ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 26 de septiembre de 2010

Santa Sede

El amor como servicio a los demás, camino para la vida, recuerda el Papa

Yo empecé a ir a la escuela hace 77 años, explica el Papa

Benedicto XVI: Que el trabajo y la fiesta no disgreguen la familia

La Santa Sede publica el programa del viaje papal a Santiago y Barcelona

Los pobres, “demasiado grandes como para que fracasen”

Dios llora en la tierra

No hay guerra santa en Darfur

Mundo

Beatificada una joven deportista, fallecida a los 19 años

El episcopado colombiano espera paz tras la muerte del jefe guerrillero

Perú: La Iglesia rechaza la práctica de la interceptación telefónica

Sudán: Lanzamiento de 101 días de oración por la paz

Análisis

El papel positivo de la religión

Angelus

Benedicto XVI: “¡Sólo el Amor con mayúscula da la verdadera felicidad!”

Documentación

Carta del Papa para el VII Encuentro Mundial de las Familias


Santa Sede


El amor como servicio a los demás, camino para la vida, recuerda el Papa
Durante el rezo del Ángelus, destaca el testimonio de Chiara Badano

CASTEL GANDOLFO, domingo 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- “¡Sólo el Amor con la “A” mayúscula da la verdadera felicidad!”, aquí y en la eternidad, como muestran personas como san Vicente Paúl y Chiara Badano, afirmó hoy Benedicto XVI durante el rezo del Ángelus en Castel Gandolfo.

“Nuestro destino eterno está condicionado por nuestra actitud, depende de nosotros seguir el camino que Dios nos ha mostrado para llegar a la vida, y este camino es el amor, no entendido como sentimiento, sino como servicio a los demás, en la caridad de Cristo”, explicó, al comentar la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro.

El Papa añadió que esta parábola nos recuerda que “mientras estemos en este mundo, debemos escuchar al Señor que nos habla mediante las sagradas Escrituras y vivir según su voluntad; de lo contrario, después de la muerte, será demasiado tarde para arrepentirse”.

Antes de rezar el Ángelus ante numerosos fieles congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, el Pontífice quiso destacar el testimonio de la joven Chiara Badano, beatificada este sábado en Roma.

Se refirió a ella como a “una chica italiana nacida en 1971, a quien una enfermedad condujo a la muerte cuando tenía poco menos de 19 años, pero que ha sido para todos un rayo de luz, como dice su sobrenombre: 'Chiara Luce'".

“Su parroquia, la diócesis de Acqui Terme y el Movimiento de los Focolares, al que pertenecía, hoy están de fiesta -y es una fiesta para todos los jóvenes, que pueden encontrar en ella un ejemplo de coherencia cristiana”, dijo.

Benedicto XVI destacó la manera ejemplar como esta joven afrontó la muerte. “Sus últimas palabras, de plena adhesión a la voluntad de Dios, fueron: 'Mamá, adiós. Sé feliz porque yo lo soy'”, recordó.

Y añadió: “Alabemos a Dios, porque su amor es más fuerte que el mal y que la muerte; y demos gracias a la Virgen María que conduce a los jóvenes, también a través de las dificultades y los sufrimientos, a enamorarse de Jesús y a descubrir la belleza de la vida”.

Por otra parte, Benedicto XVI explicó que la parábola del Evangelio de este domingo también nos dice que “Dios ama a los pobres y les alivia de su humillación”.

Y propuso el testimonio de san Vicente Paúl, cuya memoria litúrgica se celebra mañana, patrón de las organizaciones caritativas católicas, de quien se celebra el 350º aniversario de la muerte.

“En la Francia del 1600, él palpó precisamente el fuerte contraste entre los más ricos y los más pobres”, dijo.

“Supo organizar formas estables de servicio a las personas marginadas, dando vida a las llamadas Charitées, las “Caridad”, es decir grupos de mujeres que ponían su tiempo y sus bienes a disposición de los más marginados”, continuó.

Y añadió: “Entre estas voluntarias, algunas eligieron consagrarse totalmente a Dios y a los pobres, y así, junto a santa Luisa de Marillac, san Vicente fundó las “Hijas de la Caridad”, primera congregación femenina que vivió la consagración “en el mundo”, entre las personas, con los enfermos y los necesitados”.

Tras rezar el Ángelus, en su saludo en distintas lenguas, el Papa agradeció “una vez más vuestra oración que me ha acompañado durante mi Viaje apostólico al Reino Unido.

Deseó una “feliz preparación al mes del Rosario que se acerca” y auspició que “puedan la Virgen María y los Santos Arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, ayudarnos a todos a vivir en la fe y el amor, la perseverancia y la dulzura”.

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Yo empecé a ir a la escuela hace 77 años, explica el Papa
Benedicto XVI se reúne con alumnos de la escuela pontificia Pablo VI

CASTEL GANDOLFO, domingo 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- “Han pasado 77 años desde que empecé a ir a la escuela”, explicó Benedicto XVI a los niños de la escuela pontificia Pablo VI.

En una audiencia a 400 alumnos, padres y profesores de esta escuela de primaria de las Hermanas Maestras Pías Filippini de Catelgandolfo, este jueves 23 de septiembre, el Papa recordó que Jesús es el mejor amigo.

En el patio interior del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Pontífice se refirió a sus años de escuela en un pequeño pueblo de trescientas almas.

“Aprendimos lo esencial -dijo-. Aprendimos sobre todo a leer y a escribir, y creo que es algo grande poder leer y escribir, porque así podemos conocer el pensamiento de los demás, leer los periódicos, los libros”.

El Papa también quiso señalar algo “extraordinario”: “Dios ha escrito un libro, es decir, nos ha hablado a nosotros, los hombres”, de manera que hoy, “podemos leer lo que Dios nos dice”, en la Biblia.

Finalmente, Benedicto XVI recordó a los niños que no hay amistad más bella que la de Jesús. Si es importante aprender en la escuela “todo lo necesario para la vida”, dijo, hay que “aprender también a conocer a Dios, conocer a Jesús y así conocer cómo se vive bien”.

“Vosotros encontráis en la escuela a muchos amigos y eso es bonito, así se forma una gran familia -añadió-. Pero entre los grandes amigos, el primero que encontramos, que conocemos, debe ser Jesús, que es el amigo de todos y que nos da realmente el camino de la vida”.

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Benedicto XVI: Que el trabajo y la fiesta no disgreguen la familia
Carta del Papa para el VII Encuentro Mundial de la Familia

CASTEL GANDOLFO, domingo 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI considera que la organización del trabajo -como mera búsqueda del beneficio- y la concepción actual de la fiesta -como oportunidad de consumo- contribuyen por desgracia a disgregar la familia.

El Papa ha dirigido una carta, publicada este viernes, al presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el cardenal Ennio Antonelli, como preparación al VII Encuentro Mundial de las Familias (EMF) que se celebrará en Milán del 30 de mayo al 3 de junio de 2012 sobre el tema La familia: el trabajo y la fiesta.

En esta carta, Benedicto XVI insta a “promover una reflexión y un compromiso dirigidos a conciliar las exigencias y los momentos del trabajo con los de la familia y a recuperar el verdadero sentido de la fiesta, especialmente de la dominical, pascua semanal, día del Señor y día del hombre, día de la familia, de la comunidad y de la solidaridad”.

“En nuestros días, por desgracia -lamenta-, la organización del trabajo, pensada y realizada en función de la competencia del mercado y del máximo beneficio, y la concepción de la fiesta como oportunidad de evasión y de consumo, contribuyen a disgregar la familia y la comunidad y a difundir un estilo de vida individualista”.

El Papa explica que “el trabajo y la fiesta están íntimamente ligados a la vida de las familias: condicionan las decisiones, influyen en las relaciones entre los cónyuges y entre los padres y los hijos, e inciden en la relación de la familia con la sociedad y con la Iglesia”

Citando el libro del Génesis, recuerda que “familia, trabajo y día festivo son dones y bendiciones de Dios para ayudarnos a vivir una existencia plenamente humana”.

En su opinión, “el desarrollo auténtico de la persona incluye tanto la dimensión individual, familiar y comunitaria, como las actividades y las relaciones funcionales, así como la apertura a la esperanza y al Bien sin límites”.

Benedicto XVI destaca que el próximo EMF “constituye una ocasión privilegiada para replantear el trabajo y la fiesta desde la perspectiva de una familia unida y abierta a la vida, bien integrada en la sociedad y en la Iglesia, atenta a la calidad de las relaciones además de a la economía del mismo núcleo familiar”.

También expresa su confianza en que las familias se pongan en marcha hacia este encuentro “Milán 2012” y aprovechen, en 2011, el 30º aniversario de la Exhortación apostólica Familiaris consortio, “'carta magna' de la pastoral familiar”, para organizar iniciativas en el ámbito parroquial, diocesano y nacional.

Finalmente, Benedicto XVI se refiere a los momentos fuertes de este VII EMF: la “Fiesta de los Testimonios”, el sábado por la tarde y la misa solemne del domingo por la mañana.

“Estas dos celebraciones, que yo presidiré, nos mostrarán a todos los reunidos como 'familia de familias'”, dijo.

En el encuentro de familias en Milán están previstas oraciones comunitarias, reflexiones teológicas y pastorales y momentos de fraternidad e intercambio entre las familias acogidas y las del lugar.

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La Santa Sede publica el programa del viaje papal a Santiago y Barcelona
Incluirá encuentros privados con los reyes de España y con los príncipes de Asturias

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- La visita del Papa a Santiago de Compostela y a Barcelona, los próximos días 6 y 7 de noviembre, incluirá encuentros privados con los reyes de España y con los príncipes de Asturias.

Lo prevé el programa oficial del viaje apostólico, publicado este viernes 24 de septiembre por la Oficina de Información de la Santa Sede.

Benedicto XVI tiene previsto salir del aeropuerto de Roma Fiumicino el 6 de noviembre a las 8,30 horas, y llegar al aeropuerto internacional de Santiago de Compostela a las 11,30 horas.

Allí se celebrará una ceremonia de bienvenida en la que el Papa pronunciará un discurso y mantendrá un encuentro privado con el príncipe Felipe y la princesa Letizia.

A las 13 horas, el programa prevé una visita del Pontífice a la catedral de Santiago de Compostela, con un saludo de Benedicto XVI.

A las 13,45 horas, el Obispo de Roma compartirá una comida con los cardenales españoles, con los miembros del comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española y con su séquito en el arzobispado de Santiago de Compostela.

Por la tarde, a las 16,30 horas, se celebrará la misa con motivo del año santo compostelano en la plaza del Obradoiro, ante la catedral de Santiago de Compostela, en la que Benedicto XVI pronunciará la homilía.

La salida del avión del Papa del aeropuerto de Santiago hacia Barcelona está prevista a las 19,15 horas.

El domingo 7 de noviembre, el programa oficial empieza con un encuentro privado con los reyes Juan Carlos y Sofía en la Sala Museal de la iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona.

A las 10 horas, está previsto que empiece la misa con la dedicación del templo inacabado de Antonio Gaudí y de su altar, con la homilía pronunciada por Benedicto XVI.

Después, el Papa recitará el Ángelus en la plaza de la iglesia de la Sagrada Familia y dirigirá unas palabras, como hace habitualmente al rezar esta oración mariana.

A las 13 horas está prevista una comida con los cardenales y los obispos presentes y con el séquito papal en el arzobispado de Barcelona.

De allí, Benedicto XVI se despedirá a las 16,30 horas, y a las 17,15 horas visitará la Obra benéfico-social Nen Déu, de asistencia a niños con síndrome de Down y otras dificultades, y dirigirá un saludo.

La ceremonia de despedida, en la que el Papa pronunciará un discurso, está prevista a las 18,30 horas en el aeropuerto internacional de Barcelona.

Según el programa, el avión de Benedicto XVI partirá de ese aeropuerto a las 19,15 horas y llegará al de Roma Ciampino a las 20,55 horas.

La visita a Santiago de Compostela tiene como motivo el año jubilar que se está celebrando este 2010, y el de Barcelona, la dedicación del templo de la Sagrada Familia, recordó el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, SI.

Se trata del segundo viaje de Benedicto XVI a España, después del de Valencia, en 2006, con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias. El tercero está previsto para agosto de 2011, cuando el Papa presida la Jornada Mundial de la Juventud.

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Los pobres, “demasiado grandes como para que fracasen”
Análisis del portavoz vaticano de la cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Si durante la reciente crisis, la política se movilizó para ayudar a los bancos, pues eran "demasiado grandes como para fracasar", con mas razón tendrá que hacerlo a favor de los pueblos que sufren hambre y pobreza, asegura el portavoz vaticano.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha hecho un análisis del histórico discurso que pronunció Benedicto XVI en el Westminster Hall de Londres, el 17 de septiembre, al mundo político, social, académico, cultural y empresarial británico, a la luz de la reciente cumbre de la ONU sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En el Reino Unido, el pontífice recordó que los gobiernos intervinieron de forma masiva e inmediata para salvar instituciones financieras muy importantes que estaban al borde del fracaso.

"Se consideró necesario intervenir destinando sumas enormes --recordaba el Papa - porque estas instituciones eran 'demasiado grandes como para que fracasen' ("Too big to fail")".

Sin esta intervención económica, se explicó, "la economía de los países interesados hubiera sufrido graves daños".

Según explica su portavoz en el último editorial de "Octava Dies", semanario del Centro Televisivo Vaticano, el Papa quería decir que "si han sido capaces de esas intervenciones para salvar grandes instituciones financieras, ¿por qué no se aplica lo mismo también cuando se trata del desarrollo de los pueblos de la tierra, del hambre y de la pobreza?".

"¡Éste sí que es en verdad un objetivo ‘demasiado grande como para que fracase'!", subraya el director de la Oficina de Información de la Santa Sede.

"Desde esta perspectiva --añade-- se debe enfocar la cumbre de Nueva York sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio", celebrada

"Ciertamente, se darán distintas valoraciones --reconoce Lombardi--. La empresa es ciclópea y es un llamamiento a la colaboración, no sólo a los gobiernos, sino también a todas las fuerzas activas de la sociedad, tanto del mundo desarrollado como del que está en vías de desarrollo".

El sacerdote jesuita recuerda que la Iglesia en las diferentes partes del mundo está comprometida en este campo "a la luz de una perspectiva espiritual y moral, consciente y atenta a los valores fundamentales, bien delineados en la encíclica Caritas in veritate.

Como reiteraba en Nueva York el representante de la Santa Sede, el cardenal Peter  Turkson, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, "la persona humana debe ponerse en el centro de la investigación para el desarrollo, no debe ser vista como un peso, sino como parte activa de la solución".

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Dios llora en la tierra


No hay guerra santa en Darfur
Entrevista con un miembro de la Comunidad de San Egidio
JARTUM, Sudán, domingo, 26 septiembre 2010 (ZENIT.org).- Mientras año tras año persiste el conflicto en la región de Darfur en Sudán, la crisis humanitaria en la zona no deja de empeorar. Pero allí hay una organización que busca la paz tiene una notable ventaja: ni tiene intereses personales ni agendas ocultas.

Se trata de la Comunidad de San Egidio, movimiento católico de laicos con el carisma de servir a los pobres, y que cuenta ya con un historial de éxitos a la hora de hacer avanzar la paz en los conflictos más complejos de África.

En esta entrevista, Vittorio Scelzo, miembro de la comunidad, habla sobre cómo ser un pacificador en Sudán y las perspectivas de paz en Darfur. Y sobre todo repite una y cien veces que esa guerra no es entre musulmanes y cristianos.

-¿Qué está haciendo la Comunidad de San Egidio en Darfur?

--Scelzo: Darfur es una región en el oeste de Sudán. Es una región grande. Tan grande como Francia. En esta parte del país, la guerra estalló en marzo de 2003. Estamos allí desde principios de 2004. Estamos buscando soluciones políticas a la crisis.

--¿Cuál es el verdadero problema?

--Scelzo: El problema es la escasez de tierra. No hay bastante espacio para vivir. El desierto está invadiendo la tierra fértil, y éste es el verdadero problema. Hay muchos clichés que se aplican a los problemas en Darfur: es un conflicto cristiano-musulmán, lo que es falso; es una Guerra Santa, que también es falso. El problema es la tierra y la marginación.

Algunas tribus, los fur, los zaghawa y los massaliet, han sido marginadas durante mucho tiempo. Ahora buscan autonomía política y tierra, de modo que buscan discutir. Una vez que uno se mete en política, surgen un montón de problemas: poderes externos que quieren influir y sacar algo de las negociaciones, etc. En San Egidio, sin embargo, tenemos la libertad para excluir estas influencias externas y tener una negociación a puerta cerrada.

--¿Quién lucha contra quién?

--Scelzo: Esta una extraña guerra porque diría que es la primera guerra del agua. El desierto del Sáhara está invadiendo las tierras de cultivo y pastoreo en Darfur. La menguante tierra para labrar no es suficiente para la creciente población de Darfur. Los agricultores y pastores luchan sobre esta tierra cada vez menos cultivable.

--¿Quién lucha entonces? ¿Los musulmanes que tienen el agua contra los cristianos que no tienen agua? ¿Cómo es exactamente?

--Scelzo: Tenemos que dejar algo claro al hablar de Darfur. La guerra en Darfur no es una guerra religiosa y la religión no es el motivo. Esta es una guerra entre musulmanes; hay musulmanes luchando del lado del gobierno y musulmanes luchando del lado de los rebeldes. La guerra no tiene nada que ver con la religión. La religión quizás tenga su papel en la guerra en el sur de Sudán. Solemos pensar que la religión es la causa de la guerra, aunque sea como pretexto, pero la religión no ha sido nunca la causa de la guerra. La gente debería ser muy cuidadosa al declarar que la religión es la causa del conflicto.

--¿Cuál es su experiencia al trabajar con esta gente?

--Scelzo: Nuestra experiencia es que necesitamos escuchar. El método de San Egidio al trabajar con esta clase de crisis es que tienes que escuchar a la gente. Tienes que comprender por qué la gente está luchando. Por qué, y cuáles son las causas profundas del conflicto, y comprender que las exigencias de la gente implicada están sobre la mesa para luego encontrar una solución razonable. Esto suele parecer muy ingenuo, muy tonto, y muy simple pero el problema, en ocasiones, es que hay un montón de intereses políticos, y poderes regionales con sus propias agendas ocultas o abiertas. Tienes que debatir las causas profundas y escuchar las preocupaciones de aquellas personas para descubrir lo que verdaderamente quieren.

--¿Puede darnos un ejemplo de su propia experiencia?

--Scelzo: Tuvimos un encuentro aquí en Roma en mayo de 2005, y la paz en Darfur ha estado al frente de la agenda de los potencias y de la comunidad internacional. Hubo siete sesiones de largas conferencias sobre la paz en Darfur y en Abuya, Nigeria. Esta conferencia afrontó algunos problemas así que convocamos en Roma a las personas implicadas y a los rebeldes. Éstos rechazaron volver a la mesa de negociación. No querían seguir discutiendo con el gobierno (sudanés) porque algunos temores, tensiones y exigencias no fueron considerados de modo apropiado. Así que les llamamos aquí a Roma, a nuestra sede central, que es un antiguo monasterio, para discutir con nosotros.

Provocaba una sensación extraña ver en San Egidio, una comunidad católica, a todos esos musulmanes reunidos en nuestra sede central, pero esto no planteó problema alguno. Comenzaron a discutir y usted sabe que, en algunas ocasiones, las negociaciones y los encuentros internacionales son como un circo. Hay un montón de gente alrededor de la misma mensa. En San Egidio nos encontramos sólo con gente que tienen problemas en las negociaciones de paz. No con la prensa, ni con influencias externas ni con líderes religiosos. Era una negociación a puerta cerrada y tuvo lugar sólo durante unos días. No hubo fuga de noticias y sólo se centró en el debate. Era el momento de discutir.

--¿Fue capaz de reírse o bromear con estos representantes tras las puertas cerradas?

--Scelzo: Pudimos entender mejor a esta gente, su forma de pensar, su estilo, sus exigencias y las razones del descontento con sus oponentes, las mediaciones y la comunidad internacional. Tuvimos, porque éramos libres, la ocasión de explicarles algo; no tenemos nada que perder, ni una agenda oculta. Tenemos la libertad de decirles: puesto que eres mi amigo, tengo que decirte que te estás comportando bien. Somos, después de todo, una parte externa sin intereses personales o agendas ocultas y podemos mediar entre las partes implicadas y decir "cosas" a ambos como resultado de nuestra libertad de otras influencias.

--¿Son capaces de comprender estos valores: amistad y amor mutuo?

--Scelzo: Esto es algo que puede entenderse gradualmente. Ahora bien, es un periodo difícil. Se ha firmado la paz formal en Darfur pero la paz todavía es resbaladiza; la gente todavía sufre, la lucha todavía sigue. Estamos buscando la forma de comenzar una nueva ronda de negociaciones. La paz está allí, la paz debe estar allí, pero nadie se ha dado cuenta de que está. Si uno va a los campos, la gente no se ha dado cuenta de que haya paz. Así que estamos buscando el modo de recomenzar las negociaciones políticas.

--¿Cómo comenzar una negociación política si quieres hablar de paz?

--Scelzo: Para nosotros la paz es un don de Dios. La paz es algo que no podemos hacer; la paz es algo que se recibe de Dios. Esta es nuestra definición de paz pero, por supuesto, tienes que tratar con políticos cuando se habla de un conflicto humano y debes utilizar categorías políticas, palabras políticas, y palabras que usa la gente que lucha.

--¿Puede explicar la paz que buscan los rebeldes?

--Scelzo: La paz que buscan los rebeldes abarca exigencias de tierra, la unificación de los tres estados de Darfur en uno solo, compensaciones, representación y participación en el gobierno. Esto es lo que siempre ha buscado la oposición, sea a través del conflicto armado o no.

--¿Qué clase de paz propone el gobierno?

--Scelzo: El gobierno propone la paz del status quo por supuesto, algo no inusual. Cuando hay dos facciones diferentes a la misma mesa están buscando la misma cosa pero la nombran de diversa forma. Nuestro trabajo es quitar el problema del conflicto armado, y proponemos a ambas partes seguir luchando no a través de las armas sino a través del debate y la negociación.

Usted sabe que acogimos, durante 27 meses, las negociaciones de paz para Mozambique. Es muy interesante ver a un rebelde, a un hombre acostumbrado a luchar en la jungla y en el bosque, convertirse en político.

--¿Cómo vio usted esa transformación? ¿Qué ocurrió cuando le dijeron que se sentara en la mesa en vez de luchar en la jungla?

--Scelzo: Usted sabe que llegar a la mesa suele ser el objetivo final de todos los que luchan porque luchan por una razón. Necesitas comprenderlo en el sentido de que, en ocasiones, es fácil pensar que la gente lucha porque está loca, o luchan porque son malos. Es cierto que luchar no es algo bueno, y sabemos que luchar sea cual sea la causa no es justificable. Pero necesitas comprender por qué esta gente se implica en un conflicto armado y este es un buen ejercicio para ayudar a la gente que lucha y hacerles comprender y aclarar, incluso a sí mismos, por qué luchan y traer estas razones y preocupaciones a la mesa.

Este es el caso de Darfur, pero es la misma situación en el conflicto armado en el norte de Uganda, con el Ejército de Resistencia del Señor. Uno de los momentos más difíciles para las partes implicadas en el conflicto armado es cuando deciden negociar. El problema surge cuando están en la mesa de negociaciones. Usted que es periodista, se enfrenta al mismo problema: cuando usted tiene una hoja en blanco enfrente, se pregunta qué escribir en esta hoja. En el caso de los rebeldes, también se preguntan: ¿Qué debo escribir? ¿Cuáles son nuestras exigencias? No es fácil. Tú, un rebelde, has estado luchando todo este tiempo y has estado esperando este momento, pero ahora que tienes enfrente la oportunidad, y tienes que escribir tus exigencias, esto se vuelve difícil, pero este es un momento muy importante, un momento en el que la persona de un luchador se transforma en un político. Nosotros creemos por supuesto que la paz es un don de Dios, pero cuando tratamos con seres humanos tenemos que utilizar instrumentos políticos y, por eso, los instrumentos políticos son muy importantes y, en ocasiones, muestra negociación se vuelve un camino para que esta gente use los instrumentos políticos.

--Quíteme una curiosidad. ¿Por qué buscan ustedes tan activamente la paz en África?

--Scelzo: Esta pregunta me da la ocasión de hablar un poco más sobre la Comunidad de San Egidio, porque creo que es muy difícil comprender por qué una comunidad --como la nuestra-- se ve implicada en una clase tan extraña de iniciativas, como ir a la selva para encontrarse con los rebeldes. Fuimos fundados en Roma en 1968. Usted conoce los acontecimientos de 1968: la idea de la revolución, cambiar el mundo, y nosotros también quisimos cambiar el mundo, pero pensamos que la mejor manera de hacerlo era comenzar por nosotros mismos, comenzar por nuestros corazones, y comenzar con el Evangelio. Así el Evangelio y la oración se han convertido en los dos pilares sobre los que fundamos nuestra comunidad. El tercer pilar es el servicio a los pobres. En Roma, tuvimos escuelas libres para niños de los suburbios. Ahora, en los 70 países en los que la comunidad está presente con 50.000 miembros, el servicio a los pobres significa mucho. El foco principal está en ayudar a los niños en cualquier parte del mundo en que estemos establecidos. Así en África, esto significa ir a las calles para encontrarse con los niños de la calle, visitar las prisiones, etc.

--¿Cuál es su convicción personal? ¿Por qué quiere usted ayudar a lograr la paz, por ejemplo, en África, en Darfur y en otros países?

--Scelzo: Me uní a la Comunidad de San Egidio en 1989 cuando tenía 14 años. Por supuesto no pensaba en lograr la paz. Me acababa de encontrar con algunos compañeros de clase que me propusieron unirme a lo que llamamos una "Escuela de Paz", que estaba a las afueras de Roma. Así que fui, y tengo que decir que me enamoré de aquellos niños pobres. Tenían problemas en el colegio y comenzamos a poner en práctica lo que significa la "Escuela de Paz". Era una escuela vespertina, era libre e intentábamos ayudar a aquellos niños de Etiopía y Eritrea, los primeros inmigrantes en Italia. Me enamoré de aquella gente y comprendí que podía ayudar a los demás.

Fue una alegría porque era divertido y porque dio un sentido a mi vida. Tenía 14 años; estaba pensando qué hacer cuando creciera. Bien, encontré una fuente y un sentido para mi vida, y es el mismo sentido que tengo ahora, y que está enraizado en la oración y en el Evangelio, los pilares de San Egidio y el servicio a los pobres. África es uno de los pobres que llama a nuestra puerta y "la guerra es la madre de todas las pobrezas" y, si vas a Darfur está claro porque ves cómo vive la gente en los campos. Lo he visto en Liberia, lo he visto en el norte de Uganda.

--¿Cuál es exactamente la pobreza en estos campos? ¿Puede explicarnos lo que son estos campos?

--Scelzo: La tragedia más grande de Darfur es el hecho de que no se permite a la gente quedarse en sus propias aldeas, sino que se ve forzada a huir. La mayoría están en Chad, algunos todavía están en Darfur, pero viven en campos. Más de dos millones de personas viven en estos campos. En la vida en el campo no tienes nada. Estás siempre esperando en algo, que venga de fuera: de la organizaciones no gubernamentales internacionales, de los programas de alimentos... Dependes de ellos. Uno de los problemas que tratamos de afrontar es que, en el área controlada por los rebeldes o por el gobierno, no hay acceso a la ayuda humanitaria. Por lo que nadie cuida de esa gente. Así se entiende la frase: "la guerra es la madre de todas las pobrezas". He visitado el campo del norte de Uganda; 1,8 millones de personas han estado viviendo en este campo cerca de Gulu durante 20 años, debido a la absurda guerra del Ejército de Resistencia del Señor.

Esta entrevista ha sido realizada por Pauline Meyer para "Dios llora en la Tierra", un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Más información en www.ain-es.orgwww.aischile.cl 

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Mundo


Beatificada una joven deportista, fallecida a los 19 años
Primer miembro de los Focolares a los altares
ROMA, domingo 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Al menos 25 mil personas personas se unieron este sábado en el santuario del Divino Amor, en Roma, a la beatificación de Chiara Luce Badano, joven italiana fallecida a los 19 años (1971-1990), tras una larga enfermedad. en la que dio prueba de autenticidad cristiana.

Como en el santuario sólo cabían unos cinco mil peregrinos, el resto de los presentes siguió la celebración, presidida en nombre de Benedicto XVI por el arzobispo Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, desde la explanada contigua.

Muchos de los presentes de 71 países formaban parte del Movimiento de los Focolares, cuyo carisma fue vivido por la muchacha.

Monseñor Amato definió en la homilía a la nueva beata como "una muchacha de corazón cristalino", "moderna, deportista, positiva, que en un mundo rico de bienestar, pero con frecuencia enfermo de tristeza e infelicidad, nos transmite un mensaje de optimismo y transparencia".

A continuación, recorrió episodios sencillos y cotidianos de la vida de Chiara Luce, en la localidad italiana de Sassello, donde vivía, pero desbordantes de sorprendente radicalidad evangélica: desde cuando daba la merienda a los pobres, hasta cuando acogió a una señora marginada, o cuando daba testimonio en un café con los amigos pues "lo que cuenta no es tanto hablar de Dios. Le tengo que anunciar con mi vida".

Su vida se hizo aún más luminosa después de que los médicos diagnosticaron a esta apasionada de tenis un cáncer en los huesos (osteosarcoma), inicio de una enfermedad que le llevaría a la muerte.

Cuando tuvieron que amputarle las piernas, la muchacha dijo: "Ya no tengo piernas, pero el Señor me ha dado alas".

"Muchacha, aparentemente frágil, era en realidad una mujer fuerte", añadió monseñor Amato. Encontró esta fuerza en la espiritualidad del Movimiento de los Focolares, fundado por Chiara Lubich, con quien la joven mantuvo una intensa relación epistolar, y de quien recibió el nombre de Chiara Luce.

"Es un momento histórico, una confirmación, por parte de la Iglesia, de que la espiritualidad de la unidad lleva a la santidad", afirmó Maria Voce, actual presidenta de los Focolares, al constatar que se trata de la primera persona que sigue este carisma eclesial.

"Es un nuevo compromiso --añadió--. Chiara Luce nos invita a correr por el camino de la santidad".

Monseñor Pier Giorgio Micchiardi, obispo de Acqui, diócesis italiana en la que vivió Chiara Badano, agradeció la beatificación en la celebración y deseó que la muchacha "ayude a los jóvenes y a los no tan jóvenes a buscar decididamente la amistad plena con Jesús".

En la celebración participaron catorce obispos de varios países y representantes de varios movimientos, como la Acción Católica, San Egidio, la Renovación Carismática, Schoenstatt y asociaciones de Scouts.

Al final de la celebración, la madre de Chiara, Maria Teresa, reconoció que "ha sido una emoción sumamente profunda, nuestro reconocimiento a Dios por habernos dado una hija es infinito".

A través de los periodistas presentes dejó este mensaje a los padres que descubren la enfermedad de sus hijos: "Son momentos de gran dolor, pero el consuelo sólo puede venir de Dios. Nos ha apoyado la fuerza de la unidad, una fuerza que no procede sólo de la unidad entre nosotros, sino de la potencia de la unidad que han desencadenado todas las personas del Movimiento".

Por Jesús Colina

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El episcopado colombiano espera paz tras la muerte del jefe guerrillero
El presidente pide el principio de un proceso de concertación con las FARC
BOGOTÁ, domingo, 26 septiembre 2010 (ZENIT.org).-El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el arzobispo Rubén Salazar Gómez, afirmó que confía en que la muerte del jefe guerrillero Víctor Suárez Rojas, conocido como ‘Jorge Briceño' o ‘Mono Jojoy', pueda servir como principio de un proceso de concertación con el grupo subversivo Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). 

"Recibimos la noticia pidiéndole al Señor, que esta muerte --en un principio duele, pues es un colombiano abatido-- sea el principio de un proceso de concertación con las FARC. Que esa muerte signifique ahora el que las FARC estén en un proceso de reflexión política y se acerquen al Gobierno para empezar un diálogo de paz", aseguró monseñor Salazar Gómez en diálogo con los periodistas, en el marco de la apertura en Bogotá de Expocatólica Colombia 2.

"El mensaje es que hagamos la paz, ya que la guerra nos ha hecho mucho daño, hemos tenido angustia, dolor, pérdidas de vida y ya esa guerra tiene que cesar. Pero para que esto pase, es necesario que las FARC dejen la actitud de guerra y por lo tanto acepten las condiciones fundamentales que plantea el Gobierno que no son otras que el respeto al Derecho Internacional Humanitario para poder iniciar un verdadero proceso de paz", añadió el presidente del episcopado, el 23 de septiembre. 

En ese día tuvo lugar una operación del Ejército colombiano contra el campamento de La Macarena en el que murió el comandante militar de las FARC, y una veintena de guerrilleros más.



 

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Perú: La Iglesia rechaza la práctica de la interceptación telefónica
Ante las próximas elecciones, pide a los candidatos “rectitud ética”
LIMA, domingo, 26 septiembre 2010 (ZENIT.org).- Ante la proximidad de las elecciones del 3 de octubre, en las que los peruanos elegirán a las autoridades que dirigirán los Gobiernos Regionales y los Municipios Provinciales y Distritales, los obispos de Perú hicieron pública una reflexión para iluminar el voto responsable. En ella rechazan la práctica de la "interceptación telefónica" y piden a los candidatos "rectitud ética".

En la reflexión, hecha pública en Lima el 22 de septiembre, los pastores se muestran "conscientes de que, a través del voto ciudadano cada uno se compromete con el futuro" del país y que "la democracia es responsabilidad de todos", expresan su propósito de "colaborar con los elementos éticos básicos que nos permitan emitir un voto responsable, meditado, y libre".

Recuerdan los dos criterios básicos para actuar en la vida social que expone el Papa Benedicto XVI en su encíclica socialCaritas in Veritate: la justicia y el bien común por lo que, afirman, la "política debe buscar siempre formas eficientes de convivencia; pero nunca tiene como criterio los intereses particulares de personas o grupos interesados. Desear el bien común y esforzarse por él es exigencia de justicia y caridad". 

Recuerdan, según la doctrina social de la Iglesia, que "para discernir lo que es más justo y adecuado para conseguir el bien común, debe tenerse en cuenta la primacía de la dignidad de la persona humana; se deben garantizar y promover los derechos fundamentales de la familia, se debe incluir y promover a los más débiles de la sociedad en los proyectos de desarrollo y considerar que el ejercicio de la autoridad es un servicio y no un dominio".

Y añaden que la democracia no se limita al voto sino que debe ser "participación activa y responsable de todos los ciudadanos a través de la colaboración y vigilancia atenta de la gestión de las autoridades elegidas".

Por ello, consideran importante "conocer a los candidatos, así como evaluar su compromiso con los valores democráticos".

Invitan a "analizar sus programas, la viabilidad de lo que ofrecen, si son realistas y adecuados para solucionar los problemas de cada ciudad o Región; si son propuestas integrales (no sólo socioeconómicas y políticas, sino también morales, culturales, de seguridad ciudadana, etc.) y conformes al bien común".

Sugieren tener en cuenta además "la visión ética y moral de los candidatos ante los valores fundamentales como la defensa de la vida humana, de la familia, del matrimonio, de la dignidad de la mujer, y de los derechos humanos", algo necesario, indican, se necesita en las autoridades "rectitud ética en el desarrollo de sus responsabilidades para realizar y apoyar los cambios que nuestra sociedad necesita".

Piden a candidatos y electores que no participen en el proceso electoral "buscando votos exclusivos a favor de grupos políticos, étnicos, religiosos y de cualquier tipo que excluyan y marginen el ejercicio de los verdaderos valores que, en forma objetiva, deben primar en la elección de autoridades que deben conducir el ejercicio del bien común en la sociedad".

Exhortan a los medios de comunicación "a que ejerzan la libertad de expresión buscando no sólo la verdad sino también la justicia y el bien común" e informen de manera objetiva, imparcial y "con apertura a todos los candidatos".

Invocan una campaña electoral "transparente y respetuosa", para hacer de este momento "una escuela de civismo y de renovado amor a nuestra patria y su progreso".

Lamentan y rechazan que siga practicándose en el país "la interceptación telefónica", en perjuicio "del derecho constitucional a la intimidad y la privacidad de las comunicaciones". En este sentido afirman que "los medios de comunicación deben ejercer su actividad respetando en todo momento los derechos fundamentales de las personas, particularmente los relacionados con el honor, la buena reputación y la intimidad".

Y concluyen exhortando al pueblo peruano "a desarrollar este proceso eleccionario en un clima de responsabilidad, unidad y búsqueda de la paz y la justicia".

Por Nieves San Martín

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Sudán: Lanzamiento de 101 días de oración por la paz
Iniciativa “esencial” antes del referéndum, según obispo auxiliar de Jartum
ROMA, domingo, 26 septiembre 2010 (ZENIT.org).- La campaña de "101 días de oración por la paz en Sudán", lanzada por la Conferencia Episcopal del país ante el referéndum sobre la autodeterminación de Sudán del Sur, previsto para el 9 de enero, ha comenzado en las parroquias.

Esta iniciativa, que concluye el 1 de enero, día de la Jornada Mundial de la Paz, fue propuesta por los obispos para animar a las personas de todas las confesiones a orar por la paz. 

El llamamiento a la oración llega en un momento de gran tensión política entre quienes, sobre todo en el norte, piden un Sudán unido y quienes son favorables a una separación.

En este país, golpeado por la más larga guerra civil del continente africano (1983-2005), "estos 101 días de oración podrían ser esenciales para el mantenimiento de la paz en el país", afirmó el obispo auxiliar de Jartum, monseñor Daniel Adwok Kur, en una entrevista con la asociación internacional de caridad Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).

"El mensaje que surge de esta iniciativa de oración es el de la reconciliación y el perdón", precisó.

"Debemos ver este proceso refrendario como un viaje pacífico, como un momento acompañado sobre todo por la oración, poniendo a Dios en primer lugar en nuestra vida por el bien del país", subrayó el obispo.

Los 101 días de oración, que implican a las nuevas diócesis católicas de Sudán, se concentran en el tema: "Cambia tu corazón, cambia tu mundo". 

Cada semana, los participantes serán invitados a encontrarse en torno a cuestiones precisas -justicia, paz, construcción de la comunidad y perdón--, con ideas y propuestas de las que informarán a sacerdotes y obispos.

La campaña cuenta también con un opúsculo que contiene citas y oraciones cotidianas para cada una de las 14 semanas que dura la iniciativa.

"Queremos que la gente piense en el deber de vivir en paz, en que cada uno debe implicarse en el proceso y en que debemos reflexionar en la afirmación del papa Juan Pablo II: si se quiere la paz, hay que buscar la justicia", dijo monseñor Adwok Kur.

La iniciativa partió de la diócesis de Rumbek, liderada por el obispo local, monseñor Cesare Mazzolari, que presentó el programa de estos 101 días en agosto pasado, precisando que una de las celebraciones más importantes será la Jornada del Rosario (7 de octubre). Habrá también una misa y una procesión en la solemnidad de Cristo Rey (21 de noviembre) y el congreso anual de los jóvenes en diciembre, centrado este año en el compromiso de los jóvenes en el período anterior al referéndum y sobre su implicación en la ayuda al proceso de votación.

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Análisis


El papel positivo de la religión
Se aclaran las falacias del laicismo radical
ROMA, domingo, 26 septiembre 2010 (ZENIT.org).- En los días anteriores a la llegada del Papa a Edimburgo, las voces de los laicistas radicales que protestaban por su visita extendieron sus objeciones a un ataque generalizado contra la religión.

Christina Patterson, escribiendo el 15 de septiembre en el periódico Independent, sostenía que es vital conservar el estado lo más laico posible. En la conclusión de una diatriba más bien rampante y superficial contra la religión, también pedía la abolición de todos los colegios a cargo de iglesias, de manera que la "religión esté, tan lejos como sea posible, relegada a lo privado y no en la arena pública".

El día anterior, Polly Toynbee, presidenta de la Asociación Humanista Británica, escribía un artículo para el periódico Guardian. Los líderes religiosos masculinos, según Toynbee, están envenenando la sociedad con sus ideas sesgadas sobre el sexo y la muerte.

Estaba dispuesta a admitir que tanto los laicistas como los creyentes hacen cosas buenas y malas, pero cuando se trata de instituciones religiosas, "muestran unta tendencia a la crueldad y a la hipocresía", afirmaba.

Los ateos son enemigos débiles comparados con las sectas religiosas, añadía. Su artículo acababa con un llamamiento a favor "de la creencia liberadora de que la vida en la tierra es preciosa porque este aquí y ahora es todo lo que hay, y nuestro destino está en nuestras manos".

Positivo para los niños

Está claro que ni Patterson ni Toynbee han leído un estudio publicado el 9 de septiembre por Pat Fagan, investigador del Family Research Council y director del Marriage and Religion Research Instittute, sobre la religión y los resultados académicos de los niños.

En "Religious Practice and Educational Attainment" (Práctica Religiosa y Logros Educativos), Fagan revelaba que un nivel más alto de práctica religiosa puede afectar positivamente a la capacidad de un estudiante para salir adelante en el colegio.

Los alumnos implicados en actividades religiosas pasan más tiempo haciendo sus deberes, informaba el estudio. También logran mejores resultados en los exámenes y es menos probable que abandonen el instituto. Además, su impacto positivo no se reduce a la escuela, sino que continúa a nivel universitario.

Un estudio ha descubierto que el 19,5% de los estudiantes que asistían al culto con poca frecuencia abandonaban los estudios, comparados con sólo el 9,5% de los que lo hacían con frecuencia.

El documento identificaba algunas formas a través de las que la religión ayuda a los estudiantes:

-- Interioriza valores y normas que ayudan a conseguir logros;

-- Fomenta altas expectativas personales, y ayuda a los estudiantes a evitar comportamientos sociales desviados. Aquellos estudiantes que asisten semanalmente a servicios religiosos es menos probable que consuman drogas o alcohol, o se mezclen en comportamientos delictivos;

-- Las familias religiosas tienden a ser más cohesivas y estables, a hacer planes sobre el futuro de los estudiantes, y a esperar más de ellos;

-- Los adolescentes que tienen devoción religiosa tienen más expectativas educativas para sí mismos.

-- Los compañeros religiosos tienden a estar mejor orientados académicamente, y el grupo anima a implicarse académicamente;

-- La asistencia religiosa también parece potencias las habilidades sociales;

-- Las iglesias ofrecen a los estudiantes recursos, una comunidad, y dirección. Los fuertes lazos sociales de las organizaciones religiosas pueden servir ser un complemento a los recursos a disposición de los niños, ayudándoles a lograr niveles educativos más altos.

Fagan observaba que la asistencia religiosa frecuente también tiende a aumentar el total de años de escolarización de los estudiantes. La ventaja para los estudiantes con asistencia religiosa semanal, en comparación con sus compañeros que no asisten al culto, era equivalente en general a la ventaja que proporciona una madre que tenga tres años extra de educación y un padre, que tenga cuatro.

Es importante notar que la religión es una de las pocas instituciones con facilidad de acceso para familias con pocos ingresos. El documento ponía de relieve la importancia de esto para los grupos socio económicos inferiores. Para quienes tienen más ingresos, la religión sólo es un recurso más entre muchos.

"En contraste, para los pobres, el efecto de la práctica religiosa es significativo porque es uno de las pocas influencias positivas sólidas en sus vidas", escribía Fagan.

Otro descubrimiento fue que la religiosidad tiene un impacto mayor en los resultados educativos de la juventud urbana en comparación con la no urbana. El documento aventuraba que una explicación de esto es más fácil acceder a las instituciones religiosas en las zonas urbanas. Además, la religión puede actuar también como un elemento de control frente a los elementos más negativos de los vecindarios urbanos que tienen un efecto perjudicial en los logros educativos.

Felicidad

Los alumnos no son ni muchos menos los únicos que encuentran ventajas en la religión. El Journal of Marriage and Family de agosto publicaba un artículo sobre el impacto de la religión en las relaciones familiares.

Entre los resultados estaba el hecho de que hay una significativa relación entre el compartir creencias y rezar juntos y una mayor felicidad en los matrimonios y sus relaciones, según un reportaje del Washington Post el 12 de agosto.

Las ventajas son más pronunciadas para los afroamericanos y los hispanos que para los blancos. Esto puede deberse a una mayor satisfacción en las relaciones de las parejas blancas por sus ventajas en ingresos y educación, explicaba el estudio.

Es verdad, entonces, que las parejas que rezan juntas permanecen juntas, decía al Washington Post el coautor del estudio, W. Bradford Wilcox, director del National Marriage Project de la Universidad de Virginia.

Un comunicado de prensa de la Universidad de Virginia el 11 de agosto profundizaba en el modo en que la religión juega un papel positivo en las relaciones. Wilcox explicaba que la investigación anterior sobre el tema había identificado tres factores.

Primero, las comunidades religiosas promueven normalmente comportamientos éticos positivos, como la caridad y el perdón. Esto ayuda a definir una conducta apropiada entre una pareja y les anima a tratar los conflictos de modo constructivo.

Segundo, las comunidades religiosas ofrecen apoyo a las parejas y a las familias a través de una red social centrada en la familia.

Tercero, la fe religiosa proporciona a la gente un sentido de propósito y significado a sus vidas en general y en sus relaciones, y esto les ayuda a afrontar las tensiones.

Impacto cívico

Un extenso libro que examina la vida religiosa de los norteamericanos, y que aparecerá a primeros de octubre, aportará más evidencias sobre los efectos positivos de la religión.

En "American Grace: How Religion Divides and Unites Us", Robert D. Putnam y David E. Campbell señalan que Norteamérica es mucho más religiosa que otros países y concluyen que esto hace a los norteamericanos mejores ciudadanos y vecinos.

Putnam es profesor de política pública en la Universidad de Harvard, mientras que Campbell es profesor de ciencias políticas en la Universidad de Notre Dame.

Adelantaron algunos de los contenidos del libro en una conferencia en el Pew Forum on Religion and Public Life que tuvo lugar el año pasado.

Un reportaje del Religion News Service, de fecha 13 de mayo de 2009, afirmaba que entre los resultados del estudio estaba el hecho de que las personas religiosas se implican hasta tres o cuatro veces más en su comunidad.

Si se las compara con personas no religiosas, están más implicadas en asociaciones de voluntariado, y en asistencia a encuentros públicos, y es más probable que voten en las elecciones locales, y que donen su tiempo y dinero a las causas.

Putnam y Campbell afirmaban que el nexo entre religión y activismo cívico es causal, puesto que han observado que quienes no son religiosos y se vuelven más activos religiosamente también cambiaban su comportamiento social y se implicaban más en la comunidad.

Un elemento importante en esta participación es ser parte de una comunidad religiosa, y no sólo alguien que practica una devoción privada.

"En esto no cuenta la fe", decía Putnam. "Son las comunidades de fe".

Estas comunidades tienen, por supuesto, sus defectos, como el estentóreo coro de laicistas no ha dejado de detallar antes de la visita de Benedicto XVI a Escocia e Inglaterra.

Lo que está claro también es que la sociedad sería bastante más pobre sin la aportación a la vida pública de la religión organizada.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado



 

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Angelus


Benedicto XVI: “¡Sólo el Amor con mayúscula da la verdadera felicidad!”
Hoy durante el rezo del Ángelus

CASTEL GANDOLFO, domingo, 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que Benedicto XVI pronunció este domingo a mediodía al rezar la oración mariana del Ángelus junto a los peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo.



 

***



 

¡Queridos hermanos y hermanas!

En el Evangelio de este domingo (Lc 16, 19-31), Jesús narra la parábola del hombre rico y del pobre Lázaro. El primero vive en el lujo y en el egoísmo, y cuando muere, acaba en el infierno. El pobre, en cambio, que se alimenta de las sobras de la mesa del rico, a su muerte es llevado por los ángeles a la morada eterna de Dios y de los santos. “Bienaventurados los pobres -había proclamado el Señor a sus discípulos- porque vuestro es el Reino de Dios” (Lc 6,20). Pero el mensaje de la parábola va más allá: recuerda que, mientras estemos en este mundo, debemos escuchar al Señor que nos habla mediante las sagradas Escrituras y vivir según su voluntad, de lo contrario, después de la muerte, será demasiado tarde para arrepentirse. Por tanto, esta parábola nos dice dos cosas: la primera es que Dios ama a los pobres y les alivia de su humillación; la segunda es que nuestro destino eterno está condicionado por nuestra actitud, depende de nosotros seguir el camino que Dios nos ha mostrado para llegar a la vida, y este camino es el amor, no entendido como sentimiento, sino como servicio a los demás, en la caridad de Cristo.

Por una feliz coincidencia, mañana celebraremos la memoria litúrgica de san Vicente Paúl, patrón de las organizaciones caritativas católicas, de quien se celebra el 350º aniversario de la muerte. En la Francia del 1600, él palpó precisamente el fuerte contraste entre los más ricos y los más pobres. De hecho, como sacerdote, pudo frecuentar tanto los ambientes aristocráticos, las campañas, como los bajos fondos de París. Impulsado por el amor de Cristo, Vicente Paúl supo organizar formas estables de servicio a las personas marginadas, dando vida a las llamadas Charitées, las “Caridad”, es decir grupos de mujeres que ponían su tiempo y sus bienes a disposición de los más marginados. Entre estas voluntarias, algunas eligieron consagrarse totalmente a Dios y a los pobres, y así, junto a santa Luisa de Marillac, san Vicente fundó las “Hijas de la Caridad”, primera congregación femenina que vivió la consagración “en el mundo”, entre las personas, con los enfermos y los necesitados.

Queridos amigos, ¡sólo el Amor con la “A” mayúscula da la verdadera felicidad! Lo demuestra también otro testigo, una joven, que ayer fue proclamada Beata aquí en Roma. Hablo de Chiara Badano, una chica italiana nacida en 1971, a quien una enfermedad condujo a la muerte cuando tenía poco menos de 19 años, pero que ha sido para todos un rayo de luz, como dice su sobrenombre: "Chiara Luce". Su parroquia, la diócesis de Acqui Terme y el Movimiento de los Focolares, al que pertenecía, hoy están de fiesta -y es una fiesta para todos los jóvenes, que pueden encontrar en ella un ejemplo de coherencia cristiana. Sus últimas palabras, de plena adhesión a la voluntad de Dios, fueron: "Mamá, adiós. Sé feliz porque yo lo soy”. Alabemos a Dios, porque su amor es más fuerte que el mal y que la muerte; y demos gracias a la Virgen María que conduce a los jóvenes, también a través de las dificultades y los sufrimientos, a enamorarse de Jesús y a descubrir la belleza de la vida.

[Después del Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos en varias lenguas. En francés, dijo:]

¡Saludo cordialmente a los peregrinos francófonos aquí presentes, así como a las personas que están con nosotros por la radio o la televisión! Os agradezco una vez más vuestra oración que me ha acompañado durante mi Viaje apostólico al Reino Unido. Puedan la Virgen María y los Santos Arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, ayudarnos a todos a vivir en la fe y el amor, la perseverancia y la dulzura. ¡Feliz preparación al mes del Rosario que se acerca y feliz domingo a todos!

[En español, dijo:]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular al grupo de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, de Vitacura, Chile, y al de los jóvenes de la Obra de la Iglesia. Invito a todos a que, guiados por la Palabra de Dios, llevéis adelante vuestro compromiso cristiano sin desfallecer, fortaleciendo en vuestros corazones los sentimientos de confianza y misericordia, a ejemplo de Jesús. Que la Santísima Virgen María os acompañe en vuestro camino. Feliz domingo



 

[Traducción del original italiano por Patricia Navas
©Libreria Editrice Vaticana]

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Documentación


Carta del Papa para el VII Encuentro Mundial de las Familias
Benedicto XVI: Conciliar trabajo y familia y recuperar la verdadera fiesta

CASTEL GANDOLFO, domingo 26 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la Carta de Benedicto XVI al presidente del Consejo Pontificio para la Familia, el cardenal Ennio Antonelli, en preparación al VII Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará en Milán del 30 de mayo al 3 de junio de 2012 sobre el tema La familia: el trabajo y la fiesta.

 



 

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Venerable Hermano
Cardenal ENNIO ANTONELLI
Presidente del Consejo Pontificio para la Familia

Al final del VI Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Ciudad de México en enero de 2009, anuncié que la siguiente cita de las familias católicas de todo el mundo con el Sucesor de Pedro tendría lugar en Milán, en 2012, sobre el tema La familia: el trabajo y la fiesta. Deseando ahora empezar la preparación de ese evento tan importante, estoy contento de precisar que se celebrará, si Dios quiere, del 30 de mayo al 3 de junio, y de ofrecer, al mismo tiempo, algunas indicaciones más detalladas sobre la temática y la manera de actuar.

El trabajo y la fiesta están íntimamente ligados a la vida de las familias: condicionan las decisiones, influyen en las relaciones entre los cónyuges y entre los padres y los hijos, e inciden en la relación de la familia con la sociedad y con la Iglesia. La Sagrada Escritura (cf Gn 1-2) nos dice que familia, trabajo y día festivo son dones y bendiciones de Dios para ayudarnos a vivir una existencia plenamente humana. La experiencia cotidiana confirma que el desarrollo auténtico de la persona incluye tanto la dimensión individual, familiar y comunitaria, como las actividades y las relaciones funcionales, así como la apertura a la esperanza y al Bien sin límites.

En nuestros días, por desgracia, la organización del trabajo, pensada y realizada en función de la competencia del mercado y del máximo beneficio, y la concepción de la fiesta como oportunidad de evasión y de consumo, contribuyen a disgregar la familia y la comunidad y a difundir un estilo de vida individualista. Por eso hay que promover una reflexión y un compromiso dirigidos a conciliar las exigencias y los momentos del trabajo con los de la familia y a recuperar el verdadero sentido de la fiesta, especialmente de la dominical, pascua semanal, día del Señor y día del hombre, día de la familia, de la comunidad y de la solidaridad.

El próximo Encuentro Mundial de las Familias constituye una ocasión privilegiada para replantear el trabajo y la fiesta desde la perspectiva de una familia unida y abierta a la vida, bien integrada en la sociedad y en la Iglesia, atenta a la calidad de las relaciones además de a la economía del mismo núcleo familiar. El evento, para lograr un éxito verdaderamente fructífero, no debe permanecer aislado, sin embargo, sino colocarse en un adecuado itinerario de preparación eclesial y cultural. Auspicio por tanto que ya durante el año 2011, XXX aniversario de la Exhortación apostólica Familiaris consortio, "magna charta" de la pastoral familiar, se pueda emprender un itinerario válido con iniciativas en el ámbito parroquial, diocesano y nacional, encaminadas a mostrar experiencias de trabajo y de fiesta en sus aspectos más reales y positivos, con particular referencia a su efecto en la experiencia concreta de las familias. Que familias cristianas y comunidades eclesiales de todo el mundo se sientan por ello interpeladas e implicadas y se pongan solícitamente en camino hacia “Milán 2012”.

El VII Encuentro Mundial tendrá, como los anteriores, una duración de cinco días y culminará el sábado por la tarde con la “Fiesta de los Testimonios” y el domingo por la mañana con la Misa solemne. Estas dos celebraciones, que yo presidiré, nos mostrarán a todos los reunidos como “familia de familias”. El desarrollo del evento en su conjunto estará preparado para armonizar completamente las diversas dimensiones: oración comunitaria, reflexión teológica y pastoral, momentos de fraternidad y de intercambio entre las familias acogidas y las del lugar y eco mediático.

Que el Señor recompense desde ahora, con abundantes favores celestiales, a la arquidiócesis ambrosiana por su generosa disponibilidad y compromiso organizativo al servicio de la Iglesia Universal y de las familias pertenecientes a tantas naciones.

Mientras invoco la intercesión de la santa Familia de Nazaret, dedicada al trabajo cotidiano y asidua en las celebraciones festivas de su pueblo, Le imparto de corazón, venerable Hermano, y a sus Colaboradores la Bendición Apostólica que, con especial afecto, extiendo de buen grato a todas las familias comprometidas en la preparación del gran Encuentro de Milán.

Desde Castel Gandolfo, 23 de agosto de 2010

BENEDICTUS PP. XVI

[Traducción del original italiano por Patricia Navas

©Libreria Editrice Vaticana]

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