13.12.10

Cristianofobistas

A las 12:26 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Defender la fe
 

Aquellos que se alejan de Dios y perciben el mundo desde su especial sentido mundano desconocen que oponerse a Quién creó es como querer contrariar a la luz del día tapándose los ojos. Seguirá estando ahí y será una actitud necia pretender que no está. Algo inútil, además, y que demuestra una gran desconexión con la realidad de las cosas.

Parece, sin embargo, que tener una visión de la realidad ajena a Dios puede provocar, en quien así piensa, una que lo es distorsionada de la importancia que tiene la creencia que los cristianos manifestamos acerca del Creador y si, además, concurre en tales personas la pertenencia a una ideología materialista que tiene a Dios como inútil o inexistente, el resultado de tal cóctel se define, a la perfección, su hacer: cristinianofobista.

El ambiente cristianofóbico que se vive y percibe en España no resulta ser visto así por la aplicación a la situación nacional de una visión distorsionadora o exageradora de la realidad. Muy al contrario, basta remitirse a las pruebas existentes para concluir que si bien es cierto que tiempos pasados nunca fueron mejores que los que ahora vivimos hay, a contrario, quien piensa que estaría bien retrotraernos a ellos. Tiempo de desmemoria que se fomenta con el olvido del camino pisado y destrozado.

Vean como esto es bien cierto si consideran que existe un laicismo anticristiano que se difunde a partir del poder y que, por ejemplo, ofrece una casi patente de corso a quien zahiera las creencias de muchos millones de españoles. En concreto, las que lo son cristianas. Así, cualquier expresión de radicalismo anticristiano es tenida como buena y benéfica para una sociedad que, al parecer, quiere desembarazarse del creer.

Además, se censura, de forma real y efectiva, determinadas formas de proceder como, por ejemplo, ha sucedido recientemente en la Universidad de Barcelona ocasionando la aberrante situación según la cual se tenía que asistir a la celebración de la Santa Misa bajo protección. Y eso sin olvidar la imposibilidad de que el cardenal Rouco Varela impartiera una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid que recuerda, exactamente, a cuando a Benedicto XVI se le impidió visitar La Sapienza, universidad romana.

¿Qué se pretende con un comportamiento tan claramente cristianofóbico?

En primer lugar, insistir en la diferenciación entre el Estado y la Iglesia. Esto se hace como si no se supiera que eso es y ha de ser así; en segundo lugar, con un ánimo meridianamente claro al que se puede llamar “ingeniería social” o pretensión, buscada y poco disimulada, de cambiar el rumbo de la sociedad.

Son, por eso mismo, cristianofobistas en ejercicio los que demuestran un hacer tan marcadamente desvertebrador y tan efímero en el tiempo porque sabiendo que en la eternidad tienen poco que hacer medran aquí, en la mala noche que pasan en una mala posada, aún de oro la suya.

Eleuterio Fernández Guzmán