2.10.10

Lo que también dice el Papa

A las 5:14 PM, por Guillermo Juan Morado
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Es que, a veces, parece que nos quieren hacer dudar de que el Papa dice lo que dice y no lo que algunos quiseran oír. Pongo sólo tres ejemplos:

1. Sobre el Concilio Vaticano II:

“Tengo ante mis ojos, en particular, el testimonio del Papa Juan Pablo II. Deja una Iglesia más valiente, más libre, más joven. Una Iglesia que, según su doctrina y su ejemplo, mira con serenidad al pasado y no tiene miedo al futuro. Con el gran jubileo ha entrado en el nuevo milenio, llevando en las manos el Evangelio, aplicado al mundo actual a través de la autorizada relectura del concilio Vaticano II. El Papa Juan Pablo II presentó con acierto ese concilio como “brújula” para orientarse en el vasto océano del tercer milenio (cf. Novo millennio ineunte, 57-58). También en su testamento espiritual anotó: “Estoy convencido de que durante mucho tiempo aún las nuevas generaciones podrán recurrir a las riquezas que este Concilio del siglo XX nos ha regalado” (17.III.2000).

Por eso, también yo, al disponerme para el servicio del Sucesor de Pedro, quiero reafirmar con fuerza mi decidida voluntad de proseguir en el compromiso de aplicación del concilio Vaticano II, a ejemplo de mis predecesores y en continuidad fiel con la tradición de dos mil años de la Iglesia. Este año se celebrará el cuadragésimo aniversario de la clausura de la asamblea conciliar (8 de diciembre de 1965). Los documentos conciliares no han perdido su actualidad con el paso de los años; al contrario, sus enseñanzas se revelan particularmente pertinentes ante las nuevas instancias de la Iglesia y de la actual sociedad globalizada”.

MISSA PRO ECCLESIA, Miércoles 20 de abril de 2005

2. Sobre la tradición viva de la Iglesia:

“La Tradición es la comunión de los fieles alrededor de los legítimos pastores en el transcurso de la historia, una comunión que el Espíritu Santo alimenta asegurando el nexo entre la experiencia de la fe apostólica, vivida en la comunidad originaria de los discípulos, y la experiencia actual de Cristo en su Iglesia. En otras palabras, la Tradición es la continuidad orgánica de la Iglesia, Templo santo de Dios Padre, edificado sobre el fundamento del Espíritu: «Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular, Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor, en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu» (Efesios 2,19-22). Gracias a la Tradición, garantizada por el ministerio de los apóstoles y de sus sucesores, el agua de la vida surgida del costado de Cristo y su sangre salvadora llega a las mujeres y a los hombres de todos los tiempos. De este modo, la Tradición es la presencia permanente del Salvador que nos sale al encuentro, nos redime y santifica en el Espíritu a través del ministerio de su Iglesia para gloria del Padre.

Concluyendo y resumiendo, podemos por tanto decir que la Tradición no es la transmisión de cosas o de palabras, una colección de cosas muertas. La Tradición es el río vivo que nos une a los orígenes, el río vivo en el que los orígenes siempre están presentes. El gran río que nos lleva al puerto de la eternidad. En este río vivo se realiza siempre de nuevo la palabra del Señor, que hemos escuchado al inicio de los labios del lector: «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mateo 28, 20)”.

Ciudad del Vaticano, 26 abril 2006.

3. Sobre la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II y la autoridad del Misal promulgado por Pablo VI:

“En primer lugar existe el temor de que se menoscabe la Autoridad del Concilio Vaticano II y de que una de sus decisiones esenciales – la reforma litúrgica – se ponga en duda. Este temor es infundado. Al respecto, es necesario afirmar en primer lugar que el Misal, publicado por Pablo VI y reeditado después en dos ediciones sucesivas por Juan Pablo II, obviamente es y permanece la Forma normal – la Forma ordinaria – de la Liturgia Eucarística”.

Dado en San Pedro, el 7 de Julio 2007.

Guillermo Juan Morado.