REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

INCONTESTABLE

 

 

Gervasio Portilla | 30.03.2021


 

 

 

Articulo incontestable racionalmente, del Dr Luis de Benito Benito en su BLOG, no tiene desperdicio de sensatez y sentido común.

 

 

Cualquiera que no sea médico…

 

    Cuando se trata de opinar de fútbol, todos somos entrenadores. Igual que a toro pasado, todos somos Manolete. Y qué decir del ámbito de la medicina, cuántas palabras hemos aprendido este año de la mano de la prensa y los medios de comunicación. La gente habla sin empacho de anticuerpos que se parece a antimateria en el prefijo y las vacunas son tan familiares como la leche y que ambos vienen de la vaca. Sabemos lo que significa UCI y conocemos perfectamente que intubación es algo parecido al riego por goteo que seguramente se inventó en Italia. Nos metemos sin vergüenza a debatir de virus que ni siguiera los expertos se ponen de acuerdo en si son seres vivos o inventos de software y los secuenciamos al hilo de la isla de los famosos. O hablamos de mascarillas con el vago sentimiento de que cuantas más «efes» pronunciemos, es porque son más seguras.

    El anecdotario de disparates que hemos escuchado sería una antología desternillante si no fuera por el drama que ha traído para la sociedad. Pero ¿por qué usted que no tiene ni idea de medicina (me vienen a la cabeza en primera instancia unos periodistas apesebrados) no ejercita su discurso mental en razonar sobre aquello que no es necesario saber de medicina para forjarse una opinión? Diez pistas.

– Si de 47 millones de españoles han fallecido a causa del fenómeno COVID 70 mil (venga, sin rebajas) ¿cómo se encuentran de salud los supervivientes, 46.930.000 españoles? Aparte de acogotados, claro.

– Si de 100 personas que se infectaron por COVID menos del 1% falleció ¿quiere decir que el 99% de los que la padecen sobreviven?

– Si el 99% que sobrevive queda con inmunidad de haberlo pasado ¿para qué necesitan una vacuna? ¿Necesita vacuna una enfermedad con una letalidad inferior al 1%?

– De una medida aprobada por situación de emergencia y que según su ficha técnica debe ser prescrita por un médico ¿cuántas de las 6 millones de dosis españolas han sido aplicadas realmente tras una prescripción facultativa?

– Si del total de los fallecidos el 86% eran mayores de 75 años ¿cuál es el riesgo real de los menores de esa edad?

– Si ha aumentado la mortalidad en el inicio de este año comparado con otros años ¿habrá tenido algo que ver la vacunación en las residencias de ancianos? Algunas instituciones se quedaron con la mitad de los internos tras la vacunación… y este año no había gripe.

– Si la mascarilla protege y se ha hecho obligatoria junto con el aumento de los aislamientos o la promoción del pinchazo eficaz ¿por qué estamos esperando que aumente la afectación y lleguen nuevas «olas»?

– ¿Por qué los niños transmiten el virus a partir de una cierta edad y el día antes no? ¿Hay un cumpleaños para regalar mascarillas?

– ¿A quién contagio si voy por el monte caminando sin mascarilla o dentro de mi coche?

– Si la situación es tan grave ¿por qué las autoridades están de vacaciones durante Semana Santa? ¿O es que ya se ha previsto que va a ser grave pero solo a la vuelta?

 

    Todas estas preguntas y muchas otras están en la mente de la población. Señores que elaboran noticias, respondan. Si tienen dudas médicas, pregunten a los médicos, no a los políticos. Me ofrezco a resolverlas en lo que mi ciencia da de sí. Pero quizás lo más urgente en estos momentos es que pregunten a los economistas por qué Europa detiene los fondos prometidos para España. Hasta del susto se ha estropeado el ordenador del SEPE y mucha gente se ha quedado sin cobrar su prestación. ¿Es posible que el ordenador no se arregle hasta que suba la incidencia? Pues nada, a hacer PCRs. Es increíble el daño que provocan los virus, o la falta de ellos.

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista