Sotto Voce

Educar el oído

 

 

América Fernández Sagol 16/06/2017


 

Cabe pensar que el dominio del conjunto presupone el de los detalles, sin embargo, esto no se cumple siempre y menos cuando se trata de música, pues encontramos personas que habiendo escuchado mucha música y conociendo un amplio repertorio, no pueden reconocer ni nombrar los diferentes intervalos, acordes o escalas (para algunos estas palabras no significan nada) que integran una pieza musical. No ocurre sólo entre los aficionados, sino también en los estudiantes de música, incluso los avanzados. La audición sin conocimientos no tiene sentido, pues simplifica el proceso, convirtiendo al que escucha en una especie de papagayo pasivo. La captación auditiva de las relaciones musicales, es indispensable y necesaria para comprender realmente lo que se escucha, además de una disciplina que se aprende y se estudia. El oído puede entrenarse en solitario o en grupo, pero en cualquier caso requiere una atención total, concentrándose plenamente en el objetivo, dejando a un lado cualquier cualquier elemento de distracción externo, convirtiéndose en un gran esfuerzo debido a que, en realidad, la voluntad de concentrarse es dificilísima, sobre todo cuando se precisa de una concentración relajada, pues la relajación es requisito indispensable en la educación del oído. Para iniciar una audición que nos lleve al entrenamiento de nuestro oído,  necesitamos algunos conocimientos básicos, como lectura y escritura de notas, conocimiento de los intervalos, reglas elementales de composición y formas musicales. Dichos conocimientos nos permitirán concretar nuestra audición más allá de la simple captación de matices, del “forte”  o “piano” acercándonos a la música como un objetivo cambiante, profundo, que desafía nuestra capacidad y nuestra disposición, cualidades ambas necesarias para enfrentarse al estudio del oído musical.

Nunca es tarde para iniciar la educación del oído, basta con tener interés y algo de tiempo libre. Actualmente existen muchos libros dedicados a conseguir esta formación y, aunque no es imposible conseguir un cierto nivel de manera autodidacta, la relación profesor-alumno sigue siendo necesaria para evitar el autoengaño, ejercer un adecuado control sobre los ejercicios,  eligiendo los más idóneos para cada alumno. La educación del oído es una tarea mental laboriosa que aporta constantemente nuevas y variadas direcciones, lo cual ayuda y favorece otros procesos mentales importantes, razón de más para emprender un camino que no os dará más que satisfacción.

 

América Fernández Sagol