4.10.10

¿Un verdadero católico iría de la mano con los enemigos de la Iglesia?

A las 11:17 AM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Benedicto XVI
 

Por si algunos no lo tenían claro, los católicos progres -léase también “críticos” y “heterodoxos"- con el Papa y la Iglesia tienen con quien ir de la mano. Efectivamente, esos católicos, que no son católicos por mucho que pretendan serlo, no están en comunión con la Iglesia sino con todo tipo de sindicalistas, laicos, ateos, librepensadores, colectivos de homosexuales y feministas.

Esos colectivos han decidido convocar una manifestación en contra de la visita del Santo Padre a España. Quieren reivindicar “el estado laico” y protestar por las, según ellos, “muchas prebendas que todavía disfruta la Iglesia Católica” en este país. Concretamente, el líder del Movimiento Laico y Progresista considera “intolerable” que “el dinero de todos los españoles se invierta en pagar la visita del Santo Padre", y estima que “cada hora que el papa pase en España costará 800.000 euros".

En un país libre como el nuestro, cada cual puede manifestarse por lo que le venga en gana. Yo no sé lo que puede costar al contribuyente español la visita del Papa, como tampoco sé lo que le costó en su día la visita del Dalai Lama o lo que le puede costar la visita de cualquier otro líder mundial político o religioso.

Lo que sí sé es que al Estado le cuesta dinero organizar la seguridad de los partidos de fútbol y otros eventos deportivos así como de los conciertos de estrellas del pop y del rock. También sé que el Estado reparte subvenciones al mundo de la cultura y del arte, que en muchas ocasiones desarrolla un tipo de actividad paralela y/o contraria al de las confesiones religiosas a la hora de transmitir determinado tipo de valores. Es decir, si el Estado se gasta algo de dinero para favorecer el ocio de los ciudadanos, ¿cuál es el problema en que vele por la seguridad del Papa y los católicos que quieren verle en vivo y en directo?

De hecho, es muy probable que algunas de las organizaciones que convocan esas manifestaciones estén subvencionadas por el Estado. Sería interesante hacer una investigación periodística en ese sentido.

En todo caso, como ya he dicho, cada cual es libre de pedir lo que le apetezca. Lo que no tiene sentido es que haya una sola persona que pretenda ser católica y se sume a los enemigos de la Iglesia en la crítica al Papa y su viaje. Si esa gente tuviera lo que no tiene, es decir, decencia cristiana y honestidad moral, no pretenderían aparecer ante la opinión pública como lo que no son. Los colectivos Colectivo Mujeres en la Iglesia, Iglesia Plural, la Fundación Romero -otro nombre usurpado por los progres, como el de Juan XXIII- no merecen el nombre de católicos. No están en comunión con la Iglesia. Y la Iglesia debería de ponerles en su lugar.

Los miembros de esos grupos pueden manifestarse como cualquier ciudadano en contra del Papa y del lucero del alba. Pero de ninguna de las maneras la Iglesia puede permitir que reclamen para sí la condición de fieles suyos. Cuanto antes se ponga fin al sinsentido de permitir que los que no están en comunión efectiva con la Iglesia sigan dentro de la misma, mejor. La quintacolumna -humo la llamó Pablo VI- de Satanás en la Iglesia lleva demasiado tiempo campando a sus anchas sin que se le aplique la sanción espiritual y canónica que merece. Nadie está obligado a pertenecer a la Iglesia. Pero quien quiera ser fiel en ella no puede hacerle el juego sucio a Satanás. Por tanto, si no se arrepienten y se convierten a la fe católica, a la calle con ellos.

Luis Fernando Pérez