16.01.09

La FERE y yo


Mis queridos lectores. Ahorita mismo estoy en México D.F., cubriendo el VI Encuentro Mundial de las Familias, como enviado especial del semanario Alfa y Omega, donde -permítanme esta licencia que más tarde entenderán- cada día me siento más orgulloso de trabajar. Antes de pasar a publicar en este humilde blog algunas estampas de estas tierras latinoamericanas (y siempre con permiso de la venganza de Moctezuma, que ya ha arremetido contra mi estómago), quiero dedicarle hoy un post a la FERE. Y, en particular, a su secretario general, Manuel de Castro, que acaba de enviar una carta a los colegios católicos, levantando su voz contra un artículo que un servidor firmó sobre la Escuela católica en Alfa y Omega.

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Según informan algunos digitales, Fere ha protestado contra el arzobispado de Madrid por este artículo, además de dirigir a todos sus centros de enseñanza una carta que algunos directores y padres objetores me han hecho llegar. Y que, oh, casualidad, se ha filtrado a la prensa más afin a FERE. En la misisva, amén de citar a la publicación del arzobispado de Madrid, y a este humilde servidor por mi nombre y apellidos, califican de “sorprendente, doloroso e inaceptable (…)las descalificaciones directas o indirectas que se hacen (en este artículo) de la labor que, mediante religiosos, miembros de institutos seculares y laicos, se realiza en determinados centros católicos“.

Me permito colgar el link del artículo de marras, para que el lector juzgue. Yo, prefiero limitarme a evaluar la actitud de don Manuel de Castro.

Porque, da la feliz coincidencia de que, en el artículo, no se cita a la FERE en ningún momento. Y lo hice muy conscientemente, para evitar este tipo de polémicas, que dañan a la Iglesia mucho más que un artículo que señale, por boca de expertos y amantes de la Iglesia, lo que hay que hacer y lo que hay que evitar en la educación católica. Sin embargo, el caso de una familia cuyo hijo recibió condones en un centro concertado (que podría ser de FERE o de CECE, porque yo no lo cito), ha hecho que De Castro se de por aludido. Vaya, pues debe ser que es conocedor de casos similares en centros de la entidad de la que es Secretario General. Si no es por eso, no sé por qué lo ha asociado tan rápidamente. Además, lamenta que se diga que algunos centros de religiosos son escuelas de rebotados con los curas y las monjas. No dice nada de la solución que se propone para que eso no ocurra, pero se rasga las vestiduras por que se constate una verdad palmaria que todo el mundo conoce. Y si no se lo cree, estaré encantado, señor De Castro, en presentarle un buen número de casos con nombres y apellidos, a ver si conseguimos que esas personas vuelvan a la fe.

Podría decir que lo que pretende hacer De Castro es matar al mensajero que cuenta sus verguenzas (disculpen, que en México no encuentro la diéresis en el teclado), o que la actitud de algunos colegios FERE (algunos, que no todos los religiososo son como De Castro) revela una afinidad ideológica con los contenidos de EpC que está en las antípodas del carisma de sus fundadores y del Magisterio de la Iglesia. Podría decir que, quien se pica, ajos come; o que excusatio non petita, acusatio manifesta. Pero, francamante, prefiero lanzar una pregunta al señor De Castro: ¿Cree usted, salesiano, que su fundador consentiría que en uno de sus centros se repartieran preservativos? Pues eso.