ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 20 de junio de 2010

Santa Sede

Benedicto XVI: El sacerdocio es lo contrario de buscarse a sí mismo

El Papa recuerda la importancia de “llevar la propia cruz”

Urgente llamamiento del Papa por la paz en Kirguistán

Catástrofe del Golfo de México: Lección de humildad para el portavoz vaticano

Dios llora en la tierra

Defender los derechos de la mujer en Etiopía

Mundo

El cardenal Sepe colaborará con la justicia italiana

Votocatolico.com, consejos para un católico antes de votar

Año sacerdotal: tiempo de purificación en Irlanda, dice cardenal O’ Connor

Análisis

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Entrevistas

Cándida María de Jesús, la santa que vivió la caridad hasta el extremo

Angelus

Benedicto XVI: Seguir a Cristo con la propia cruz

Documentación

Benedicto XVI: ser sacerdote es conformarse a Cristo


Santa Sede


Benedicto XVI: El sacerdocio es lo contrario de buscarse a sí mismo
Quien busca prestigio personal y poder “ha malentendido el sentido de este ministerio”

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ser sacerdotes no es seguir los propios deseos y acrecentar prestigio y poder personal, sino abandonarse plenamente a la voluntad de Dios.

Lo recordó el Papa Benedicto XVI este domingo, durante la homilía de la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro, en la que ordenó como presbíteros a 14 diáconos de la diócesis de Roma.

“La Iglesia os necesita a cada uno de vosotros, consciente como es de los dones que Dios os ofrece y, al mismo tiempo, de la absoluta necesidad del corazón de cada hombre de encontrarse con Cristo, único y universal salvador del mundo, para recibir de él la vida nueva y eterna, la verdadera libertad y la alegría plena”, les dijo.

En su homilía, el Papa subrayó que el sacerdocio “ no puede jamás representar un modo par alcanzar seguridad en la vida o para conquistar una posición social”.

Quien aspira a él “para un aumento del propio prestigio personal y el propio poder”, por tanto, “entiende mal en su raíz el sentido de este ministerio”.

“Quien quiere ante todo realizar una ambición propia, alcanzar éxito propio será siempre esclavo de si mismo y de la opinión pública. Para ser considerado deberá adular; deberá decir aquello que agrada a la gente; deberá adaptarse al cambio de las modas y de las opiniones y, así, se privará de la relación vital con la verdad, reduciéndose a condenar mañana aquello que había alabado hoy”.

“Un hombre que plantee así su vida, un sacerdote que vea en estos términos su propio ministerio, no ama verdaderamente a Dios y a los demás, sino solo a si mismo y, paradójicamente, termina por perderse a si mismo”.

El sacerdocio, de hecho, recordó el Papa, “se funda sobre el coraje de decir sí a otra voluntad, con la conciencia, que debe crecer cada día, de que precisamente conformándose a la voluntad de Dios, “inmersos” en esta voluntad, no solo no será cancelada nuestra originalidad, sino, al contrario, entraremos cada vez más en la verdad de nuestro ser y de nuestro ministerio”.

Eucaristía y oración

Esta invitación de Jesús de “perderse a sí mismo”, de tomar la cruz, remite al misterio de la Eucaristía, subrayó el Papa.

“Cuando celebramos la santa misa tenemos en nuestras manos el pan del Cielo, el pan de Dios, que es Cristo, grano partido para multiplicarse y convertirse en el verdadero alimento para la vida del mundo”.

Este misterio “es algo que no puede sino llenar vuestro corazón de íntimo estupor, de viva alegría y de inmensa gratitud: el amor y el don de Cristo crucificado pasan a través de vuestras manos, vuestra voz, y vuestro corazón”.

“¡Es una experiencia siempre nueva de asombro ver que en mis manos, en mi voz, el Señor realiza este misterio de Su presencia!”

El Pontífice quiso dar también a los recién ordenados “una indicación bien precisa para la vida y la misión del sacerdote”: el hecho de que “en la oración, él esta llamado a redescubrir el rostro siempre nuevo del Señor y el contenido más auténtico de su misión”.

“Solamente quien tiene una relación intima con el Señor viene aferrado por Él, puede llevarlo a los demás, puede ser enviado”, explicó.

“Se trata de un 'permanecer con él' que debe acompañar siempre el ejercicio del ministerio sacerdotal; debe ser la parte central, también y sobre todo en los momentos difíciles, cuando parece que las 'cosas que hacer' deben tener la prioridad”.

Por último, el Papa quiso insistir en la importancia del sacramento del Orden Sacerdotal no sólo para la vida de los ordenandos, sino para toda la Iglesia.

“Sí, la Iglesia cuenta con vosotros, ¡cuenta muchísimo con vosotros!”, exclamó.

Este sacramento “os pondrá en contacto en lo profundo de sus corazones con los sentimientos de Jesús que ama hasta el extremo, hasta el don total de sí, a su ser pan multiplicado para el santo banquete de la unidad y la comunión”.

El camino de la entrega, concluyó, “es el camino de vuestra espiritualidad y de vuestra acción pastoral, de su eficacia e incisividad, incluso en las situaciones más fatigosas y áridas. Es más, este es el camino seguro para encontrar la verdadera alegría”.



 

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El Papa recuerda la importancia de “llevar la propia cruz”
Especialmente cuando “se hace oscuro a nuestro alrededor”

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI centró hoy la meditación del Ángelus en la importancia de llevar la propia cruz, tanto en las pequeñas pruebas de cada día como en los momentos decisivos.

“Tomar la cruz significa comprometerse en derrotar al pecado que obstaculiza el camino hacia Dios, acoger cotidianamente la voluntad del Señor, acrecentar la fe sobre todo ante los problemas, las dificultades, el sufrimiento”, afirmó el Papa.

Benedicto XVI citó a la santa carmelita Edith Stein, admirando su testimonio “en un tiempo de persecución”, cuando afirmaba, poco antes de la segunda guerra mundial: “Más se hace oscuro a nuestro alrededor, tanto más debemos abrir el corazón a la luz que viene de lo alto”.

“También en la época actual muchos son los cristianos en el mundo que, animados por el amor por Dios, asumen cada día la cruz, sea la de las pruebas cotidianas, sea la procurada por la barbarie humana, que a veces requiere el valor del sacrificio extremo”, afirmó.

Por ello es importante “poner siempre nuestra sólida esperanza en Él, seguros de que, al seguirle llevando nuestra cruz, llegaremos con Él a la luz de la Resurrección”.

El Papa quiso recordar especialmente a los catorce diáconos a los que había ordenado esa misma mañana en la Basílica de San Pedro.

El sacramento del Orden “manifiesta, de parte de Dios, su atenta cercanía a los hombres y, de parte de quien lo recibe, la plena disponibilidad a convertirse en instrumento de esta cercanía, con un amor radical a Cristo y a la Iglesia”.

Recordando el evangelio dominical, sobre la profesión de fe de Pedro, el Papa afirmó que Jesús, “frente a esta profesión de fe, renueva a Pedro y a los demás discípulos la invitación a seguirle en el camino comprometido en amor hasta la Cruz”.

“También a nosotros, que podemos conocer al Señor mediante la fe en su Palabra y en los Sacramentos, Jesús nos dirige la propuesta de seguirle cada día, y también a nosotros nos recuerda que para ser sus discípulos es necesario apropiarnos del poder su Cruz, culmen de nuestros bienes y corona de nuestra esperanza”, concluyó.



 

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Urgente llamamiento del Papa por la paz en Kirguistán
Durante el rezo del Ángelus

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI lanzó hoy un llamamiento urgente por la paz en Kirguistán, país lacerado últimamente port los enfrentamientos entre la población kirguisa y la minoría uzbeca.

“Deseo dirigir un apremiante llamamiento para que la paz y la seguridad sean restablecidos en el Kirguistán meridional, a raíz de los graves conflictos que han tenido lugar en los días pasados”, dijo el Papa hoy tras el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro.

“A los parientes de las víctimas y a cuantos sufren por esta tragedia expreso mi conmovida cercanía y aseguro mi oración”, afirmó.

El Papa invitó también “a todas las comunidades étnicas del país a renunciar a cualquier provocación o violencia”.

Finalmente, Benedicto XVI se dirigió a la comunidad internacional pidiéndole “que actúe para que las ayudas humanitarias puedan alcanzar prontamente a las poblaciones afectadas”.



 

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Catástrofe del Golfo de México: Lección de humildad para el portavoz vaticano
Análisis del padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- La catástrofe ecológica provocada por la marea negra en el Golfo de México debe ser una lección de humildad para todas las actividades humanas, no sólo en el campo de la producción de energía, asegura el portavoz vaticano.

El padre Federico Lombardi. S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede ha analizado estos dos meses de pérdida de petróleo en las aguas del Golfo de México a causa de la explosción de una plataforma de la compañía petrolera BP.

"Las dimensiones del desastre son difícilmente calculables, pero son ciertamente enormes y siguen extendiéndose", reconoce el portavoz vaticano en el último editorial de "Otava Dies", semanario producido por el Centro Televisivo Vaticano del que también es director.

Esta catástrofe, añade, recuerda a otros graves desastres ambientales relacionados con las actividades humanas como el de la fábrica química de Bhopal en India, en 1984, o el desastre de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, en 1986, que no solo causaron catástrofes ecológicas sino que también acabaron con vidas humanas.


"Lo que sorprende en este caso es el sentido de impotencia y el retraso en la búsqueda de una solución frente al desastre por parte de una de las multinacionales petroleras más grandes y técnicamente mejor equipadas del mundo, así como también por parte del país más potente de la tierra", reconoce el padre Lombadi.

"Esto resulta increíble, pero es un hecho --subraya--. No se trata de una erupción de un volcán, sino de un hueco relativamente pequeño hecho por el hombre en el fondo del mar. Y sin embargo, en dos meses científicos y técnicos extraordinariamente especializados no han logrado taparlo".

El padre Lombardi en su editorial plantea esta pregunta: "¿Sabremos sacar una lección de prudencia y atención en el uso de los recursos de la tierra y de los equilibrios del planeta?".

"Ciertamente a partir de ahora cambiará mucho en el campo de la extracción petrolera para que sea más segura -reconoce--. Pero quizá podemos sacar también una lección de humildad. La técnica siempre hará progresos. Pero si en procesos productivos relativamente simples se manifiesta tan impotente, ¿qué haremos si se nos escapan de las manos procesos mucho más complejos como los que tienen que ver con la energía custodiada en el núcleo de la materia o más aún, en los procesos de la formación de la vida?".

El padre Lombardi concluye reconociendo que tenía razón Benedicto XVI cuando al terminar su última encíclica sobre los grandes problemas de la humanidad de hoy, Caritas in veritate, consagra un capitulo "sobre la responsabilidad en el uso del poder de la técnica". 



 

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Dios llora en la tierra


Defender los derechos de la mujer en Etiopía
Entrevista con el obispo Rodrigo Mejía Saldarriaga

SODDO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El jesuita colombiano que ejerce su ministerio como vicario de Soddo, Etiopía, ha asumido la causa de los derechos de la mujer como una de sus prioridades.

Enseñar a los etíopes la verdad evangélica de que hombres y mujeres son iguales en dignidad es un desafío que debe afrontarse especialmente en este país, afirma monseñor Rodrigo Mejía Saldarriaga.

El vicario apostólico de Soddo nació en Medellín, Colombia, en 1938, y llegó a África por primera vez en 1964. Tras 20 años en la República del Congo, pasó 14 años en Kenia, y ahora lleva 12 años en Etiopía.

En esta entrevista concedida al programa de televisión “Dios llora en la Tierra” de la Catholic Radio and Television Network (CRTN) en colaboración con Ayuda a la Iglesia Necesitada, el obispo habla de los desafíos del ecumenismo en Etiopía y del porqué ha hecho de la defensa de los derechos de la mujer una de sus prioridades.

-¿Es difícil ser obispo de una comunidad pequeña? (Etiopía es mayoritariamente una nación ortodoxa y protestante con sólo una pequeña presencia católica).

Monseñor Mejía Saldarriaga: Diría que tiene ventajas y desventajas. El hecho de que la comunidad no sea muy grande hace que no haya muchas preocupaciones con respecto a la administración, pero, el hecho de que la comunidad sea pequeña plantea también grandes desafíos pastorales, sobre todo en las relaciones con otras iglesias.

-¿Puede darnos ejemplos de estas importantes relaciones?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Somos todos cristianos: iglesias católicas, ortodoxas y protestantes. La Iglesia ortodoxa, siendo la iglesia original en Etiopía, nos plantea desafíos; desafíos para entrar en diálogo y en relaciones ecuménicas con ellos.

-¿Es posible este diálogo con la Iglesia ortodoxa?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Pienso que es posible, sobre todo a nivel personal. A este nivel, diría que tenemos buenas relaciones con los obispos y sacerdotes locales. Es más difícil a nivel nacional porque esto implica acuerdos y políticas.

-¿Puede darnos un ejemplo de uno de sus diálogos con la Iglesia ortodoxa?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Uno de los principales diálogos al más alto nivel es la colaboración de todos los líderes religiosos por la paz. Durante la última guerra con Eritrea, los líderes religiosos se reunieron y publicaron una declaración conjunta a favor de la paz. Invitaron a todos a participar en esta lucha por la paz.

-Usted se ha expresado con notable amplitud a favor de los derechos de la mujer. ¿Por qué es necesario esto?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Es necesario porque es uno de los aspectos de la cultura africana que requiere la evangelización. El Papa Pablo VI en su encíclica Evangelii Nuntiandi subrayaba el hecho de que es la cultura la que tiene que ser evangelizada. Es en este punto, creo, en el que la cultura africana necesita que el Evangelio les diga que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad humana que los hombres y, por ello, no pueden ser tratadas como ciudadanas de segunda clase.

-¿Cómo va a lograr la Iglesia esto?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Creo que uno de los métodos más eficaces es a través de la educación. Si se educa a las mujeres, serán más apreciadas y podrán ser capaces de actuar como ciudadanas de la sociedad.

-¿Por qué lucha usted, si se puede decir así, por los derechos de la mujer?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Porque, sobre todo desde que llegué a este vicariato en Etiopía, me di cuenta de que, en comparación con otros países africanos en los que he vivido, el papel de las mujeres está infravalorado. He tenido muy buenas experiencias de trabajo pastoral tanto en el Congo como en Kenia, con mujeres catequistas, líderes de pequeñas comunidades cristianas, y como colaboradoras. Y cuando he intentado hacer lo mismo en Etiopía, desde los mismos inicios, me he encontrado con una gran resistencia y asombro de los hombres e incluso malinterpretaciones. Por eso me dije a mí mismo que aquí había un desafío y que se requería evangelización en este sector.

-¿Usted tiene también que evangelizar a los hombres?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Sí, y a toda la sociedad, especialmente a los jóvenes; para cambiar su mentalidad y mostrarles que vivimos en este mundo y somos todos iguales y para enseñarles derechos humanos y que estos derechos se aplican a ambos.

-¿Cómo podrá enseñar estos derechos humanos? ¿Tiene colegios católicos?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Si, tenemos. Tenemos 16 escuelas primarias y tres secundarias en nuestro vicariato. La Iglesia católica está bien por toda Etiopía debido a la educación; la calidad y el número de instituciones educativas católicas.

-¿Qué tipo de estudiantes vienen a estas escuelas?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Están abiertas a todos. Esta es la característica de las instituciones católicas tanto educativas como sanitarias. Servimos a todos y no sólo a los católicos. Podemos ser una minoría pero nuestras instituciones están abiertas a todos y el gobierno y las demás iglesias lo aprecian.

-Hay todavía muchas tribus en su diócesis. ¿Hasta qué punto es importante preservar estas tradiciones tribales?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Es una diócesis multicultural y rural y se encuentra a unos 400 kilómetros al sur de Addis Abeba, en la frontera con Kenia. Estas tradiciones están muy vivas y es importante preservarlas porque hay grandes valores en ellas. No podemos simplemente destruir estos valores culturales tribales sin reemplazarlos con algo mejor; esto causaría un grave daño a la gente y a las generaciones que vengan.

-¿Pueden combinarse estos valores con los valores de la Iglesia católica?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Muchos de ellos sí, especialmente la solidaridad, por ejemplo, el respeto por la vida humana, el servicio y los valores familiares – la unidad y la cohesión familiar, son valores tradicionales africanos, y otros como la hospitalidad hacia los huéspedes. Estos son grandes valores.

-¿Son muchos de estos miembros de tribus de su diócesis católicos u ortodoxos?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Pertenecen a diversas confesiones – ortodoxos, protestantes e incluso musulmanes. Las tribus al sur del río Omo son más primitivas que las demás y no han sido evangelizadas. Hay 16 tribus y practican las religiones tradicionales africanas.

-¿Y esto está dentro de su diócesis?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Sí, sigue siendo mi diócesis y es un desafío para nosotros.

-¿Cómo le va con estas tribus?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Intentamos estar presentes entre ellas pero es un desafío en términos de personal – sacerdotes, religiosos, hermanas, además de los desafíos económicos que se requieren para construir infraestructuras para estar presentes allí.

-¿Qué lema escogió usted al convertirse en obispo?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Elegí el nuevo mandamiento de Jesús: “Amaos los unos a los otros”, y está traducido al amárico. Elegí este lema porque me di cuenta que, especialmente en la región donde soy obispo, hay mucho tribalismo y división, lo que causa tensiones, y quiero traer este mensaje fundamental a mi vicariato.

-¿Explica usted su lema cuando visita las parroquias?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Sí, lo hago cuando visito las parroquias para las confirmaciones, o cuando celebro la Eucaristía. Hablo a la gente para explicarles mi meta y mi programa que es simple: Amaos los unos a los otros.

-¿Qué lengua utiliza?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Utilizo el amárico, que aprendí en Addis Abeba, y durante la época del emperador Haile Selassie esta era la lengua oficial. Ahora, la situación ha cambiado y Etiopía es una república federal y los diferentes estados han desarrollado las lenguas locales, y es por lo que, en mi vicariato, utilizado al menos cuatro lenguas diferentes. No las conozco todas pero utilizo el amárico porque todavía es usado por la generación más adulta. Aprendí a leer en las otras tres lenguas locales para celebrar la Eucaristía.

-¿Todavía se siente un misionero en Etiopía?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Sí, técnicamente todavía me considero un misionero en Etiopía, puesto que por misionero se entiende quien viene de otro país – la noción tradicional de misionero. Me veo, sin embargo, como un siervo de la iglesia local en Etiopía.

-¿Se siente usted más africano que sudamericano?

Monseñor Mejía Saldarriaga: Diría que sí. No soy muy consciente de ello cuando estoy en África pero me doy cuenta cuando vuelvo a Colombia. Me siento como un extranjero en mi propio país.

-¿Cuál es su esperanza para la Iglesia católica en Etiopía?

Monseñor Mejía Saldarriaga: No podemos predecir el futuro, pero mi esperanza es que la Iglesia católica sea más aceptada; que los prejuicios contra la Iglesia católica se eliminen y que pueda entrar en un mejor diálogo con la Iglesia ortodoxa. También espero sobre todo que tengamos libertad completa y posibilidades para nuestras instituciones. La Iglesia católica ahora se ha embarcado en un gran proyecto para comenzar una universidad católica en el país que se localizará en Addis Abeba.

-¿Cómo podemos colaborar con la Iglesia católica etíope?

Monseñor Mejía Saldarriaga: en primer lugar, puede hacer lo que ahora mismo está haciendo con esta entrevista, darnos la oportunidad de ser conocidos por otros católicos del mundo. Hacerles saber que aunque la Iglesia sea pequeña está presente allí. De la Iglesia universal también esperamos apoyo moral y oraciones así como asistencia económica, que siempre es necesaria.

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Esta entrevista fue realizada por Marie-Pauline Meyer para Dios llora en la Tierra, un programa semana radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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En la red:

Para más información: www.WhereGodWeeps.org

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Mundo


El cardenal Sepe colaborará con la justicia italiana
Involucrado en una investigación por la venta de una propiedad en Roma
IUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- El cardenal Crescenzio Sepe, arzobispo de Nápoles, colaborará con la justicia italiana en la investigación en la que ha quedado implicado por la venta de una propiedad inmobiliaria de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, ha explicado la Santa Sede este domingo.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede ha confirmado la disponibilidad del purpurado en un comunicado en el que manifiesta "estima y solidaridad al cardenal Sepe en este momento difícil".

"El cardenal Sepe es una persona que ha trabajado y trabaja por la Iglesia y el pueblo que se le ha confiado de manera intensa y generosa, y tiene derecho a ser respetado y estimado", añade el padre Lombardi en una declaración emitida a través de los micrófonos de "Radio Vaticano", emisora de la que también es director.

"Todos esperamos y tenemos confianza en que la situación se aclare plena y rápidamente para eliminar las sombras, ya sea sobre su personas que sobre las instituciones eclesiales", asegura.

"El cardenal Sepe, como ya ha dicho él mismo, colaborará para lograr esta aclaración. Naturalmente habrá que tener en cuenta los aspectos de procedimiento y las disposiciones jurisdiccionales implícitas en las relaciones correctas entre la Santa Sede e Italia, que eventualmente estarán ligados a este caso", concluye el padre Lombardi.

La Fiscalía de Perugia anunció este sábado que convocará al purpurado italiano, de 67 años, para aclarar las condiciones de la compraventa de un edificio en Roma cuando era prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (entre 2001 y 2006) al ex ministro de Transportes de Italia, Pietro Lunardi, también él investigado.

Al final de la misa dominical, el cardenal Sepe también ha confirmado su confianza en la magistratura.



 

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Votocatolico.com, consejos para un católico antes de votar
“Cómo votar” y “Cómo no votar”
 MÉXICO D.F., domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- ¿Cuáles son los criterios que debe tener un católico antes de votar? A esta pregunta responde la página web www.votocatolico.com, una iniciativa independiente de cristianos mexicanos.

La página propone cuatro áreas: "Dios nos ama", "Dios quiere que nos amemos", "Cómo votar" y "Cómo no votar".

Al aconsejar "Cómo votar" expone aspectos "no negociables" de la doctrina social de la Iglesia, como son la defensa de la vida ("no" al aborto y la eutanasia), el apoyo a la familia ("sí" al matrimonio exclusivamente como la unión entre un hombre y una mujer), o el respeto de la dignidad de la persona humana ("no" a la manipulación genética que implica el sacrificio del embrión humano y "no" a la clonación humana).

Al aconsejar "Cómo no votar", esta página recomienda no decidir según "la afiliación a algún partido político, tus hábitos electorales o la tradición electoral de tu familia". "Es necesario mirar candidato por candidato, individualmente".

En segundo lugar, recomienda: "no decidas tu voto de acuerdo a la apariencia, personalidad, o 'fuerza mediática' del candidato".

"No votes por un candidato sólo porque se declara católico --añade Votocatolico.com--. Desafortunadamente, muchos candidatos que se dicen católicos, en realidad rechazan las enseñanzas católicas morales más básicas. Son 'católicos' sólo cuando buscan los votos de otros católicos".

Otro de los consejos de la web dice: "No premies con tu voto a candidatos que están en lo correcto en temas no muy importantes pero que están equivocados en temas morales fundamentales".

La iniciativa está complementada por la página web http://www.votoporlavida.com, que analiza la posiciones de candidatos mexicanos sobre la defensa de la vida humana.

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Año sacerdotal: tiempo de purificación en Irlanda, dice cardenal O’ Connor
En una alocución que realizó en el seminario de Maynooth

DUBLÍN, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Como un tiempo de “noche oscura” pero también un momento en el que Dios “no nos abandona”, así lo calificó el cardenal Murphy O’ Connor, arzobispo emérito de Westminster y actual visitador apostólico para la archidiócesis de Armagh (Irlanda).

El purpurado se refirió a este tema el pasado martes en el seminario de Maynooth, en una intervención con ocasión de la clausura del Año Sacerdotal.

Refiriéndose a la carta del Papa Benedicto XVI a las diócesis de Irlanda debido a los escándalos de abusos sexuales en el que se han visto envueltos varios miembros del clero en ese país, el cardenal O’ Connor dijo que este también es “un tiempo de arrepentimiento, de purificación y de fe”.

“Sentimos no sólo la crudeza de nuestro pecado sino también nuestra pobreza”, aseguró. No obstante, dijo que el hecho de encontrarse con esta realidad, “nos lleva a la fuente de nuestra vida, nuestra identidad y de nuestro llamado”.

“He comenzado a entender de una nueva manera, hablando con las víctimas el dolor y el grave daño que han sufrido”, dijo el cardenal O’ Connor, quien se declaró “no exento de culpa”.

También exhortó a un sencillo ejercicio de arrepentimiento a la Iglesia en Irlanda e invitó a una “valoración honesta de dónde las estructuras y los procedimientos de la Iglesia han fallado, no sólo jurídica sino también humanamente”.

El purpurado hizo referencia a la carta de Benedicto XVI a la Iglesia en Irlanda, en la que hizo un llamado a un “arrepentimiento sincero”, el cual “abre la puerta al perdón de Dios y a la gracia de la verdadera enmienda”.

Para recuperar la fe y reestablecer el lazo con el pueblo irlandés el cardenal O’ Connor, dijo que la “fe y la valentía”, deben ser los valores que guíen a la Iglesia en este país. “Cuando la fe en la institución se debilita podemos sólo volver a la persona e iniciar a reconstruir desde allí”, concluyó.



 

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Análisis


Paternidad anónima
Las consecuencias de donar esperma

Por el padre John Flynn, LC

ROMA, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org). – El aumento constante de inseminaciones artificiales y la utilización de esperma de donantes está llevando a que un creciente número de niños no conozcan la identidad de su padre biológico. Un informe reciente consideraba las consecuencias de esto para las vidas de quienes ahora llegan a la edad adulta.

El estudio lo publicaba la Commission on Parenthood’s Future. Titulado: My Daddy’s Name is Donor: A New Study of Young Adults Conceived Through Sperm Donation (El nombre de mi papá es Donante: un nuevo estudio sobre adultos jóvenes concebidos por la donación de esperma), tenía como autores a Elizabeth Marquardt, Norval D. Glenn y Karen Clark.

Según el estudio, entre 30.000 y 60.000 niños nacen cada año en Estados Unidos a través de la donación de esperma. Se trata, sin embargo, de una estimación a la baja, puesto que ningún organismo recoge estadísticas de estos procedimientos. Además, este el primer estudio serio para evaluar el bienestar de quienes ahora son adultos. El informe también comentaba que la donación de esperma es un fenómeno internacional. Gente de todo el mundo busca donantes de esperma en Estados Unidos debido a la falta de reglamentaciones, y países como Dinamarca, India y Sudáfrica proporcionan también donantes de esperma a un floreciente mercado de turismo de fertilidad.

Los autores hacen una interesante comparación entre la donación de esperma y la adopción. La adopción se rige por normas estrictas, y los padres adoptivos son estudiados de manera cuidadosa antes de poder adoptar. Cuando se trata de la donación de esperma, por el contrario, las mujeres van de compras de donantes en catálogos online que comparan cualidades físicas, inteligencia y logros profesionales, y todo lo que necesitan hacer es pagar la transacción.

A pesar de la comparación con la adopción, los autores observaban que con mucha frecuencia sus amigos y colegas les comentaban que la donación de esperma es casi como una adopción. Para empezar, esta no tiene en cuenta las dificultades a las que muchos niños adoptados hacen frente en términos de separación de sus orígenes biológicos, replicaba el informe.

Además, los niños adoptados pueden consolarse pensando que quizás sus madres los entregaron sólo tras una difícil lucha o debido a circunstancias extremas. Con la concepción por donante el nacido se da cuenta de que sólo ha sido una transacción comercial sin que el donante pensara nunca en ellos.

Daños

Para estudiar la situación de los adultos concebido por medio de la donación de esperma, los autores entrevistaron a más de un millón de hogares y, luego, presentaron una muestra representativa de 485 adultos entre los 18 y 45 años que decían que sus madres habían utilizado esperma donado. Se les comparaba con un grupo de 562 adultos que fueron adoptados de niños, y 563 adultos que crecieron con sus padres biológicos.

“Hemos aprendido que, de media, los adultos jóvenes concebidos a través de la donación de esperma sufren más, están más confusos y se sienten más aislados de sus familias”, indicaba el informe.

No menos del 65% de los adultos concebidos por estas donaciones estuvieron de acuerdo durante la entrevista con la siguiente afirmación: “El donante de esperma es la mitad de lo que yo soy”. Incluso las madres admiten su curiosidad por saber quién es el padre su hijo.

Sólo un poco menos de la mitad de estos adultos expresaron su malestar con sus orígenes, y muchos de ellos afirmaron que es una preocupación frecuente que tienen. Algunos de ellos se han sentido como monstruos – el resultado de experimentos de laboratorio – mientras que otros tienen problemas de identidad. El hecho de que en el proceso esté mezclado el dinero ha sido también causa de preocupación para muchos. Otros expresaron su malestar por haber sido un producto diseñado para satisfacer los deseos de sus padres. Y no menos del 70% admitían haberse preguntado cómo era la familia de su donante de esperma.

Las preocupaciones de la descendencia de los donantes de esperma no se limitan a temas como la identidad o la familia, sino que se extienden a lo médico. El informe apuntaba que algunos donantes han engendrado docenas de niños, y hay casos de cien o más. Así que de adultos estos niños están preocupados por no conocer a sus medio hermanos, o que sus hijos puedan encontrarse con el hijo de un medio hermano.

El tema de la donación anónima de esperma ha sido un asunto polémico en muchos países en los últimos años. Las críticas a esta práctica han llevado a que Gran Bretaña, Suecia, Noruega, Holanda, Suiza y algunas zonas de Australia y Nueva Zelanda prohíban esta práctica, observaba el informe. En Estados Unidos y Canadá, sin embargo, no existen estas restricciones. La Iglesia católica se ha opuesto con firmeza a todos los procedimientos de inseminación artificial, pero como el informe deja claro, incluso aunque no estés de acuerdo con ello, hay muy buenas razones para estar a favor del derecho de los hijos a saber quién es su padre y poner fin a la paternidad anónima.

La encuesta analizó también temas sociales y psicológicos. Preguntados si antes de los 25 años habían tenido problemas con la ley, el 21% de los hijos de donantes dijeron que sí. Las cifras correspondientes a los hijos adoptados y a los hijos que crecieron con sus padres biológicos fueron 18% y 11% respectivamente. Se informó de resultados similares para problemas como el alcohol y el abuso de sustancias. Estos resultados permanecen constantes incluso cuando se controlan los resultados de variables de estatus socio-económico y de otro tipo.

En relación a los factores variables, una serie de interesantes datos surgidos del estudio fue que el 36% de los hijos de donantes dijeron que habían crecido como católicos, en comparación con el 22% de las familias adoptivas, y el 28% que creció con sus padres biológicos. Este es un descubrimiento que llama la atención, comentaba el informe, dada la oposición de la Iglesia católica a este tipo de prácticas. Además, el 32% de los adultos hijos de donantes dijeron que el catolicismo todavía es su religión. En contraste, un gran número de católicos en los otros dos grupos de control habían abandonado la Iglesia.

Secreto

Otra dificultad que sufren los hijos de esperma donado es el secreto sobre sus orígenes. En la mayoría de los casos, los padres dejan que el hijo crea al principio que está biológicamente relacionado con ambos. Luego, cuando el niño descubre finalmente la verdad, siente que se le ha mentido y que la relación con el padre está adulterada. Esto deja un poso de desconfianza, por lo que el 47% de ellos declara que, mientras crecían, su madre pudo haberles mentido sobre temas importantes. Esto tiene como elemento de comparación el 27% para los que fueron adoptados y el 18% para los que crecieron con sus padres biológicos. La preocupación de que el padre haya podido mentir da resultados similares.

No es de sorprender que una gran mayoría de los adultos concebidos a través de la donación de esperma expresen su apoyo a que se sepa todo. Esto incluye la identidad del donante y el derecho a tener algún tipo de relación con él. También dicen que querrían saber sobre la existencia y el número de sus medio hermanos. Según establece ahora, la ley en Estados Unidos no les da ninguno de estos derechos. Protege, de hecho, a los donantes y a las clínicas de fertilidad a costa de los hijos concebidos.

Pero los problemas no terminan con el secreto. Los resultados del estudio mostraron que el 44% de los adultos concebidos por donación se sentían cómodos con la concepción por donación, siempre que los padres digan a sus hijos la verdad, preferiblemente a una edad temprana. Sin embargo, el 36% tenía reserva incluso aunque los padres dijeran la verdad, y el 11% dijo que es duro para los hijos aunque los padres manejaran bien el asunto.

De hecho el informe comentaba que “sólo la franqueza no parece que resuelva las potenciales pérdidas, la confusión y los riesgos que se derivan de hijos concebidos deliberadamente para que crezcan faltando al menos uno de sus padres biológicos”.

El informe concluía con una serie de recomendaciones. Entre ellas estaba la observación de que ningún tratamiento médico tiene tan vastas implicaciones para una persona que no lo buscó – el descendiente. Y se preguntaban: “¿Una buena sociedad puede crear intencionadamente hijos de esta forma?” Una pregunta digna de reflexión.



 

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Flash


Nuevo portal de la Red de Medios Católicos de Centroamérica y México
 
 MÉXICO D.F., domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- En la dirección www.red4c.org ya es posible visitar el nuevo portal de la Red de Medios Católicos de Centroamérica y México.

Se trata de medios coordinados por el Secretariado del Episcopado de América Central (SEDAC), con el apoyo de los secretarios ejecutivos de comunicación de las conferencias episcopales y la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL).

Los promotores presentan esta iniciativa como "un espacio colaborativo común donde los diversos medios católicos de la región pongan en común sus recursos, noticias, etc.".

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Entrevistas


Cándida María de Jesús, la santa que vivió la caridad hasta el extremo
Será canonizada el próximo 17 de octubre en San Pedro

ROMA, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- “Dios lo quiere”. Ese era el lema de la hermana Cándida María de Jesús (1845 – 1912) que será canonizada el próximo 17 de octubre en la plaza de San Pedro. Una obediencia que la llevó a vivir la caridad hasta el extremo,

Esta religiosa española, nacida en la localidad de Adoain (España), es la fundadora es la fundadora de la comunidad Hijas de Jesús, presente hoy en ocho países de Europa (España e Italia), América Latina (Cuba, República Dominicana, Colombia, Venezuela, Bolivia, Brasil, Uruguay, Argentina), Asia (China, Bangladesh, Tailandia, Taiwan, Filipinas y Japón) y África (Mozambique).

ZENIT entrevistó a su postuladora, la hermana Anna-María Cinco Castro, quien destacó de ella, “Un amor singular a Dios, a cuya mayor gloria, a cuyo fiel servicio” y señaló que “Ella quiso gastar toda su vida y cada instante de la misma”.

-¿Cómo sintió Juana Josefa la llamada a la vida religiosa?

Anna María Cinco Castro: Siendo aun joven (entre los 18-20 años), Juana Josefa (como era su nombre de pila), primogénita de las 7 hijas de una familia humilde y profundamente cristiana, comunicó a sus padres su decisión de consagrarse a Dios en la vida religiosa. Ante las insistentes propuestas de matrimonio que sus padres le presentaban, contestó reiteradamente: “Yo sólo para Dios.”

-¿Cómo descubrió que Dios la llamaba a fundar la comunidad de las Hijas de Jesús?

Anna María Cinco Castro: Aconsejada por su confesor, se trasladó de Tolosa a Burgos, y entró como sirvienta en una casa. En 1869 se marchó a Valladolid con la familia que servía, y allí, el 2 de Abril de 1869, en la Iglesia de la Virgen del Rosario (más conocida como Rosarillo), delante del altar de la Sagrada Familia, ella entendió claramente que debía fundar una nueva congregación con el nombre de Hijas de Jesús, dedicada al provecho espiritual de las almas y educación católica de los pueblos por medio de la oración y otras obras de piedad y caridad, y particularmente de la instrucción de la niñez y juventud.

En Salamanca, el 8 de Diciembre de 1871, día de la Inmaculada, “bajo su visible amparo y particular protección”, nació el Instituto de las Hijas de Jesús, en sencillez y pobreza.

-¿Cuál es el carisma de este instituto?

Anna María Cinco Castro: Nos sentimos especialmente llamadas a vivir en una actitud filial hacia Dios como Padre, caracterizada por la identificación con Jesús, la confianza, la seguridad en su amor incondicional, la alabanza. Este rostro de Dios que contemplamos, de modo muy particular a Jesús, nos invita a la fraternidad con todos, a la gratuidad, a la sencillez, a la alegría aun cuando se pase por la cruz.

-¿Cómo era la sensibilidad de la hermana Cándida hacia los más necesitados?

Anna María Cinco Castro: Tenía una exquisita caridad hacia el prójimo, sensible a su auténtico bien. Quería que sus hijas buscaran el bien de sus prójimos más que su propio bienestar o utilidad temporal.

-¿Qué aspectos de su vida le ayudaron a cultivar esta virtud?

Anna María Cinco Castro: Creo que ella, que nació en una familia humilde y que tuvo que dejar su tierra siendo aún joven, tuvo una experiencia humana bastante cercana a ellos. Cuando era una sirvienta en una casa de familia declaró un día: “Donde no hay sitio para mis pobres, tampoco hay sitio para mí”.

Luego, como fundadora, experimentó profundamente su pobreza personal (su escasa preparación intelectual, la falta de medios económicos y de ayudas materiales al comienzo de la fundación y durante toda su vida), junto con el amor grande e infinito del Padre, que nunca nos abandona. Al fondo, es ésta, su experiencia de Dios como Padre de todos, que abriría su corazón a los más necesitados, porque todos somos hermanos. Dada su íntima unión con Dios, ¿cómo no podría sentir lo que sentirá el Padre al ver a sus hijos sufrir?

-¿En qué valores se basa la educación que brinda esta comunidad a los jóvenes y los niños?

Anna María Cinco Castro: Es una educación que se orienta en clave evangelizadora y da prioridad a los valores del Reino, como el amor universal y solidario, sencillez y cercanía, libertad y responsabilidad, alegría y serenidad, y respeto, participación y acogida. Una educación para aprender y ejercitarse en vivir como hijo de Dios y hermano de todos. Y por eso una educación con enfoque positivo, dando prioridad al amor, y a la motivación y estímulo. La Madre Cándida decía: “En la educación, usar siempre el método más alegre.”

-¿Cuáles son las principales virtudes de la futura santa?

Anna María Cinco Castro: Un gran espíritu de fe que la permite ver las personas, los acontecimientos y todas las cosas bajo la luz de Dios, y una esperanza firme en las promesas divinas. “Fe, fe, fe viva, constante y eterna, y con esto, trabajar sin descanso, que todo se pasa y Dios sólo basta...”

Una relación estrecha y constante con Jesús que la haría buscar parecerse a Él como un hijo se parece a su padre. Decía: “En Jesús todo lo tenemos”.

Un amor filial a la Virgen, que ella llamaba la verdadera Fundadora del Instituto, y cuya protección buscaba – casi todas sus cartas empiezan con la frase “La Purísima Virgen nos cubra con su manto.”

-¿Cómo se está preparando esta comunidad para la canonización de su fundadora? ¿qué frutos cree que puede traer?

Anna María Cinco Castro: Estamos preparándonos para la canonización, “pero no precisamente por su organización externa, sino por escuchar con más atención la llamada a la santidad que este acontecimiento nos recuerda.”

Desde julio del 2008, cuando la Madre General iba comunicando a la Congregación los pasos más significativos del proceso de la Causa para la canonización de la Madre Cándida, ya pedía la colaboración de las hermanas en el proceso, “a empeñarnos cada día en el deseo de la Madre para nosotras: nuestra propia santificación y la búsqueda del bien de nuestros prójimos más que nuestro propio bien estar o utilidad temporal”.

Estamos viviendo este tiempo como un tiempo de mayor acogida y vivencia del Evangelio de Jesucristo, para ser tan parecidas a Jesús que nos reconozcan como “Hijas de Jesús”.

Vemos la canonización como una fuerte llamada a una vida más santa y entregada al sueño de vivir cada día más según los valores del Evangelio y más centradas en la persona de Jesucristo como fue la Madre Cándida.

Queremos que estos meses de preparación para la fiesta sean la oportunidad para que crezcamos en la tarea misionera que tenemos todos los que conocemos y amamos a Jesús.

Por Carmen Elena Villa

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Angelus


Benedicto XVI: Seguir a Cristo con la propia cruz
Hoy durante el rezo del Ángelus

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la intervención de Benedicto XVI hoy, durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, con miles de peregrinos reunidos de todas partes del mundo.



 

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas

Esta mañana en la Basílica de San Pedro he conferido el orden presbiteral a catorce diáconos de la diócesis de Roma. El sacramento del Orden manifiesta, de parte de Dios, su atenta cercanía a los hombres y, de parte de quien lo recibe, la plena disponibilidad a convertirse en instrumento de esta cercanía, con un amor radical a Cristo y a la Iglesia. En el Evangelio de hoy domingo, el Señor pregunta a sus discípulos: “Vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Lc 9,20). A esta pregunta el apóstol Pedro responde prontamente: Tu eres el Cristo de Dios, el Mesías de Dios” (Ibid.), superando, así, todas las opiniones terrenas que consideraban a Jesús uno de los profetas. Según san Ambrosio, con esta profesión de fe, Pedro “abrazó juntas todas las cosas, porque expresó la naturaleza y el nombre” del Mesías (Exp. in Lucam VI, 93, CCL 14, 207). Y Jesús, frente a esta profesión de fe, renueva a Pedro y a los demás discípulos la invitación a seguirle en el camino comprometido en amor hasta la Cruz. También a nosotros, que podemos conocer al Señor mediante la fe en su Palabra y en los Sacramentos, Jesús nos dirige la propuesta de seguirle cada día, y también a nosotros nos recuerda que para ser sus discípulos es necesario apropiarnos del poder su Cruz, culmen de nuestros bienes y corona de nuestra esperanza.

San Máximo el Confesor observa que “el signo distintivo del poder de nuestro Señor Jesucristo es la cruz, que él llevó sobre sus hombros” (Ambiguum 32, PG 91, 1284 C). De hecho, “a todos decía: 'Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, coja su cruz y me siga'” (Lc 9,23). Tomar la cruz significa comprometerse en derrotar al pecado que obstaculiza el camino hacia Dios, acoger cotidianamente la voluntad del Señor, acrecentar la fe sobre todo ante los problemas, las dificultades, el sufrimiento. La santa carmelita Edith Stein nos dio testimonio de ello en un tiempo de persecución. Escribía así desde el Carmelo de Colonia en 1938: “Hoy entiendo... qué quiere decir esposa del Señor en el signo de la cruz, porque por completo no se comprenderá nunca, ya que es un misterio… Más se hace oscuro a nuestro alrededor, tanto más debemos abrir el corazón a la luz que viene de lo alto”. (La elección de Dios. Cartas (1917-1942), Roma 1973, 132-133). También en la época actual muchos son los cristianos en el mundo que, animados por el amor por Dios, asumen cada día la cruz, sea la de las pruebas cotidianas, sea la procurada por la barbarie humana, que a veces requiere el valor del sacrificio extremo. Que el Señor nos conceda a cada uno de nosotros poner siempre nuestra sólida esperanza en Él, seguros de que, al seguirle llevando nuestra cruz, llegaremos con Él a la luz de la Resurrección.

Confiamos a la protección maternal de la Virgen María a los nuevos sacerdotes ordenados hoy, que se añaden a la multitud de cuantos el Señor ha llamado por su nombre: que sean siempre discípulos fieles, valientes anunciadores de la Palabra de Dios y administradores de sus Dones de la salvación.

[Después del ángelus]

Deseo dirigir un apremiante llamamiento para que la paz y la seguridad sean restablecidos en el Kirguistán meridional, a raíz de los graves conflictos que han tenido lugar en los días pasados. A los parientes de las víctimas y a cuantos sufren por esta tragedia expreso mi conmovida cercanía y aseguro mi oración. Invito, además, a todas las comunidades étnicas del país a renunciar a cualquier provocación o violencia y pido a la comunidad internacional que actúe para que las ayudas humanitarias puedan alcanzar prontamente a las poblaciones afectadas.

Hoy la Organización de las Naciones Unidas celebra la Jornada Mundial del Refugiado, para llamar la atención sobre los problemas de cuantos han dejado forzadamente su propia tierra, llevango a ambientes que a menudo son profundamente diversos. Los refugiados desean encontrar acogida y ser reconocidos en su dignidad y en sus derechos fundamentales; al mismo tiempo, pretenden ofrecer su contribución a la sociedad que les acoge. Oremos para que, en una justa reciprocidad, se responda de modo adecuado a esta expectativa y muestren el respeto que nutren por la identidad de las comunidades que les reciben.

[En español dijo]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española que se unen a esta plegaria mariana, también a través de la radio y la televisión. La liturgia de hoy nos llega con la pregunta de Jesús a sus discípulos: ¿Quién decís que soy yo? A ella se puede dar una respuesta acertada sólo tras haberla aprendido de Él, escuchando su palabra, imitando su vida, encontrándolo personalmente en los sacramentos y en la oración. Que la Virgen María nos ayude en esta apasionante búsqueda para descubrir a quien es nuestra alegría y nuestra salvación. Feliz Domingo.

[Traducción del italiano por Inma Álvarez]

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Documentación


Benedicto XVI: ser sacerdote es conformarse a Cristo
Homilía durante la ordenación de 14 nuevos presbíteros

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la homilía pronunciada hoy por el Papa Benedicto XVI con motivo de la Santa Misa celebrada hoy en la Basílica de San Pedro, en la que han sido ordenados 14 nuevos presbíteros de la diócesis de Roma.

* * * * *



 

Queridos hermanos en el Episcopado y en el Sacerdocio,

Queridísimos ordenandos,

Queridos hermanos y hermanas

Como obispo de esta diócesis estoy particularmente contento de acoger en el presbyterium romano a catorce nuevos sacerdotes. Junto con el cardenal vicario, los obispos auxiliares y todos los presentes, doy las gracias al Señor por el don de estos nuevos pastores del Pueblo de Dios. Quisiera dirigiros un saludo particular a vosotros, queridísimos ordenandos: hoy estáis en el centro de la atención del Pueblo de Dios, un pueblos simbólicamente representado por la gente que llena esta Basílica Vaticana: la llena de oración y de cantos, de afecto sincero y profundo, de conmoción auténtica, de alegría humana y espiritual. En este Pueblo de Dios tienen un lugar particular vuestros padres y familiares, los amigos y compañeros, los superiores y educadores del Seminario, las distintas comunidades parroquiales y las diferentes realidades de la Iglesia de las que procedéis y que os han acompañado en vuestro camino, y a las que vosotros mismos ya habéis servido pastoralmente. Sin olvidar la singular cercanía, en este momento, de tantísimas personas, humildes y sencillas pero grandes ante Dios, como por ejemplo las monjas de clausura, los niños, los enfermos. Ellos os acompañan con el don preciosísimo de su oración, de su inocencia y de su sufrimiento.

Es, por tanto, toda la Iglesia de Roma la que hoy da gracias a Dios y reza por vosotros, que pone tanta confianza y esperanza en vuestro mañana, que espera frutos abundantes de santidad y de bien del ministerio sacerdotal. Sí, la Iglesia cuenta con vosotros, ¡cuenta muchísimo con vosotros! La Iglesia os necesita a cada uno de vosotros, consciente como es de los dones que Dios os ofrece y, al mismo tiempo, de la absoluta necesidad del corazón de cada hombre de encontrarse con Cristo, único y universal salvador del mundo, para recibir de él la vida nueva y eterna, la verdadera libertad y la alegría plena. Nos sentimos, por tanto, todos invitados a entrar en el “misterio”, en el acontecimiento de gracia que se está realizando en vuestros corazones con la Ordenación presbiteral, dejándonos iluminar por la Palabra de Dios que se ha proclamado.

El Evangelio que hemos escuchado nos presenta un momento significativo del camino de Jesús, en el que pregunta a los discípulos qué piensa la gente de él y cómo le juzgan ellos mismos. Pedro responde en nombre de los Doce con una confesión de fe, que se diferencia de forma sustancial de la opinión que la gente tiene sobre Jesús; él, de hecho, afirma: Tú eres el Cristo de Dios (cfr Lc 9,20). ¿De dónde nace este acto de fe? Si vamos al inicio del pasaje evangélico, constatamos que la confesión de Pedro está ligada a un momento de oración: “Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él”, dice san Lucas (9,18). Es decir, los discípulos son involucrados en el ser y hablar absolutamente único de Jesús con el Padre. Y se les concede de este modo ver al Maestro en lo intimo de su condición de Hijo, se les concede ver lo que otros no ven; del “ser con él”, del “estar con él” en oración, deriva un conocimiento que va más allá de las opiniones de la gente, alcanzando la identidad profunda de Jesús, la verdad. Aquí se nos da una indicación bien precisa para la vida y la misión del sacerdote: en la oración, él esta llamado a redescubrir el rostro siempre nuevo del Señor y el contenido más auténtico de su misión. Solamente quien tiene una relación intima con el Señor viene aferrado por Él, puede llevarlo a los demás, puede ser enviado. Se trata de un “permanecer con él” que debe acompañar siempre el ejercicio del ministerio sacerdotal; debe ser la parte central, también y sobre todo en los momentos difíciles, cuando parece que las “cosas que hacer” deben tener la prioridad. Donde estemos, en cualquier cosa que hagamos, debemos “permanecer siempre con Él”.

Un segundo elemento quisiera subrayar del Evangelio de hoy. Inmediatamente después de la confesión de Pedro, Jesús anuncia su pasión y resurrección y hace seguir a este anuncio una enseñanza en relación al camino de los discípulos, que es un seguirlo a Él, el Crucificado, seguirlo por el camino de la cruz. Y agrega después -con una expresión paradójica – que ser discípulos significa “perderse a si mismo”, pero para reencontrarse plenamente a uno mismo (Cfr. Lc 9,22-24). ¿Qué significa esto para cada cristiano, pero sobre todo qué significa para un sacerdote? El seguimiento, pero podríamos tranquilamente decir: el sacerdocio, no puede jamás representar un modo par alcanzar seguridad en la vida o para conquistar una posición social. El que aspira al sacerdocio para un aumento del propio prestigio personal y el propio poder entiende mal en su raíz el sentido de este ministerio. Quien quiere ante todo realizar una ambición propia, alcanzar éxito propio será siempre esclavo de si mismo y de la opinión pública. Para ser considerado deberá adular; deberá decir aquello que agrada a la gente; deberá adaptarse al cambio de las modas y de las opiniones y, así, se privará de la relación vital con la verdad, reduciéndose a condenar mañana aquello que había alabado hoy. Un hombre que plantee así su vida, un sacerdote que vea en estos términos su propio ministerio, no ama verdaderamente a Dios y a los demás, sino solo a si mismo y, paradójicamente, termina por perderse a si mismo. El sacerdocio -recordémoslo siempre- se funda sobre el coraje de decir sí a otra voluntad, con la conciencia, que debe crecer cada día, de que precisamente conformándose a la voluntad de Dios, “inmersos” en esta voluntad, no solo no será cancelada nuestra originalidad, sino, al contrario, entraremos cada vez más en la verdad de nuestro ser y de nuestro ministerio.

Queridos ordenandos, quisiera proponer a vuestra reflexión un tercer pensamiento, estrechamente ligado a este apenas expuesto: la invitación de Jesús de “perderse a sí mismo”, de tomar la cruz, remite al misterio que estamos celebrando: la Eucaristía. A vosotros hoy, con el sacramento del Orden, ¡os viene dado presidir la Eucaristía! A vosotros se os confía el sacrificio redentor de Cristo; a vosotros se os confía su cuerpo entregado y su sangre derramada. Ciertamente, Jesús ofrece su sacrificio, su donación de amor humilde y completo a la Iglesia su Esposa, sobre la Cruz. Es sobre ese leño donde el grano de trigo dejado caer por el Padre sobre el campo del mundo muere para convertirse en fruto maduro, dador de vida. Pero, en el diseño de Dios, esta donación de Cristo se hace presente en la Eucaristía gracias a aquella potestas sacra que el sacramento del Orden os confiera a vosotros, presbíteros. Cuando celebramos la santa misa tenemos en nuestras manos el pan del Cielo, el pan de Dios, que es Cristo, grano partido para multiplicarse y convertirse en el verdadero alimento para la vida del mundo. Es algo que no puede sino llenar vuestro corazón de íntimo estupor, de viva alegría y de inmensa gratitud: el amor y el don de Cristo crucificado pasan a través de vuestras manos, vuestra voz, y vuestro corazón. ¡Es una experiencia siempre nueva de asombro ver que en mis manos, en mi voz, el Señor realiza este misterio de Su presencia!

¡Cómo no rezar por tanto al Señor, para que os dé una conciencia siempre vigilante y entusiasta de este don, que está puesto en el centro de vuestro ser sacerdotes! Para que os de la gracia de saber experimentar en profundidad toda la belleza y la fuerza de este servicio presbiteral y, al mismo tiempo, la gracia de poder vivir este ministerio con coherencia y generosidad, cada día. La gracia del presbiterado, que dentro de poco os será dada, os unirá íntimamente, estructuralmente, a la Eucaristía. Por eso, os pondrá en contacto en lo profundo de sus corazones con los sentimientos de Jesús que ama hasta el extremo, hasta el don total de sí, a su ser pan multiplicado para el santo banquete de la unidad y la comunión. Esta es la efusión pentecostal del Espíritu, destinada a inflamar vuestro camino con el amor mismo del Señor Jesús. Es una efusión que, mientras habla de la absoluta gratuidad del don, graba dentro del mismo ser una ley indeleble, la ley nueva, una ley que os empuja a insertaros y a hacer surgir en el tejido concreto de las actitudes y de los gestos de vuestra vida de cada día el amor mismo de donación de Cristo crucificado. Volvemos a escuchar la voz del apóstol Pablo, es más, en esta voz reconocemos aquella potente del Espíritu Santo: “Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, habéis sido revestidos de Cristo” (Gal 3,27) Ya con el Bautismo, y ahora en virtud del Sacramento del orden, vosotros os revestís de Cristo. Que al cuidado por la celebración eucarística acompañe siempre el empeño por una vida eucarística, es decir, vivida en la obediencia a una única gran ley, la del amor que se dona totalmente y sirve con humildad, una vida que la gracia del Espíritu Santo hace cada vez más semejante a la de Jesucristo, Sumo y eterno Sacerdote, siervo de Dios y de los hombres.

Queridos, el camino que nos indica el Evangelio de hoy es el camino de vuestra espiritualidad y de vuestra acción pastoral, de su eficacia e incisividad, incluso en las situaciones más fatigosas y áridas. Es más, este es el camino seguro para encontrar la verdadera alegría. María, la sierva del Señor, que conformó su voluntad a la de Dios, que engendró a Cristo donándolo al mundo, que siguió el Hijo hasta los pies de la cruz en el supremo acto de amor, os acompañe cada día de vuestras vidas y de vuestro ministerio. Gracias al afecto de esta madre tierna y fuerte, podréis ser felizmente fieles a la consigna que como presbíteros hoy os es dada: la de conformaros a Cristo Sacerdote, que supo obedecer a la voluntad del Padre y amar a los hombres hasta el extremo.



 

¡Amén!

[Traducción del italiano por Inma Álvarez

© Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana]



 

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