19.11.10

Llega al Vaticano diferendo Ebrard-Sandoval

A las 6:17 PM, por Andrés Beltramo
Categorías : Cardenales
 

El diferendo que sostiene el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubon, con el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, llegó hoy hasta El Vaticano donde fue analizado durante la reunión que este día sostuvo el Papa Benedicto XVI con 150 cardenales de diversos países del mundo. El mensaje fue claro: las demandas del político mexicano contra el cardenal son ataques contra la libertad religiosa.

Como lo anticipamos ayer en este espacio Benedicto XVI convocó a los miembros del Colegio Cardenalicio para estudiar sus principales preocupaciones durante una jornada de “oración y reflexión”. Durante la mañana de este viernes los trabajos se centraron en el tema de la libertad religiosa con la exposición de un panorama mundial sobre las dificultades que afronta la Iglesia por parte del secretario de Estado de la Sede Apostólica, Tarcisio Bertone.

Como era de esperar el purpurado habló sobre las zonas del mundo donde la persecución anticristiana es más evidente: Asia y Medio Oriente. Lo sorprendente es que no se refirió sólo a países como Pakistán, Irak, Vietnam, China o Irán, también habló de cómo el secularismo ha desatado una serie de intentos por limitar la libertad de la Iglesia católica en el mundo occidental, sobre todo en Europa y América.

El tema fue retomado durante las intervenciones libres de 18 cardenales quienes refirieron de la situación en naciones como Estados Unidos, Perú, Brasil y México. En ese momento surgió el caso Ebrard-Sandoval.

Así uno de los purpurados, ante el pleno de la reunión, hizo referencia a las denuncias civiles que el cardenal de Guadalajara recibió en agosto pasado de parte del jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Como recordará el lector todo comenzó cuando Sandoval Íñiguez acuso a Ebrard de haber “maiceado” a los magistrados de la Suprema Corte de Justicia mexicana para que avalasen la adopción de niños de parte de los “matrimonios homosexuales”. Como el político se ofendió lo demandó, desatando un encendido debate en el cual, entre otras cosas, salió a relucir el tema de la laicidad del Estado.

Fue un colega de Sandoval, el también purpurado mexicano Javier Lozano Barragán, quien reveló a la prensa algunos detalles del encuentro con el Papa y aseguró que en la misma “se habló de que los obispos no pueden intervenir contra las leyes de la homosexualidad, de la adopción de hijos por homosexuales y del matrimonio homosexual porque si hablan se dice que están en contra del gobierno. Incluso los pueden llegar a demandar, en ese sentido se está violando la libertad religiosa”.

Ante la pregunta de si existe preocupación en El Vaticano ante casos como el de Sandoval aseguró que sí, porque se trata, dijo, de incidentes “que son reales” y apuntó: “una cosa es la fe católica y otra cosa es la ley natural, la ley natural nos dice que debemos estar abiertos a la vida y esto consiste precisamente en defender la vida como primer punto”.

Las palabras de Lozano Barragán fueron confirmadas por un comunicado de la sala de prensa de la Sede Apostólica que afirmó:”(En la reunión) se habló también de las graves dificultades que hoy la Iglesia encuentra en la defensa de los valores fundados en el mismo derecho natural, como el respeto a la vida y la familia”.

Serafines susurran.- Aunque el tema de la libertad religiosa acaparó la primera mitad del encuentro del Papa con cardenales, por la tarde se trataron otros asuntos, entre ellos las acciones en defensa de los menores víctimas de abusos de parte de miembros del clero.

Quien de plano no quiso saber nada con ese tema fue el propio Lozano Barragán. Así lo dejó en claro a un grupo de periodistas que lo entrevistaron a su salida de la asamblea con el pontífice. Ni bien escuchó la palabra pederastia el purpurado exclamó: “Dejemos ese tema. Esa es una avalancha periodista en la cual no me quiero de ninguna manera meter. Por favor no me hagan ninguna pregunta de ese tema porque estoy hasta el copete”. Algo de razón tiene.