21.10.10

Lo de Finlandia es sintomático

A las 5:13 PM, por Luis Fernando
Categorías : Actualidad, Protestantismo
 

En Finlandia, como en los otros países nórdicos, la religión de estado es el luteranismo. De hecho, los ciudadanos dan entre un uno y un dos por ciento de sus impuestos para sostener a la iglesia evangélica luterana -la oficialista; hay otras-. Existe de hecho un registro de pertenencia a la misma, del cual se puede uno dar de baja ya sea porque no es luterano, ya sea porque no quiere contribuir económicamente a sostener a la iglesia nacional.

En las últimas semanas se ha producido un hecho insólito. Treinta mil finlandeses se han dado de baja de la iglesia luterana por las declaraciones de una mujer. ¿Y quién es esa mujer? ¿acaso alguna de las sacerdotisas luteranas? ¿quizás alguna obispa? Pues no. Se trata de líder del Partido Democristiano, Päivi Räsänen. ¿Y qué dijo esta buena señora para que miles de finlandeses luteranos se enfadaran tanto? Pues la señora Räsänen osó decir que la homosexualidad -se sobreentiende que se refiere a su práctica- es un pecado causado por un trastorno psíquico. Lo último es una cuestión sobre la que hay diversidad de opiniones. Pero que la práctica de la homosexualidad es un pecado según la Biblia, que se supone que es el libro sagrado en el que creen los luteranos, no admite la más mínima duda.

Cuando se vio que la avalancha de “apostasías” era todo un fenómeno social, pidieron a la política que matizara sus palabras. Pero ella lo tiene muy claro: “Quizá los feligreses no conocen muy bien la postura de la Iglesia sobre este tema, pero yo fui honesta. Expresé mis opiniones como cristiana de base y sigo pensando lo mismo". Debe ser la primera vez que leo el término “cristiano de base” sin que se me erice el pelo.

¿Y cómo han reaccionado los obispos luteranos del país? Pues como cabía esperar, se han distanciado de la política democristiana. Uno de ellos ha dicho que “el asunto ha llegado a tal punto de confusión que la gente ha creído que la voz de Räsänen es la de la Iglesia, pero en realidad la Iglesia tiene una postura mucho más diversa, cálida y tolerante hacia las minorías sexuales". Y es que a la iglesia luterana le pasa lo mismo que a la comunión anglicana. Está contaminada mortalmente del liberalismo teológico y moral. De hecho, en Finlandia hay al menos dos obispos luteranos que “casan” a homosexuales y otro permitió a un “presbítero” someterse a una operación de cambio de sexo, tras la cual pasó a ser “presbítera” de la misma congregación. Yo creo que incluso Lutero, a pesar de haber justificado la bigamia de Felipe Hesse, se habría opuesto a tal barbaridad.

De todas formas, si el protestantismo se caracteriza por algo es por su facilidad en solucionar este tipo de diferencias separándose unos de otros y fundando cada cual sus propias comuniones eclesiales. Si eso no pasa en Finlandia es por el carácter estatal de esa iglesia luterana. Al fin y al cabo, el dinero es el dinero.

Por tanto, lo ocurrido en ese país nórdico es sintomático por dos razones:

1- Muestra que, a diferencia de lo que ocurre en España, en Europa se puede ser líder político y defender una serie de valores en base a lo que enseña la Escritura. No me imagino yo a ninguna política del PP haciendo lo mismo que Päivi Räsänen.

2- Muestra que el liberalismo teológico es el gran Leviatán, el gran enemigo a vencer por el cristianismo de los dos últimos siglos.

Dicho liberalismo teológico nació en el protestantismo, lo cual es lógico dada la naturaleza del mismo. Pero atacó al catolicismo con bastante éxito. Curiosamente no ha logrado apenas introducirse en las iglesias ortodoxas. Es hora de que nos preguntemos por qué. No por qué a los ortodoxos no les afecta sino por qué a nosotros sí.

Luis Fernando Pérez Bustamante