India: Sólo “ceremonias” y bien poca ayuda para los cristianos de Orissa por parte del Gobierno

 

21:00 (21-09-2010)

La visita a Orissa cumplida por el vicepresidente de la “Comisión Nacional para las Minorías Religiosas”, H.T. Sangliana, fue una “mera ceremonia”, afirma en una nota enviada a Agencia Fides Su Excelencia Mons. Raphael Cheenath, Arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar, en Orissa, Sangliana, quien visitó el estado entre el 14 y el 16 de septiembre, se dirigió también al distrito de Kandhamal, epicentro de la violencia anticristiana perpetrada por extremistas hindúes entre diciembre del 2007 y agosto del 2008.


La Gaceta de la Iglesia / Ecclesia. 20 de septiembre.  Una delegación cristiana, guiada por el Arzobispo, sostuvo un encuentro con el vicepresidente Sangliana para exponerle sus preocupaciones y las necesidades de las víctimas. Sangliana, recibido luego por las autoridades civiles de Orssa, refirió al Primer Ministro del Estado, Naveen Pattnaik, su satisfacción por el buen trabajo de rehabilitación de las víctimas, realizado por el gobierno local”. Sangliana negó que los cristianos fugados del distrito de Kandhamal luego de la violencia no puedan regresar por las amenazas y el miedo a nuevas acciones de violencia, y afirmó que se trata de una decisión personal libre por parte de ellos.
En el memorándum entregado al vicepresidente – enviado a Agencia Fides –, la delegación cristiana que recogía a los líderes de la Asociación de Sobrevivientes de la violencia de Kandhamal recuerda que de las víctimas de la violencia anticristiana, “el 36% está constituido por jóvenes menores de 18 años, física y psicológicamente traumatizados”. “Los niños – se lee –, a dos años de ocurridos los hechos, siguen siendo espectadores silenciosos de los hechos, pues están totalmente excluidos de toda ayuda”.

 

Por ello la delegación pide programas específicos y medidas adecuadas para la rehabilitación de los pequeños, empezando por las exigencias fundamentales de alimentación, salud e instrucción. El texto afirma además que “a dos años de la violencia hay lugares en los que la tensión y la inseguridad sigue siendo muy alta, mientras continúa la discriminación por parte de fundamentalistas hindúes por motivos religiosos o de casta”.

 

Según recuerda la Iglesia local, entre diciembre del 2007 y agosto del 2008, en el distrito de Kandhamal, los extremistas hindúes asesinaron a 93 personas, quemaron y saquearon más de 6,500 casas, y destruyeron 350 iglesias y 45 escuelas. Más de 50 mil personas fugaron hacia los bosques o abandonaron el estado. Muchos de ellos ocupan todavía los campos de refugiados.