ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 3 de diciembre de 2010

Santa Sede

El teólogo, un enamorado de Dios; según el Papa

Dolor del Papa por la muerte del cardenal Michele Giordano

Los conflictos se vencen convirtiendo los corazones al bien, indica el Papa

El Papa acepta la renuncia de monseñor Carmelo Borobia

El matrimonio ha configurado Europa: ambos están en riesgo, dice el Papa

Frente al cientificismo ateo, reconocer el gran valor del hombre

Mundo

El premio mundial Fernando Rielo de poesía mística cumple 30 años

Representante vaticano pide más atención a las mujeres migrantes

Indonesia: Diez detenidos por un reciente ataque a dos cristianos

Espiritualidad

Segundo domingo de Adviento: Profetas y acompañantes

Documentación

Discurso del Papa al nuevo embajador de Costa Rica ante la Santa Sede

Discurso del Papa a los miembros de la Comisión Teológica Internacional


Santa Sede


El teólogo, un enamorado de Dios; según el Papa
Encuentro con la Comisión Teológica Internacional de la que fue presidente
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- La teología es una cuestión de amor a Dios, explicó este viernes Benedicto XVI a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, una esperada audiencia con antiguos conocidos, pues el cardenal Joseph Ratzinger fue el presidente de esta institución dependiente de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

 

En el encuentro, que tuvo lugar con motivo de la sesión plenaria, celebrada en el Vaticano, el pontífice afrontó un argumento al que ha consagrado su vida como investigador, profesor y después como pastor: la teología y su metodología.

Para el Papa que ha dedicado su vida a la teología el teólogo es ante todo un enamorado de Dios.

"Quien ha descubierto en Cristo el amor de Dios, infundido por el Espíritu Santo en nuestros corazones, desea conocer mejor a Aquel de quien es amado y a quien ama. Conocimiento y amor se sostienen mutuamente", aseguró.

Es más, subrayó, "quien ama a Dios es impulsado a convertirse, en cierto sentido, en un teólogo, uno que habla con Dios, que piensa sobre Dios y que intenta pensar con Dios".

Al mismo tiempo, siguió diciendo, "el trabajo profesional de teólogo es para algunos una vocación de gran responsabilidad ante Cristo, ante la Iglesia. Poder estudiar profesionalmente a Dios mismo y poder hablar de eso, enseñar lo que se ha contemplado, como decía santo Tomás de Aquino, "es un gran privilegio".

Por eso, aseguró, la reflexión teológica "sobre la visión cristiana de Dios podrá ser una contribución preciosa tanto para la vida de los fieles como para nuestro diálogo con los creyentes de otras religiones y también con los no creyentes".

Ya la misma palabra lo explica, aseguró el Papa analizando la etimología de "teo-logía".

"En la teología intentamos, a través del logos, comunicar lo que 'hemos visto y oído'. Pero sabemos bien que la palabra 'logos' tiene un significado mucho más grande, que comprende también el sentido de 'ratio', 'razón'".

"Podemos pensar en Dios y comunicar lo que hemos pensado porque Él nos ha dotado de una razón en armonía con su naturaleza", añadió.

"No es por casualidad que el evangelio de Juan comience con la afirmación 'En principio estaba elLogos... y el Logos era Dios' (Jn 1,1)", aclaró. "Acoger este Logos - este pensamiento divino - es al final también una contribución a la paz en el mundo. De hecho, conocer a Dios en su verdadera naturaleza es también el modo más seguro para asegurar la paz. Un Dios que no fuese percibido como fuente de perdón, de justicia y de amor, no podría ser luz sobre el sendero de la paz", concluyó.

Cuestiones doctrinales de mayor importancia

La Comisión, cuya función consiste en ayudar a la Santa Sede y especialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia, surgió cuando Pablo VI acogió la propuesta de la primera asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, el 11 de abril de 1969.

La asamblea, celebrada del 29 de noviembre al 3 de diciembre en el Vaticano, ha sido presidida por el cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y moderada por el padre Charles Morerod, O.P., secretario de la Comisión.

Los resultados de los estudios de la Comisión son presentados al Santo Padre y entregados para su oportuna utilización a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En general, suelen ser publicados posteriormente para conocimiento de la opinión pública.

La Comisión se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones, eminentes por ciencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia. Los miembros --en número no superior a 30-- son nombrados por el Papa por cinco años a propuesta del prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y tras consulta con las conferencias episcopales.

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Dolor del Papa por la muerte del cardenal Michele Giordano
El arzobispo emérito de Nápoles murió anoche a los 80 años de edad
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI expresó hoy sus condolencias por la muerte del cardenal Michele Giordano, arzobispo emérito de Nápoles, muerto anoche a la edad de 80 años en esta ciudad italiana.

El Pontífice envió un telegrama al actual arzobispo de Nápoles, cardenal Crescencio Sepe, manifestando su “profunda participación” en el dolor del purpurado, de la comunidad diocesana y de los familiares del cardenal Giordano por su fallecimiento.

En el texto, el Papa rememora “con afecto a este querido hermano que sirvió generosamente al Evangelio y a la Iglesia”, “recordando con gratitud” el ministerio del purpurado difunto.

“Elevo fervientes oraciones al Señor para que lo acoja en su paz”, concluye el mensaje.

El cardenal Giordano había nacido en Sant'Arcangelo, provincia de Potenza, el 26 de septiembre d 1930, y había sido ordenado sacerdote el 5 de julio de 1953.

Había recibido la consagración episcopal el 5 de febrero de 1972. El papa Juan Pablo II lo creó cardenal el 28 de junio de 1988.

Fue arzobispo de Nápoles desde 1987 hasta 2006.

Con la muerte del cardenal Giordano, el Colegio Cardenalicio tiene 201 miembros, 121 de los cuales electores. Hay 109 cardenales europeos, 21 norteamericanos, 31 latinoamericanos, 17 de África, 19 de Asia y 4 de Oceanía.


 

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Los conflictos se vencen convirtiendo los corazones al bien, indica el Papa
Al recibir al nuevo embajador de Costa Rica ante la Santa Sede
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El Papa indicó los medios con los que verdaderamente se vencen vencer los conflictos y se logra la paz, este viernes al recibir en el Vaticano al nuevo embajador de Costa Rica ante la Santa Sede, Fernando Felipe Sánchez Campos, con motivo de la presentación de las Cartas Credenciales.

“ Los conflictos no se vencen con la mera fuerza, sino convirtiendo los corazones al bien y la verdad”, afirmó, considerando “primordial” que las nuevas generaciones estén convencidas de ello.

A continuación, señaló la importancia de poner fin a la miseria y el analfabetismo, “robusteciendo el Estado de derecho y vigorizando la independencia y eficacia de los tribunales de justicia”.

Destacó también la contribución del “afianzamiento en la sociedad de un pilar tan sustancial e irrenunciable como la estabilidad y unión de la familia”.

Y añadió que “la defensa de la paz se verá facilitada asimismo con el cuidado del entorno natural”, alentando a desarrollar “lo que propicia un verdadero desarrollo humano, en armonía con la creación, evitando intereses espurios y faltos de clarividencia.

Sobre los aspectos a combatir, subrayó la importancia de “rechazar con firmeza la impunidad, la delincuencia juvenil, el trabajo infantil, la injusticia y el narcotráfico”.

Y la necesidad de que las autoridades impulsen “medidas tan importantes como la seguridad ciudadana, una adecuada formación de niños y jóvenes, la debida atención a los encarcelados, la eficaz asistencia sanitaria a todos, en particular a los más menesterosos y a los ancianos, así como los programas que lleven a la población a alcanzar una vivienda digna y un empleo decente”.

En Cristo, la fuerza

Ante determinadas dificultades concretas, el Papa indicó que “en Cristo, el Hijo de Dios, el hombre puede encontrar siempre la fuerza para luchar contra la pobreza, la violencia doméstica, el desempleo y la corrupción, procurando la justicia social, el bien común y el progreso integral de las personas”.

Y destacó que “nadie puede sentirse al margen de la consecución de esas altas metas”, indicando también que “la autoridad pública ha de ser la primera en buscar lo que a todos beneficia, obrando principalmente como una fuerza moral que potencie la libertad y el sentido de responsabilidad de cada uno”.

“Y todo esto -advirtió-, sin menoscabar los valores fundamentales que vertebran la inviolable dignidad de la persona, comenzando por la firme salvaguarda de la vida humana”.

En este sentido, recordó con complacencia que en Costa Rica se firmó el Pacto de San José, en el que se reconoce expresamente el valor de la vida humana desde su concepción.

“Así pues -dijo-, es deseable que Costa Rica no viole los derechos del nasciturus con leyes que legitimen la fecundación in vitro y el aborto”.

El Papa, atento a Costa Rica

Por otra parte, se refirió al Año Jubilar que el país está celebrando por los 375 años del hallazgo de la venerada imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, su patrona.

Y también al reciente deseo surgido en el país de “plasmar en un nuevo y solemne acuerdo jurídico la larga trayectoria de mutua colaboración, sana independencia y respeto recíproco entre la Santa Sede y Costa Rica”.

Sobre este punto, el Pontífice indicó que “concretar las materias de interés común, fijando pormenorizadamente los derechos y obligaciones de las partes signatarias, servirá para seguir garantizando de manera estable y más conforme a las actuales circunstancias históricas su ya tradicional y fecundo entendimiento”.

Finalmente, Benedicto XVI aseguró que “en estos días, he tenido un particular recuerdo en la oración por Costa Rica, con motivo de las dolorosas consecuencias que han causado las lluvias torrenciales que han afectado al País”.

Y añadió: “He pedido también a Dios que vuestra patria no deje de roturar los caminos que la hacen ante la comunidad internacional un referente de paz”.


 

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El Papa acepta la renuncia de monseñor Carmelo Borobia
Últimos nombramientos papales
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aceptó la renuncia al cargo de obispo auxiliar de la archidiócesis española de Toledo presentada por monseñor Carmelo Borobia por razones de edad, comunicó este viernes la Oficina de Información de la Santa Sede.

El seminario mayor de Toledo acogerá el próximo 7 de diciembre a las doce del mediodía una misa de acción de gracias por el ministerio sacerdotal y episcopal de monseñor Borobia, que cumplió 75 años el pasado mes de agosto.

Quien ha sido obispo auxiliar de la archidiócesis primada desde octubre de 2004 proseguirá su servicio a la Iglesia de otra manera en Zaragoza, ciudad a la que se siente especialmente vinculado, informó el arzobispado de Toledo.

El ya obispo auxiliar emérito de Toledo había expresado su voluntad de que su jubilación se hiciera pública el día de la fiesta de san Francisco Javier.

“Él ha protegido mi pobre y humilde sacerdocio -expresa en una carta enviada a los sacerdotes-. San Francisco ha aumentado mi entrega, pobre entrega, al Señor y a la Iglesia”.

Por otra parte, el Papa nombró hoy obispo auxiliar de la diócesis alemana de Münster a Stefan Zekorn, rector del santuario mariano de Kevelaer y canónigo del capítulo catedral de Münster.

Nacido en Datteln, en la diócesis de Münster, en 1959, Stefan Zekorn estudió en la Universidad de Münster y en la Universidad Pontificia Gregoriana. Fue ordenado sacerdote en Roma en 1984 para la diócesis de Münster.

Entre los años 1987 y 1992 fue secretario particular del entonces obispo de Münster monseñor Reinhard Lettmann. También fue director espiritual del seminario mayor de la diócesis entre el 1992 y el 2006.

Para Birmania, el Pontífice nombró obispo de Pyay a Alexaner Pyone Cho, actualmente sacerdote fidei donum de la diócesis estadounidense de Salina.

Sustituye a monseñor Joseph Devellerez Thaung Shwe, a quien el Obispo de Roma aceptó hoy su renuncia al cargo, presentada por motivos de edad.

Por otra parte, el Papa nombró hoy relatores de la Congregación de las Causas de los Santos a monseñor Carmelo Pellegrino y al padre Alfred Simón, OSB, hasta ahora oficial y consultor del mismo dicasterio, respectivamente.

El pasado miércoles 1 de diciembre, el Papa aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de Lubumbashi, en la República Democrática del Congo, presentada por monseñor Floribert Songasonga Mwitwa.

Le sucede en el cargo monseñor Jean Pierre Tafunga Mbayo, SDB, hasta ahora obispo coadjutor de la misma archidiócesis.

Para los Estados Unidos, aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Trenton, presentada por monseñor John M. Smith, por razones de edad, a quien sucede el hasta entonces coadjutor de la misma diócesis, monseñor David M. O’Connell, CM.

Y aceptó la renuncia del obispo auxilair de Saint Louis presentada por monseñor Robert J. Hermann, a la vez que nombraba un nuevo auxiliar para esa diócesis estadounidense, monseñor Edward M. Rice, hasta entonces director de las vocaciones sacerdotales.

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El matrimonio ha configurado Europa: ambos están en riesgo, dice el Papa
Al recibir al nuevo embajador de Hungría
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- “Europa ya no sería Europa si esta célula básica de la construcción social desapareciese o fuese sustancialmente transformada”, dijo el Papa en referencia a la institución matrimonial.

Benedicto XVI habló así este jueves al recibir en el Vaticano al nuevo embajador de Hungría ante la Santa Sede, Gábor Győriványi con motivo de la presentación de sus cartas credenciales.

El Papa destacó que “el matrimonio ha dado a Europa su particular aspecto y su humanismo, también y precisamente porque ha debido aprender a conseguir continuamente la característica de fidelidad y de renuncia trazada por él”.

Y constató el riesgo que corre tanto el matrimonio como la familia hoy, “por un lado por la erosión de sus valores más íntimos de estabilidad e indisolubilidad, a causa de una creciente liberalización del derecho de divorcio y de la costumbre, cada vez más difundida, de la convivencia de hombre y mujer sin la forma jurídica y la protección del matrimonio”.

“Por otro lado, por los diversos tipos de unión que no tienen ningún fundamento en la historia de la cultura y del derecho en Europa”.

En este sentido, recordó que “la Iglesia no puede aprobar iniciativas legislativas que impliquen una valoración de modelos alternativos a la vida de pareja y a la familia”.

Explicó que “éstos contribuyen al debilitamiento de los principios del derecho natural y así a la relativización de toda la legislación, además de la conciencia de los valores en la sociedad”.

Y añadió que “el matrimonio y la familia constituyen un fundamento decisivo para un sano desarrollo de la sociedad civil, de los países y de los pueblos”.

En su discurso, el Pontífice indicó que “la Santa Sede toma nota con interés de los esfuerzos de las autoridades políticas de elaborar un cambio en la Constitución”.

En el preámbulo de esta nueva Carta Magna se ha expresado la intención de querer hacer referencia a la herencia del cristianismo.

Según el Papa, “es también deseable que la nueva Constitución esté inspirada por los valores cristianos, de modo particular en lo que concierne a la posición del matrimonio y de la familia en la sociedad y la protección de la vida”.

Mediadora entre Oriente y Occidente

Por otra parte, el Pontífice se refirió al hecho de que, por primera vez, Hungría asumirá la presidencia del Consejo de la Unión Europea a principios del año que viene.

Y afirmó que “Hungría está llamada de modo particular a ser medidadora entre Oriente y Occidente”, indicando que esto se puede entender como un leitmotiv para el país.

“Ya la Sagrada Corona, herencia del rey Esteban, en la unión de la corona graeca circular con la corona latina colocada en arco sobre ella – ambas llevan el rostro de Cristo y están coronadas por la cruz – muestra cómo Oriente y Occidente deberían apoyarse mutuamente y enriquecerse uno a otro a partir del patrimonio espiritual y cultural y de la viva profesión de fe”, explicó.

Iglesia-Estado

Respecto a la función de la Iglesia católica en la sociedad húngara, Benedicto XVI destacó su compromiso “a gran escala” en el campo de la educación escolar y de la cultura, además de la asistencia social y su consiguiente contribución a la construcción moral.

Y auspició “que la colaboración entre Estado e Iglesia católica en este campo crezca también en el futuro y traiga provecho para todos”.

Las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la República de Hungría se reanudaron en 1990 tras casi 45 años de gobierno comunista.

La fe católica, sin embargo, “forma sin duda parte de los pilares fundamentales de la historia de Hungría”, destacó el Papa.

En este sentido, se refirió a la figura del rey húngaro Esteban, cuya piedad personal, sentido de justicia y virtudes humanas “son un alto punto de referencia que sirve de estímulo e imperativo, hoy como entonces, a cuantos se les ha confiado un cargo de gobierno u otra responsabilidad análoga”.

Benedicto XVI recordó que “política y fe cristiana se tocan”, y que el Estado “debería más bien garantizar la libertad de confesar y practicar la fe”.

“No se trata de imponer normas o modos de comportamiento a quienes no comparten la fe -indicó, citando la encíclica Deus caritas est-. Se trata sencillamente de la purificación de la razón, que quiere ayudar a hacer que lo que es bueno y justo pueda, aquí y ahora, ser reconocido y después también realizado”.

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Frente al cientificismo ateo, reconocer el gran valor del hombre
Primera predicación de Adviento del padre Cantalamessa
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Frente al cientificismo ateo, que despoja al hombre de toda superioridad sobre el resto de la naturaleza, es necesario restituir al ser humano su noble papel, basado sobre su ser a imagen y semejanza de Dios.

El padre Raniero Cantalamessa, OFM cap, predicador de la Casa Pontificia, lo recordó este viernes en su primera predicación de Adviento en la Capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico Vaticano, en presencia del Papa.

El predicador confesó que el objetivo de sus tres meditaciones de este Adviento “es el de señalar algunos nudos u obstáculos de fondo que hacen a muchos países de antigua tradición cristiana 'refractarios' al mensaje evangélico”, sobre todo “el cientificismo, el secularismo y el racionalismo”.

Este viernes comenzó con el examen del cientificismo, que como decía Juan Pablo II se niega a “admitir como válidas formas de conocimiento distintas de las que son propias de las ciencias positivas”.

Cuando un científico ateo dice que Dios no existe, observó el padre Cantalamessa, “juzga un mundo que no conoce, aplica sus leyes a un objeto que está fuera de su alcance. Para ver a Dios es necesario abrir un ojo distinto”.

El rechazo del cientificismo, advirtió, “no nos debe naturalmente inducir al rechazo de la ciencia o a la desconfianza hacia ella”.

“Ejemplo luminoso” de “una actitud abierta y constructiva hacia la ciencia” es el nuevo beato John Henry Newman, cuya fe le permitía “mirar con gran serenidad los descubrimientos científicos presentes o futuros”, en los cuales veía “una relación indirecta con las opiniones religiosas”.

El lugar del hombre

Lejos de querer expresar “una crítica general del cientificismo”, el padre Cantalamessa quiso subrayar un aspecto particular que tiene “una incidencia directa y decisiva” sobre la evangelización: la posición que ocupa el hombre.

“La visión cientificista de la realidad, junto con el hombre, quita de golpe del centro del universo también a Cristo”, dijo. “Más que de 'humanismo ateo', al menos desde este punto de vista, se debería hablar, en mi opinión, de antihumanismo o incluso de inhumanismo ateo”.

“La creación del hombre a imagen de Dios tiene implicaciones para ciertos aspectos sorprendentes sobre la concepción del hombre que el debate actual nos impulsa a poner en claro”, prosiguió el predicador.

“El hombre es creado a imagen de Dios, lo que quiere decir que participa en la íntima esencia de Dios que es relación de amor entre Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

“Significa que él, en su esencia, aunque a un nivel de criatura, es lo que, a nivel increado, con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en su esencia. La persona humana es 'persona' precisamente por este núcleo racional que la hace capaz de acoger la relación que Dios quiere establecer con ella, y al mismo tiempo se convierte en generador de las relaciones hacia los demás y hacia el mundo”.

Evangelización

Yendo al plano de la evangelización, el predicador de la Casa Pontificia observó que frente al cientificismo, el secularismo y el racionalismo la “exposición irenista de la visión cristiana” es más eficaz que la polémica.

“La expresión más alta de la dignidad y de la vocación del hombre según la visión cristiana se ha cristalizado en la doctrina de la divinización del hombre”, observó.

La Navidad, añadió, es la ocasión ideal para volver a proponernos a nosotros mismos y a los demás este ideal que es patrimonio común de la cristiandad, porque “es la encarnación del Verbo de donde los Padres griegos hacen derivar la posibilidad misma de la divinización”.

Con Cristo, de hecho, “es restaurado, o devuelto a la luz ese ser a imagen de Dios que funda la superioridad del hombre sobre el resto de la Creación”.

De la misma forma, la Navidad “es la antítesis más radical a la visión cientificista”, porque se escuchará proclamar solemnemente que “todo fue hecho por medio de él y sin él no se hizo nada de cuanto existe” (Jn 1,3).

“Volver a escuchar estas palabras, mientras a nuestro alrededor no se hace sino repetir 'El mundo se explica por sí solo, sin necesidad de la hipótesis de un creador', o también 'somos fruto de la casualidad y de la necesidad', provoca indudablemente un shock – reconoció –, pero es más fácil que una conversación y una fe surjan de un shock semejante que de una larga argumentación apologética”.

“La pregunta crucial es: ¿seremos capaces, nosotros que aspiramos a volver a evangelizar el mundo, de dilatar nuestra fe a estas dimensiones de vértigo? ¿Creemos verdaderamente, con todo el corazón, que 'todo fue hecho por medio de Cristo y en vista de Cristo'?”, preguntó el padre Cantalamessa.

Recordó el libro “Introducción al cristianismo”, en el que Joseph Ratzinger afirma que “con el segundo artículo del ‘Credo’ estamos ante el auténtico escándalo del cristianismo”, “constituido por la confesión de que el hombre-Jesús, un individuo ajusticiado hacia el año 30 en Palestina, sea el ‘Cristo’ (el ungido, el elegido) de Dios, es más, incluso el Hijo mismo de Dios, por tanto el punto central, el eje determinante de toda la historia humana”, y pregunta si “es verdaderamente lícito aferrarnos al frágil cabo de un único acontecimiento histórico”.

“Es posible, es liberador y es gozoso – respondió el predicador –. No por nuestras fuerzas, sino por el don inestimable de la fe que hemos recibido y por la que damos infinitas gracias a Dios”.



 

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Mundo


El premio mundial Fernando Rielo de poesía mística cumple 30 años
Se presentan a esta edición del galardón 208 poemarios de 32 países
ROMA, viernes, 3 diciembre 2010 (ZENIT.org).- Desde hace treinta años se viene reconociendo la poesía mística con el premio mundial Fernando Rielo, que ha visto crecer espectacularmente la calidad y número de aspirantes desde su creación. Esta vez, el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa del Vaticano, presidirá la ceremonia de entrega del premio, en la Embajada de España ante la Santa Sede, Roma, el 15 de diciembre.

Esta vez, el premio mundial Fernando Rielo de poesía mística harecibido 208 poemarios de 32 países, de los cinco continentes. Destacan Argentina, Australia, Camerún, Canadá, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Filipinas, India, Japón, México, Nueva Zelanda, Portugal, Rumanía y Venezuela.

El galardón fue creado por Fernando Rielo en 1981, para promover la poesía mística y dar a conocer a aquellos poetas que conjugaran una elevada espiritualidad con una expresión literaria de calidad. De convocatoria anual, está dotado con siete mil euros y la edición de la obra ganadora.

A lo largo de su historia, se ha entregado en las sedes de Naciones Unidas en Nueva York; del Senado de Francia; de la UNESCO, en París; del Ayuntamiento de Roma; de la Sala Gótica del Ayuntamiento de Colonia; del Museo del Prado; del Ayuntamiento de Madrid; de la Sala del Consejo de la Provincia de Bolonia y de la Embajada de España ante la Santa Sede, entre otras.

Entre los poetas galardonados destacan José García Nieto, Luis López Anglada, José Javier Aleixandre, Valentín Arteaga y Rafael Alfaro, de España; Marin Sorescu, de Rumanía; Alain Bosquet, de Francia; Charles Carrère, de Senegal; Daniel Ben Rafael Stawski, de Israel; Takis Varvitsiotis, de Grecia; Laureano Albán, de Costa Rica;

Mateja Matevski, de Macedonia; Irma Bettancourt, de Chile; Gilbert Gómez, de Perú-España; y en la última edición el dominicano Fausto Antonio Leonardo Henríquez, con la obra Gemidos del ciervo.

Durante estos treinta años, según informan los organizadores, honraron este premio como miembros del Jurado conocidos poetas en el ámbito internacional.

Del Comité de Honor, formaron parte como miembros entre otros, los cardenales Paul Poupard, entonces presidente del Consejo Pontificio para la Cultura; Alfonso M. Stickler, bibliotecario y archivista S.R.C.; Camillo Ruini, vicario del papa Juan Pablo II para la diócesis de Roma; Antonio Cañizares, prefecto para el Clero; Giacomo Biffi, arzobispo de Bolonia.

Así como monseñor Lorenzo Frana, observador permanente de la Santa Sede ante la UNESCO; el poeta Léopold Sédar Senghor, miembro de la Academia Francesa; los miembros de la Real Academia Española: Dámaso Alonso, Alonso Zamora Vicente, Valentín García Yebra; Ángel Martín Municio, Gonzalo Torrente Ballester, José Hierro Real, Gregorio Salvador Caja, Antonio Mingote, Luis Maria Ansón; Odón Betanzos Palacios, presidente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española; Federico Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO, rectores de las principales universidades españolas e italianas, y poetas reconocidos internacionalmente.

En la entrega de la quinta edición, en 1985, en la sede de la UNESCO, Fernando Rielo afirmó: “La poesía es una forma de cultura que pasa por una espiritualidad insobornable; privada de este paso, no puede darnos el fruto de la paz. Esta función cultural nos plantea una definición: la cultura es sabiduría que eleva a sistema las intuiciones de la vida. Su lenguaje, la poesía; su fruto, la paz”.

“Paz, hoy más necesaria que nunca, y por ello necesitamos seguir escuchando la voz de los poetas místicos y enriquecernos con su poesía”, dijo el creador del galardón.

En 1996, se creó la Cátedra de Literatura y Pensamiento Español Fernando Rielo en la Universidad de Filipinas para la promoción de la cultura hispánica. Actualmente la Fundación cuenta con 53 delegaciones en todo el mundo.

Fernando Rielo Pardal nació en Madrid en 1923. Falleció en Nueva York en 2004. Era doctor honoris causa por la Universidad de Loja, miembro de la Academia Norteamericana de la  Lengua Española, y del Centro Internacional de Estudios Hispánicos.

Fundó en 1959 un instituto religioso, los Misioneros Identes, que logró en pocos años gran proyección internacional, creando unos setenta centros en veinticinco países.

Entre los setenta y los ochenta del siglo XX, fundó varios organismos culturales y humanitarios: la Escuela Idente, que, como instituto superior de Ciencias y Letras, tiene convenios con diversas universidades; la Fundación Fernando Rielo, cuya pricipal actividad internacional es este premio de poesía mística, el premio Estanislao Polonus para hispanistas universitarios en Polonia, la publicación de la revista plurilingüe de poesía, ensayo y crítica literaria, Equivalencias, y la creación de aulas de Pensamiento, Poesía y Literatura, Pedagogía, Teología y Música, colaborando con varias universidades y centros de cultura e investigación.



Entre otras fundaciones de Fernando Rielo, hay que destacar la Juventud Idente, que pretende unir en los más altos ideales culturales y morales a jóvenes de distintos países, razas y creencias, para la formación de un Parlamento Universal de la Juventud; la Fundación Idente de Estudios e Investigación cuya mision específica es el diálogo con el mundo intelectual; y la Cátedra de Lengua, Literatura y Pensamiento español, en la Universidad de Filipinas, para difusión de la cultura hispánica.

Otro de los rasgos humanitarios Rielo se concreta en fundaciones de atención médica: la Asociación Sanitaria Fernando Rielo, en Roma, en colaboración con Cáritas Internacional, paraa la asistencia médica y civil a los inmigrantes, y la Escuela biomédica Fernando Rielo para postgraduados en el campo de la práctica e investigación médicas.

Para saber más: www.rielo.com.

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Representante vaticano pide más atención a las mujeres migrantes
Reflexión de monseñor Vegliò en un encuentro de Caritas sobre la migración femenina
SALY, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- “La comunidad internacional aún no presta suficiente atención a algunas cuestiones fundamentales” relacionadas con la migración femenina, declaró el presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes.

Monseñor Antonio Vegliò intervino en un foro internacional organizado por Caritas internationalis sobre el tema El rostro femenino de la emigración, celebrado en Saly (Senegal) del 30 de noviembre al 2 de diciembre.

En concreto, destacó que “todavía no hay leyes universales que se prodiguen al servicio de la maternidad y que tengan en cuenta que la mujer tiene una manera distinta de manejar las distintas realidades”.

Y afirmó que “la Iglesia invita a los Gobiernos a revisar las políticas y las normas que comprometan la tutela de los derechos fundamentales, como la lucha contra los abusos en el trabajo, sobre todo los sexuales, el acceso a los servicios de salud, la vivienda, la nacionalidad, la reagrupación familiar y la asistencia a las madres jóvenes”.

Ante más de cien representantes de la confederación Caritas y de otras organizaciones caritativas católicas y expertos en migración de cincuenta países, monseñor Vegliò destacó el compromiso de la Iglesia en este sentido.

Dijo que “Continuará acogiendo fraternalmente a los migrantes que proceden de las Iglesias hermanas, compartiendo con ellos la riqueza de la diversidad y anunciando juntos el Evangelio a través de la palabra y la acción”, aseguró.

“En la perspectiva de una Iglesia ministerial, misionera y más atenta al laicado, deberá profundizarse mejor, reconocerse y valorarse una presencia adecuada y un justo ministerio de la mujer”, continuó.

Y añadió: “Se trata de reconocer su función específica en un proyecto de Iglesia en el que hombre y muer, con sus dones y tareas particulares y complementarias, puedan realizarse mejor según el proyecto de Dios en Cristo”.

Situación de muchas migrantes

El prelado destacó las dimensiones que está tomando la emigración femenina, cuya fuerza de trabajo supera en algunos países a la de los hombres, y ofreció un análisis de la situación de muchas mujeres migrantes en el mundo.

Denunció que “a menudo son empleadas en el trabajo ilegal privadas de los derechos humanos fundamentales, y a veces sufren abusos en el ámbito doméstico”.

Recordó a las que “se dedican al negocio de su cuerpo” y apuntó que “los ingresos anuales de la prostitución se estiman en alrededor de 12 mil millones de dólares, la tercera actividad ilegal más rentable del mundo después del comercio de armas y drogas”.

Alertó sobre la trata de blancas y destacó que “unos cuatro millones de mujeres son vendidas anualmente para la prostitución o la esclavitud, casi dos millones son niñas menores de entre 5 y 15 años, involucradas en el comercio sexual”.

También constató que “la mayoría de mujeres migrantes carece del apoyo de una familia normal; generalmente están separadas, divorciadas o viudas”.

“Parece que muchas de ellas ceden con relativa facilidad a la práctica del aborto, lo que explica una gran exposición a los traumas psíquicos”, continuó.

Y añadió que los proyectos y sueños de crear una familia y tener hijos, “por desgracia en la emigración se hacen cada vez más difícil a causa de la precariedad económica y de las repercusiones de la maternidad precoz”.


 

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Indonesia: Diez detenidos por un reciente ataque a dos cristianos
En 2010 se han producido al menos 64 incidentes de carácter religioso en el país
YAKARTA, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- La policía indonesia detuvo a diez militantes radicales islámicos acusados de agredir el domingo pasado a dos líderes cristianos en el suburbio de Bekasi, que forma parte de la megalópolis de Yakarta.

Tras la agresión, las víctimas fueron trasladadas al hospital y una de ellas se encuentra todavía en graves condiciones, informó la agencia Fides.

El 28 de noviembre, el pastor Luspida Simandjunktak y el anciano Hasean Lumbantoruan Sihombing fueron golpeados y apuñalados por un grupo de al menos siete personas mientras se dirigían a la iglesia a las nueve de la mañana.

La investigación policial, solicitada por la comunidad cristiana y por diferentes líderes políticos de Indonesia, se ha orientado inmediatamente hacia grupos fundamentalistas islámicos que en el pasado ya habían atacado lugares de culto cristiano o promovido las manifestaciones anti-cristianas, incitando al odio religioso.

Entre los diez detenidos, se encuentra Murhali Barda, líder del movimiento radical Frente de Defensa Islámica en Bekasi, quien está acusado de incitar a los militantes a atacar.

El incidente confirma los datos de una encuesta publicado en los últimos días por el Instituto para la Democracia y la Paz Setara.

El estudio ha registrado las opiniones de 1.200 personas de diferentes comunidades religiosas residentes de Yakarta, en el suburbio de Bekasi, Bogor y Depok y en la ciudad de Tangerang, lugares donde en los últimos meses se han producido episodios de intolerancia religiosa.

Según el sondeo, el 49,5% de los encuestados no acepta la construcción de un lugar de culto en el barrio donde vive, si es de una fe distinta a la suya; al 84% no les gusta que un miembro de la propia familia abrace una religión diferente a la suya.

Según el Instituto Setara, en 2010 se han producido ya al menos 64 incidentes de carácter religioso, tales como agresiones, allanamientos de morada y ataques contra lugares de culto para impedir la celebración de las reuniones de oración.

En 2009, estos incidentes sólo ascendieron a 18, y en 2008, a 17, reflejando un crecimiento de la intolerancia religiosa en el país musulmán más grande del mundo, especialmente en la zona de la Gran Yakarta.

El aumento de los ataques contra los cristianos en Indonesia está acompañado de una disminución de los casos de violencia contra los ahmadi, considerados herejes por los musulmanes por venerar a Mirza Ghulam Ahmad como último profeta después de Mahoma.

Fuentes de la Iglesia en Indonesia expresaron su preocupación por la situación, “especialmente en los suburbios de Yakarta, donde se entrelazan los problemas sociales, el desempleo, la pobreza y la inmigración, fruto de la urbanización incontrolada, todos motivadores de tensiones sociales”.

“En este contexto, el elemento religioso es un factor de identidad y coagulante para todas las comunidades”, y “grupos radicales como el FPI prosperan y encuentran su espacio, proponiendo una visión fundamentalista del Islam”.

Recientemente, el secretario de la Conferencia Episcopal de Indonesia, monseñor Johannes Pujasumarta, ha denunciado una escalada de ataques contra las iglesias cristianas.

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Espiritualidad


Segundo domingo de Adviento: Profetas y acompañantes
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm
OVIEDO, viernes, 3 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, 5 de diciembre, segundo de Adviento (Mateo 3,1-12), redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo, administrador apostólico de Huesca y de Jaca. 


 


 

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Vamos a ser acompañados por profetas en este tiempo de Adviento. Lo decíamos el domingo pasado al hilo del Evangelio: que hay en nosotros esa intuición inequívoca de nuestro corazón que nos reclama respuestas a preguntas que de verdad nadie puede responder. El primero en acompañarnos es el profeta Isaías que nos recuerda esa intuición casi como una provocación: va a nacer algo nuevo, que florecerá como un tronco de lo mejor de las raíces de nuestro Pueblo. Para redondear esta visión ansiosamente anhelada, dibujará un cuadro "naïf": el lobo y el cordero, el leopardo y la cría del león, pastarán juntos y los cuidará un chaval; la vaca y el oso se harán mutua compañía, el león y el buey compartirán su comida, el niño de pecho jugará con el áspid y hasta meterá su mano en el escondrijo de la víbora. Efectivamente, comprendemos este lenguaje cuando vamos sustituyendo estos nombres y situaciones por los correspondientes a nuestro mundo. Isaías fue un primer precursor.

Otro profeta acompañante, en los tiempos mesiánicos ya, será Juan el Bautista, que junto con María la Madre del Señor, forma esa tríada de voces que nos llaman, nos enseñan a vivir cada Adviento acontecido. El Bautista hablará de aquél mismo Enviado anunciado por Isaías: sólo que ese Mesías estaba ya entre ellos. "Convertíos, porque el reino de los cielos está cerca". Este nuevo profeta la emprendía con los fariseos y saduceos que veía en torno suyo, increpándoles que no basta saber lo que los antiguos profetas dijeron, porque de qué sirve saber si no se vive eso que se conoce. Este era el problema de unos y otros: no desconocían las profecías sobre el futuro Mesías, pero sus vidas no eran una tierra adecuada para acogerlo cuando viniera. La semilla jamás puede germinar en los diccionarios que la definen ni en los manuales que la describen, sino en la tierra que la acoge. El Bautista trataba de despertar a su Pueblo: allanad senderos, enderezad entuertos, preparad el camino del Señor que viene.

En este segundo domingo de nuestro Adviento, la Palabra de Dios viene a nosotros como anuncio esperanzado, diciéndonos que efectivamente no nos engaña nuestro corazón cuando sueña un mundo diferente al que cotidianamente nos asomamos. Ese cielo nuevo y esa tierra nueva en donde Dios habitará entre nosotros, en donde no habrá llanto ni pesar, en el que todo lo caótico cederá para dar paso a una ciudad buena y bella, habitable según el proyecto de Dios, ya está entre nosotros. Esa tierra nueva es Jesucristo y su reino, que viene continuamente a quien le acoge.

 



 

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Documentación


Discurso del Papa al nuevo embajador de Costa Rica ante la Santa Sede
Al presentar sus Cartas Credenciales
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Beneidcto XVI dirigió hoy al nuevo embarajdor de Costa Rica ante la Santa Sede, Fernando Felipe Sánchez Campos, al aceptar sus Cartas Credenciales.

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Señor Embajador:

1. Al recibir de manos de Vuestra Excelencia las Cartas credenciales como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Costa Rica ante la Santa Sede, le agradezco vivamente sus deferentes palabras, así como el gentil saludo que me ha transmitido de parte de la Señora Presidenta de la República, Doctora Laura Chinchilla Miranda, al que correspondo complacido con los mejores deseos de que lleve a cabo un fructífero servicio al frente de esa dilecta Nación, tan vinculada a la Sede Apostólica por estrechas y cordiales relaciones, así como por la especial devoción de los costarricenses al Sucesor de Pedro.

2. Vuestra presencia en este acto solemne, Excelencia, aviva en mi corazón los sentimientos de afecto y benevolencia hacia el amadísimo pueblo costarricense, que, el pasado día 2 de agosto, se llenó de regocijo al conmemorar los 375 años del hallazgo de la venerada imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, su celestial Patrona. A la vez que me uno a su acción de gracias al Todopoderoso en tan feliz circunstancia, no dudo que el Año Jubilar que se está celebrando producirá abundantes frutos de vida cristiana, siendo también una oportunidad singular para agradecer a la Virgen los favores recibidos y elevar una súplica por todas las necesidades de ese noble País, que desea seguir recorriendo al amparo de la Madre de Dios los caminos del mutuo entendimiento y la concordia, en un clima de auténtica fraternidad y de próvida solidaridad.

3. No podría ser de otra manera en Vuestra Patria, acreedora del particular interés de la Santa Sede, y en donde la belleza se hace montaña y llanura, río y mar, brisa y viento que da ímpetu a un pueblo hospitalario y orgulloso de sus tradiciones; un pueblo que hace siglos acogió la semilla evangélica para ver cómo germinaba pujante en innumerables iniciativas educativas, sanitarias y de promoción humana. De este modo, los hijos de Vuestra Patria saben bien que, en Cristo, el Hijo de Dios, el hombre puede encontrar siempre la fuerza para luchar contra la pobreza, la violencia doméstica, el desempleo y la corrupción, procurando la justicia social, el bien común y el progreso integral de las personas. Nadie puede sentirse al margen de la consecución de esas altas metas. En este contexto, la Autoridad pública ha de ser la primera en buscar lo que a todos beneficia, obrando principalmente como una fuerza moral que potencie la libertad y el sentido de responsabilidad de cada uno. Y todo esto, sin menoscabar los valores fundamentales que vertebran la inviolable dignidad de la persona, comenzando por la firme salvaguarda de la vida humana. En este ámbito, me complace recordar que fue precisamente en Vuestro País donde se firmó el Pacto de San José, en el que se reconoce expresamente el valor de la vida humana desde su concepción. Así pues, es deseable que Costa Rica no viole los derechos del nasciturus con leyes que legitimen la fecundación in vitro y el aborto.

4. Recientemente, ha surgido el deseo de plasmar en un nuevo y solemne acuerdo jurídico la larga trayectoria de mutua colaboración, sana independencia y respeto recíproco entre la Santa Sede y Costa Rica, afianzando así aún más las proficuas relaciones existentes entre la Iglesia y el Estado en Vuestra Patria. Concretar las materias de interés común, fijando pormenorizadamente los derechos y obligaciones de las partes signatarias, servirá para seguir garantizando de manera estable y más conforme a las actuales circunstancias históricas su ya tradicional y fecundo entendimiento, con miras al mayor bien de la vida religiosa y civil de la Nación y en beneficio de aquellas personas objeto de los mismos desvelos.

5. Con ocasión de este encuentro, quisiera asegurarle, Señor Embajador, que, en estos días, he tenido un particular recuerdo en la oración por Costa Rica, con motivo de las dolorosas consecuencias que han causado las lluvias torrenciales que han afectado al País. He pedido también a Dios que Vuestra Patria no deje de roturar los caminos que la hacen ante la comunidad internacional un referente de paz. Para ello, es importante que los que están al frente de sus destinos no vacilen en rechazar con firmeza la impunidad, la delincuencia juvenil, el trabajo infantil, la injusticia y el narcotráfico, impulsando medidas tan importantes como la seguridad ciudadana, una adecuada formación de niños y jóvenes, la debida atención a los encarcelados, la eficaz asistencia sanitaria a todos, en particular a los más menesterosos y a los ancianos, así como los programas que lleven a la población a alcanzar una vivienda digna y un empleo decente. Es primordial, además, que las nuevas generaciones adquieran la convicción de que los conflictos no se vencen con la mera fuerza, sino convirtiendo los corazones al bien y la verdad, acabando con la miseria y el analfabetismo, robusteciendo el Estado de derecho y vigorizando la independencia y eficacia de los tribunales de justicia. Mucho contribuirá a dilatar este horizonte el afianzamiento en la sociedad de un pilar tan sustancial e irrenunciable como la estabilidad y unión de la familia, institución que está sufriendo, quizás como ninguna otra, la acometida de las transformaciones amplias y rápidas de la sociedad y de la cultura, y que, sin embargo, no puede perder su identidad genuina, pues está llamada a ser vivero de virtudes humanas y cristianas, en donde los hijos aprendan de sus padres de forma natural a respetarse y comprenderse, a madurar como personas, creyentes y ciudadanos ejemplares. Por consiguiente, nada de cuanto favorezca, tutele y apoye la familia fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer será baldío. En este sentido, la Iglesia no se cansará de alentar especialmente a los jóvenes, para que descubran la belleza y grandeza que entraña servir fiel y generosamente al amor matrimonial y a la transmisión de la vida.

6. La defensa de la paz se verá facilitada asimismo con el cuidado del entorno natural, pues son realidades íntimamente relacionadas entre sí. A este respecto, Costa Rica, abanderada de la amistad y el buen entendimiento entre las Naciones, se ha distinguido también en la preservación del medio ambiente y la búsqueda de un equilibrio entre el desarrollo humano y la conservación de los recursos. Esto conlleva la ponderación conjunta y responsable de esta cuestión tan esencial, en aras de "esa alianza entre ser humano y medio ambiente que ha de ser reflejo del amor creador de Dios, del cual procedemos y hacia el cual caminamos" (Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2008, n. 7). Con este objetivo, animo a todos los costarricenses a continuar desarrollando lo que propicia un verdadero desarrollo humano, en armonía con la creación, evitando intereses espurios y faltos de clarividencia en un tema de tanta trascendencia.

7. Al concluir, quiero expresarle, Señor Embajador, mis mejores votos para la misión que comienza hoy. Tenga la seguridad de que en su ejercicio siempre encontrará la ayuda que precise de mis colaboradores. Con estos sentimientos, pongo bajo la mirada de Nuestra Señora de los Ángeles, tan venerada en vuestra tierra y en toda Centroamérica, a las Autoridades y al querido pueblo costarricense, suplicándole también que sostenga con su amor materno a todos los hijos de Vuestra Patria, para que, apoyándose en su rico patrimonio espiritual, puedan cooperar a una solidaridad cada vez mayor entre las personas y entre los pueblos. Y como prenda de copiosos dones divinos, imparto la Bendición apostólica a Vuestra Excelencia y su familia, así como al personal de esa Misión Diplomática.

[©Libreria Editrice Vaticana]

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Discurso del Papa a los miembros de la Comisión Teológica Internacional
Audiencia con motivo de su Sesión Plenaria
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 3 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, a quienes recibió en audiencia en la Sala del Consistorio con motivo de su Sesión Plenaria.

* * * * *

Señor cardenal,

venerados Hermanos en el Episcopado,

ilustres profesores y queridos colaboradores

Os acojo con alegría, al término de los trabajos de vuestra Sesión Plenaria anual. Deseo ante todo expresar un sentido agradecimiento por las palabras de obsequio que, en nombre de todos, Usted, señor cardenal, en calidad de presidente de la Comisión Teológica Internacional, ha querido dirigirme. Los trabajos de este octavo “quinquenio” de la Comisión, como Usted ha recordado, afrontan los siguientes temas de gran peso: la teología y su metodología; la cuestión del único Dios en relación con las tres religiones monoteístas; la integración de la Doctrina social de la Iglesia en el contexto más amplio de la doctrina cristiana.

“Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos" (2Cor 5,14-15). ¿Cómo no sentir también como nuestra esta bella reacción del apóstol Pablo a su encuentro con Cristo resucitado? Precisamente esta experiencia está en la raíz de los tres temas importantes que habéis profundizado en vuestra Sesión Plenaria que acaba de concluir.

Quien ha descubierto en Cristo el amor de Dios, infundido por el Espíritu Santo en nuestros corazones, desea conocer mejor a Aquel de quien es amado y a quien ama. Conocimiento y amor se sostienen mutuamente. Como afirmaron los Padres de la Iglesia, quien ama a Dios es impulsado a convertirse, en cierto sentido, en un teólogo, uno que habla con Dios, que piensa sobre Dios y que intenta pensar con Dios; al mismo tiempo, el trabajo profesional de teólogo es para algunos una vocación de gran responsabilidad ante Cristo, ante la Iglesia. Poder estudiar profesionalmente a Dios mismo y poder hablar de eso – contemplari et contemplata docere (S. Tomás de Aquino, Super Sent., lib. 3 d. 35 q. 1 a. 3 qc. 1 arg. 3) – es un gran privilegio. Vuestra reflexión sobre la visión cristiana de Dios podrá ser una contribución preciosa tanto para la vida de los fieles como para nuestro diálogo con los creyentes de otras religiones y también con los no creyentes. De hecho, la misma palabra "teo-logía" revela este aspecto comunicativo de vuestro trabajo – en la teología intentamos, a través del logos, comunicar lo que “hemos visto y oído" (1Jn 1,3). Pero sabemos bien que la palabra "logos" tiene un significado mucho más grande, que comprende también el sentido de "ratio", "razón". Y este hecho nos lleva a un segundo punto muy importante. Podemos pensar en Dios y comunicar lo que hemos pensado porque Él nos ha dotado de una razón en armonía con su naturaleza. No es por casualidad que el evangelio de Juan comience con la afirmación “En principio estaba el Logos... y el Logos era Dios" (Jn 1,1). Acoger este Logos – este pensamiento divino – es al final también una contribución a la paz en el mundo. De hecho, conocer a Dios en su verdadera naturaleza es también el modo más seguro para asegurar la paz. Un Dios que no fuese percibido como fuente de perdón, de justicia y de amor, no podría ser luz sobre el sendero de la paz.

Así como el hombre tiende siempre a unir sus conocimientos entre sí, también el conocimiento de Dios se organiza de modo sistemático. Pero ningún sistema teológico puede subsistir si no está permeado por el amor de su divino “Objeto”, que en la teología necesariamente debe ser “Sujeto” que nos habla y con el que estamos en relación de amor. Así, la teología debe ser siempre nutrida por el diálogo con el Logos divino, Creador y Redentor. Además, ninguna teología es tal si no está integrada en la vida y en la reflexión de la Iglesia a través del tiempo y del espacio. Sí, es verdad que, para ser científica, la teología debe argumentar de modo racional, pero debe también ser fiel a la naturaleza de la fe eclesial: centrada en Dios, arraigada en la oración, en una comunión con los demás discípulos del Señor garantizada por la comunión con el Sucesor de Pedro y todo el Colegio episcopal.

Esta acogida y transmisión del Logos tiene también como consecuencia que la misma racionalidad de la teología ayuda a purificar la razón humana liberándola de ciertos prejuicios e ideas que pueden ejercer un fuerte influjo en el pensamiento de cada época. Es necesario por otra parte poner de relieve que la teología vive siempre en continuidad y en diálogo con los creyentes y los teólogos que vinieron antes de nosotros; dado que la comunión eclesial es diacrónica, lo es también la teología. El teólogo no parte nunca de cero, sino que considera como maestros a los Padres y los teólogos de toda la tradición cristiana. Arraigada en la Sagrada Escritura, leída con los Padres y los Doctores, la teología puede ser escuela de santidad, como nos ha atestiguado el beato John Henry Newman. Hacer descubrir el valor permanente de la riqueza transmitida por el pasado no es una contribución pequeña de la teología al concierto de las ciencias.

Cristo murió por todos, aunque no todos lo sepan y lo acepten. Habiendo recibido el amor de Dios, ¿cómo podríamos no amar a aquellos por quienes Cristo dio su propia vida? "Él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos” (1 Jn 3,16). Todo esto nos lleva al servicio de los demás en el nombre de Cristo; en otras palabras, el compromiso social de los cristianos deriva necesariamente de la manifestación del amor divino. La contemplación del Dios revelado y la caridad hacia el prójimo no se pueden separar, aunque se vivan según carismas distintos. En un mundo que a menudo aprecia muchos dones del Cristianismo – como por ejemplo la idea de una igualdad democrática – sin comprender la raíz de los propios ideales, es particularmente importante mostrar que los frutos mueren si se corta la raíz del árbol. De hecho no hay justicia sin verdad, y la justicia no se desarrolla plenamente si su horizonte se limita al mundo material. Para nosotros los cristianos la solidaridad social tiene siempre una perspectiva de eternidad.

Queridos amigos teólogos, nuestro encuentro de hoy manifiesta de modo precioso y singular la unidad indispensable que debe reinar entre teólogos y pastores. No se puede ser teólogos en soledad:los teólogos necesitan del ministerio de los Pastores de la Iglesia, así como el Magisterio necesita teólogos que lleven a cabo su servicio hasta el fondo, con toda la ascesis que eso implica. A través de vuestra Comisión, deseo por ello dar las gracias a todos los teólogos y animarles a tener fe en el gran valor de su compromiso. Al daros mi enhorabuena por vuestro trabajo, os imparto con afecto mi Bendición.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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