4.12.10

Virgen de Corea

 

Hay muchas formas o, mejor, a través de muchos signos, la Madre de Dios se presenta y actúa en el mundo.

Uno de los ejemplos que, en concreto, determinan la voluntad reparadora de María es el que ha sucedido en Corea del Sur, lugar en el que la Virgen María ha hecho algo más que prodigios y ha advertido de algo más que de la situación por la que pasa el mundo.

El lugar es Naju, pequeña población de Corea del Sur (situada a 350 kilómetros al sudoeste de Seúl) donde nació, en 1947, Julia Kim. Vivió en extrema pobreza y se casó, en 1972, con Julio Kim.

Su salud era, digamos, bastante precaria y, como era de esperar, buscó solución en la medicina. No había, al parecer, curación para ella.

Pero no todo está dicho cuando interviene María, Madre de Dios. Es más, entonces es cuando todo empieza a decirse.

El 30 de abril de 1985 una estatua de la Madre de Dios que tenía comenzó a llorar sangre. Y así lloró un total de 700 veces hasta el 14 de enero de 1992 porque la Virgen María tenía razones más que suficientes para proceder de tal manera y manifestarse al mundo.

También se produjo un fenómeno consistente en el hecho de brotar, de la cabeza de la estatua, un aceite fragante. Esto sucedió, curiosamente, 700 días consecutivos, desde el 24 de noviembre de 1992 hasta el 23 de octubre de 1994.

Pero, como era de esperar, cuando María quiere comunicarse con alguna persona lo hace con intención clara. Siempre hay algo que quiere que sepamos y utiliza, por así decirlo, a la persona que la ve como instrumento de mediación.

Eso pasó con Julia Kim quien el 18 de julio de 1985 recibió el primer mensaje de la Virgen. En él se llamaba a la conversión y el regreso de los hombres a Dios porque es la única forma de que sanen por estar perdidos y restaurarles a la vida sobrenatural.

También pidió a sus hijos que se amen y que se perdonen, que vivan una vida de oración en humildad, que amen a Dios y al prójimo. Nada, pues, fuera de lo normal si es que no fuera que, precisamente, no fuera lo normal entre los creyentes.

Pero no sólo le sucedió lo dicho a Julia sino que, además, en una ocasión, habiendo tenido una visión de Nuestro Señor sangrando de su corazón sintió que debía hacer oración por los pecados de la humanidad y, de forma inesperada se le produjeron dolores en los lugares exactos en los que Cristo sufrió sus heridas en la Pasión. Así, se le formaron llagas en las manos y en los pies y quedó, pues, estigmatizada.

Julia había quedado especialmente marcada por el Amor de Dios.

Pero impresiona saber lo que la Virgen María, llamémosla aquí Virgen de Naju por especial voluntad de la Virgen de Corea, le dijo, en varias ocasiones, a Julia Kim:

-Sobre la importancia de la Eucaristía:

Déjales saber a todos que Jesucristo está realmente presente, en la Eucaristía, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad… que hagan frecuentes confesiones para recibir al Señor de manera cada vez más digna“.

-Sobre el aborto y la inhumana actuación que supone el mismo:

Hija mía, mis lágrimas se deben a que la humanidad no ama a Dios como Él merece, ni se aman las personas entre ellas; también, por terrible pecado del aborto, que mata una cantidad innumerable de bebés diariamente, asesinando inocentes en el útero de sus madres, por cobardía, maldad y placer satánico, y aún, debido a las muchas almas que se niegan a arrepentirse de sus pecados, no buscando la manera de convertirse, y corren el riesgo de la propia condenación eterna“.

-Ampliando, digamos, el campo de actuación del Amor de Dios y, así, de María:

Una fuerte súplica sale de labios de la Virgen a Julia Kim: ‘La vida de todos debe ser respetada, especialmente la de los enfermos, los ancianos y los no nacidos. Deja saber a todos que la vida comienza en el momento de la concepción y que el aborto es un asesinato’“.

Fuente de Naju

-Y, como suele ser habitual en las intervenciones de María en el mundo, una advertencia que no deberíamos tener como poca cosa:

Este mundo está decayendo en más y más pecados. Aún con la Sagrada Sangre de mi Hijo Jesús, es difícil calmar la Justa Ira de Dios. Déjenme tomar prestados sus cuerpos y sus bocas. Yo estoy tiritando de frío. ¿Quién puede consolarme?. ¿Quién puede consolar mi Corazón que tiembla de frío?. Ustedes no están dirigiendo sus oraciones hacia mi, pero yo se los imploro. Oren por los sacerdotes, mis hijos. Ellos siguen siendo tentados. Para protegerlos ustedes deben dar ropa, comida y agua a aquella gente cuyas almas están desnudas, hambrientas y sedientas. A través de estas almas los demonios se están fortaleciendo y volviendo más violentos. Para prevenirse de ellos deben ofrecer oraciones combinadas con sacrificios y auto negación, y también ofrecer graciosamente pobreza y mortificación.

Vuelvan a Mi Corazón Inmaculado. Los llamé hoy con un propósito especial. Renuncien a su ego y abandonen todo egoísmo. Yo seré su escudo. Aún las flechas de fuego lanzadas por los demonios no les harán daño. Oren mucho sin preocuparse. Quiero que estén a mi lado y se vuelvan valientes guías, salvando a un mundo contaminado con el mal.

Siempre consuelo, siempre mediadora y siempre amorosa con sus hijos María, Virgen de Naju.

Y para redondear lo tocante a la bondad de María, también, como ocurrió en Lourdes, una fuente de agua brota en Naju que es fuente de milagros de sanación del cuerpo pues no se sale de lo normal que el agua, según estudios científicos que se han realizado en ella, detenga virus como el de la salmonella y otros y purifique el agua no potable al solo contacto con una pequeña cantidad de la de la fuente.

Virgen de Corea, Virgen de Naju, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán