30.09.10

Eso le pasa a Enrique López por no ser políticamente correcto

A las 12:06 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe
 

Es bien cierto que las cosas se ven, como dice la frase, según el color del cristal con el que se miran.

Sin embargo, algunas cosas se ven de un color bastante negro y no hay cristal, de Swarovski o de Bohemia, que disimule su podredumbre.

Por otra parte, hay personas que parece que no son capaces de aprender (si es que tuvieran algo que aprender al respecto) y que pretenden comportarse de una forma honrada sin saber, al parecer, que tal forma de proceder no es muy bien vista en la sociedad política de hoy.

Una de tales personas es Enrique López, magistrado, hombre de bien y con dos dedos de frente, que había, digo había, sido presentado por el Partido Popular como candidato a formar parte del Tribunal Constitucional por la cuota del Senado.

Al parecer se le achaca a López que no cumplía con la condición de llevar ejerciendo de magistrado durante quince años.

En un principio se puede decir que, en efecto, cumplir con tal norma de la ley está bien. Sin embargo, las cosas no son como parecen sino que tienen otro cariz muy distinto.

¿Qué le pasa a Enrique López que no es querido por determinados partidos políticos y, por eso, no se le admite en el Tribunal Constitucional? ¿Qué tara social le aqueja?

Lo que le sucede, pasa o acontece a/con Enrique López es que no es políticamente correcto. Y eso es, hoy día, bastante grave y produce consecuencias irreparables.

Bueno, además de manifestarse, digamos, no muy a favor del Estatuto de Cataluña hay algo que no admiten que pueda decir y, a lo mejor, pensar.

Como ya sabemos, en España y, seguramente, en otras naciones del mundo mundial, manifestarse contra el imposible matrimonio entre homosexuales supone, por el sólo hecho de hacerlo, tener sobre la cabeza una gran espada de Damocles que, en cuanto pueden, dejar caer y, entonces, buenas noches… y hasta nunca.

IU-ICV ve ‘incapacitado’ al portavoz del CGPJ por sus argumentos contra el matrimonio de homosexuales”.

Resulta que, según cuentan los incapacitadotes jurídicos y sociales, Enrique López tuvo a mal decir, quizá opinar, incluso manifestar y osar llevar un pensamiento fuera de su cerebro algo sobre el derecho de adopción de los homosexuales que entendía de forma distinta a lo políticamente correcto. Y eso, claro, no puede ser admitido por según qué personas.

Eso le pasa a Enrique López por no ser políticamente correcto y no estar con el relativismo imperante.

Es más, incluso se “atrevió”, como miembro del Consejo General de Poder Judicial, a manifestar la seguridad de que el órgano colegiado judicial tenía que manifestarse sobre la aprobación de la legislación relativa al imposible matrimonio entre homosexuales cuando, allá por el año 2004, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, daba los primeros pasos para que se aprobara y se negaba a que el CGPJ dijera lo que creía sobre el asunto, seguramente, por miedo a que lo dijera.

Pero lo dijo y lo que dijo no era del gusto de más de uno (especialmente páginas 21 y siguientes) que, con el tiempo, ha apurado la venganza hasta las últimas gotas en la persona, por ejemplo, de Enrique López, magistrado.

Por eso las cosas están como están y no hay cristal, salvo el que maneje un sectario partidario de unas manipulaciones tan grandes como éstas, que haga verlas de forma distinta a como son.

Sin embargo, parece que las cosas no están, del todo, perdidas, porque el Partido Popular, al parecer, volverá a presentarlo cuando en el Congreso de los Diputados se tenga que votar la parte que corresponda de renovar del Tribunal Constitucional.

Pues si Enrique López cree que entonces va a prosperar su candidatura que se vaya sentando porque se va a cansar.

Como dijo aquel otro “la suerte está echada”… a perder.

Eleuterio Fernández Guzmán