3.11.10

 

Se acaba de inaugurar un centro en el hospital Gregorio Marañón de Madrid (España) para la obtención de órganos humanos en laboratorio.

Se trata de poner en marcha un instrumento que permita continuar el trabajo del proyecto Sabio (Scafolds and bioartificial organs for trasplantation), en el que participa también la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), para desarrollar bancos de matrices de órganos o tejidos (corazones, hígados, riñones).

El objetivo final es obtener con mayor facilidad órganos para trasplantes y evitar el rechazo que provoca en el trasplantado el órgano nuevo.

Este procedimiento se lleva a cabo usando células madre. Y aquí viene lo interesante desde el punto de vista ético, porque bajo el concepto de “células madre” se deslizan contenido muy distintos. También desde el punto de vista cultural porque se trata de una confusión que están cambiando la forma de reconocer la dignidad de las personas.

El concepto “células madre” alude a la capacidad de algunas células para multiplicarse y generar uno o más tipos distintos de células, por ejemplo, desde unas células que no son del corazón, se podrían obtener células de corazón.

Según el depósito donde se encuentra estas células, se habla de células madre embrionarias, y adultas. La distinción es imprescindble porque en el primer caso el proceso de obtención de esas células pasa por destruir al embrión humano. Este hecho provoca en algunos un rechazo ético, y en otros simple indiferencia. Estas posiciones se traducen en cultura en lo referente a qué se valora de un ser humano, si su existencia pura, o determinadas características -inteligencia, salud, autoconciencia,…-.

Recientemente los que investigan con células no embrionarias han encontrado un procedimiento (IPS) para obtener células madre con características embrionarias pero sin destruir embriones humanos sino partiendo de células de la piel.

Pues bien, la línea de investigación que se está siguiendo en el laboratorio que ahora se inaugura, es obtener la matriz, el armazón, del órgano en cuestión -corazón, hígado, riñones-, por un proceso de lavado o purificación. A este proceso que ya se ha conseguido con ocho corazones, le sigue el recubrimiento con células madre cuya transformacion y multiplicación se pretende que forme el órgano nuevo.

El único tipo de células madre que se va a utilizar son adultas -de la grasa, de la médula, o del músculo-, o del tipo IPS. Por tanto no va a ser necesario destruir ningún embrión humano para desarrollar esta investigación, ni para obtener los órganos artificiales.

De esta forma, por el lavado -purificación del contenido de las células-, y porque se pueden utilizar células del mismo indivíduo se soslaya el rechazo que actualmente se da en los trasplantes.

Desde el punto de vista ético y social:

1. Es una evidencia más de la manipulación llevada a cabo en los medios de comunicación por algunos investigadores, cuya cabeza más sobresaliente ha sido Bernat Soria, que afirmaban que sólo a través de las células madre embrionarias podrían alcanzarse terapias útiles, atemorizando a la sociedad si no se daba vía libre a sus experimentos.
2. Se vuelve a poner de manifiesto la no justificación de la reciente legislación española que permite la destrucción de embriones humanos para obtener células madre embrionarias.
3. Es evidente la inanidad de las medidas del presidente Obama para destinar dinero público a la investigación con céulas madre embrionarias
4. Se hace necesario un proceso de aclaración de qué se entiende por “células madre", y de su correcta aplicación para que no se confunda a la ciudadanía. Quizá sería exigible que políticos, cuando legislan, y periodistas cuando difunden, conociesen con un mínimo de verdad estos temás esenciales para la vida de la sociedad.

Quizá hay que comenzar a desandar algunos caminos que hemos iniciado en nuestra legislación y que se está viendo que exigen mucho esfuerzo económico y no conducen a ninguna parte. No es caminar hacia atrás sino encontrar el camino para progresar en la construcción de una cultura de la vida.