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El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 24 de agosto de 2010

Santa Sede

El segundo libro del Papa sobre Jesús, a la venta el 13 de marzo

Monseñor Mario Iceta Gavicagogeascoa, elegido obispo de Bilbao

Mundo

Jóvenes mexicanos piden a la ONU más atención a la familia

Histórico abrazo entre un cardenal y un exarca ortodoxo

La sana laicidad no vacía los valores de una nación

Kenya: piden reabrir la investigación sobre la muerte del padre Kaiser

Escocia: mes de preparación espiritual ante la llegada de Benedicto XVI

Actualidad

La Iglesia no encubrió a un sacerdote implicado en una masacre del IRA

Entrevistas

Fiscal vaticano: ante los abusos sexuales, valentía y determinación

Testimonio

Patrizio Polisca y su vocación a ser el médico del Papa


Santa Sede


El segundo libro del Papa sobre Jesús, a la venta el 13 de marzo
Presentadas las “Opera Omnia” de Ratzinger sobre la liturgia cristiana

RÍMINI, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- El próximo volumen de Benedicto XVI sobre la vida de Jesús saldrá a la venta, en varios idiomas, el primer domingo de Cuaresma, 13 de marzo. Así lo anticipó ayer a Radio Vaticano Giuseppe Costa, director de la Libreria Editrice Vaticana.

Este esperado segundo volumen, que se centra en la pasión y muerte de Jesús, se encuentra actualmente en proceso de traducción a los distintos idiomas, y será entregado a los editores el próximo 15 de enero, para preparar las respectivas ediciones nacionales.

Según explicó Costa a Radio Vaticano, por el momento se ha llegado a un acuerdo con 18 casas editoriales, aunque “no se descarta que haya más peticiones” en los próximos meses.

Por el momento, y según confirmó el portavoz vaticano Federico Lombardi el pasado 23 de julio, el Papa Benedicto XVI está actualmente escribiendo el tercer volumen sobre la vida de Jesús, que dedica a la infancia de Cristo.

El responsable de los derechos de autor de los textos vaticanos se encontraba estos días en la ciudad italiana de Rímini, en el norte de Italia, para la presentación del primer volumen de la Opera Omnia de Joseph Ratzinger.

La presentación tuvo lugar durante la celebración del festival anual conocido como Meeting de Rímini, que organiza el movimiento católico Comunión y Liberación, y que cada año reúne a miles de personas.

Esta Opera Omnia consta de 16 volúmenes que recogen todos los escritos e intervenciones de Joseph Ratzinger, antes de ser elegido Papa, sobre la importancia de la liturgia en la vida cristiana.

La obra recoge, explicó Costa, “no sus enseñanzas como Pontífice, sino sus escritos, sus enseñanzas, sus entrevistas como cardenal. Esta Opera Omnia termina cuando fue elegido Papa”.

Sobre el contenido de esta Opera, el obispo de Ratisbona, monseñor Gerhard Müller, encargado de la edición alemana, explicó a la emisora vaticana la importancia que la liturgia tiene en el pensamiento de Joseph Ratzinger.

"La liturgia es la participación sacramental en la vida de Dios. Por esto, no es solo un 'teatro', una autoexpresión del corazón o de la idea de la subjetividad, sino que es la expresión objetiva, real, concreta del contacto con el mismo Dios, que quiere convivir con nosotros, sus criaturas”, afirmó el prelado.

 



 

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Monseñor Mario Iceta Gavicagogeascoa, elegido obispo de Bilbao
Quiere ser “el servidor de todos y para todos”
CIUDAD DEL VATICANO, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado nuevo obispo de la diócesis de Bilbao a monseñor Mario Iceta Gavicagogeascoa, en la actualidad obispo auxiliar de Bilbao, según ha informado este martes la Oficina de Información de la Santa Sede.

La diócesis bilbaína se encontraba vacante tras el nombramiento de monseñor Ricardo Blázquez Pérez como arzobispo de Valladolid el 13 de marzo.

Monseñor Iceta Gavicagogeascoa, obispo auxiliar de Bilbao desde 2008, en una carta enviada a los fieles de la diócesis bilbaína, reconoce: "soy consciente de mis limitaciones y debilidades".

"Me presento ante vosotros como soy y quiero servir al Señor con fidelidad plena y a vosotros con total entrega, desde el afecto y el conocimiento personal de vuestros gozos y esperanzas, de vuestras dificultades y angustias", añade en su misiva.

"Os ruego que oréis para que pueda hacer presente a Jesucristo y sea para esta querida Diócesis de Bilbao el Pastor que necesita, capaz de responder a los retos de la nueva Evangelización en el momento histórico que nos toca vivir y que constituye para nosotros un tiempo de gracia", asegura.

Monseñor Iceta Gavicagogeascoa ha escogido como lema episcopal "omnium servus", pues quiere "ser el servidor de todos y para todos".

El obispo electo de Bilbao nació en Gernika (Vizcaya), diócesis de Bilbao, el 21 de marzo de 1965. Cursó sus estudios de Teología, primero en la Universidad de Navarra y posteriormente en el Seminario diocesano de Córdoba. El 16 de julio de 1994 fue ordenado sacerdote en la catedral de Córdoba, diócesis donde se incardinó.

Es doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra (1995), con una tesis doctoral sobre Bioética y Ética Médica. Es, asimismo, doctor en Teología por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para el estudio sobre el Matrimonio y Familia de Roma (2002) con una tesis sobre Moral fundamental.

Es también máster en Economía por la Fundación Universidad Empresa de Madrid y la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid (2004) y miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba en su sección de Ciencias morales, políticas y sociales desde 1994.

Es fundador de la Sociedad Andaluza de Investigación Bioética (Córdoba, 1993) y de la revista especializada bioética y Ciencias de la Salud (1993).



 

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Mundo


Jóvenes mexicanos piden a la ONU más atención a la familia
Marcha por la familia y la vida ante la Conferencia Mundial de la Juventud 2010

LEÓN, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org El Observador).- En el marco de la Conferencia Mundial de la Juventud 2010 (CMJ), la cual se celebra  en Guanajuato (México), se instaló el foro “Dilo bien”, promovido por jóvenes católicos.

Guillermo Almazán, presidente del Movimiento Nacional de Jóvenes Competitivos (MNJC) y delegado a la CMJ manifestó que la “idea de convocar a las organizaciones juveniles que apostamos por la construcción de una sociedad con valores es porque consideramos que la agenda de la conferencia no incluyó uno de los temas centrales: la familia”.

El foro fue organizado por la Alianza Internacional de la Juventud, aproximadamente unos 5 mil jóvenes de 160 países analizan  temas sobre valores, la familia, la salud, la vida, la pobreza y el empleo. Exigen que sus opiniones sean integradas en los resolutivos de la CMJ.

Como inicio de sus actividades realizaron una manifestación, a lo largo del recorrido se expresaron consignas a favor de la vida, la familia y la justica.

Al final de la marcha se leyó un manifiesto en donde se propuso a gobiernos y sociedad civil una agenda de 8 puntos: políticas públicas que promuevan el desarrollo humano integral; que en el 2015 los niños tengan acceso a una educación con valores; protección a la familia cuyo origen es la unión hombre-mujer; reducir la mortalidad infantil haciendo hincapié en la defensa de la vida desde su concepción; acceso a servicios de salud para las mujeres embarazadas; promover el amor  y la abstinencia como estrategia para vencer el VIH; promover el cuidado de la naturaleza; y usar la globalización para promover el amor y la verdad

En México hay serios cuestionamientos sobre las consultas previas realizadas para definir la agenda de la conferencia, pues la invitación a jóvenes no fue abierta sino discrecional y cuando se solicitaba informes sobre las conclusiones de los foros, las autoridades la ocultaban con diversos pretextos.

Esto levantó suspicacias entre organizaciones juveniles “¿Son realmente las propuestas de la CMJ las inquietudes de los jóvenes?” cuestionaron algunos de los líderes durante la marcha.

Por Omar Árcega

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Histórico abrazo entre un cardenal y un exarca ortodoxo
“Todo es posible para quien cree”, afirma el Metropolita Filarete

RÍMINI, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Con el título “Hermanos de Europa” y una fotografía a toda página que muestra el abrazo entre el cardenal Péter Erdő, primado de Hungría, y el Metropolita Filarete, Exarca patriarcal de toda Bielorrusia, el diario Meeting Quotidiano recogía el encuentro más significativo del Meeting de Rímini.

Ayer lunes 23 de agosto, frente a un público de once mil personas, el abrazo entre el cardenal Erdő, que es también presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y Filarete, que es también Metropolita de Minsk y Sluzk, representa un acontecimiento que ha sido definido como “histórico”.

De hecho, no hay memoria, en los tiempos recientes, de un encuentro de este nivel entre representantes de la Iglesia católica y las de la Iglesia ortodoxa rusa, las dos comunidades cristianas más grandes e influyentes de Europa.

Cada vez más estrecha es la coincidencia de visión entre católicos y ortodoxos rusos de cara a las cuestiones sensibles que afectan a Europa, como la presencia pública del Crucifijo, el reconocimiento de las raíces cristianas, la defensa de la vida y de la familia natural, la enseñanza de la religión, y la libertad religiosa.

A raíz de las buenas relaciones, hace pocas semanas, se abrió la Nunciatura apostólica en Moscú, y se hablar cada vez con más insistencia del encuentro entre el Pontífice Benedicto XVI y el Patriarca de Moscú Kiril I.

A propósito de esto, el Metropolita Filarete afirmó que “los tiempos están maduros para un encuentro entre el Papa y el Patriarca. En 2011 podría ser también posible, yo no veo obstáculos en principio”.

“Con la Iglesia católica – añadió Filarete – estamos desde hace tiempo en diálogo, a veces con momentos de empuje, a veces con bajadas de tensión. Ahora estamos en un momento de estabilidad, pero desde ambas partes estamos abiertos al diálogo. Espero que esta atmósfera continúe”.

Respecto a las relaciones con los ortodoxos, el cardenal Erdő afirmó que “la Iglesia católica y la ortodoxa dogmáticamente están tan cercanas que a mí personalmente me produce dolor físico la circunstancia de que no exista una comunión plena y completa”.

El presidente del CCEE y el Metropolita se encontraron en el Meeting de Rímini para debatir sobre el tema “Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer, creer de verdad, en la divinidad del Hijo de Dios, Jesucristo?”.

El tema estaba tomado de la novela “Los demonios” de Fedor Dostoevskij y refleja un interrogante que atravesaba a las élites europeas en los años setenta del siglo XIX. Interrogante que vuelve a ser de rabiosa actualidad.

El Exarca Filarete explicó que “Europa ha cambiado completamente, el hombre europeo ha cambiado hasta hacerse irreconocible. Y sin embargo el interrogante es siempre el mismo”.

El Metropolita expuso las dudas que albergan los europeos de nuestro tiempo, y para superarlos indicó el trabajo de “una conciencia viva, que no se calle, sino que haga arder la mentira que acecha el corazón y desenmascare el pecado que acecha al alma”.

Para vencer este desafío, el Metropolita Filarete recordó la parábola en la que Jesús salva al chico sordomudo y endemoniado, precisando que “todo es posible para el que cree”, subrayando la reacción del padre del muchacho, el cual exclamó: “¡Creo, Señor! Ven en ayuda de mi incredulidad!”.

Filarete concluyó afirmando que “debemos pedir que el Señor ayude a nuestra fe, porque todo es posible para el que cree”.

El cardenal Erdő mostró por su parte las contradicciones de los intelectuales europeos contemporáneos, sobre todo en lo que respecta a la existencia de Dios.

Por una parte – explicó el primado de Hungría – ya no parecen atrayentes “una postura llanamente atea”, o “el famoso materialismo histórico y dialéctico del marxismo tradicional”, y por otra parecen de moda “tipos de actitud más o menos panteístas”.

Y sin embargo – prosiguió el purpurado – “en la identidad cultural europea está arraigada la herencia judeocristiana tanto como la grecorromana, y el elemento más en conexión con su visión del mundo es el cristianismo”.

“Si el hombre de hoy se plantea seriamente la cuestión de la existencia de Dios, absoluto, trascendente y personal – añadió – debe indagar también sobre la posibilidad de la comunicación entre Dios y el hombre sucedida en Jesucristo”.

Remitiéndose a los estudios publicados por el Pontífice Benedicto XVI y por el cardenal alemán Alois Grillmeier, el primado de Hungría sostuvo que “el Cristo de la fe y el Jesús histórico son la misma persona, y que el motivo de la fe en Cristo como Hijo de Dios, como verdadero hombre y verdadero Dios, a fin de cuentas, proviene de la autocomprensión de Jesucristo”.

“Uno solo es Dios y uno solo es también el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Jesucristo”, subrayó el cardenal Erdő, y por esto “debemos ser mensajeros y misioneros de la nueva evangelización de Europa. Debemos estar unidos con nuestros otros hermanos cristianos, para que la unidad pueda reforzar nuestro testimonio”.

Por Antonio Gaspari, traducción del italiano por Inma Álvarez

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La sana laicidad no vacía los valores de una nación
Aclaración del cardenal Péter Erdö, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa
RÍMINI, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- En estos momentos en los que en muchos países del mundo se propone la laicidad como modelo en las relaciones Iglesia-Estado, renunciando a formas precedentes, ¿cuáles son los valores que pueden unir a esas sociedades?

Esta es la pregunta a la que ha respondido el cardenal Péter Erdö, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y primado de Hungría, con motivo del "Meeting" que organiza Comunión y Liberación del 22 al 28 de agosto, en un artículo publicado por la revista "Atlantide" y por "L'Osservatore Romano".

Después de dejar claro que la Iglesia defiende el concepto de sana laicidad el arzobispo de Esztergom-Budapest  aclara que "la visión del mundo y la del ser humano no deben ser obra de los Estados, ni de las autoridades políticas".

Una clave: la subsidiaridad

"Siguiendo una justa subsidiaridad, la visión del mundo constituye un hecho personal, pero también comunitario, transmitido y compartido por otras personas, por diferentes grupos, o también por toda la sociedad", añade el arzobispo de 58 años de edad, uno de los mayores expertos en Derecho Canónico de la historia de Hungría.

"Las comunidades religiosas transmiten de manera eminente la visión comunitaria del mundo --sigue aclarando el purpurado--. Por tanto, la sana laicidad del Estado significa precisamente que las autoridades estatales y políticas, así como las internacionales o continentales, no pueden definir la visión del mundo de los ciudadanos, sino que deben hacer referencia a los elementos fundamentales de estos valores de la sociedad, en el marco de una clara subsidiaridad".

El denominador común

Pero en virtud de esta visión del mundo, "¿es posible llegar a un denominador común que pueda ofrecer lo mínimo necesario para la convivencia y la colaboración de las personas y de los pueblos?", se pregunta Erdö.

"Según la convicción cristiana, todos los hombres pueden conocer las verdades esenciales sobre Dios a través e la realidad concreta --responde--. Creemos por tanto en la fuerza cognoscitiva humana incluso de los principios fundamentales de la vida".

"Esta es la base también de la moral revelada --añade--. La gracia, también en este ámbito, presupone la naturaleza. La condición de una sinfonía sobre los principios fundamentales de la moralidad en los diferentes Estados es, por tanto, el conocimiento o el reconocimiento --abierto al progreso de la investigación y del razonamiento-- de la plena realidad de las cosas objetivamente existentes".

"La verdad, por tanto, nos libera también en la vida social --sigue aclarando el cardenal húngaro--. De este modo, se delinea la posibilidad de un equilibrio entre la 'sana' laicidad del Estado, basada en la subsidiaridad, en las cuestiones de la visión del mundo, y la posibilidad de un amplio consenso sobre los principios fundamentales".

"Precisamente esta búsqueda de equilibrio puede ser una tarea histórica de la Europa multicultural", sugiere el cardenal.

Nueva evangelización

"En este contexto, los cristianos del continente, que hace veinte años reencontraron muchos valores de la propia unidad, están llamados a dar testimonio de la plena verdad de Cristo, de la esperanza que quiere abrirse a todos y que invita a todos a una reflexión común", afirma.

"Nueva evangelización, por tanto, en el contexto de la pluralidad, del mutuo respeto, y sobre todo, de la apertura ecuménica, que debe hacer más fuerte la voz del Evangelio con el testimonio común y que debe ser un gimnasio del diálogo que nos prepara también para el diálogo con las demás religiones, y con los no creyentes en el espíritu de la caridad y de la verdad", concluye.

La intervención del cardenal será publicada por ZENIT el próximo sábado.



 

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Kenya: piden reabrir la investigación sobre la muerte del padre Kaiser
Misionero que luchó por los más pobres

NAIROBI, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- La Iglesia en Kenya ha pedido la reapertura de las investigaciones sobre el homicidio del padre John Anthony Kaiser, misionero de Mill Hill de nacionalidad estadounidense cuyo décimo aniversario de su muerte se celebró el pasado 19 de agosto.

El presidente de la Comisión Episcopal “Justicia y Paz” y arzobispo de Kisumu, monseñor Zachaeus Okoth, pidió la reapertura del caso, en nombre de la comunidad católica, durante una misa de sufragio por el misionero, informó la agencia Fides.

“Mientras estamos aquí reunidos para celebrar el décimo aniversario de la muerte del Padre Kaiser, oremos intensamente para que algún día sea revelada la verdad sobre quién asesino a nuestro amado hermano”, pidió monseñor Okoth.

El 1 de agosto de 2007, un tribunal de Kenya concluyó la investigación sobre la muerte del Padre Kaiser pidiendo la institución inmediata de una investigación suplementaria por parte de la policía, con el fin de identificar definitivamente a los asesinos del misionero.

Pero desde entonces no se ha tomado ninguna acción relevante respecto a esas conclusiones y recomendaciones, lamentó el arzobispo de Kisumu.

Para la Congregación de Mill Hill, “es doloroso e inquietante ver que en los últimos tres años, no ha habido ningún progreso evidente hacia el objetivo de llevar a la Justicia a los responsables del homicidio del padre Kaiser”.

El Superior General de la Congregación de Mill Hill, el padre Anthony Chantry, ha invitado al Gobierno de Kenya “a hacer todo lo que esté en su poder para buscar, procesar y castigar a los responsables del homicidio del Padre Kaiser”.

También ha solicitado al Gobierno de los Estados Unidos de América que garantice la cooperación plena del FBI con las nuevas investigaciones.

Una investigación precedente del FBI había concluido que el Padre Kaiser se había suicidado, una conclusión que fue rechazada con fuerza por la Iglesia y por todos aquellos que conocían al misionero.

El padre Kaiser se oponía a la limpieza étnica en Rift Valley y era muy crítico con el régimen del ex-presidente Daniel Moi.

Participó en la rebelión nacional de los años 90, cuando opuso férrea resistencia a la cacería de desplazados internos que habían acampado en Maela, Narok, tras ser expulsados de Enoosupukia. Según el padre Kaiser, los desplazados de Rift Valley entre 1986 y 1995 ascendían a un millón.



 

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Escocia: mes de preparación espiritual ante la llegada de Benedicto XVI
Carta pastoral del arzobispo de Glasgow sobre este “momento de gracia”

GLASGOW, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- El arzobispo de Glasgow, monseñor Mario Joseph Conti, ha lanzado “un mes especial de iniciativas espirituales” para preparar la llegada de Benedicto XVI a Escocia, que tendrá lugar el próximo 16 de septiembre.

En una carta pastoral dirigida a los sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos, se refiere a la futura visita del Papa como a un “acontecimiento histórico” y a un “momento de gracias”.

“Visitas de este tipo son raras y ésta es sólo la segunda visita de un papa en la larga historia de nuestro país”, afirma en su carta pastoral.

“Será una oportunidad histórica -añade-. También será un momento de gracias porque el Papa Benedicto XVI es el sucesor de san Pedro, al que el Señor ha confiado la conducción de su Iglesia”.

“Necesitamos la presencia de Pedro para apoyar nuestra fe y encontrar la valentía para afrontar las dificultades y apartar el dolor que la Iglesia y cada uno de nosotros debe necesariamente experimentar en un mundo imperfecto y en constante cambio”, destaca.

Por eso, el arzobispo invita a los fieles a “predicar el Evangelio, dando testimonio a través de la integridad de nuestra vida, por el amor que mostramos a Dios y por el servicio recíproco”.

Momento importante de la visita de Benedicto XVI al país será la misa que se celebrará en Bellahouston Park, en Glasgow, el 16 de septiembre.

“Seguramente nuestra participación implicará dificultades de todo tipo, en función de nuestra edad y de las condiciones meteorológicas y de los transportes”.

“Todos los que vendrán de muy lejos recibirán de parte nuestra una contribución igual a la cantidad que deben gastar en el transporte y en otros gastos -explica-. Nosotros que tenemos el privilegio de vivir cerca acogeremos a estos peregrinos con afecto”.

Monseñor Conti también destaca que no se pueden olvidar “los preparativos espirituales y pastorales”.

En este sentido, “las parroquias ya han recibido una copiosa documentación y recibirán una asistencia posterior para permitir que las próximas semanas estén abiertas a la gracia abundante que esperamos en esta ocasión”.

El arzobispo concluye su carta confiando a María “el éxito de esta visita que honrará a su Hijo y nos renovará a todos en el Espíritu”.

Benedicto XVI realizará su 17º viaje internacional al Reino Unido entre los días 16 y 19 de septiembre.

Juan Pablo II ya lo visitó en 1982: una visita que coincidió con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y el Reino Unido.

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Actualidad


La Iglesia no encubrió a un sacerdote implicado en una masacre del IRA
Declaración conjunta del cardenal Brady y del obispo de Derry

ARMAGH, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- La Iglesia nunca encubrió al sacerdote James Chesney en su supuesta implicación en el atentado de Claudy (Londonderry) en los años setenta, ni se opuso a que fuese detenido e interrogado por este hecho, aunque esto no sucediera.

Así lo afirman el cardenal Seán Brady, arzobispo de Armagh y primado de Irlanda, y monseñor Seamus Hegarty, obispo de Derry, en un comunicado conjunto hecho público hoy, en respuesta a un comunicado de la policía norirlandesa, en el que muestran las conclusiones de las nuevas investigaciones sobre el caso Claudy.

El 31 de julio de 1972, tres coches bomba explotaron en la calle principal de Claudy, un pequeño pueblo de unos mil habitantes en el condado de Londonderry (Irlanda del Norte). Murieron 9 personas, entre ellas un niño de nueve años, y varias personas resultaron heridas.

Aunque ningún grupo paramilitar reivindicó la autoría del atentado, se sospechó desde un principio del IRA. Según un informe publicado hoy por la policía de Irlanda del Norte (RUC), el padre James Chesney, entonces párroco en Cullion, estuvo directamente implicado en la masacre, y ya entonces se le consideró sospechoso, aunque nunca fue detenido ni interrogado por la policía.

Sí fue interrogado, en cambio, por el entonces obispo de Derry, monseñor Neil Farren, y por su sucesor, monseñor Edward Daly, y en ambos casos el sacerdote negó su participación en los hechos. También se informó al cardenal William Conway, entonces arzobispo de Armagh.

En 1978, se decició transferir a Chesney a una parroquia del condado de Donegal, donde falleció dos años después.

En su comunicado de hoy, los obispos afirman que la Iglesia nunca encubrió este caso, sino que éste “debería haber sido debidamente investigado y resuelto durante la vida del padre Chesney”, y que “si había suficientes pruebas que lo vinculaban a la actividad criminal, debería haber sido detenido e interrogado a la primera oportunidad, como cualquier otra persona”.

En este sentido, el comunicado cita uno de los pasajes del propio informe policial, el cual afirma que “en lo que respecta al papel de la Iglesia Católica, cuando se les informó sobre las preocupaciones sobre uno de sus sacerdotes, interrogaron al padre Chesney sobre sus presuntas actividades, las cuales éste negó. En el curso de esta investigación la RUC no ha encontrado pruebas de intención criminal por parte de algún representante de la Iglesia (6.24)”.

La Iglesia, posteriormente, “informó a la secretaría de Estado sobre los resultados de su interrogatorio del padre Chesney sobre sus presuntas actividades. Las acciones del cardenal Conway o cualquier otra autoridad de la Iglesia no impidieron la posibilidad de la detención y del posterior interrogatorio de Chesney”, afirma el comunicado de los obispos.

Como reconoce el propio informe de la RUC, "el padre Chesney hasta el momento de su muerte en 1980, 'se sabe que viajaban regularmente a través de la frontera, pero nunca fue arrestado, interrogado, ni el RUC investigó más a fondo en relación con los atentados de Claudy u otras actividades terroristas' (6.12)”.

En aquellos años difíciles, recuerdan los obispos, “la Iglesia católica, junto con otras Iglesias de Irlanda del Norte, fue constante en su condena del mal de la violencia”.

Por ello, subrayan, “es tan impactante que un sacerdote fuese sospechoso de estar implicado en semejante violencia”.

Descubrir la verdad

Los obispos piden también a los fieles que colaboren en esclarecer la autoría de aquel atentado, y afirman que la información que la Iglesia tenía sobre el padre Chesney están ya en poder de la polícía.

El atentado de Claudy “fue un crimen horrendo”, subraya la nota. “No podemos perder de vista el terrible coste humano de esta atrocidad. Nueve personas murieron, incluyendo niños. Muchos fueron heridos

“El padre Chesney ha muerto y, como sospechoso del atentado de Claudy, está más allá de la justicia de los tribunales humanos. Está claro que hubo más personas implicadas en la planificación y realización de esta terrible atrocidad, y algunos de ellos deben estar aún vivos”.

Los prelados afirman que las víctimas “tienen derecho a saber la verdad” y por ello hacen un llamamiento “a quien tenga información en relación con este horrible crimen, que la entregue al Servicio de Policía de Irlanda del Norte”.

“Sólo con honradez y valentía podremos afrontar como comunidad estos casos dolorosos y hacer todo lo posible para asegurar que las lecciones terribles del pasado se aprenden y nunca se repitan”, concluye la declaración.

El comunicado (en inglés) puede leerse en: www.catholicbishops.ie



 

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Entrevistas


Fiscal vaticano: ante los abusos sexuales, valentía y determinación
Monseñor Scicluna explica su experiencia junto al cardenal Ratzinger

NUEVA YORK, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- El promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, monseñor Charles Scicluna, considera que hay que afrontar la verdad ante los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y destaca la “valentía y determinación” de Benedicto XVI frente a esos casos.

“No hay otra forma de salir de esta situación que afrontar la verdad”, declaró en una entrevista concedida a Fox News.

Para monseñor Scicluna, este escándalo es “un desafío para la Iglesia”, a la vez que “una oportunidad para llamar al pecado por su nombre y hacer algo al respecto” y “para que la Iglesia se muestre firme en su lucha contra el pecado, contra el crimen”.

El fiscal de la Santa Sede afirmó que la Iglesia debe ser severa con estos delincuentes, siguiendo el modelo de Cristo, que “tenía palabras de fuego contra quienes escandalizan a los jóvenes”.

“Si nos atenemos a sus palabras y si somos leales a su enseñanza, caminamos en terreno firme -dijo-. No estamos solos”

Monseñor Scicluna aprueba el hecho de que en este ámbito la Iglesia sea tratada de manera más estricta que otras instituciones, ya que “presentamos muy claramente un mensaje que debería ser luz para el mundo”.

“Aunque nos quejamos a veces de los titulares, los titulares son un reflejo de que el mundo toma muy en serio lo que decimos, y se escandaliza cuando lo que hacemos no se corresponde con lo que decimos”, constató.

Testigo de la valentía del Papa

Durante la entrevista, el eclesiástico compartió con la audiencia su experiencia junto al entonces cardenal Josep Ratzinger en la Congregación de la Doctrina de la Fe entre los años 2002 y 2005, cuando tuvo que revisar centenares de casos de este tipo.

“Yo soy testigo directo de la compasión, la indignación y la frustración que estos casos infundieron en el cardenal Ratzinger, el hombre, Joseph Ratzinger”, indicó.

“Fue un abrir los ojos a la gravedad de la situación y a la profunda tristeza por la traición sacerdotal y el fracaso sacerdotal”.

“Creo que cualquiera que tenga que revisar tantos casos sin duda cambiará su perspectiva sobre esta cuestión, sobre las debilidades humanas, y también sobre el gran sufrimiento que crean”, opinó.

También rechazó las críticas que algunos han realizado a la gestión del cardenal Ratzinger y aseguró que quienes trabajaban con él en la Congregación para la Doctrina de la Fe le admiraban mucho “por su valentía y determinación” para hacer frente a esos casos.

Finalmente, el promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe destacó que un sacerdote que comete abusos sexuales “se burla” de su vocación y viola su deber sagrado de confianza.

“El sacerdote ha sido ordenado para ser un icono, una imagen viva de Jesucristo; es otro Cristo en el altar y cuando predica -declaró-. Por eso, cuando abusa, ese icono se hace añicos”.

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Testimonio


Patrizio Polisca y su vocación a ser el médico del Papa
Este médico italiano asumió su nuevo cargo el pasado 5 de julio

CIUDAD DEL VATICANO, martes 24 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- El médico Patrizio Polisca recuerda aún las palabras de la hermana Caridad, una religiosa española que gestionaba un hospital en Roma donde él trabajaba: “Usted tendrá que irse porque un día será el médico del Papa”. Palabras que resultaron proféticas el pasado 5 de julio cuando asumió el cargo como nuevo director de Servicios de sanidad e higiene en el Estado Vaticano.

“Se trata de asegurar la asistencia y el cuidado a personas que viven, trabajan o pasan por el Vaticano”, afirmó Polisca en una entrevista publicada el pasado sábado en L’ Osservatore Romano.

El nuevo médico del Papa entra así a reemplazar a Renato Buzzonetti. Asegura que piensa proseguir “un camino bien trazado”. Respecto al personal que trabaja allí dijo: “Los conozco todos y ahora se trata de coordinar y cumplir juntos una misión importante. Buscaremos hacerlo siempre mejor”.

Servir como médico

Este hombre casado y con tres hijos, es especialista en enfermedades infecciosas, cardiología, y anestesia y reanimación.

En 1986, quien hoy es su antecesor, Renato Buzzonetti, le llamó para una entrevista. Le propuso así hacer una guardia médica en Castel Gandolfo durante los períodos de vacaciones.

Recuerda que en verano de 1987 se encontró por primera vez con Juan Pablo II “había celebrado misa y lo vi en el patio del palacio. Su secretario particular, don Stanislao me lo presentó diciendo 'Es el médico de guardia hoy', a lo que el papa respondió: '¿tan joven?'”.

“En ese momento me di cuenta de lo que me estaba sucediendo. Me encontraba de frente al Papa. Estaba allí por él, si hubiera necesitado de un médico”, cuenta.

“El rostro de Karol Wojtyla, que sonrió después de aquellas palabras me levantó”, confiesa. “Y fue justo entonces que regresaron a la mente las palabras de la madre Caridad: una sensación inolvidable, que todavía hoy me hace dar escalofríos”.

“Sentí más bien como una ocasión de crecimiento profesional, maduro en el sentido más agradable, o al menos el más cercano a la sensibilidad cristiana”, comenta el médico.

Polisca permaneció en este cargo hasta 1994, hasta que Buzzoneti le propuso convertirse en oficial sanitario vinculado al cuerpo médico Vaticano. Su primer viaje con el pontífice fue a Cuba, en enero de 1998: “recuerdo con alegría cada momento, casi cada rostro encontrado, los ojos rojos penetrantes de Fidel Castro, la mirada decidida y serena de Juan Pablo II. El magnetismo que ejercía sobre las multitudes me impresionó mucho”.

Desde 2003 comenzó a seguir todos los viajes del Papa. “En Bratislava (capital de Eslovaquia) el Papa tuvo un pequeño pero dolorosísimo accidente cuando regresaba a la nunciatura”, recuerda. “El dolor que experimentó fue tan agudo que le provocó una crisis respiratoria. Tuvo un ataque de pánico, una situación que nunca antes había vivido. Pero el problema se resolvió bien en cuestión de minutos”.

El nuevo médico del Papa narró también los últimos momentos que estuvo con Juan Pablo II “Permanecí a su lado desde el jueves por la tarde hasta la mañana del sábado. Luego besé su frente y me fui. No creo que me haya reconocido. No estaba con él cuando expiró”.

También se refirió a su trabajo en el Vaticano “la Providencia lo ha guiado”. Una experiencia que interiormente le ha fortalecido: “Comprendí el sentido de mi pertenecía a la Iglesia de Cristo; tomé conciencia de lo que significa servir al Papa y, a través suyo a la Iglesia”.

Igualmente recordó la elección de Benedicto XVI: “Buzzoneti y yo fuimos los primeros laicos en ser saludados por el Papa”. Un saludo que le trajo muchas sorpresas porque Ratzinger al verlo recordó un diálogo que habían tenido en 1990 sobre san Buenaventura: “Me quedé estupefacto, incapaz de cualquier reacción. Estaba totalmente sorprendido de no lograr decir nada; quizás con una de esas sonrisas extrañas cuando no se sabe qué decir”.

Habló también de las exigencias de su nuevo cargo “Precisamente por las grandes responsabilidades que adquiero, tengo el deber de estar constantemente al día para no perder la profesionalidad adquirida”, dijo.

“Por ello estoy en el policlínico universitario de Tor Vergata, donde trabajo en el equipo de cardiocirugía y también me ocupo de una clínica muy compleja”.

“También está la necesidad de seguir estudiando. De ello me ocupo principalmente el sábado y el domingo”, dijo.

Polisca, además preside la comisión médica que examina los casos milagrosos en la Congregación para la Causa de los Santos: “Haber entrado en este equipo es un honor para mí. Estamos llamados a dar nuestra opinión sobre las curaciones milagrosas, aquellas que no son explicables con la ciencia y son atribuidas a la intercesión de los santos”.

El nuevo médico del Papa concluyó su diálogo con L’ Osservatore Romano compartiendo el sentido de su vocación: “no logro pensar en mi vida sin la responsabilidad hacia el Papa y hacia la Iglesia. Más bien la vivo como una alegría que comparto con mi familia”. Un trabajo que le permite hacer realidad su sueño: “ejercer la profesión médica y tener la posibilidad de hacerlo en una dimensión que es siempre la mía: la cristiana, en el máximo de su expresión terrena”.

Por Carmen Elena Villa

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