31.08.10

Me hace ilusión que Arregi sea coherente

A las 10:45 AM, por Luis Fernando
Categorías : Anti-magisterio, Religiosos, Actualidad
 

¿A quién puede extrañar que seamos muchos los que creemos que no tiene lógica alguna que siga siendo sacerdote y religioso quien dice algo como esto?:

Ya no es nada esencial lo de ser clérigo, laico o religioso, y que hay que transformar los sacramentos, el culto, los votos, la vida religiosa y secular, y vivir en otros parámetros

Pues bien, eso es lo que Joseba Arregi manifestó hace unos días ante un grupo de “fieles” de las Comunidades Cristianas Populares. Al menos así lo cuenta Luis Ángel Aguilar en un post publicado el pasado 25 de agosto en su blog y que hoy ha reproducido Redes Cristianas.

De esta manera se pone fin a las especulaciones sobre la veracidad de la noticia que adelantó Fernández de la Cigoña y confirmó InfoCatólica. Los intentos posteriores de suavizar el impacto de la noticia por parte de algunos medios de comunicación, asegurando que el religioso no iba a hacer lo que nadie dijo que haría -abandonar la Iglesia-, van a quedar en nada. La realidad es la que es. Arregi se seculariza y por tanto deja el sacerdocio y la condición de religioso. No sé si se quedará unido de alguna manera a la orden franciscana vía Ordo Franciscanus Saecularis (OFS), pero eso es ya lo de menos.

Es bastante probable que en los próximos días o semanas se produzca desde el sector progre” de la Iglesia una nueva catarata de apoyos a Arregi, manifestaciones y protestas contra la jerarquía en general y Mons. Munilla en particular. O sea, los de siempre con lo de siempre y con los mismos argumentos de siempre. Nihil novum sub sole. Lo único que cambia es que cada vez van siendo menos en número y mayores en edad. Como quiera que su teología, especialmente en el apartado eclesiológico, es incompatible con el catolicismo, su futuro a medio-largo plazo es inexistente. Quienes piensan como Arregi no producirán una sola vocación sacerdotal o a la vida religiosa y siendo la Iglesia como es, con esa forma de ser y de pensar acabarán siendo reducidos a la nada.

Si alguien cree que el modelo eclesial que propone el todavía franciscano tiene algo que ver con lo que ha sido la Iglesia desde sus inicios, le recomiendo que se lea las epístolas que escribió en la primera década del siglo II San Ignacio de Antioquía -que recibió el evangelio de boca de los apóstoles-. También les puede servir el capítulo III de la Constitución Dogmática Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II. En cuanto a la eclesiología, no hay diferencia esencial entre lo que se enseñaba en el siglo II y lo que se ha vuelto a proponer en el último concilio. Si Arregi y la progresía eclesial no están conforme con esa doctrina, el problema lo tienen ellos, no la Iglesia. Son ellos los que deben de adaptarse a la fe de la Iglesia y no la Iglesia a su fe errónea. Y si no quieren adaptarse, si no quieren convertirse a la fe católica, lo mejor que pueden hacer es no seguir jugando al engaño de llamarse católicos. Sencilla y llanamente, no lo son. Al menos no lo son más de lo que pueda serlo un metodista o un luterano liberal.

Con todo, Arregi no deja de ser un síntoma de cuáles han sido los males enfrentados por la Iglesia en el último medio siglo. El padre Iraburu escribió este mes de agosto un artículo en el que quedaba patente las diferencias esenciales entre las doctrinas que profesa y enseña el franciscano y la doctrina católica. Lo que uno se pregunta no es por qué Arregi abandona el sacerdocio ahora sino cómo es posible que haya podido ser sacerdote y religioso durante décadas profesando semejantes herejías y desviaciones doctrinales. Lo que uno se pregunta es a cuántos no habrá guiado por el camino del error durante todo este tiempo. Lo que uno se pregunta es dónde estaban sus pastores cuando negaba la Trinidad. Uno se pregunta dónde estaban sus pastores cuando decía admitir sin reparos “que Jesús no fue el único hijo de María y de José". Uno se pregunta a quién hemos de pedir cuenta por esos pastores. Y la respuesta a esas preguntas pueden tener varias respuestas, pero sólo una nos sirve de cara al futuro: Reforma o apostasía. O la Iglesia se reforma de una vez por todas para impedir que los Arregi de turno campen a sus anchas en su seno durante décadas y décadas, o la apostasía será lo que segará, si es que no la está segando ya.

Luis Fernando Pérez