Sotto Voce

Eurovisión

 

 

América Fernández Sagol 19/05/2017


 

Creo que no hay nada en el mundo que no pueda ser expresado a través de una canción. Cualquier emoción o sentimiento, amor, desencuentro, tristeza, melancolía, felicidad, dulzura, pueden estar en nuestra memoria musical guardados en forma de canción y todos recordamos canciones de cuando éramos pequeños, esas que nos cantaban nuestras abuelas, las que nos enseñaban en la escuela o las que oíamos por la radio. Resulta por ello un tanto chocante que un país tan musical como España, en el que todas las reuniones terminan cantando, no haya sido capaz de ganar más que dos veces el Festival de Eurovisión. Compositores buenos los tenemos, voces capaces de interpretar con acierto, también las hay, pero nada, siempre nos quedamos en la cola, más cerca o más lejos del triunfo. Este año la canción “Do it for your lover” empezó con polémica, pues la noche en que fue seleccionada para representarnos, el público presente en el plató mostró disconformidad con silbidos, gritos y un feo gesto del cantante Manel Navarro que finalmente, a la hora de la verdad, quedó en un merecido último lugar. No entiendo la razón por la que, teniendo un idioma tan rico y expresivo tenemos que llevar canciones cuya letra, medio en inglés, medio en español, no conseguimos recordar. Y de la música se puede decir otro tanto, porque aunque han pasado más de cuarenta años, incluso los que no habían nacido reconocen el La la la de Massiel y el Vivo Cantando de Salomé. Desde entonces, aunque ha habido canciones preciosas, siempre nos quedamos en la puerta lo más cerca. He leído en Libertad Digital que la política tiene las manos largas y que, en más de una ocasión se ha trabajado para que no ganara España y así no tener que organizar el certamen al año siguiente, para evitar el gasto. Con lo que derrochan habitualmente, me cuesta creerlo, pero el artículo está publicado y podéis leerlo con vuestros propios ojos, aunque este año está muy claro que no han tenido que hacer esfuerzo alguno. Pienso, o quiero pensar, que este fracaso mantenido en el tiempo tiene que tener una explicación más técnica relacionada con el tipo de canción que se selecciona, el contenido de la letra, la melodía y el gusto del público europeo que es, al final, el que tiene la última palabra, pero si de algo estoy segura es de que, a día de hoy, se pueden contar con los dedos los que conocen la canción que nos ha representado.

 

América Fernández Sagol