─como puede ser Planned Parenthood, la mayor organización para el aborto─ que ha saltado a los medios de comunicación al grabarse dos escenas en las que mujeres dirigentes de la misma hablan sin remilgos de la forma en que venden a los bebés abortados enteros o por partes, debidamente envasados para experimentación.

El presidente Obama ha arremetido contra los medios que han puesto al descubierto el negocio de Planned Parenthood, pues mantiene en su país una política antinatalista y homosexualista y apoya todo el infecto tinglado de ayudas económicas a países pobres a cambio de la legalización del aborto, gaymonio, eliminación de la objeción de conciencia  y otras aberraciones.

Saben los promotores del Nuevo Orden Mundial que la Iglesia Católica es un obstáculo a sus planes y por eso la señora Clinton habla expresamente de dogmas religiosos.

Lo verdaderamente grave es que no reaccionemos con suficiente fuerza ante estas cosas, sino que las vayamos aceptando  ovejunamente ya que nuestros políticos, progresistas ellos, si hay que matar a los niños por nacer pues se matan, si hay que promocionar la homosexualidad en la escuela, pues se promociona, que hay que poner la bandera arcoíris en todos los organismos se pone, si el orgullo  gay organiza una horrenda mascarada, pues se asiste.

Luego todos los medios se indignan porque una desalmada arrojó a un recién nacido a un contenedor y alguien oyó su llanto. Pero el llanto y el pataleo de los niños quemados o troceados en el vientre de su madre no lo oye nadie y terminan eliminados, muy asépticamente, en esos mataderos de niños llamados abortorios.

 

Francisco Rodríguez Barragán