Ante 100.000 fieles

El Papa resalta la necesidad de rezar sin descanso durante la canonización de seis nuevos santos

 

Benedicto XVI proclamó ayer a seis nuevos santos, entre ellos la australiana Mary Hellen Mackillop (1842-1909) y el canadiense Alfred Bessette (1845-1937), los primeros de sus países, en una ceremonia en la que resaltó la necesidad de rezar siempre, «sin cansarse». Los otros santos son la monja española Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola (1845-1912), fundadora de las Hijas de Jesús -el tercer español que canoniza en sus cinco años de pontificado- y el polaco Stanislaw Soltys Kazimierczyk (1433-1489), sacerdote de los Canónicos Regulares Lateranenses.

18/10/10 8:47 AM


 

(Agencias/InfoCatólica) Asimismo fueron elevados a la gloria de los altares y al culto universal las monjas italianas Giulia Salzano (1846-1929), fundadora de la Congregación de las Hermanas Catequistas del Sagrado Corazón, y Battista Camilla da Varano (1458-1524), monja de la Orden de Santa Clara.

Ante unas 100.000 personas, Benedicto XVI celebró la octava ceremonia de canonizaciones en sus cinco años de Pontificado, de las que siete han sido en el Vaticano y una en Brasil, en mayo de 2007. Con los seis de ayer son ya 34 los santos proclamados en este quinquenio, en el que también ha beatificado a 600 fieles, en su mayoría españoles.

El Papa Ratzinger dijo que ayer se renovaba la “fiesta de la santidad” y que los seis nuevos santos recuerdan que ante “una ofensa se debe exigir justicia, pero sobre todo rezar, siempre, sin cansarse”.

“Muchas veces nos cansamos de rezar, tenemos la impresión de que la plegaria no sea útil para la vida, que es poco eficaz. Por ello, muchas veces estamos tentados a emplear todos los medios humanos para alcanzar nuestros objetivos y no recurrimos a Dios. Jesús, por el contrario, afirma que es necesario rezar siempre”, afirmó.

El Santo Padre subrayó que Dios es la “generosidad personificada y misericordioso” y por ello, añadió: “Siempre está dispuesto a escuchar las plegarias y nosotros no debemos nunca desesperarnos e insistir siempre en el rezo”.

A los nuevos santos los puso como modelo a seguir y de la española Cándida María de Jesús Cipritia y Barriola, nacida en el caserío de Berrospe, en Andoaín (Guipúzcoa), destacó su origen sencillo y su determinación de “vivir sólo para Dios”.

“'Donde no hay lugar para los pobres, tampoco lo hay para mí', decía la nueva santa, que con escasos medio contagió a otras monjas para seguir a Jesús y dedicarse a la promoción de la educación y promoción de la mujer”, resaltó el Papa.

Benedicto XVI agregó que así nacieron las Hijas de Jesús, presentes en 17 países y que cuentan con 1.500 hermanas.

De Mary Hellen Mackillop, fundadora de la Congregación de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, destacó su dedicación a la educación de las jóvenes pobres en una Australia rural.

En los comienzos de la fundación, Mary MacKillop tuvo problemas con un obispo australiano que no veía bien su impulso misionero y que llegó a excomulgarla, acción que luego lamentaría y revocaría a los cinco meses. El Papa resaltó los innumerables “desafíos” que las monjas tienen que afrontar.

Del primer santo canadiense, de la Congregación de la Santa Cruz, que fue portero del colegio Notre Dame, de Montreal, destacó que conoció el sufrimiento y el hambre y que siempre manifestó una caridad ilimitada y se desvivió para aliviar el sufrimiento de las personas que se acercaban a él.

Del santo polaco subrayó que toda su vida estuvo ligada a la eucaristía y de las santas italianas la importancia que Giulia Salzano dio a la catequesis, y unió preparación pedagógica al fervor espiritual.

De Battista Camilla de Varano destacó su labor para reformar la espiritualidad femenina franciscana, para recuperar el carisma de Santa Clara.

A la misa acudieron los 185 prelados de Oriente Medio que asisten en el Vaticano al Sínodo de Obispos para esa zona del mundo, donde los cristianos son el 1,6 por ciento de la población.

Asistió asimismo la monja jesuitina Carmen del Val Rodríguez, la religiosa que padecía un mal incurable y sanó de manera inexplicable para la ciencia, milagro que ha llevado a la madre Cándida a los altares.

El Gobierno español envió una delegación encabezada por el secretario de Estado de Justicia, Juan Carlos Campo Moreno. La de Polonia la encabezó el presidente, Bronislaw Komorowski.