25.10.10

La carta

A las 12:19 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe
 

Cualquiera sabe más que bien que cualquier miembro de la Iglesia católica o grupo, movimiento o lo que sea, de la misma, puede dirigirse bien a sacerdotes, obispos e, incluso, al Santo Padre, para manifestarle su parecer sobre los diversos temas que son de diario vivir en el seno de la misma.

Algo así es lo que han hecho los miembros de Redes Cristianas, que viene a ser así como un batiburrillo de los discípulos de Cristo que tienen por costumbre manifestarse siempre en contra de lo que pueda decir la Iglesia católica, desde su jerarquía cercana o romana.

Ha sido en forma de una denominada Carta abierta al Papa Benedicto XVI”.

Esto, para empezar, es algo curioso porque puede dar la impresión de que hay más de un Papa y se tiene que afinar en el tiro. Hubiera bastado con decir “Benedicto XVI”. Y no es tal forma de comportarse un tema baladí (pues dan a entender que vale igual la figura del Santo Padre como la de cualquier otro líder espiritual del mundo) porque quien es discípulo de Cristo sabe, a la perfección, que basta con lo que basta.

Pero, bueno, son formas de ser que, al parecer, no tienen remedio pero de lo que deriva todo, todo, lo demás.

Para empezar, es penoso que se pretenda dividir a los españoles y se afirme que “Usted sabe que Galicia y Catalunya, a pesar de formar parte del mismo Estado, tienen identidades muy singulares, forjadas a lo largo de los siglos, que se expresan en una lengua y con cultura propias; con tradiciones y santuarios propios -como los que visitará en estos días-, que configuran personalidades colectivas muy ricas y diferentes, con derechos históricos todavía no plenamente reconocidos que siempre hemos pedido a la jerarquía de la Iglesia que reconozca en todas las dimensiones de la vida religiosa, pastoral, litúrgica e institucional

Cualquiera puede deducir de lo aquí traído que la posición política, que no religiosa, de Redes Cristianas, se alinea con posiciones de izquierda o de ultraizquierda muy alejado de lo que un católico debe tener como bueno.

Pero luego se van animando.

Cuando hablan del pluralismo religioso existente en España pretenden que el Papa no hable: “Y a la vez porque dado este pluralismo, como dirigente de una de las confesiones religiosas, no puede dirigirse a sus habitantes en general como si todos fueran de su confesión. Ello puede molestar, lógicamente, a los que no lo son”.

¡Qué atentos con las demás confesiones y qué poco con la suya!

Esto es muestra de que o les importa poco lo que pueda decir Benedicto XVI (seguramente no muy acorde con sus intereses) o poco les importa.

Ahora aplican el dicho según el cual Cree en ladrón que todos son de su condición”:

La voz de nuestras comunidades ha sido secuestrada por la única voz de una Conferencia Episcopal, que de ninguna manera refleja la riqueza de la diversidad de las iglesias locales ni el pluralismo en los creyentes. En nuestras sociedades, hoy, el divorcio entre la cúpula de los obispos y las iglesias de base es alarmante. El trabajo sacrificado y silencioso de miles y miles de cristianos y cristianas de base no encuentra eco en las declaraciones y actuaciones de la jerarquía. Al contrario, su voz va quedando progresivamente ahogada ante el continuado ruido de los obispos en la calle.

¡Vaya!, tardaba en salir el fantasma de la Conferencia Episcopal, de la jerarquía y de las iglesias de base. Es un sonsonete o mantra que no pueden evitar proferir: ¡Qué malos que son los demás y qué buenos que somos nosotros, los progres! Y tratan, además, de que parezca que son algo más de cuatro gatos.

Por eso dice que Y es sobre todo en este campo donde echamos en falta la voz profética de la Iglesia, una voz fuerte contra la injusticia en la que los desheredados y desheredadas se sientan comprendidos y comprendidas”.

!Qué lenguaje tan acertado para un progre, perfectamente adecuado a lo políticamente correcto decir “desheredados y desheredadas¡ Si se descuidan un poco hablan de Papa y Papisa que es lo que les gustaría, sin duda, poder decir. Y en eso andan.

Aquí se delatan: “Desearíamos que la Iglesia apareciera ante nuestras sociedades con otro rostro, continuadora del hacer de Jesucristo ante los poderes de su tiempo” pues es lo que, exactamente, pretenden este grupo de progres: que la Iglesia católica deje de ser como es y sea de otra forma, digamos, alternativa que, por desgracia, sabemos qué quiere decir.

Y, para colmo, se sienten solos: “Sin embargo hoy, ante la gravedad y dureza de los acontecimientos, nos encontramos todos sin referentes institucionales, políticos, éticos, organizativos

¡Serán ellos los que dicen no tener referentes! (aunque los tengan, muerta y diezmada ideología, en la izquierda política y la Teología de la Liberación) porque la gran, pero gran, mayoría católica tenemos un referente bastante claro en nuestra jerarquía y en lo que la misma supone.

Anda, anda, a llorar mejor vayan a otra confesión religiosa porque en la católica hacen efecto nulo. Vamos, nada de nada.

Sin embargo, han acertado en algo y es que, en efecto, se trata de una carta “abierta” porque hace aguas por todos lados y se les escapa la fe en cada párrafo que han escrito llevados, seguramente, por algo que no es, precisamente, fidelidad y amor sino otra cosa.

Eleuterio Fernández Guzmán