Oído Cocina

DOCE AÑOS ETÍLICOS

 

Miguel del Río | 06.11.2016


 

El botellón de San Martín de la Vega, en Madrid, no es diferente a cualquier otro botellón que se lleva a cabo en España cada fin de semana, salvo por una niña de doce años que entró en coma etílico antes de morir. Con semejante problema social, lanzar quejas, señalar culpables concretos e incluso entrar en discusiones políticas, no va a solucionar nada. Beber como parte del ocio siempre ha estado en el Adn de este país, y lo saben muy bien otros jóvenes europeos que organizan desde sus respectivos países fines de semana alocados, para beberse aquí hasta el tapón de las botellas de vino, whisky, ginebra, vodka y ron.

España es país de bares y seguramente el rincón de Europa más permisivo a la hora de beber. Desde muy pequeñitos, los niños acompañan a sus padres a los bares para tomar ese vermut de sábado y domingo, que parece no acabar nunca. Lo maman desde pequeños y cuando empiezan a independizarse y regresar tarde a casa ya es demasiado tarde. El coma etílico de una niña de tan solo doce años es de vergüenza nacional. Ahora que ya hay gobierno y el Congreso y Senado tienen que funcionar a pleno rendimiento, en el orden del día a tratar siempre ha de estar el debate de drogas, alcohol y juventud. Con lo ocurrido en San Martín de la Vega hay que tomar nota para que no se repita. Y tenemos que decidir de una vez por todas lo que queremos hacer con estos casos. Lo digo porque cuando la Policía Local está encima de los jóvenes que se emborrachan y da parte de esta situación a los padres, nos quejamos de exceso de celo y vigilancia. ¿En qué quedamos? Lo de esta niña ya no tiene remedio, pero hay que ponerlo en otros tantos miles de casos que, como ella, a tan corta edad, entienden la vida cada fin de semana llegando al fondo de una botella de alcohol.

 

Miguel del Río