Un buen guión

 

La vuelta al catolicismo del actor Mark Wahlberg

 

01:00 (20-09-2010)

Navegando por la red de redes descubrimos que el actor Mark Wahlberg (El planeta de los simios...), protagonista de una infancia difícil y una juventud con paso por la cárcel incluido, se ha convertido al catolicismo. Aquí va su historia, no sin antes contarles -cada cosa en su sitio- que también produce una serie sobre el mundo del porno, que no pornográfica, de la que no se saben demasiados detalles. Y es que, en su día, Wahlberg dio vida a un actor de cine X en Boogie Nights.


La Gaceta de la Iglesia / (Rosa Cuervas-Mons Semanario ALBA). A sus 39 años presume de vida familiar estable -todo un logro en la selva hollywoodiense-, es padre de familia numerosa -cuatro niños- y está casado por la Iglesia. Asegura que todo lo bueno que tiene en la vida se lo debe a la fe católica y lamenta que haya quien se acuerde de Dios cuando todo va mal y se olvide de Él cuando las cosas vuelven a su cauce. “Doy gracias a Dios durante todo el día. Si hoy se acabara la vida para mí, estaría feliz del maravilloso viaje que he hecho”, dijo el actor a la revista Time, que el pasado agosto le dedicó la sección “10 preguntas”. Y es cierto eso de que Wahlberg no es de los que se acuerda de santa Bárbara sólo cuando truena: visita la iglesia a diario y asiste a misa todos los domingos, acompañado de su familia.


Y todo esto ¿por qué es noticia? Porque hace unos años ni el guión más osado habría retratado al Wahlberg que hoy exhibe orgulloso su fe. Nacido en una familia irlandesa y educado en la fe católica, Wahlberg (el pequeño de nueve hermanos) creció sin demasiado control por parte de sus progenitores, que se separaron cuando él tenía 11 años. Abandonó pronto la costumbre de ir a clase y dedicó su tiempo a vender drogas y cometer pequeños robos hasta que, durante un atraco, hirió a un hombre y fue condenado a pasar 45 días en la cárcel de Deer Island.


De su paso por la prisión el actor sacó en claro que su vida tenía que cambiar, y mucho. Redescubrió a Dios y se acercó de nuevo a la fe católica. Al salir de la cárcel, se centró en el trabajo y comenzó una brillante carrera que le llevaría por escenarios musicales, con el grupo Marky Mark & the Funky Bunch, por los carteles publicitarios como modelo de Calvin Klein y, por fin, el cine. Participó en películas como Diario de un rebelde (1995), La tormenta perfecta (2000), El planeta de los simios (2001) y The Italian Job (2003).
Pero fue a principios de 2000 cuando verdaderamente la vida de Mark cambió. Después de numerosas relaciones amorosas con estrellas de Hollywood conoció a la modelo Rhea Durham. Se acercó a ella atraído por su aspecto físico -“fue sexo a primera vista, no porque lo tuviéramos, sino porque era lo que yo quería”, bromea el propio Wahlberg- y se encontró a una mujer con las ideas claras. Aunque convivieron juntos -se casaron cuando ya tenían tres hijos-, desde que empezó a salir con la que ahora es su mujer Mark se niega a posar ligero de ropa y rechaza las escenas subidas de tono.
Ahora asegura que su fe es “consuelo, sentido, todo” y que por ella se ha arrepentido del mal que ha hecho a muchos a lo largo de su vida, a los que dice haber pedido “perdón frecuentemente”.
Consciente de la necesaria presencia de los padres en casa durante la infancia -quizá porque él no la disfrutó-, se esfuerza por implicarse en todos los aspectos de la educación de sus hijos. “Intento transmitirles valores, la fe como el más importante de todos”, dice. Y, además, dedica tiempo y dinero a su fundación, creada con la intención de evitar que otros jóvenes cometan los mismos errores que él cometió durante su adolescencia.


Su última película -Los otros dos- ha sido éxito de taquilla en Estados Unidos y está a punto de estrenarse en España. Un nuevo triunfo laboral de Wahlberg, quien, a pesar de todo, sigue convencido de que su mejor papel es el de padre de familia.