20.10.10

Propaganda de eutanasia nazi Aktion T4

 

La «cultura de la muerte» va cerrando la pinza, cercenar la vida en su origen y su final. Pronto decidirán quien es digno de vivir, es cuestión de estrechar el cerco.

Hace unos meses saltaba el escándalo en Suiza, al conocerse el hallazgo de cientos de urnas con cenizas humanas en un lago de Zurich cercano a la clínica Dignitas, especializada en practicar suicidios asistidos. Como es normal, el lobby de la muerte sepultó la noticia. Es de esas que no gusta que se sepa, de mal gusto dicen.

Gracias a una situación de alegalidad del país helvético, ni las autoridades persiguen, ni la ley castiga a quienes proporcionen a los enfermos sustancias que pongan fin a sus días.

No sé si es ideológico o que le va mal el 'negocio' a Ludwig Minelli, director de la clínica Dignitas y busca «expandirse», proponiendo que se apliquen a otro tipo de enfermos como los pacientes de Alzheimer. Ellos ya no pueden decidir, así que:

Los parientes también deben de tener la posibilidad de adquirir drogas para el suicidio aunque no se encuentren terminalmente enfermos,

¿Qué ternura?, aunque no se encuentren terminalmente enfermos. Seguro que el socialista doctor Muerte Montes se reconcome de envidia.

Hace casi una década que Holanda y Bélgica facultaban a los padres a eutanasiar a sus hijos si los veían malitos; bastaba que la criatura tuviese 12 años. Desde 2002 ya ni eso, la voluntad de los padres independientemente de la edad. Es un proceso lógico, no hay diferencia que se les queme con sal en el seno materno o que se les de pentobarbital de sodio después. El principio de la «pendiente resbaladiza» sin anestesia, con perdón.

Se ha llegado a una situación en la que ni siquera es necesario intentar tranquilizar con un protocolo garantista de testamento vital, basta con que cierres los ojos para que otro decida que ya no eres digno de vivir.

En estos tiempos de crisis, con un sistema de sanidad universal y asistenciario en proceso de quiebra, se convertirá en una práctica cada vez más común.

¿Cuál será el siguiente peldaño?