2.11.10

Un reportaje, francamente, descorazonador

A las 12:16 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Derechos Humanos
 

Hay algunos comportamientos que son, en sí mismos, tristes porque definen formas de ser que, alejadas de la vida, se ensimisman con/en el mundo.

Al parecer, el mundo de la anticoncepción está de “enhorabuena”. El de verdad, está para llorar.

El domingo pasado, 31 de octubre, en el diario de tirada nacional “El Mundo”, en su cuadernillo de nombre “A tu salud verde” venía un reportaje que, sólo el título hedía a odio contra el ser humano. Era, a saber, el siguiente: “Anticoncepción”.

Eso, así escrito, era el presagio de algo que, por fuerza, no podía traer buenas consecuencias sino, al contrario, malas y muy malas.

Y, en efecto, las peores sospechas se cumplían en lo siguiente: “Desarrollan un gel para ambos sexos contra el embarazo”.

Y, poco a poco se iban animando en la cuesta hacia el abismo: “Aún se encuentran en fase de estudio, pero los resultados se muestran bastante prometedores”.

Y más, más y más “avances”: “Podría ser el primer contraceptivo masculino y, por otro lado, ofrecer a las mujeres una alternativa con menos efectos secundarios, como los dolores y el aumento de peso”.

Y así podríamos seguir un largo rato. Por ejemplo, esto: “Frente a la variedad de barreras femeninas, hasta cinco, el hombre sólo cuenta con el preservativo”.

Vale. Parece más que suficiente como para tentarse la ropa y pensar que más de uno está tocado del ala hedonista o, simplemente, no entiende que así no se va a ninguna parte y que el egoísmo está alcanzando, poco a poco, las cotas más altas de la miseria humana.

Señalemos algo que nos sirve, de tanta barbaridad, para darnos cuenta que lo que llaman salud es, en realidad, un actuar contra la vida humana.

Por ejemplo, tres perlas cultivadas en la química:

-Gel “contra” el embarazo.

Puede dar la impresión de que se trata de dar la guerra a la concepción. Y es, exactamente, lo que se pretende porque en un momento determinado se dice, además, que “Los expertos confían en que la carencia de efectos secundarios anime a las adolescentes a usarlo”.

Eso, eso, ampliando sectores de población, que se sumen a lo aberrante.

-Resultados “prometedores”.

Es del todo asquearte que se pretenda sostener que algo es bueno cuando se trata de una actuación contraria a la vida humana que, por vía natural, llegaría a formarse en el seno de la mujer que mantiene una relación sexual, digamos, ordinaria y común. Eso les parece que promete algo o, lo que es lo mismo, que puede esperarse algo “bueno” cuando, en realidad, es de lo más nigérrimo en una conducta que se puede producir: actuar contra la vida.

-El “preservativo”, única barrera.

Parece penoso, para ciertas mentes, que el hombre sólo tenga una forma, artificial, de no colaborar en el embarazo de una mujer. Por eso parecen la mar de contentos aquellos que procuran todos los medios para facilitar que eso no pueda seguir siendo así.

Ya no se conforman con el empleo de preservativos de las más variadas formas (no sé si sabores también porque las mentes enfermas tienen tales cosas dentro de ellas) sino que les parece bueno y benéfico que con el invento del ges anticonceptivo el ser humano de género masculino cuente con una forma más de impedir la vida. ¡Faltaría más, si la mujer cuenta, al menos, con cinco artificiales! ¿Dónde está la igualdad?

De todas formas, es verdad, que de “fallar” todos estos retrocesos (los llaman avances) siempre les quedará el aborto libre, gratuito, favorecido y protegido por un poder que se ha corrompido hasta lo más profundo de su corazón y ha procedido, a la carrera, a corromper a todo ser viviente de la especie humana que se tenga a sí mismo como el centro del universo y no quiera ser “molestado” por la llegada de un congénere que, además, sería descendencia suya.

Ya no habrá píldoras, bastará con una crema.

¡Qué avances tan inhumanos! ¡Qué forma de precipitarse hacia la fosa!

Eleuterio Fernández Guzmán