En la antigua iglesia de los Padres Franciscanos de la capital segoviana

La diócesis de Segovia inaugura la Adoración semiperpetua

 

El pasado 4 de noviembre, el obispo de Segovia, Mons. Ángel Rubio, inauguró en la antigua iglesia de los Padres Franciscanos, la Adoración al Santísimo de forma semi perpetua. La iniciativa, impulsada por el propio obispo, cuenta con el apoyo de toda la diócesis, ya que los fieles quienes se comprometen a hacer los turnos de vela al Santísimo, para que durante todo el día la iglesia se encuentre abierta.

09/11/10 11:58 AM


 

(InfoCatólica) La celebración eucarística estuvo presidida por Monseñor Rubio y concelebrada por numerosos sacerdotes, entre los que se encontraban los miembros de la confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo, quienes van a ser los encargados de cuidar más de cerca este culto, ya que habitan en la casa anexa a la iglesia y forma parte de su carisma fundacional.

Durante la homilía, el obispo agradeció a las personas que van a dedicar parte de su tiempo al Señor y afirmó que los frutos de esas horas de oración se irán notando en la ciudad, ya que del silencio de los adoradores se servirá el Señor para tocar el corazón de alguna persona alejada de la Iglesia.

Será una iglesia de mucho silencio, de mucha contemplación meditativa y lugar de intercesión al Señor por muchas necesidades, entre las que se encuentra la oración por las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras para toda la iglesia, y la evangelización de todo el mundo.

En palabras del prelado “toda la ciudad quedará imbuida y penetrada durante todas las horas del día, de programación comunitaria tan sencilla y tan grande, de ponerse de rodillas ante el Señor en la Hostia Santa. La adoración del hombre a su Dios es una actitud noble, culta, profundamente humana; es la única adoración que no degrada, la única legítima”.

La adoración tendrá lugar todos los días de la semana de 8 de la mañana a 8 de la tarde. Cada día, la celebración de la Misa a las ocho de la mañana, dará comienzo a la adoración, que concluirá al acabar la tarde con la bendición y reserva del Santísimo, en el templo que ha pasado a denominarse iglesia de la Adoración Eucarística.