ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 25 de octubre de 2010

Santa Sede

El Papa recibe a los participantes del simposio sobre Erik Peterson

Portavoz vaticano: Para comprender el Sínodo hay que atenerse al Mensaje

La Santa Sede a la ONU: la pobreza, “un insulto a nuestra humanidad común”

La Santa Sede y Seychelles coinciden en defender la dignidad humana

Sínodo de los Obispos

Oriente Medio: Una “ciudadela de medios de comunicación”

“Quedarse en Tierra Santa es un deber incluso antes que un derecho”

Mundo

Los australianos “agradecidos” por su primera santa

La secularización desafía tanto a católicos como a ortodoxos

Irlanda: Año de oración para la renovación espiritual

Foro

Predicando con el piano

Testimonio

Sicilia: Una comunidad eclesial viva y dinámica

Documentación

Proposiciones al Papa aprobadas por el Sínodo (1 a 10)


Santa Sede


El Papa recibe a los participantes del simposio sobre Erik Peterson
La búsqueda de la ciudad del futuro, ideal de la vida del teólogo alemán
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió este lunes en audiencia a los participantes del simposio internacional Erik Peterson, la presencia teológica de un outsider”.

El encuentro está promovido por el Instituto Patrístico Augustinianum junto con el Instituto Pontificio de Arqueología Cristiana y el Colegio Teutónico, en el cincuentenario de la muerte del teólogo alemán.

En la sesión inaugural del simposio, que concluirá este martes, intervinieron, entre otros, el bibliotecario de Iglesia Santa Romana, el cardenal Raffaele Farina, y el obispo de Maguncia, el cardenal Karl Lehmann.

En su discurso, indica L'Osservatore Romano, el Papa citó la frase de la Carta a los Hebreos “No tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos buscando la del futuro (Hb 13,14), y destacó que podría ser el lema ideal para definir la vida de Erik Peterson.

El teólogo, nacido en Hamburgo (Alemania) el 7 de junio de 1890 y fallecido en la misma ciudad el 26 de octubre de 1960, representa una de las figuras más importantes del siglo XX.

El Pontífice recorrió su biografía observando que la difícil situación política que se vivía en Alemania tras la Primera Guerra Mundial se reflejaba también en el debate teológico.

En ese contexto, Peterson decidió estudiar sobre todo la historia de las religiones, convencido de que no es una historia separada de Dios, y de que en esa historia la Iglesia ocupa un lugar especial y encuentra su significado.

Después Benedicto XVI destacó el carácter vinculante de la Sagrada Escritura, cuyo testimonio permanece vivo en la Iglesia y es el fundamento para las convicciones religiosas permanentemente válidas de la Iglesia misma.

Estas convicciones, a su vez, se manifiestan continuamente en la liturgia como espacio de la Iglesia para la alabanza de Dios en una relación indisoluble con la Jerusalén celestial.

Es en esta tensión hacia el futuro donde se inserta la referencia a la Carta a los Hebreos: “No tenemos aquí ciudad permanente”.

Para el Papa, Erik Peterson nunca encontró en vida un lugar donde poder obtener reconocimiento y un hogar estable, y esta situación ha hecho que muchos de sus pensamientos y de sus escritos hayan permanecido fragmentados.

Por esa razón, constató, es especialmente importante el compromiso de quien se dedica a la edición de su obra y a traducirla a distintas lenguas, incluso al chino.

En su saludo al Papa, informa L'Osservatore Romano, el cardenal Lehman afirmó que “aunque Erik Peterson en vida fue muy reconocido por su obra, relativamente limitada, en muchas disciplinas, en particular en la Teología, tras su muerte ha corrido el riesgo, en cierta manera, de caer en el olvido”.

Desde 1994, recordó, han sido de todas maneras reimpresos en alemán, en doce volúmenes, los escritos publicados en vida, sobre todo una rica recopilación de “reflexiones sobre dogmas, sobre historia de la Iglesia, sobre patrística y sobre historia de la liturgia”.

“Esperamos que este simposio sea una buena oportunidad para descubrir de una manera más exhaustiva, recibir de manera creativa y ampliar posteriormente el rico patrimonio y la herencia de Erik Peterson, al menos también en otras lenguas”, auspició el cardenal.

Y concluyó: “Estamos convencidos de que esto constituirá un servicio fecundo para la Iglesia de hoy y de mañana”.

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Portavoz vaticano: Para comprender el Sínodo hay que atenerse al Mensaje
En respuesta a un exponente del gobierno israelí
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Para comprender el Sínodo es necesario atenerse al Mensaje, ha aclarado el portavoz de la Santa Sede en una respuesta a declaraciones de un exponente del gobierno israelí, que ha acusado a la asamblea de adoptar posiciones anti-israelíes.

"Si se quiere tener una expresión sintética de las posiciones del Sínodo en estos momentos hay que atenerse al Mensaje, que es el único texto común aprobado por el Sínodo en los días pasados", ha aclarado este lunes el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede.

"Hay una grandísima riqueza y variedad de contribuciones de los padres sinodales, pero como tales, no pueden considerarse cada uno como la voz del Sínodo en su conjunto. La evaluación en su conjunto del Sínodo y de sus sesiones de trabajo, en palabras del Santo Padre y según la opinión común de los participantes y los observadores es altamente positiva", añade el pare Lombardi.

El viceministro de Asuntos Exteriores de Israel, Danny Ayalon, expresó este domingo "nuestro pesar por el hecho de que este importante sínodo se haya convertido en el mayor foro de ataques políticos contra Israel de la historia de propaganda árabe". Y añadió: "El sínodo ha sido secuestrado por una mayoría anti-israelí"

Las declaraciones de viceministro se referían en particular a afirmaciones concedidas a la prensa este sábado por monseñor Cyrille Salim Bustros, arzobispo de Newton, en los Estados Unidos, de los greco-melkitas, presidente de la comisión de redacción del mensaje, quien en una rueda de prensa afirmó que el Estado de Israel no puede utilizar la Biblia para justificar una política colonización.

El mensaje al pueblo de Dios del Sínodo para Oriente Medio reconoce el sufrimiento tanto de israelíes como de palestinos.

Por una parte, constata "el impacto del conflicto palestino-israelí sobre toda la región, especialmente sobre el pueblo palestino, que sufre las consecuencias de la ocupación israelí: la falta de libertad de movimiento, el muro de separación y las barreras militares, los prisioneros políticos, la demolición de las casas, la perturbación de la vida económica y social y los millares de refugiados".

Por otra parte, los padres sinodales reconocen "el sufrimiento y la inseguridad en los que viven los israelíes".

"Frente a todo esto, vemos que una paz justa y definitiva es el único medio de salvación para todos, para el bien de la región y sus pueblos", afirma el mensaje.

Asimismo los padres sinodales "interpelan a la comunidad internacional y en particular a la ONU para que trabajen, sinceramente, por una solución que traiga la paz justa y definitiva a la región, mediante la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y tomando medidas jurídicas necesarias para poner fin a la ocupación de los diferentes territorios árabes".
 

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La Santa Sede a la ONU: la pobreza, “un insulto a nuestra humanidad común”
“Tenemos medios para ponerle fin”, afirma monseñor Chullikatt
ROMA, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- “Cualquiera que sea la forma que asuma, la pobreza es un insulto a nuestra humanidad común”. Es la denuncia lanzada por monseñor Francis Chullikatt, nuncio apostólico y observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el pasado jueves en Nueva York.

El prelado intervino con ocasión de la 65ª Asamblea General de la ONU ante el Segundo Comité sobre el ítem 24, “Erradicación de la pobreza y otras cuestiones relativas al desarrollo”.

La pobreza, explicó en su intervención, “es una realidad pluridimensional y compleja”. En el mundo, de hecho, existen muchos tipos de ella, “que hay que afrontar en lugares diversos y a distintos niveles”.

“En los países más pobres del mundo, encontramos la pobreza en su forma más terrible: pobreza extrema o absoluta”, una condición caracterizada por “una grave privación de las necesidades fundamentales, que incluyen, por ejemplo, alimento, agua potable, estructuras sanitarias, asistencia sanitaria básica, educación, informaciones, etc.”

La que afecta a los países desarrollados, “a pesar de muchas situaciones de extrema indigencia”, es en cambio la de “pobreza 'relativa', que puede considerarse como la falta de recursos suficientes financieros y materiales que permitan a la población alcanzar un estándar de vida aceptable en una sociedad, y, sobre todo, respecto a las posibilidades que otros gozan”.

“Cualquiera que sea la forma que asuma, la pobreza es un insulto a nuestra humanidad común”, denunció el delegado de la Santa Sede.

Todas sus formas “afectan a la persona humana, que es herida en su dignidad inviolable y en el goce de los derechos humanos fundamentales, empezando por el derecho a la vida”. “La persona humana, privada de las condiciones básicas para vivir decentemente, está humillada, y debe por tanto ser ayudada a recobrarse”.

“Tenemos los medios para poner fin a la pobreza”, declaró. “¿Tenemos la voluntad de hacerlo? Ésa es la pregunta”.

Implicaciones morales

Monseñor Chullikatt subrayó por tanto que la delegación vaticana “no puede ignorar las implicaciones morales de la pobreza”.

A propósito de esto, exhortó a reafirmar el compromiso en alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio antes de 2015, “incluyendo el desarraigo de la pobreza extrema y del hambre”.

El prelado lamentó por tanto la disminución de las ayudas con este fin a causa de la crisis alimentaria y de los combustibles, y sobre todo de la financiera, que ha hecho que “muchos países donadores hayan reducido el ya exiguo porcentaje del PIB destinado a las ayudas al desarrollo, y que estén en cambio dirigiendo estos recursos a la estabilización de sus propios sistemas financieros”.

“Es necesario que la asistencia al desarrollo de los países más pobres sea guiada por un principio de solidaridad global entre países ricos y pobres, provocada por un reconocimiento común de la pertenencia a una única familia humana”.

“En los momentos de mayor dificultad, deberíamos mostrar una mayor solidaridad”, comentó.

“La llamada y la misión de la Iglesia, inspiradas por los principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia, sobre todo por el principio del destino universal de los bienes de la tierra, consisten en estar al lado de los pobres, en darles una voz y en promover iniciativas que les ayuden a superar su pobreza”.

Solidaridad y subsidiariedad

El observador permanente recordó también que el principio de solidaridad debería siempre ir al paso del de subsidiariedad: “los pobres deberían ser ayudados a emprender sus propias iniciativas para mejorar las condiciones de vida y convertirse en protagonistas de su propio desarrollo”.

De lo contrario, se corre el riesgo de que “el papel de la iniciativa creadora sea sustituido por la pasividad, dependencia y sumisión a un sistema burocrático”.

En este contexto, es “crucial” “invertir en la instrucción y en la formación de las personas, desarrollando de forma integrada una 'cultura empresarial' específica”.

De la misma forma, “es urgente hacer disponibles también a los pobres los medicamentos y los tratamientos necesarios para combatir pandemias como la malaria, la tuberculosis, el tétanos y el HIV/Sida, que afectan a muchas poblaciones”.

Es también importante “asegurar el acceso de los países de renta baja a los mercados globales, sin exclusión o marginalización, proporcionando a estos países un tratamiento preferencial”.

“El desarraigo de la pobreza no debería considerarse un acto de caridad, sino un deber de la comunidad internacional”, afirmó monseñor Chullikatt.

“Más de 60 años después de la proclamación y de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, es inaceptable que centenares de millones de personas vivan aún en condiciones inhumanas y estén privadas del goce de los derechos fundamentales”.

“Tenemos los medios para poner fin a la pobreza – concluyó el prelado –. ¡Demostremos a los escépticos que tenemos la voluntad de aliviar el sufrimiento de cuantos no pueden satisfacer sus necesidades fundamentales!”.

Por Roberta Sciamplicotti, traducción del italiano por Inma Álvarez

 

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La Santa Sede y Seychelles coinciden en defender la dignidad humana
Benedicto XVI recibió en audiencia al Presidente del país
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El compromiso común en la promoción de la dignidad humana ha sido uno de los argumentos principales durante la audiencia que el Papa Benedicto XVI concedió hoy lunes por la mañana al Presidente de la República de Seychelles, James Alix Michel.

El dignatario se reunió posteriormente con el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, a quien acompañaba, como es habitual en este tipo de encuentros, monseñor Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados.

En un comunicado vaticano posterior, difundido al término del encuentro, se subrayó que en éste “se manifestó una viva complacencia por las cordiales relaciones bilaterales” entre la Santa Sede y la República de Seychelles.

El Papa y el Presidente Michel intercambiaron “opiniones sobre temas de interés común”.

“Se detuvieron particularmente en el compromiso y en la colaboración para la promoción de la dignidad humana”, subraya el comunicado.

Esta colaboración tiene como objeto de aplicación privilegiada sobre todo “ámbitos de gran relevancia social como la familia, la educación de la juventud y la protección del medio ambiente”.

La República de Seychelles es un archipiélago situado en el Océano Índico, al nordeste de Madagascar.

Tiene una población de unos 87.500 habitantes, de los que el 82,5% son católicos.

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Sínodo de los Obispos


Oriente Medio: Una “ciudadela de medios de comunicación”
Iniciativa de Télé Lumière y el satélite NourSat, de Líbano
ROMA, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Dos importantes medios televisivos libaneses --Télé Lumière y el satélite correspondiente, NourSat--, impulsan un proyecto denominado “ciudadela de medios de comunicación”. La iniciativa católica se extiende ahora a todo Oriente Medio.

La nueva estructura editorial acogerá a dos grandes medios audiovisuales de la Iglesia en Oriente Medio, tres emitentes de radio, un periódico, una revista y diferentes sitios informativos en Internet, según anunció el pasado fin de semana el Sínodo de los Obispos para Oriente Medio.

El acto de colocación de la primera piedra de esta ciudadela tuvo lugar el 1 de octubre de 2008, con la asistencia de los patriarcas de Oriente. La sede está ubicada en un complejo donado por la Iglesia Maronita, que abarca 27 kilómetros cuadrados.

El proyecto está apoyado por la Asamblea de Patriarcas Católicos de Oriente, por los obispos, y los superiores generales de las comunidades católicas del Líbano.

La nueva ciudadela se sitúa en la región de Fatka, en la circunscripción de Kesrwan, en una de las más espectaculares montañas que miran hacia la costa libanesa, por encima de la ciudad de Jounieh, entre Fatqa y Byblos.

El proyecto prevé tres bloques de edificios. En el centro, tendrá una gran iglesia abierta a todas las denominaciones cristianas.

Una sección contará con ocho estudios de televisión, un teatro interno con 700 plazas, tres salas de conferencias, seis salas multifuncionales, un instituto de música y uno de grabación, un centro de investigaciones teológicas, un espacio para ejercicios y retiros, sin contar con los servicios para empleados y visitantes.

En la misma sección, se situarán tres estaciones satelitares, una para Noursat y dos para Nour al-Shabab y Nour al-Sharq, una biblioteca, un museo y un centro para la preparación y la formación en nuevas profesiones de comunicación.

En una tercera sección, habrá 155 despachos dotados de las últimas tecnologías, al servicio de patriarcas, diócesis, parroquias e instituciones humanitarias.

Así mismo Télé Lumière y Noursat emitirán en árabe, la lengua de los cristianos de Oriente, aunque se prevén proyectos para intercambiar las diversas experiencias y las diferentes sensibilidades cristianas presentes en la región, a través de emisiones en inglés, francés, español, portugués, siríaco y griego.

Nacidos en los años 90 por iniciativa de un grupo de fieles laicos empeñados en el servicio a la Iglesia, Télé Lumière y Noursat, no tienen ánimo de lucro y casi la mitad del personal ofrece un servicio voluntario.

Para la construcción de la “ciudadela de los medios de comunicación”, existen varias formas de aportación, incluso en línea a través del sitio: www.noursat.tv.

Ver también ZENIT: http://www.zenit.org/article-33465?l=spanish.

Traducido del francés por Nieves San Martín


 

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“Quedarse en Tierra Santa es un deber incluso antes que un derecho”
Entrevista al padre Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa
ROMA, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El ruido del conflicto entre israelíes y palestinos hace pasar en silencio la vida de la comunidad cristiana en Tierra Santa y sus problemas. Y sin embargo, la presencia cristiana en esos Santos Lugares es un deber hacia el pasado, el presente y el futuro.

Así lo afirma el Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa, ofreciendo en esta entrevista concedida a ZENIT una panorámica sobre la condición real de esos cristianos que aún moran en la Tierra de Jesús.

-Las condiciones de los cristianos en los países de mayoría musulmana han sido presentadas en más de una sede, pero su situación en el Estado judío es poco conocida. ¿Puede hablarnos de las condiciones de los cristianos, sobre todo en cuanto a libertad religiosa, libertad de conciencia y derechos políticos?

Padre Pizzaballa: Cuando se habla de Tierra Santa se crea siempre una cierta confusión. En Tierra Santa hay dos entidades políticas: está Israel y está la Autonomía palestina, que están en conflicto, un aspecto que hace las cosas aún más complicadas. Por tanto, la situación de los cristianos en Israel, donde hay una mayoría judía, seguida de otra minoría musulmana y después de la minoría cristiana, es una cosa; mientras en cambio la situación dentro de la Autonomía palestina, donde hay una enorme mayoría musulmana, tiene otra dinámica. Sería necesario, por eso, distinguir muy bien estos dos ámbitos.

En Israel el cristiano tiene serios problemas de identidad. No hay un problema social o económico, hay problemas que se pueden encontrar en todos los países, pero digamos que desde el punto de vista de la vida económica y social, los cristianos no encuentran graves problemas. El verdadero problema para un cristiano es el de ser ciudadano israelí pero no judío, el de ser árabe pero no musulmán. Es por tanto una minoría dentro de una minoría. No hay discriminaciones desde el punto de vista de la ley, pero de hecho hay desigualdad de trato, de acercamiento que afectan de modo particular a la minoría cristiana. Repito, no porque la ley lo prevea, sino porque de hecho en la vida social una minoría no es visible y a menudo no se la toma en consideración y para “hacerse ver” hay que ser el doble de valientes que los demás. Naturalmente, está también el problema político: que relación deben tener las minorías con un Estado que se define judío? Este es un aspecto. Junto a ello, está la influencia de la difícil relación entre judaísmo y cristianismo. Hay un prejuicio de fondo que nace y que se ha desarrollado a lo largo de los siglos en el judaísmo hacia el cristianismo por razones que son conocidas y que en Israel se hacen tangibles.

Es diversa la situación en la Autonomía palestina, en la que influye ante todo el conflicto palestino-israelí. Aquí hay una mayoría islámica a la que le cuesta más ver a los cristianos porque son cada vez menos e incluso en las zonas que eran tradicionalmente cristianas, pienso sobre todo en Belén, hoy vive una reducida minoría cristiana, hoy menos del 10%. Por desgracia el conflicto entre palestinos e israelíes está asumiendo también un carácter religioso. A veces, no siempre es así, pero a veces surge la idea de que para ser buen patriota hay que ser musulmán. No es así porque dentro de la parte cristiana hay personas de relieve, aunque cada vez menos. Hay formas de integrismo, seguramente. Las hay en ciertas franjas israelíes, las hay también dentro de la Autonomía palestina. Los cristianos, por tanto, en su pequeñez y en su división se sienten un poco aplastados por esta situación. Es una realidad más bien compleja y que, desde el punto de vista humano, provoca muchas preocupaciones.

- ¿Qué efecto tendría sobre los no judíos el juramento de lealtad al Estado judío propuesto por Benjamin Netanyahu?

Padre Pizzaballa: Ante todo el Estado de Israel se ha definido siempre desde el principio como Estado judío y democrático, y la posición de las minorías a este nivel no ha sudo nunca aclarada del todo. Ahora Israel ha querido con una prueba de fuerza dar vida a esta ley que ha suscitado muchas críticas, tanto dentro como fuera de Israel, no sólo entre las minorías musulmana y cristiana sino también dentro de la propia componente judeo-israelí, llevando a acusaciones muy graves de fascismo. Es una ley injusta porque el Oriente Medio, como también en Israel, la separación Estado-religión no existe, y después en este conjunto tan intrincado de identidades crea malestares muy fuertes y también injustos, porque es una injusticia hacer declarar a quien no es judío fidelidad a los principios judíos.

- En la segunda rueda de prensa usted afirmó: “los tiempos del Sínodo no son los tiempos de los periodistas”. Pero si el Syn‘odos no es un “caminar juntos” hacia objetivos planificados y hacia la realización del bien que hacer hoy y no dejarlo para mañana, ¿no se quedaría todo en una reunión colectiva catártica, por muy saludable que pueda ser?

Padre Pizzaballa: Es verdad que los tiempos de la Iglesia deberían ser más rápidos. Pero no son los tiempos de la vida social, porque en la sociedad hay cambios muy rápidos que a la Iglesia le cuesta digerir. Que hay también problemas dentro delas dinámicas de la vida de la Iglesia, no hay duda alguna. Que hay una cierta distancia entre el territorio y las autoridades de la Iglesia, esto es también verdad. Pero no debemos tampoco abatirnos demasiado, tener una visión demasiado crítica o en todo caso demasiado replegada en nosotros mismos. A pesar de nuestros problemas, debemos mirar también al bien que la Iglesia consigue hacer a través de sus instituciones, a través de las escuelas, de tantas obras, pero sobre todo a través de tantos pastores, de tantos laicos que se comprometen, que se ponen manos a la obra y que no esperan a que se les indique por parte de no se sabe quien, sino que con pasión, con amor se dedican al territorio y a las personas que están en el territorio. Estas personas no hacen ruido, pero son las que al final hacen Iglesia. El Papa usó una expresión muy bella al inicio del Sínodo: es “la fe de los sencillos” la que hace fuerte y grande a la Iglesia. Es verdad que en ciertos ámbitos de autoridad de la Iglesia se hacen demasiados comentarios, demasiadas discusiones y cuesta después pasar a la implementación, también porque la estructura de la Iglesia es muy compleja, pero también hay que mirar al territorio a lo que surge, a lo que nace, y después ponernos también en una perspectiva de fe: no serán nuestros programas los que salvarán a la Iglesia, sino ante todo la obra de Dios que pasa a través de la oración, de la vida y de la pasión de tantas personas.

- Una de las cuestiones más urgentes para los cristianos de Oriente Medio es la de las peregrinaciones, que afecta principalmente a los cristianos árabes. En los discursos llegados a la prensa no parece que se haya hablado de esto durante el Sínodo. ¿No sería oportuno, en cambio, que los obispos de Oriente Medio uniesen su voz para lanzar un llamamiento a los gobiernos de la región?

Padre Pizzaballa: En el Sínodo no se ha hablado directamente de la peregrinación a los Santos Lugares desde los países árabes. Se ha hablado indirectamente en la invitación a hacer todo lo posible para alcanzar la paz en Oriente Medio. Esta también es una perspectiva, seguramente. Hay que decir que con Israel los Santos Lugares han gozado de una libertad intachable, pero es verdad también que el conflicto palestino-israelí además del conflicto de Israel con los países árabes ha cerrado de hecho lo que tradicionalmente estaba abierto a todas las comunidades cristianas de Oriente Medio y que miraban a Tierra Santa como a una fuente espiritual. Esta es una herida profunda que permanece y por la cual debemos trabajar como Iglesia – aunque quizás no tengamos tanto poder – e insistir ante la comunidad internacional para que este aspecto sea tenido presente y para que caigan cuanto antes estas fronteras, estas barreras también psicológicas por ambas partes.

- El cristianismo no es un acontecimiento abstracto, ha sucedido en tiempos concretos y la martirizada Tierra Santa es su espacio sagrado concreto. Usted afirmó en su intervención que “habitar ese espacio es nuestra vocación”. Cómo puede la Iglesia universal ayudar a los cristianos de Tierra Santa a vivir y qué cambio espera tras este Sínodo?

Padre Pizzaballa: Habitar en los Santos Lugares es un deber antes incluso que un derecho de todo cristiano, cada uno de formas distintas. La Iglesia universal debe habitar esos lugares con la peregrinación, viniendo a Tierra Santa; la comunidad cristiana, viviendo en esos lugares que hacen memoria de aquellos donde Jesús nació, murió y resucitó, viviendo y rezando, bautizando a los propios hijos, casándose, enterrando a los muertos. Y no es fetichismo, no se trata solo de estar en los lugares con devocionismo sofisticado, sino de vivir en esos lugares con vitalidad, viviendo la ciudad, habitando los espacios, llevando la propia contribución como cristianos. Por tanto nuestra vocación como cristianos es precisamente la de levantar la mirada. No queremos ser testigos del sepulcro vacío de Cristo: ecce locus ubi posuerunt eum (“he ahí el lugar donde lo pusieron”), decir esto significa también levantar la mirada. El mensaje cristiano no es un replegarse devocionista sobre el Santo Sepulcro, sino que es un aliento de esperanza porque Cristo ha resucitado y nuestra contribución debe ser esta. Hay problemas, incomprensiones, opresiones, pero no nos doblamos, miramos adelante. Porque Cristo ha redimido el mundo y nosotros somos testigos de ello.

-La presencia franciscana en Tierra Santa es plurisecular. Comenzó con el capítulo general de 1217, y fue considerada como “la perla de todas las provincias”. ¿Cuáles son los puntos firmes del significado de vuestra presencia, y qué cambios os imponen los signos de los tiempos actuales, a los que se añade también el Sínodo para Oriente Medio?

Padre Pizzaballa: La misión de la Custodia franciscana de Tierra Santa es siempre esta: cuidar los Santos Lugares – las piedras de la memoria – y las piedras vivas – la comunidad cristiana –. Estar en los lugares hoy no es popular, porque se habla mucho de comunidad, de asamblea, mientras que marcar el territorio tiene una importancia que sobre todo en Oriente Medio es capital. Por tanto hay que estar en esos lugares aunque no vaya nadie, aunque estén aislados, aunque no sea gratificante. Simplemente estar allí y celebrar su memoria ante todo con la oración. Y después, el estar con la comunidad cristiana, con las piedras vivas porque la sociedad está cambiando, los jóvenes cambian, tienen nuevas esperanzas, nuevas exigencias, hay un fuerte empuje hacia la secularización también en Oriente Medio y con el crecimiento del nivel económico hay también un alejamiento porque se tiene menos necesidad de la ayuda social de la Iglesia, mientras que en cambio siempre se pide una ayuda cultural, también una ayuda espiritual y de presencia muy fuerte. En este sentido cambiará nuestra misión, pero seguirá siendo sustancialmente la misma.

Por Robert Cheaib, traducción del italiano por Inma Álvarez 

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Mundo


Los australianos “agradecidos” por su primera santa
El cardenal Pell reflexiona sobre la canonización de Mary MacKillop
SYDNEY, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Reflexionando sobre la canonización, la semana pasada, de la primera santa australiana, el cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, dijo que “inflamaba el corazón” ver la imagen de santa Mary MacKillop colgando de la Basílica de San Pedro de Roma.

Ayer domingo, el cardenal hizo un breve informe sobre el acontecimiento, que reunió a cerca de 8.000 australianos en Roma para la Misa de canonización de la fundadora de las Hermanas de San José, y que muchos otros peregrinos llegaron desde lugares como Nueva Zelanda, Escocia, Perú y Timor Oriental, donde las hermanas de San José están trabajando actualmente.

En esta misa, el Papa canonizó a Stanislaw Soltys (Polonia), André Bessette (Canadá), Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola (España), Giulia Salzano (Italia), y Camilla Battista Varano (Italia).

El cardenal Pell saludó la “amplia aprobación en la mayor parte de la comunidad australiana" y en particular la "delegación bipartidista partamentaria encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores y el diputado líder de la oposición, venidos a Roma”.

También mostró su agradecimiento a Tim Fischer, el primer embajador ante la Santa Sede a tiempo completo, no sólo por acudir a los actos, sino también por organizar “varias celebraciones exitosas”.

El cardenal observó que Kanga Two – una caravana de apoyo para proporcionar ayuda e información a los australianos – fue estacionado frente a San Pedro, y que la embajada australiana fue una gran ayuda para resolver los problemas de los peregrinos.

"Escuché algo sobre una pierna rota y 14 pasaportes robados o perdidos, lo cual ha sido un buen resultado para la cantidad de gente implicada”, añadió.

El pasado lunes, cerca 5.000 australianos se reunieron en San Pablo Extramuros para una Misa de Acción de Gracias. El cardenal Pell explicó que el lugar se eligió para la “única celebración australiana” tanto por su amplitud como por “sus antiguos lazos con el mundo de habla inglesa”.

“Antes de la Reforma los reyes católicos de Inglaterra eran canónigos honorarios de la basílica, que es ahora el lugar tradicional de las celebraciones ecuménicas”, explicó.

Grandes cosas

En esa misa, la hermana Maria Casey, postuladora de la causa de Mary MacKillop, afirmó que “han ocurrido grandes cosas en Roma” en el día de la canonización de Mary MacKillop. Añadió que grandes cosas ocurrieron también en "Australia, Nueva Zelanda, Irlanda, Escocia, Estados Unidos, Timor Oriental, Perú y otros lugares".

"Ella ya no es sólo nuestra santa australiana”, dijo la hermana Casey. “Es una santa del mundo entero”.

En su homilía, el cardenal Pell afirmó que los australianos están “encantados y agradecidos” por la canonización de su primera santa nativa.

Reflexionando sobre la vida de Mary MacKillop, el arzobispo de Sydney observó que “todo lo que ella hizo lo hizo en el nombre del Señor Jesús, y puso su corazón primero en el Reino de Dios y en su justicia salvadora. Fue su fe lo que motivó su servicio y motivó al gran número de mujeres que se le unieron”.

"Santa María de la Cruz [Mary of the Cross] es una de nosotros”, afirmó, “hija de una sociedad libre y abierta. Su voz es una voz australiana, la voz de una gran mujer a la que los australianos pueden reconocer como una de los suyos”.

El purpurado añadió que santa MacKillop constituye una inspiración para todos los australianos, especialmente en lo referente a sus enseñanzas sobre el perdón, su ayuda a los demás, y su fortaleza al afrontar las dificultades. “Estas enseñanzas hablan a mujeres y hombres, lejos de nuestras fronteras y en todas las épocas”, afirmó.

"Australia no es un país perfecto", concluyó el cardenal Pell, "pero las bendiciones que Dios ha derramado sobre nosotros han sido bendiciones abundantes. Ahora él ha elevado de entre nosotros a santa María de la Cruz para ser nuestra primera santa".

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La secularización desafía tanto a católicos como a ortodoxos
Conclusiones del Foro Católico-Ortodoxo celebrado en Rodas
RODAS, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Representates católicos y ortodoxos europeos han alertado ante los peligros que se derivan de una sociedad secularizada, "sin puntos de referencia morales y sin un proyecto digno de la persona humana". Es el mensaje lanzado en el comunicado final del segundo Foro Católico-Ortodoxo, celebrado en Rodas (Grecia), del 18 al 22 de octubre, sobre el tema "Relaciones Iglesia-Estado: perspectivas teológicas e históricas".

El Foro ha sido presidido por el metropolitano Gennadios de Sasima, del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, y por el cardenal Péter Erdő, presidente del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), y ha congregado a 17 delegados de ese Consejo, así como a otros tantos representantes de las Iglesias ortodoxas en Europa.

"No es posible fundamentar la convivencia sin establecer una relación con la realidad objetiva del ser humano, con la necesidad de abrirse a toda la realidad en la que está integrado, que no sólo se reduce a la búsqueda del bienestar material, sino que incluye la búsqueda del sentido de la vida, a través de una búsqueda espiritual que no termina nunca", explican los participantes en el comunicado final.

"La imagen del ser humano que se proyecta en los discursos públicos y en los medios de comunicación con frecuencia es ajena a la búsqueda de la verdad, mientras se valora exclusivamente la satisfacción de deseos subjetivos", dice el texto final.

"El orden jurídico sobre el que están erigidos los Estados y, por tanto, las relaciones entre los ciudadanos, no puede depender de las opiniones cambiantes de las personas, ni de la acción de grupos de presión", declaran, subrayando que este orden "debe basarse en los valores humanos intangibles", "innatos en el ser humano" y "precedentes al derecho y al Estado".

El Foro ha afrontado algunos algunos temas en particular: la relación Iglesia-Estado desde el punto de vista teológico e histórico, la manera en que las Iglesias viven sus relaciones con el Estado; el bien común y el servicio/diaconía de la Iglesia a la sociedad".

En Europa, sigue diciendo el texto, el sistema de la separación con cooperación entre la Iglesia y el Estado es el más difundido.

Esta separación debe ser entendida "como separación de los campos político y religioso, y no en el sentido de una ignorancia recíproca, imposible de aplicar". "Independencia y autonomía recíproca deben permitir una cooperación específica y armónica entre las dos instituciones".

En este contexto, las Iglesias "desean poder participar más activamente en los debates éticos y morales que afectan al futuro de la sociedad".

"Nos parece importante confirmar que nuestros países de Europa no pueden desgajar sus raíces cristianas sin destruirse y que los desafíos éticos son determinantes para nuestro futuro en un mundo globalizado", declaran los participantes.

"Las Iglesias tienen el deber de despertar las conciencias" "y de defender la dignidad de la persona humana creada a imagen de Dios", confirmando en particular "el derecho a la objeción de conciencia para el personal médico, a quien nadie puede obligar a practicar el aborto o la eutanasia".

El comunicado final recuerda también "las diferencias notables" existentes entre las Iglesias por lo que se refiere a sus condiciones de vida material: algunas "son financiadas con el dinero del Estado, otras tienen un sistema de impuesto eclesiástico impuesto por la ley, otras recurren exclusivamente a las donaciones de los fieles".

"En algunos países de Europa, las Iglesias siguen esperando la restitución de los bienes que les fueron confiscados por el régimen comunista, algo que les permitiría cumplir con su misión pastoral, caritativa y social".

Los participantes en el Foro han insistido por último en la libertad de educación, recordando que el deber de la educación pertenece a los padres. La Iglesia, han subrayado, "tiene el derecho constitutivo de ofrecer una educación que esté en conformidad con los principios cristianos a los hijos de las familias que lo han pedido".

El tercer Foro Católico-Ortodoxo se celebrará en Lisboa, Portugal, en 2012.


 


 


 

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Irlanda: Año de oración para la renovación espiritual
Invitación de los obispos tras su asamblea general de otoño
DUBLÍN, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Los obispos de Irlanda han animado a todos los fieles del país a celebrar un Año de oración para apoyar el proceso de purificación espiritual y moral para renovar la Iglesia en Irlanda tras los escándalos por los abusos sexuales a menores.

La iniciativa comenzará el próximo 28 de noviembre, primer domingo de Adviento, “oportunidad para todos para aprovechar la oración basada en la Escritura”, indica el comunicado final de la asamblea general de otoño de la Conferencia Episcopal de Irlanda, publicado el 19 de octubre.

Durante ese tiempo, los fieles están invitados a rezar la oración por la Iglesia en Irlanda incluida en la Carta Pastoral a los católicos de Irlanda publicada por el Papa el pasado 19 de marzo.

También a seguir la invitación de Benedicto XVI de participar en la adoración eucarística, en el sacramento de la Reconciliación y en la penitencia de los viernes.

Por otra parte, el episcopado irlandés mostró su agradecimiento a todos los que han ofrecido sus “útiles reflexiones” sobre la Carta Pastoral de Benedicto XVI a los católicos de Irlanda.

El comunicado también hace referencia a la preparación de la próxima visita apostólica a algunas diócesis, seminarios y congregaciones religiosas de Irlanda.

En este sentido, el texto explica que “el pasado 6 de octubre, el cardenal Seán Brady, el arzobispo Diarmuid Martin, el arzobispo Dermot Clifford y el arzobispo Michael Neary, viajaron a Roma y celebraron la misa del Espíritu Santo junto a los visitadores apostólicos y a los superiores de la Congregación para los Obispos y de la Secretaría de Estado”.

“En su posterior reunión debatieron sobre la organización de la visita apostólica y las deliberaciones fueron positivas y constructivas”, continúa el comunicado.

Y añade: “Es la esperanza de todos que la visita apostólica ayude en la purificación y la curación de la Iglesia en Irlanda y contribuya a la restauración de la confianza y la esperanza de los fieles en nuestro país”.

Congreso Eucarístico

Por otra parte, la Iglesia en Irlanda está preparando el 50º Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará en Dublín del 10 al 17 de junio de 2012, con el tema The Eucharist: Communion with Christ and with one another (La Eucaristía: Comunión con Cristo y con los demás, n.d.r).

Ya está aprobado el texto de la oración del Congreso Eucarístico, que se ha traducido al alemán, al francés, al italiano, al español y al polaco.

Además, en la web del episcopado irlandés está disponible un breve video de presentación del Congreso y otras informaciones del evento.

El conocido compositor irlandés Bernard Sexton ha compuesto el himno para el Congreso Eucarístico, titulado Though We Are Many, We Are One Body in Christ.

Uno de los momentos centrales de la preparación del Congreso será un encuentro nacional previsto para el último fin de semana de junio de 2011, con motivo del día de la solemnidad del Corpus Christi.

Finalmente, la Comisión de Planificación del Congreso Eucarístico ha preparado un programa pastoral, con materiales catequéticos. Más información en www.iec2012.ie.

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Foro


Predicando con el piano
Los extraordinarios y singulares conciertos de Carlo José Seno
Por Renzo Allegri

ROMA, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Este viernes, en Roma, en la Sala de la Conciliación del Palacio Lateranense, en presencia del cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, se celebró la solemne ceremonia de apertura de la causa de beatificación del siervo de Dios François-Xavier Nguyên Van Thuân, cardenal vietnamita, fallecido el 16 de septiembre de 2002 tras una larga enfermedad. Tenía 74 años.

Una figura excelsa. Gran testimonio de la fe de nuestro tiempo. Procedía de una familia cuyos miembros habían sufrido muchas persecuciones por su fe. Y también él, en 1975, dos meses después de ser consagrado obispo, fue arrestado por las autoridades comunistas, encarcelado y sin ningún juicio ni sentencia, pasó 13 años en la cárcel, nueve de los cuales en aislamiento.

Es el hombre de la esperanza y del amor. No pierde nunca su optimismo cristiano y nunca tuvo una sola palabra de resentimiento contra sus perseguidores. Ejemplo excelso, admirado por todos. La Iglesia de Roma, donde, tras la liberación de la cárcel, pasó los últimos diez años de su vida, dando a todos un altísimo ejemplo de santidad, y donde desempeñó cargos importantes, ha querido que esta jornada del inicio de la causa de su beatificación se celebrara con especial solemnidad.

El programa incluye varios eventos, que concluyeron con un concierto-testimonio, inspirado en la vida de este mártir por la fe, titulado Testimonio de la esperanza. Espectáculo singular, ideado por un sacerdote lombardo, Carlo Seno, que antes de convertirse en sacerdote era un célebre pianista.

“Para seguir mi vocación estaba dispuesto a todo, incluso a sacrificar la música”, explica don Carlo.

“Pero el cardenal Martini, que era arzobispo de Milán, cuando fui ordenado sacerdote, me sugirió que no abandonara mi pasión por el piano”. Así, poco a poco, nació una nueva forma de apostolado, a través de conciertos-espectáculo sobre temas espirituales o litúrgicos. La música ayuda a entender y a crear esa atmósfera de emotividad que llega al corazón”.

De cincuenta años, alto, delgado, sonriente, siempre entusiasta, optimista incorregible con una comunicación irresistible, típica de los artistas, don Carlo es una de esas personas que cuando se encuentran ya no se pueden olvidar. Sus “conciertos-testimonio” ya son famosos. El público acude siempre en gran número. Y está formado sobre todo por jóvenes.

El concierto-testimonio inspirado en el cardenal vietnamita ya lo ha repetido 72 veces en una gira por Italia. Otro de estos conciertos que ha tenido y continúa teniendo gran éxito se titula Clara es la noche, y se desarrolla en torno a la experiencia humana de Chiara Luce Badano, chica de la región italiana de Liguria fallecida a los 18 años a causa de un tumor y beatificada el pasado 25 de septiembre. A toda vela es el concierto que habla del Espíritu Santo; A cielo abierto está centrado en Dios Padre; Soñando sinfonía, sobre la Iglesia; En las alas del águila, sobre la Reconciliación; En tu luz, sobre los misterios luminosos del Rosario; el grito de Dios y del hombre, sobre el tiempo cuaresmal, etcétera.

“El objetivo de mi vida sacerdotal es difundir la Palabra de Dios”, dice don Carlo. “Lo hago ante todo de la manera tradicional, con mi vida y mi actividad pastoral, y después también utilizando el amor por la música que Dios ha puesto en mi corazón”.

De joven, don Carlo era un “niño prodigio” del piano. Diplomado en el Conservatorio de Milán, con perfeccionamiento en el Conservatorio nacional superior de música de París, era el astro naciente de los concertistas internacionales, el alumno de míticos concertistas como Vladimir Horowitz y Georges Cziffra. Productores y casas discográficas se lo rifaban porque veían en él a una verdadera estrella del futuro. Pero después, improvisado e inesperado llegó el sorprendente momento crucial. Una historia, la suya, bellísima y a la vez enigmática, como las que explica en sus conciertos-testimonio.

Hijo de un veneciano y de una peruana, nació con la música en la sangre. Su padre era pianista y transmitió a sus cinco hijos su pasión; en concreto, sin embargo, a Carlo José, que desde la infancia demostró tener dotes excepcionales. De hecho, empezó el estudio del piano a los cinco años.

“Estudiaba con pasión”, recuerda. “Durante años, mis días volaron rápidamente, entre los compromisos musicales y los de los estudios clásicos. No tenía tiempo para cultivar amistades, para jugar con los de mi edad, para llevar una vida normal. Pero era feliz. La música lo era todo para mí”.

Se diplomó en el Conservatorio de Milán en la clase de Alberto Mozzati pero ya antes del título era un concertista reafirmado. Ganó concursos, premios, y fue a perfeccionarse a París, donde enseñaba una de las profesoras más prestigiosas de nuestro tiempo: madame Germaine Mounier.

“Permanecí en París tres años”, explica. “Fueron años bellísimos. Madame Mournier me sugirió ir a alojarme a una residencia para jóvenes músicos, en la periferia de la capital francesa. Un lugar estupendo. Estábamos allí unos cien, entre chicos y chicas, todos entre 18 y 25 años. Cincuenta franceses, los demás procedíamos de otras partes del mundo. Yo era el único italiano. Cada uno de nosotros tenía un apartamentito elegante, independiente. En ese ambiente internacional, hice amistades estupendas y mi mundo de relaciones finalmente se amplió”.

“Desde niño, cuando pensaba en mi futuro, soñaba con casarme para formar una familia unida, feliz, parecida a la familia en la que nací. En los años que viví en París, tenía la edad precisa para sentar la cabeza y deseaba casarme. Por eso, entre las chicas que conocía, intenté encontrar una adecuada. Pero siempre sucedía algo misterioso e inexplicable. Cuando me gustaba una chica, todo funcionaba de maravilla. Pero apenas buscaba dar una cierta seriedad a la relación para pensar en el matrimonio, siempre pasaba algo que lo arruinaba todo y me daba cuenta de que esa chica no era adecuada para mí. Después de una, dos, tres experiencias de este tipo, empecé a preocuparme. Fue entonces cuando, dentro de mí, empezó a hacerse oír una voz. Era muy lejana, muy débil, pero insistente: '¿Y si el Señor quisiera que tú lo siguieras convirtiéndote en sacerdote?', me preguntaba”.

“Al principio, esa perspectiva me asustó. Yo era creyente, católico, quería servir a Dios en cualquier lugar, con cualquier profesión, pero no en la de sacerdote, porque no la sentía para nada como un camino hecho para mí. Durante el último año de mi estancia en París, conocí a una chica estupenda, inteligente, óptima pianista. Parecía hecha especialmente para mí. 'Ésta es la mujer precisa', me dije. Estábamos muy bien juntos. Ya veía mi futuro junto a ella”.

“Pero después, tras algunos meses de acuerdo perfecto, cuando empezaba justamente a pensar en el matrimonio, se verificaron, como siempre, esas extrañas incomprensiones que volvieron a arruinarlo todo. Durante un poco de tiempo intenté esconderme a mí mismo esa triste verdad esforzándome por llevar adelante una relación que no se sostenía en pie. Al final, tuve que renunciar. Y entonces la voz misteriosa que me llamaba a otra meta se hizo más fuerte y nítida”.

“Volví a Italia preocupado. Una vez más, me dirigí a Dios y le rogué con todas mis fuerzas que me iluminara. 'Ahora me preparo para un concurso de piano importante', dije en mi oración a Dios. 'Tiene que ser el que le dé un giro definitivo a mi vida. Dame un signo para hacerme entender cuál debe ser mi camino'”.

“Me preparé para aquel concurso con gran esfuerzo. Me sentía fuerte y seguro como nunca me había sentido, ni siquiera cuando había ganado otros concursos más comprometidos y prestigiosos. En cambio, fui eliminado en la última prueba. 'Ésta es la respuesta que he pedido a Dios', me dije. Entonces estaba todo claro. Dios me llamaba, quería que le dedicara la vida”.

“Pasé largos meses reflexionando y sufriendo. Me aconsejaron sacerdotes, recé mucho. Al final, decidí: iba a renunciar a todo, a la carrera, a la familia, a la música, para dedicarme sólo a Dios. Hice mi último concierto, después entré en el seminario. El 26 de junio de 1990 fui ordenado sacerdote”.

Le pregunté: “¿Cómo nacieron sus conciertos-testimonio, que ahora se han hecho famosos?”. “Como he dicho -responde don Carlo-, fue el cardenal Martini quien me dijo que no abandonara la música. Pero también el rector del seminario, don Luigi Serenthà, cuando me acogió, me hizo la misma recomendación. 'Estoy contento de que entres en el seminario, pero debes traer el piano', dijo. 'Dios te ha dado el don de entender la música y la cualidad para interpretarla: no deben despreciarse los dones de Dios'”.

“En el seminario continué practicando. De sacerdote, al principio empecé con conciertos normales, celebrados en las parroquias para atraer a los jóvenes. Después, decidí utilizar la música para comentar un tema que trataba también con una exposición verbal y en general se refería a mi experiencia de encuentro con Dios. Después mis conciertos se hicieron temáticos, desarrollaban temas litúrgicos que la Iglesia estaba viviendo en ese momento, la Pascua, la Navidad, el Espíritu Santo, etcétera”.

“Y poco a poco he perfeccionado esta idea, hasta llegar a los conciertos actuales, que son una especie de 'catequesis artísticas' donde música, teatro, literatura y a veces también imágenes se funden y se combinan para crear ese encuentro que une el escenario y la platea en un único deseo, el de la oración, la reflexión, la meditación sobre hechos, acontecimientos, conceptos”.

“Conmigo colaboran también otras personas. Hay dos sacerdotes, que proceden de otras experiencias artísticas, don Paolo Zago y don Natale Monza, y después chicos, chicas, hemos ampliado finalmente nuestra manera de realizar estas tardes-testimonio para una reflexión comunitaria. Algunos de estos conciertos han sido recogidos en CD y así el “Testimonio” se difunde también allí donde mis amigos y yo no podemos llegar”.


 

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Testimonio


Sicilia: Una comunidad eclesial viva y dinámica
El futuro cardenal Romeo, un experto en pastoral juvenil
PALERMO, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI en la persona del arzobispo Paolo Romeo ha reconocido la valentía, vitalidad, y martirio de una Iglesia antigua en Italia, Sicilia. Al margen de la mafia, gangrena social que atenaza no sólo a Sicilia sino al mundo, la Iglesia anima en esta Isla, cruce de culturas, una comunidad eclesial viva, comprometida con los pobres, empeñada en enseñar a los jóvenes el camino hacia la legalidad. Es también una Iglesia multicultural.

El arzobispo Paolo Romeo, de Acireale, Sicilia, nació el 20 de febrero de 1938, quinto de una familia de nueve hijos. Entró en el Seminario Episcopal de Acireale donde estudió Teología. Completó sus estudios académicos, desde 1959, como alumno del  Almo Collegio Capranica, con la licenciatura en Teología en la Universidad Gregoriana y la licenciatura en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Lateranense.

El 18 de marzo de 1961 fue ordenado sacerdote en la Capilla del Seminario Episcopal de Acireale. En 1964, entró en la Academia Eclesiástica Pontificia, y desde 1967, al servicio de la Santa Sede, estuvo en las representaciones pontificias en Filipinas, Bélgica-Luxemburgo y Comunidades Europeas, Venezuela, Ruanda y Burundi. Desempeñó para la Secretaría de Estado el seguimiento del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). En 1983, fue nombrado nuncio en Haití, recibiendo la ordenación episcopal de manos de Juan Pablo II, en la basílica de San Pedro, en 1984.

En 1990, fue nuncio en Colombia y, en 1999, pasó a serlo en Canadá. El 17 de abril, Juan Pablo II lo llamó a Roma como nuncio en Italia y en la República de San Marino. En un artículo, Vita Orlando, directiva, junto a otros colaboradores, de la Consulta de Laicos de la Conferencia Episcopal Siciliana, presenta al preconizado cardenal Paolo Romeo.

***

Monseñor Paolo Romeo, empeñado en construir una nueva Sicilia

Por Vita Orlando*

Monseñor Paolo Romeo, pastor de la iglesia de Palermo y presidente de la Conferencia Episcopal Siciliana, lleva años comprometido con determinación, en el difícil camino del rescate de una región en la que, en los últimos decenios, se han acentuado graves formas de desigualdad social, de individualismo extremo y de secularismo, donde la fractura entre fe y vida ha asumido niveles preocupantes, tanto en el plano pastoral como en el ético-social.

Seguidor del Concilio Vaticano II, y gran apoyo del papel propio y específico de los laicos en la vida de la Iglesia, el arzobispo de Palermo ha animado a los jóvenes de Sicilia y a su familias a ser protagonistas de una nueva evangelización, favoreciendo en las comunidades cristianas la promoción de una cultura de comunión, capaz de hacer frente a fenómenos difusos e inhumanos, como los mafiosos y de extendida ilegalidad.

Y a este fin, no hay mejor testimonio de esto que lo que el mismo monseñor Romeo, dijo el Papa Benedicto XVI, con motivo de su visita pastoral a Palermo, el pasado 3 de octubre, ante una muchedumbre de 300.000 personas, venidas de todos los rincones de la Isla:

“Santidad, nuestras Iglesias de Sicilia son ricas en figuras que han construído el Reino de Dios entre los hombres gastándose, con heroica fidelidad, en un servicio incondicional y a tiempo pleno, conscientes de que a través de su apostolado han sido llamados a mostrar el rostro solícito de Dios que cuida a sus criaturas y la premurosa solicitud de la Iglesia hacia el hombre.

En este contexto, se me permita recordar el ejemplo del siervo de Dios don Pino Puglisi, que en su sacerdocio encarnó los rasgos de Cristo Buen Pastor. Aquél trágico 15 de septiembre de 1993, día de su bárbaro asesinato por mano mafiosa, dió el último testimonio de Cristo hasta ofrecer la vida por su rebaño, y concluyó así su trayectoria vital que, recientemente, los obispos italianos no han dudado en definir ‘eucarística’.

No podemos ocultar que esta nuestra Isla se caracteriza por heridas profundas, antiguas y nuevas, personales y comunitarias, que repercuten en el tejido social. Una cada vez mayor tasa de paro, el malestar de las capas sociales más débiles, los numerosos problemas administrativos y económicos, no cesan de condicionar de modo oprimente la vida en nuestra Isla, a menudo escenario de dramas de los que la criminalidad organizada, aprovechándose de este humus, es autora en perjuicio de todo el tejido social e –inevitablemente--, en perjuicio de cada conciencia.

Pero, ante Su Santidad, hoy, está sobre todo la riqueza del futuro en los jóvenes y sus familias, que, animados por la fuerza de la fe, se sienten impulsados a testimoniar con renovado empeño el amor de Dios hacia todos los hombres, especialmente en las actuales situaciones y coyunturas, tan problemáticas y dolorosas. Conocemos bien vuestra solicitud hacia la familia, definida por vos, “el ámbito privilegiado en el que cada persona aprende a dar y recibir amor” (V Encuentro Mundial de las Familias, Valencia 8 de julio de 2006).

No podemos callar que nuestra tierra de Sicilia, durante las generaciones pasadas, vió crecer familias arraigadas y fundadas no sólo en sólidos pilares como el trabajo, la honestidad, el amor a la propia tierra, sino especialmente en la fe y la práctica religiosa, y que, aún afrontando arduas desgracias de la vida, se han comprometido a transmitirla a los propios hijos. Y ¿cómo no recordar en este momento a cuántos, en el deseo de garantizar un futuro mejor a sus familiares, han tenido que buscar oportunidades de trabajo en otras regiones de Italia y el extranjero, y han sido sostenidos por la fuerza de su fe, en medio de las dificultades de vivir lejos de los afectos de su propia tierra?

Es obligado también subrayar el entusiasmo y la tenacidad de tantos cónyuges, su armonía y su afecto, su adhesión heroica al don de la vida, su testimonio de amor fiel y duradero, aún en circunstancias en verdad complejas y dificultosas. Estas familias nuestras advierten el empeño, recordado varias veces por vuestra santidad: ‘Los progenitores cristianos están llamados a dar un testimonio creíble de su fe y esperanza cristiana. Deben hacer de modo que la llamada de Dios y la Buena Noticia de Cristo lleguen a sus hijos con la mayor claridad y autenticidad’. (Valencia, 9 julio 2006).

Las familias de nuestras Iglesias de Sicilia están aquí para atestiguar hoy ante vos aquella fe que se proponen seguir transmitiendo a sus hijos, sobre la que han construído y desean aún construir una sociedad más humana y cristiana.

Junto a ellos, están hoy miles de jóvenes de nuestras Iglesias. ¡Vuestra santidad advierte ciertamente su calidez y su profundo afecto! Conocen bien cuánta y que importancia ocupan los jóvenes y sus problemas en el corazón del Pastor de la Iglesia universal. Saben bien con qué entusiasmo esta sigue impulsándoles a buscar el sentido más auténtico de su vida y a ir a la fuente viva de cada una de sus más altas aspiraciones: ‘Dios es la fuente de la vida; eliminarlo equivale a separarse de esta fuente e, inevitablemente, privarse de la plenitud y de la alegría’ (Mensaje para  la XXVI Jornada Mundial de la Juventud 2011). Ciertamente, muchos elementos hoy les ponen en riesgo de no mirar con esperanza al futuro. Mucho inmovilismo social y cultural, así como una gestión política discontinua y poco atenta a los problemas del elevado índice de paro juvenil, les ponen en trance de dejarse invadir por el sentimiento de fracaso, el reconcomio peligroso del desánimo.

Nuestros jóvenes, ante vos desean manifestar su voluntad de mirar al futuro con esperanza y renovar el testimonio de la fe recibida, como el mayor recurso en el que volver a poner su confianza, y del que volver a empezar cada día para construir una nueva Sicilia”.

Para saber más sobre la Iglesia en Sicilia:

http://www.arcidiocesi.palermo.it/.

*Vita Orlando es dirigente de la Consulta Regional de Laicos de la Iglesia de Sicilia.

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Documentación


Proposiciones al Papa aprobadas por el Sínodo (1 a 10)
Importancia de la Biblia y de la propia tierra

IUDAD DEL VATICANO, lunes 25 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la traducción al español de las Proposiciones 1 a 10 (versión no oficial), de la reciente Asamblea Extraordinaria para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos – cuyo texto oficial está en árabe –, objeto de voto personal por parte de los padres sinodales, presentadas al Papa Benedicto XVI. Este texto, como su nombre indica, tiene carácter propositivo.

* * *

 


 

Propositio 1

Documentos que se presentan al Sumo Pontífice

Los Padres sinodales presentan a la consideración del Sumo Pontífice los documentos sobre “La Iglesia católica en Oriente Medio: comunión y testimonio. La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma (Hch 4, 32)” relativos a este sínodo. Esta documentación comprende: los Lineamenta, el Instrumentum laboris, las Relaciones ante y post disceptationem, los textos de las intervenciones, tanto los pronunciados en el aula como los in scriptis, y sobre todo propuestas concretas, que los Padres han considerado de fundamental importancia.

Los propios Padres piden humildemente al Santo Padre que valore la oportunidad de ofrecer un documento sobre comunión y testimonio en la Iglesia en Oriente Medio.



 

Propositio 2

La Palabra de Dios

La Palabra de Dios es el alma y el fundamento de toda la pastoral; se augura que cada familia tenga una Biblia.

Los Padres sinodales animan a la lectura y la meditación cotidiana de la Palabra de Dios, especialmente la lectio divina, la creación de un sitio Internet bíblico con explicaciones y comentarios católicos al alcance de los fieles, la preparación de una guía de introducción a la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) con un método fácil de leer la Biblia.

Animan también a las eparquías / diócesis (desde ahora se usará el término “diócesis” equivalente a “eparquía” propio de la terminología oriental) y a las parroquias a promover encuentros bíblicos en lso que se medite y explique la Palabra de Dios para respondr a las preguntas de los fieles, con el objetivo de crear en ellos una familiaridad con las Escrituras, una profundización d la espiritualidad y un compromiso en el apostolado y en la misión.



 

Propositio 3

Pastoral bíblica

Los Padres sinodales recomiendan trabajar para poner la Sagrada Escritura, en sus dos Testamentos, en el centro de nuestra vida cristiana. Esto sucederá a través del ánimo a leerla, meditarla, interpretarla de modo cristocéntrico y celebrarla en la liturgia, según el ejemplo de la primera comunidad cristiana.

Se propone proclamar, tras una preparación adecuada, un año bíblico, seguido de una semana anual de la Biblia.



 

I - LA PRESENZA CRISTIANA IN MEDIO ORIENTE



 

Propositio 4

Identidad de las Iglesias católicas en Oriente

En un mundo marcado por divisiones y por posturas extremas, nosotros estamos llamados a vivir como Iglesia de comunión, permaneciendo abiertos a todos, sin caer en el confesionalismo. Seremos capaces de ello si permanecemos fieles a nuestro rico patrimonio histórico, litúrgico, patrístico y espiritual, como también a las enseñanzas del Concilio Vaticano II y a las normas y estructuras del Código de los Cánones de las Iglesias Orientales (CCEO) y al Código de Derecho Canónico (CIC) y a los derechos particulares de las Iglesias.



 

Propositio 5 

Compartir la cruz

Aún denunciando como cualquier hombre la persecución y la violencia, el cristiano recuerda que ser cristiano comporta compartir la Cruz de Cristo. El discípulo no es más grande que el Maestro (cf. Mt 10, 24). El cristiano recuerda la bienaventuranza de los perseguidos a causa de la justicia que tendrán en herencia el Reino (cf. Mt 5,10).

La persecución con todo debe despertar la conciencia de los cristianos en el mundo a una más grande solidaridad. Debe suscitar al mismo tiempo el compromiso de reclamar y sostener el derecho internacional y el respeto de todas las personas y de todos los pueblos.

Será necesario atraer la atención del mundo entero sobre la situación dramática de ciertas comunidades cristianas en Oriente Medio, las cuales sufren todo tipo de dificultades, llegando a veces hasta el martirio.

Es necesario también pedir a las instancias nacionales e internacionales un esfuerzo especial para poner fin a esta situación de tensión restableciendo la justicia y la paz.



 

Propositio 6

La tierra

Dado que el apego a la tierra natal es un elemento esencial de la identidad de las personas y de los pueblos y que la tierra es un espacio de libertas, exhortamos a nuetsros fieles y a nuestras comunidades eclesiales a no ceder a la tentación de cender sus propiedades inmobiliarias. Para ayudar a los cristianos a conservar sus tierras o a adquirir otras nuevas, en situaciones económicas difíciles, proponemos por ejemplo la creación de proyectos que se hagan cargo de hacerlas fructificar para permitir a los propietarios quedarse dignamente en sus países. Este esfuerzo debe acompañarse de una profunda reflexión sobre el sentido de la presencia y de la vocación cristiana en Oriente Medio.



 

Propositio 7

Gestión de los bienes

Con el fin de asegurar la transparencia, es necesario aplicar un sistema de auditoría contable en los asuntos financieros de la Iglesia, distinguiendo con claridad lo que le pertenece y lo que es propiedad del personal eclesiástico. Al mismo tiempo es necesario preservar las propiedades y los bienes de la Iglesia y de sus instituciones.



 

Propositio 8

Alentar la peregrinación

Oriente fue la tierra de la Revelación bíblica. Bien pronto esta región se convirtió en meta de peregrinación tras las huellas de Abraham en Iraq, tras las huellas de Moisés en Egipto y en el Sinaí, tras las huellas de Jesús en Tierra Santa (Egipto, Israel, Palestina, Jordania, Líbano), tras las huellas de san Pablo y de las Iglesias de los Hehocs de los Apóstoles y del Apocalipsis (Siria, Chipre, Turquía).

La peregrinación a los Santos Lugares ha sido alentada por los Sumos Pontífices. Es la ocasión de una catequesis profundizada, a través de una vuelta a las fuentes. Permitir descubrir la riqueza de las Iglesias de Oriente, encontrar u animar a las comunidades cristianas locales, piedras vivas de la Iglesia.



 

Propositio 9

Paz

Nuestras Iglesias deben comprometerse a rezar y trabajar por la justicia y la paz en Oriente Medio, y a dedicarse a la purificación de la memoria y a la promoción del lenguaje de la paz y de la esperanza, en lugar de el del miedo y la violencia. Se apelará a las autoridades civiles responsables para que apliquen las resoluciones de las Naciones Unidas relativas a la religión, en particular a la vuelta de los refugiados, el estatuto de Jerusalén y a los lugares santos.



 

Propositio 10

Consolidar la presencia de los cristianos

Neuestras Iglesias deben crear una oficina o una comisión que se ocupe del estudio del fenomeno migratorio y de sus motivaciones para encontrar los medios de afrontarlo. Estas harán todo lo posible y con todos los mdios para consolidar la presencia de los cristianos en sus patrias y esto a través de proyectos de desarrollo para limitar el fenomeno migratorio.



 

[Traducción de la versión italiana por Inma Álvarez]

 

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