26.09.10

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Convencí a Paca Bezota de que podía permitirse el lujo de bajarse la entrevista “de pago” del The Times, por una módica libra esterlina. Más me costó convencerla de que aquello que los periódicos recogen de lo que EFE dice que dijo el padre Ángel es lo que el padre Ángel dijo. Pero también lo conseguí.

Yo entiendo la alegría del padre Ángel por la bondad del mundo y sus habitantes. A pesar de que la jerarquía católica se muestra tan torpe, gracias a gente como él, o como las Hermanas Caram y Forcades o los Padres Masiá y Pousa, y con la ayuda de gente con vara alta entre la jet society, como Ana Botella o Pepe Bono, los españoles seguimos conservando el puesto númber one en la Nueva Evangelización.

Sin ir más lejos, el padre Ángel se encuentra entre los 10 primeros del mundo en el conocido ranking de “creyentes polivalentes” y en el archipremiado escalafón de “oenegés católicas por su difusión, estatales por su financiación y ambidiestras por su filiación”.

Claro que el padre Ángel no es obispo, ni siquiera teólogo, pero sí es fundador y director de una oenegé con más de 1890 trabajadores en plantilla (ahí es nada, lo menos sería una PYME), de los cuales el 92% son mujeres (eso es para cumplir los Objetivos del Milenio, creo), establecida en 30 países (casi como la ONU) y con unos 26.000 niños que han pasado por ella (más o menos como la Maternidad de mi pueblo). Por eso se le puede perdonar que aproveche sus campañas de petición de dinero para difundir entre el personal sus creencias polivalentes: “la gente es buena, y además, cada vez va a ser mejor”, “todos los modelos de familia deben ser aceptados por la Iglesia”, “yo doy la comunión a los políticos abortistas si los obispos no se la quieren dar”. Los progres y el rojerío no pueden pedirle más.

Pero me ha molestado no poco que se meta con los pobres Adán y Eva o contra Caín y Abel, asegurando que los creyentes de ahora son mejores que los precavernícolas. Digo yo que Eva no tenía a la Virgen María como mediadora para resistir a las asechanzas del Diablo, ni Caín tenía a Jesucristo para saber lo que es entregar la vida por su hermano.

Más bien podría haber nombrado a algunos ejemplitos de ahora, con santos de hace unos años. Vamos, sin ir más lejos, prefiero yo a sor Ángela de la Cruz o al padre Andrés Manjón que a estos “creyentes polivalentes”, que se juntan con abortistas y gays “porque el guión lo exige”. Éstos andan como satélites de los personajes que les subvencionan. Aquéllos no sólo les sacaban los cuartos a los mismos, sino que además les decían las verdades bien dichas y les ayudaban a convertirse. Pero claro, eso ya es pasarse con lo de la Nueva Evangelización.

En cambio, me ha emocionado más lo del obispo Rowan, que sigue triste y cabizbajo, dividido entre su fisonomía progre-rebelde y la dura realidad de intentar traer a mandamiento al desordenado y desobediente conjunto de individuos e individuas anglicanos. Mientras, las ovejas sanas de su rebaño van regresando felices a la Iglesia Católica, la que confiesa el Credo y estudia el Catecismo, la que abomina del aborto, del divorcio y el “matrimonio” gay, la que rechaza a los políticos, empresarios o directores de oenegés, sean clérigos o laicos, que están acomodados a la ideología del Padre de la mentira.

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Tampoco es cuestión de pedirle al Primado de la Comunidad Anglicana que abjure de todo lo que dijo anteriormente. De momento, nos basta con su perplejidad y confusión:

–¿Sigue pensando que está bién (it’s OK) que las parejas gays tengan relaciones sexuales, como escribió hace años?
–Mire, eso lo escribí como teólogo, apoyando una teoría. Ahora desempeño otro oficio.

–Entonces, ¿dice que no a los obispos homosexuales?
–Bueno, los obispos homosexuales están bien (are OK), mientras no tengan relaciones sexuales. Desde que fuí elegido como arzobispo de Canterbury y primado de la iglesia Anglicana he conocido la gran herida causada por esta cuestión entre el clero anglicano. Yo no fuí elegido para desarrollar un programa determinado. Tengo que ser alguien que lleva las riendas del debate en su conjunto.

Por decirlo muy resumidamente, no hay problema en que una persona gay sea obispo. La cuestión es que hay unos estándares tradicionales, históricos, que se espera que sean cumplidos por los clérigos. Así que siempre hay que preguntarse por la vida personal de los clérigos”.

–Así que ¿es correcto que el deán célibe (aunque homosexual con pareja) Jeffrey John sea obispo?
–En este momento, Rowan no sabe por dónde salir, y asegura que él “decepcionó” a John al bloquear su designación como obispo de Reading. Pero no nos cuenta por qué este año el deán John, todavía célibe, desapareció de la lista de candidatos para obispo de Southwark.

–¿Pero confía el Arzobispo en que algún día los obispos gays puedan tener compañeros, por supuesto, manteniéndose célibes, como usted dice?
–No comment (Pass, dice, como los chavales)

Es cosa de pensar que no hay cosa peor que le pueda pasar a uno de los “creyentes polivalentes” que ser nombrado obispo. Por eso el obispo Rowan dice que no llegará a los 70 al frente de semejante rebaño. Y por eso, ojalá al padre Ángel lo hubieran jubilado antes de los 50, visto que no le iban a hacer obispo…. Digo yo, claro, por simplificar.

La Rueda sin Aristas