ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 15 de diciembre de 2010

Santa Sede

La vida cristiana necesita intimidad con Jesús, afirma el Papa

Benedicto XVI: Jesús es la Palabra definitiva de Dios

Artesanos de Guanajuato (México) regalan un belén al Papa

“Circos y Luna Park”, congreso del Consejo para la pastoral de los migrantes

El Papa nombra a monseñor Ezzati arzobispo de Santiago de Chile

Mundo

El cardenal Vallini constata una persecución “sutil y silenciosa”

La búsqueda de la paz, más actual que nunca, según “Justicia y Paz”

Argentina: Ante problemas sociales, reconocer a Dios y los valores morales

Un jesuita que salvó a tres niños judíos, “justo entre las naciones”

Entrevistas

El objetivo de Benedicto XVI es una sexualidad responsable

Audiencia del miércoles

Benedicto XVI: Verónica Giuliani, “¡He visto al Amor!”

Documentación

Mensaje para la 3ª Jornada por la Paz en Tierra Santa


Santa Sede


La vida cristiana necesita intimidad con Jesús, afirma el Papa
Propone el ejemplo de la santa mística italiana Verónica Giuliani
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- La vida cristiana necesita descubrir la unión íntima con Jesús y con la Iglesia, hasta el punto de poder abandonarse totalmente en la voluntad de Dios, afirmó hoy el Papa Benedicto XVI en la Audiencia General.

El Papa quiso hacer un paréntesis dentro de su ciclo dedicado a escritoras místicas medievales, dedicando hoy su catequesis a una santa moderna, Verónica Giuliani, al celebrarse el próximo 27 de diciembre el 350 aniversario de su nacimiento.

De hecho, entre los peregrinos presentes en el Aula, había una nutrida representación de la diócesis de Città di Castello – lugar donde murió la santa – encabezada por el obispo, monseñor Domenico Cancian.

Esta santa, nacida en pleno centro de Italia (1660-1727), entre las regiones de las Marcas y Umbria, es conocida por sus profundas experiencias místicas relacionadas con la Pasión de Cristo.

Tras perder muy pequeña a su madre, ingresó en la orden de las clarisas capuchinas. Al emitir su profesión solemne “inicia para ella el camino de configuración a Cristo a través de muchas penitencias, grandes sufrimientos y algunas experiencias místicas ligadas a la Pasión de Jesús”.

Verónica, afirmó el Papa, “se revela, en particular una testigo valiente de la belleza y del poder del Amor divino, que la atrae, la impregna, la inflama. Es el Amor crucificado que se ha impreso en su carne, como en la de san Francisco de Asís, con los estigmas de Jesús”.

La santa, que escribió por obediencia un Diario (unas 22.000 páginas) relatando sus experiencias, consignó en él “una espiritualidad marcadamente cristológico-esponsal”, la experiencia “de ser amada por Cristo, Esposo fiel y sincero, y de querer corresponder con un amor cada vez más implicado y apasionado”.

“En ella todo es interpretado en clave de amor, y esto le infunde una profunda serenidad. Todo es vivido en unión con Cristo, por amor a él, y con la alegría de poder demostrarle todo el amor de que es capaz una criatura”, afirmó el Papa.

Esta santa, añadió, invita “a hacer crecer, en nuestra vida cristiana, la unión con el Señor en el ser para los demás, abandonándonos a su voluntad con confianza completa y total, y la unión con la Iglesia, Esposa de Cristo”.

“Nos invita a participar en el amor sufriente de Jesús Crucificado para la salvación de todos los pecadores; nos invita a tener la mirada fija en el Paraíso, meta de nuestro camino terreno”, así como “a nutrirnos diariamente de la Palabra de Dios para encender nuestro corazón y orientar nuestra vida”.

Verónica Giuliani vivió también intensamente la comunión de los santos, afirmó el Pontífice, rezando, sufriendo y entregándose por los demás. También la liturgia, pues “los momentos fuertes de la experiencia mística de Verónica nunca están separados de los acontecimientos salvíficos celebrados en la liturgia”.

“Ella no sólo se expresa con las palabras de la Sagrada Escritura, sino que realmente también vive de estas palabras que se convierten en vida en ella”.

 

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Benedicto XVI: Jesús es la Palabra definitiva de Dios
Al celebrar la misa en el monasterio Mater Ecclesiae
ROMA, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Jesús es la Palabra definitiva de Dios a los hombres, porque entregándose en persona ha mostrado el verdadero rostro del Padre. Este es el mensaje central de la homilía pronunciada ayer martes 14 de diciembre, por el Papa Benedicto XVI, en la misa celebrada en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano.

Ayer de hecho se celebraba la memoria litúrgica de san Juan de la Cruz (1567-1622), así como cuarto centenario de la fundación de la orden de la Visitación, a la que pertenecen las monjas contemplativas del monasterio.

Las visitandinas fueron fundadas por los santos Francisco de Sales y Juana María de Chantal.

El monasterio Mater Ecclesiae, colocado dentro de los muros vaticanos, nació en 1994 como iniciativa del papa Juan Pablo II para crear una comunidad de religiosas contemplativas que acompañasen con la oración la actividad del Pontífice y de los miembros de la Curia Romana.

Cada cinco años, el monasterio es ocupada por una comunidad distinta de religiosas contemplativas.

En la homilía, citada por L'Osservatore Romano, Benedicto XVI comentó algunos temas del pensamiento de san Juan de la Cruz, definido como el santo del misterio pascual. Viviendo la cruz – dijo el Papa – el santo comprendió que ésta es amor y que en su misterio se realiza el misterio del amor.

El Papa subrayó cómo en el Antiguo Testamento eran muchas las formas como Dios se manifestaba y se acercaba a su pueblo; entre estas, las visiones y las palabras proféticas. En cambio, en el Nuevo Testamento, es en Jesús, en Cristo, donde hace escuchar su Palabra.

De la misma forma, san Juan de la Cruz explica que Dios entregó y dijo todo en el Hijo. En él la humanidad puede reconocer su rostro, el rostro del Dios trinitario. La vocación del hombre, por tanto, es la de entrar en esta totalidad, de ser tocado y penetrado interiormente por la riqueza del don que es Dios mismo.

Al final de la misa, sor María Begoña Sancho, superiora del monasterio, dio a Benedicto XVI en nombre de todas las visitandinas del mundo una cruz de plata – como la que llevan las monjas – procedente de Annecy y que contiene reliquias de san Francisco de Sales, santa Juana de Chantal y santa María de Alacoque, que también formó parte de esta congregación.

La superiora ofreció al Papa también ornamentos sagrados para entregar a iglesias pobres: 400 albas, 400 cíngulos, 600 purificadores, 900 rosarios, 400 ejemplares en francés de la Introduction à la vie dévote de Francisco de Sales, y 2.800 escapularios del Sagrado Corazón.



 

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Artesanos de Guanajuato (México) regalan un belén al Papa
Inaugurada la muestra “Navidad mexicana en el Vaticano”
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Un nacimiento con figuras de cera hasta de un metro de alto, hechas con manos artesanas provenientes del estado de Guanajuato (México), le fue regalado esta mañana al Papa Benedicto XVI después de la Audiencia general. El pesebre ha sido ubicado en el atrio del aula Pablo VI.

Benedicto XVI saludó así de manera particular “a los miembros de la comunidad católica mexicana de Roma, así como a los artesanos venidos de Guanajuato, acompañados por el Gobernador de dicho Estado y el señor arzobispo de León, a quienes agradezco el obsequio de un artístico nacimiento”, dijo después de la audiencia.

Igualmente se abrió ayer en los Museos Vaticanos la exposición “Navidad mexicana en el Vaticano, presencia del estado de Guanajuato”, en el contexto de la celebración del bicentenario de la independencia de México (la cual se celebró el pasado 16 de septiembre) y el centenario de la revolución mexicana (que se conmemoró el pasado 20 de noviembre).

”A nosotros romanos e italianos nos conmueve y nos toca el corazón porque es el testimonio de la universalidad y de la internacionalidad de nuestra Iglesia católica romana”, dijo Antonio Paloucci, director de los Museos Vaticanos, durante la apertura de la muestra.

“Un belén como este 'nacimiento', como este que los talentosos artesanos mexicanos han realizado se asemeja a nuestros belenes italianos, napolitanos, sicilianos”, puntualizó Paloucci. “Es un signo de unidad de la cultura que debe ser para nosotros un signo de alegría”, agregó.

Artesanía navideña

Dentro de la muestra que conmemora el bicentenario de México hay unas 1250 piezas de exposición. Entre un centenar de piezas artísticas de cestería, que representan, entre otros objetos, flores de nochebuena elaboradas de palma y carrizo, unas 500 esferas de cerámica y 200 figuras de tibores, pájaros y palomas realizados en técnica mayólica.

Hay también unas 350 piezas de metal entre esferas, ángeles, palomas, estrellas, corazones, candelabros y medallones.

En el nacimiento que fue obsequiado al Papa está presente una réplica de la fachada de la iglesia de la localidad de Dolores Hidalgo, considerada un edificio emblema de la independencia de México.

Las obras han sido realizadas por artesanos de Dolores Hidalgo, Salamanca, Tierra Alta, San Miguel de Allende, Tarandacuao y otras localidades de Guanajuato.

Dentro de la muestra se encuentra también una exposición de fotografía que incluye obras del artista mexicano Gibrán Peña.

Fe y arte

“Las piezas que trajimos fueron elaboradas por artesanos y artistas populares y se manifiestan en su sensibilidad”, dijo en diálogo con ZENIT el arzobispo de León, monseñor José Guadalupe Martín Rábago.

El prelado dijo que se trata de la “expresión de la religiosidad popular”. Y aseguró que “La religión expresada a través de estas obras van a merecer el respeto y la admiración de las personas que vengan a este museo”.

Guanajuato es el estado mexicano que tiene el mayor porcentaje de católicos (95%, según el censo de 2005). “Nos hemos ha mantenido esta fe que ha resistido los embates de una cultura secularizada e inclusive de la presencia de otras iglesias no católicas”, dijo monseñor Martín Rábago, quien indicó que una de las principales características de esta fe, es la piedad filial a María la cual ha sido, “el soporte fundamental que ha permitido la conservación de la fe del estado de Guanajuato”.

Por su parte, el obispo de Iraputo, monseñor Jesús Martínez dijo a ZENIT dice que para los artistas del estado de Guanajuato, “la fe siempre ha sido una inspiración”.

“Ahora queremos mantener esa fe porque esa riqueza que hemos heredado podemos perderla en momentos del secularismo si los obispos y si los fieles no nos ponemos a trabajar en la nueva evangelización y en la misión continental anunciando a Cristo, proponiendo la fe”, aseguró el prelado. La muestra permanecerá hasta el 2 de febrero, día de la presentación de Jesús en el templo.

Por Carmen Elena Villa


 

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“Circos y Luna Park”, congreso del Consejo para la pastoral de los migrantes
“Signos de esperanza en un mundo globalizado”
ROMA, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Circos y Luna Park “catedrales” de fe y de tradición, signos de esperanza en un mundo globalizado es el tema del congreso organizado, del 13 al 16 de diciembre en Roma, por el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes.

Con él, el consejo pontificio intenta aportar respuestas a las “necesidades, demandas y expectativas” de los que realizan estas actividades de entretenimiento desde la perspectiva de la formación espiritual, el diálogo y la proximidad a las personas y las familias, informa Radio Vaticano.

Las intervenciones y los testimonios del congreso muestran las dificultades que surgen de una situación social sin el anclaje cultural, social o espiritual de las comunidades sedentarias, entre ellas la escolarización de los niños y la formación religiosa de los jóvenes y de los adultos.

El presidente del dicasterio, monseñor Antonio Maria Vegliò, inauguró los trabajos el lunes, con una intervención sobre La Iglesia al servicio de las gentes del circo y de las fiestas.

El presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, pronuncia una conferencia sobre El arte y la expresión de la fe al servicio del crecimiento espiritual de las gentes del circo y de las fiestas.

La ex-coordinadora nacional de la pastoral de las gentes del circo y de las fiestas de la conferencia de obispos de los Estados Unidos, la hermana Charlotte Hobelmann, habla sobre Circos y Luna Park, “catedrales” de fe y de tradición.

Finalmente, el profesor de Historia del espectáculo del circo y de la calle de la Universidad de Milán Alessandro Serena ofrece una ponencia titulada Circos y Luna Park, signos de esperanza en un mundo globalizado.

Los directores nacionales exponen también la situación actual de la pastoral en los distintos países, y empresarios, trabajadores y artistas aportan su contribución a la búsqueda de nuevas maneras para dialogar y transmitir la fe en el espectáculo itinerante.

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El Papa nombra a monseñor Ezzati arzobispo de Santiago de Chile
Nombramientos también en México, Brasil, EE.UU. e Italia
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI nombró arzobispo de Santiago de Chile al presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Ricardi Ezzati Andrello, SDB, hasta ahora arzobispo de Concepción.

Sustituye en el cargo al cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, ISP Sch., quien había presentado su renuncia por motivos de edad, comunicó este miércoles la Oficina de Información de la Santa Sede.

El cardenal Errázuriz actuará como administrador apostólico de la arquidiócesis de Santiago, mientras que monseñor Ezzati se mantiene como administrador diocesano de Concepción, hasta que tome posesión de su nuevo cargo episcopal, informó la arquidiócesis chilena.

Monseñor Ricardo Ezzati Andrello nació en Campiglia dei Berici (Vicenza, Italia) el 7 de enero de 1942.

En 1959 llegó a Chile e ingresó al noviciado de la congregación salesiana ubicado en Quilpué. Allí, el 31 de enero de 1961 emitió la primera profesión como religioso salesiano.

Estudió Filosofía y Pedagogía en el Instituto de la Congregación, afiliado a la Universidad Católica de Valparaíso. Desde 1964 a 1966 enseñó en el Liceo Camilo Ortúzar Montt, de Santiago.

Estudió Teología en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. Posteriormente estudió un máster en Pedagogía Religiosa en la Universidad de Estrasburgo (Francia). También es profesor de Estado en Religión y Filosofía, por la Universidad Pontificia Católica de Valparaíso.

El 30 de diciembre de 1966, emitió la profesión perpetua como religioso salesiano, y el 18 de marzo de 1970 fue ordenado sacerdote.

Los años 1971 y 1972 desarrolló su misión pastoral en Valdivia, donde fue responsable de la pastoral del Instituto Salesiano.

Entre 1973 y 1977 se trasladó a Concepción, donde fue superior de la comunidad religiosa y rector del colegio salesiano de esa ciudad.

En 1978 regresó a Santiago, donde fue director del seminario mayor de la congregación, consejero provincial, profesor de Pastoral Fundamental en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Católica de Chile, y miembro y director del Centro de Estudios y Experiencias Catequísticas.

En 1984 fue nombrado inspector provincial de los salesianos de Chile y elegido también vicepresidente de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de Chile (CONFERRE).

En 1991, fue llamado al Vaticano para colaborar con monseñor Francisco Javier Errázuriz en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

El 28 de junio de 1996, Juan Pablo II lo nombró obispo de Valdivia y adoptó como lema episcopal Para evangelizar.

El 10 de julio de 2001, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Santiago, donde también ejerció el cargo de vicario general de la arquidiócesis.

Tiene la nacionalidad chilena, otorgada por gracia especial por la presidenta de la República, a solicitud del Congreso Nacional.

El 27 de diciembre de 2006, Benedicto XVI lo nombró arzobispo de la arquidiócesis de la Santísima Concepción.

En 1997, participó en la asamblea especial del Sínodo de los Obispos para América, en el Vaticano. En 2007, participó en la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe en Aparecida, Brasil.

En el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), ha sido miembro del Departamento de Vida Consagrada y actualmente es presidente del Departamento de Cultura y Educación.

El Papa Benedicto XVI le confió la Visita Apostólica a la Congregación de Los Legionarios de Cristo (2009-2010).

Ha ocupado varios cargos en la Conferencia Episcopal de Chile. Ha sido miembro de la Comisión Pastoral, donde ha presidido el Área Educación.

También ha formado parte de la Comisión episcopal de Seminarios, de Pastoral Vocacional y la Comisión Mixta Obispos-Superiores Mayores. Desde el año 2007 es miembro del Comité Permanente.

En noviembre de 2010 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Chile por un período de tres años.

México

Por otra parte, el Papa nombró hoy obispo auxiliar de Morelia a Juan Espinoza Jiménez, formador del seminario mayor de esa misma arquidiócesis mexicana, asignándole la sede titular de Arpi.

Nacido el 11 de mayo de 1965 en Piedad, Michoacán, en la arquidiócesis de Morelia, fue ordenado sacerdote en 1993 y ha sido formador del seminario menor y capellán del hospital Nuestra Señora de la Salud.

Estudió Ciencias de la Educación en la Universidad Pontificia Salesiana y entre los años 2001 y 2009 fue empleado de secretaría en la Congregación para los Obispos.

Al volver a México ejerció profesor del seminario mayor, coordinador de la Comisión diocesana para al clero y capellán de la casa de formación de las Hermanas Pasionistas en Morelia.

Brasil

Benedicto XVI erigió hoy la diócesis brasileña de Camaçari, con territorio desmembrado de la arquidiócesis de São Salvador da Bahia, haciéndola sufragánea de la misma Iglesia metropolitana.

Nombró como primer obispo a monseñor João Carlos Petrini, hasta ahora obispo auxiliar de São Salvador da Bahia.

Nacido en Fermo (Italia) en 1945, monseñor Petrini estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Perugia.

Como miembro del movimiento Comunión y Liberación, fue enviado, como misionero laico, a la arquidiócesis brasileña de São Paulo.

Estudió en la Facultad de Teología Nossa Senhora da Assunção y Ciencias Sociales en la Universidad Pontificia Católica de São Paulo.

Fue ordenado sacerdote en 1975 para la arquidiócesis de Fermo y designado fidei donum para la arquidiócesis de São Paulo y, desde 1988, para la arquidiócesis de São Salvador da Bahia.

Desempeñó diversos cargos en los ámbitos de la pastoral universitaria y vocacional y de la formación y ha sido asesor de distintas entidades eclesiales.

En 2005 fue nombrado obispo auxiliar de São Salvador da Bahia. Actualmente es miembro de la comisión episcopal nacional de la pastoral para la familia y para la vida.

La nueva diócesis de Camaçari tiene una superficie de 2.382 kilómetros cuadrados y cuenta con 708.122 habitantes, de los cuales 481.523 católicos.

Tiene veinte sacerdotes, quince seminaristas y dieciséis parroquias, ocho religiosos profesos y 47 hermanas.

También para Brasil, el Papa nombró hoy obispo de Barreiras a monseñor Josafá Menezes da Silva, hasta ahora obispo auxiliar de São Salvador da Bahia.

Estados Unidos

Para los Estados Unidos, el Pontífice aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Dodge City presentada por monseñor Ronald M. Gilmore, a quien sustituye John B. Brungardt, hasta ahora canciller y párroco de la parroquia Saint Mark.

Nacido en Salina, Kansas, en 1958, el obispo electo obtuvo el B.A. En Física en el Benedictine College de Atchison, en Kansas, y el Masters en Física en la Iowa State University y el doctorado en Ciencias de la Educación en la Kansas State University.

Fue profesor de Ciencias en varios centros y en 1993 entró en el Colegio Pontificio Josephinum para realizar sus estudios eclesiásticos. Fue ordenado sacerdote para la diócesis de Wichita en 1998.

Ha ejercido su ministerio pastoral en varias parroquias y desde 2005 es canciller y moderador de la pastoral para los hispanos.

Italia

Finalmente, el Papa nombró obispo de la diócesis italiana de Massa Marittima-Piombino a monseñor Carlo Ciattini, del clero de San Miniato, hasta ahora rector del seminario y vicario judicial.

El obispo electo nació en Cerreto Guidi, en la provincia de Florencia, el 20 de marzo de 1951. Estudió en el Instituto Comercial y en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Estatal. Tiene experiencia laboral de tipo empresarial y comercial.

Fue ordenado sacerdote en 1989 para la diócesis de San Miniato. Se doctoró en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma.

Desde 1999 es vicario judicial de San Miniato y juez del Tribunal Eclesiástico Regional Etrusco. Desde el año 2000 es vicario episcopal para las agregaciones laicales.

Es rector del seminario diocesano de San Miniato y delegado para la formación del diaconado permanente. También dirige el centro diocesano de vocaciones.

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Mundo


El cardenal Vallini constata una persecución “sutil y silenciosa”
En la homilía de la tradicional misa por Francia en San Juan de Letrán
ROMA, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- “Existe otra forma de persecución”, a la vez “sutil y silenciosa, pero no por ello menos grave”, “en las naciones de larga tradición cristiana que parecen hoy querer olvidar sus raíces”.

Lo afirmó el vicario del Papa para Roma, el cardenal Agostino Vallini, durante la celebración de la misa anual por Francia, este lunes 13 de diciembre en la catedral del Papa, San Juan de Letrán, en Roma.

“El mundo de hoy necesita cristianos que profesen su fe con valentía y que, también en las dificultades, permanezcan fieles a Cristo, lo reconozcan y lo muestren a los hombres de nuestro tiempo como único Salvador”, destacó.

El purpurado empezó su homilía refiriéndose a santa Lucía y constatando que “la historia de la comunidad cristiana, desde el principio, ha estado marcada por la persecución”.

Después recordó que “todavía hoy, en distintas partes del mundo, los discípulos de Jesús son objeto de vejaciones y de crueles violencias” y se refirió a “nuestros hermanos que, en los últimos meses, han sufrido en Oriente Medio y en algunos países de Asia”.

A continuación llamó la atención sobre otra forma de persecución que se da en países de larga tradición cristiana, donde la fe “cada vez es más marginada y reducida a un hecho privado”.

En esos lugares, la fe “no debe tener ninguna influencia pública y, por tanto, no debe ofrecer su propia contribución a la construcción de una sociedad auténticamente humana, en la que el hombre, cada hombre, es reconocido por lo que es, y no por lo que tiene, en base a su inviolable dignidad”, dijo.

“El individualismo creciente y la búsqueda del bienestar personal o nacional son el síntoma más evidente de ello”, lamentó.

La Palabra y los mártires

En este marco, el cardenal Vallini propuso la Palabra de Dios y los mártires como “una luz” y “un don precioso puesto ante nosotros para que encontremos la fuerza y la valentía de vivir como discípulos de Cristo”.

“La meditación de la Sagrada Escritura, a través de la práctica de la lectio divina, se encuentra en la base de toda existencia que quiera ser auténticamente cristiana”, afirmó.

A continuación, se refirió a los santos Bernardo de Claravall, Francisco de Sales y Teresa de Lisieux como “ejemplos luminosos de hombres y de mujeres” dedicados en Francia a la lectura orante de la Palabra de Dios.

También destacó que “la Eucaristía ha sido el alimento que ha sostenido a los mártires durante su peregrinación terrestre y sobre todo en el momento supremo de la fidelidad a Cristo, cuando prefirieron morir a renunciar a su fe”.

Contra las ideologías: Cristo

Y pidió “la fuerza para adherirnos siempre a Jesucristo y no dejarnos intimidar por las ideologías contemporáneas que pretenden tener autoridad sobre la vida del hombre”.

En este sentido, se refirió a la pretensión de la ciencia como único camino para la felicidad y a una idea equivocada de libertad según la cual cada uno puede hacer lo que quiera.

“La verdadera libertad es estar unidos a Cristo y la felicidad, para el hombre, consiste en el don de sí mismo, a imitación del divino Maestro”, afirmó.

Y concluyó pidiendo que Francia “pueda conservar la fe cristiana que ha recibido a lo largo de los siglos del testimonio heroico de tantos hombres y mujeres, y que la pueda transmitir a las nuevas generaciones para que Europa permanezca fiel a sus orígenes y continúe siendo un faro de civilización para el desarrollo integral de toda persona humana”.

Asistieron a la eucaristía por la prosperidad de Francia el embajador de Francia ante la Santa Sede, Stanislas de Laboulaye, y numerosos franceses de la comunidad de Roma.

La misa pro natione gallica se celebra cada año en San Juan de Letrán el día del cumpleaños del rey Enrique IV, quien realizó esta exigencia al hacer una generosa donación al Capítulo de Letrán en 1604.

Este rey había heredado un reino fuertemente dividido entre católicos y protestantes. Al convertirse él mismo al catolicismo, adoptó una legislación que concedió a los protestantes una importante libertad religiosa (Edicto de Nantes, 1598), lo cual le permitió pacificar el reino.

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La búsqueda de la paz, más actual que nunca, según “Justicia y Paz”
Mensaje para la 3ª Jornada Internacional de Intercesión por la Paz en Tierra Santa
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- “Hoy el tema importantísimo de la paz y de su búsqueda son más actuales que nunca”, indica el mensaje del Consejo Pontificio “Justicia y Paz” para la 3ª Jornada Internacional de Intercesión por la Paz en Tierra Santa.

El mensaje, firmado por el presidente y el secretario del Consejo Pontificio “Justicia y Paz”, el cardenal Peter Kowdo Appiah Turkson y Mario Toso respectivamente, fue publicado este miércoles por la Oficina de Información de la Santa Sede.

Esta Jornada de oración se celebrará los días 29 y 30 de enero de 2011 con la implicación de unas dos mil ciudades de todo el mundo.

El Consejo Pontificio “Justicia y Paz”, que patrocina esta iniciativa promovida por algunas asociaciones católicas juveniles, ha querido hacer llegar un mensaje de “saludo y aliento para acompañar vuestro momento de oración confiada”.

El mensaje vaticano recuerda que “la Iglesia en todo tiempo se ha esforzado en difundir el mensaje de Paz”

Destaca el empeño de la Iglesia en “apoyar todas aquellas iniciativas y actividades que pudiesen sensibilizar a todo hombre y toda mujer de buena voluntad a convertirse no sólo en anunciadores, sino también en trabajadores por la paz”.

Y añade que lo ha hecho “especialmente en esas regiones del mundo en las que se ha sufrido a causa de injusticias, violencias y persecuciones”, como “la Tierra Santa bendecida por Dios con acontecimientos admirables de la Historia de la Salvación, el primero de todos la encarnación del Verbo en Jesucristo”.

El cardenal Turkson cita en su mensaje la homilía de Benedicto XVI en la misa de clausura de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos de para Oriente Medio.

En ella, el Papa afirmó que “el grito del pobre y del oprimido encuentra inmediato eco en Dios, que quiere intervenir para abrir una vía de salida, para restituir un futuro de liberad, un horizonte de esperanza”.

El mensaje, fechado el 16 de noviembre, indica que la Jornada Internacional de Intercesión por la Paz en Tierra Santa “nace de la voluntad de comprometerse de modo concreto y fuerte, viviendo también una jornada de oración”.

“Esta Jornada reúne a diversas asociaciones, hermanos y hermanas de cada región, y les invita a hacer oír su voz al mundo entero diciendo: '¡Deseamos la Paz, la reconciliación y la unidad, empezando por Jerusalén!'”, añade.

El Consejo Pontificio “Justicia y Paz” augura “que esta iniciativa, ya conocida por muchos, sea aún más apreciada y difundida, como contribución de los creyentes de todo el mundo en apoyo de la Civilización del Amor”.

Y pide la bendición de Dios “sobre cuantos apoyan y promueven esta Jornada y sobre todos aquellos que con corazón sincero buscan la Paz”.

24 horas de oración

El próximo 29 de enero comenzarán así 24 horas de oración interrumpida en la línea de la Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo de los obispos.

La Jornada de oración coincidirá con la Semana de oración por la unidad de los cristianos en Jerusalén, el sábado 29 de enero de 2011, a las 17-18 (hora local).

El 25 de enero de 2011 se hará pública la lista de lugares de todo el mundo donde se podrá participar en una iniciativa por la Paz. En su segunda edición, el año pasado, la oración se celebró en 1.103 ciudades de todo el mundo.

La Jornada de intercesión por la paz en Tierra Santa está promovida por las asociación italiana Papaboys (www.papaboys.it), el Apostolado “Jóvenes por la Vida” (www.youthfl.org), las Capillas de Adoración Perpetua en todo el mundo (www.adorazione.org), y – desde esta tercera edición – la Asociación para la promoción de la Oración extraordinaria de todas las Iglesias para la reconciliación, la unidad y la paz, comenzando por Jerusalén.

Para inscribirse personalmente o como grupo o asociación se puede visitar en Facebook el grupo Vogliamo la Pace in Terra Santa 2 (Queremos la Paz en Tierra Santa 2), adhiriéndose a la Jornada, o enviando un e-mail a ufficiostampa@papaboys.it comunicando lugar y hora del acto organizado.

[Más información en: www.prayrup.info]


 

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Argentina: Ante problemas sociales, reconocer a Dios y los valores morales
Llamamiento de los obispos en las proximidades de la Navidad
BUENOS AIRES, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Reconocer a Dios es la garantía y la base de la sociedad y los valores morales, el fundamento de la convivencia social.

Lo recordaron los obispos de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina en un mensaje publicado este martes en Buenos Aires ante las próximas fiestas navideñas, tras celebrar su 157ª reunión.

Los obispos reconocieron que “los acontecimientos de estos últimos días han puesto en los corazones de millones de argentinos la evidencia de serios problemas que manifiestan signos de fragmentación social”.

En concreto, se refirieron a la persistencia de la pobreza e inequidad, la dificultad para el diálogo, la violencia y la agresión y el desprecio a los migrantes.

“Esta situación -advirtieron- se presta a diversas manipulaciones que hieren en lo profundo la dignidad humana y acrecientan aún más la injusticia”.

Los prelados constataron el drama de la falta de una vivienda digna, así como la situación de comunidades aborígenes y campesinas que son desplazadas de sus lugares de trabajo y subsistencia, y terminan engrosando los cordones de pobreza de varias ciudades.

Como respuesta, indicaron que “el reconocimiento de Dios, como lo hicieron nuestros Constituyentes, es la garantía y la base sobre la que se construye nuestra sociedad; la invocación a Dios como Padre nos ayuda a respetarnos y amarnos como hermanos”.

Los obispos también invitaron a reafirmar “el derecho primario a la vida, como a la integridad física y moral de toda persona”.

“Trabajemos por la dignidad humana, para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral”, pidieron.

Y añadieron: “Renovemos el compromiso por el bien común y el fortalecimiento del Estado y las Instituciones de la República”.

En su mensaje, los obispos reiteraron que “sólo el diálogo sincero es el camino que nos aleja del enfrentamiento y la violencia”.

Los obispos se refirieron a la Navidad como a un “tiempo de paz y esperanza para nuestro pueblo” y quisieron recordar que “Dios, en Jesús de Nazaret, se hizo uno de nosotros y eligió el camino de la pequeñez y la pobreza”.

El mensaje concluye con una invitación para que “en la Navidad del Bicentenario recemos al Niño Jesús que nació en una familia pobre y sin lugar entre las casas de Belén”.

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Un jesuita que salvó a tres niños judíos, “justo entre las naciones”
El padre Cubbe, elogiado a título póstumo
ROMA, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- La medalla de “justo entre las naciones” fue entregada este martes en Roma por el embajador de Israel ante la Santa Sede, Mordechay Lewy, a título póstumo, al jesuita italiano Raffaele de Ghantuz Cubbe.

Su pequeño sobrino, Francesco de Ghantuz Cubbe, recibió la medalla, y el presidente de la comunidad judía de Roma aprovechó esta oportunidad para mostrar el deseo de que se cree una “Asociación de los niños de los justos”.

La ceremonia tuvo lugar, en presencia de supervivientes de la Shoah y de sus familias, en el salón de la librería del Apostolado de la Oración, detrás de la iglesia de Jesús, en el centro de Roma, a pesar de las manifestaciones que paralizaron ayer buena parte de la ciudad.

Durante la ocupación nazi de Roma, el padre Cubbe pudo, con la ayuda de sus hermanos, y poniendo su vida en peligro, ocultar a tres niños judíos entre los alumnos de Mondragón, un colegio de Frascati: Marco Pavoncello y dos hermanos, sus primos Mario y Graziano Sonnino.

Nunca intentó que se convirtieran al catolicismo, pero una vez acabada la guerra, permanecieron en ese colegio de los jesuitas para acabar sus estudios.

Marco Pavoncello y Graziano Sonnino participaron en la ceremonia de este martes por la mañana, mientras que Mario Sonnino falleció el pasado mes de julio, así como su hermana Virginia, con un mes de diferencia. Sus hijos y nietos estaban presentes, y también sus sobrinos y sobrinas.

La familia Sonnino tenía dos hijas y tres hijos: Virginia, Mario, Graziano, Rosalba y Sergio. Familias y religiosos les ayudaron durante la ocupación.

El ambiente estuvo ayer cargado de emoción, especialmente durante la proyección de un video de presentación del testimonio de Mario Sonnino, realizado por sus hijos Livia y Nello.

El expediente de solicitud del reconocimiento fue promovido, a partir de 2004, por Celeste Pavoncello, que realizó un libreto histórico para la ocasión.

En una exposición en el monumento a Víctor Manuel de Roma sobre las leyes antijudías y la Shoah, descubrió una foto de su padre, Marco Pavoncello, en un documento de archivos privados de Berlín.

Cuando en 2010, la señora Pavoncello anunció a Giovanna de Ghantuz Cubbe que su tío iba a recibir la medalla de los Justos del Instituto Yad VaShem de Jerusalén, descubrió una historia desconocida hasta entonces, como suele pasar.

Los “salvadores” pensaban que no habían hecho nada más que cumplir su deber, o consideraban que su mano derecha no debía saber lo que hacía la izquierda, como dijo la señora Ghantuz Cubbe citando el Evangelio, y los tiempos de persecución son tiempos de clandestinidad, donde no se acumula la documentación apropiada.

De hecho, sólo dos o tres personas conocían la verdadera identidad de los tres estudiantes, que la anunciaron a sus compañeros tras la liberación.

Ellos tuvieron que cambiar de apellido y recibieron el de Sbardella, un nombre del sur, de la región de Cassino, entonces bombardeada por los aliados: no se habría podido verificar su identidad.

Llevaban una especie de vida “normal” de estudiantes en una época de terror. Sus padres, y el resto de sus hermanos y hermanas, ocultos en familias y con religiosos, iban a veces a visitarlos.

El premio fue entregado por Lewy, en presencia, entre otros, de Livia Link, consejera para los Asuntos públicos y políticos de la embajada de Israel en Italia, y del presidente de la comunidad judía de Roma, Riccardo Pacifici.

Éste último recordó que su padre y su tío también se salvaron gracias a sacerdotes católicos. Pero otros miembros de su familia fallecieron en Auschwitz, igual que un tercio de la comunidad judía de Italia, es decir, 8.000 personas.

También destacó que el Memorial de Yad VaShem ha reconocido a unos 28.000 “justos”, de los cuales 487 en Italia.

Habló incluso de una verdadera “caza de los justos” para encontrar las huellas de estos “héroes” y honrar su memoria: una voluntad que se encuentra, dijo, en el ADN de Israel. También sugirió la creación de una asociación de “Niños de los Justos”.

Raffaele de Ghantuz Cubbe, el “Padre Cubbe”, nació en Italia, en Orciano Pisano, en 1904 y falleció en Roma en 1983.

Era el cuarto hijo de una familia profundamente cristiana. Su padre, el marqués Riccardo fue chambelán secreto de papa de Benedicto XV a Pío XII.

La familia tenía amistad con el salesiano don Michele Rua (hoy beato), que tuvo la premonición de la vocación religiosa de Raffaele, quien entró muy joven en la Compañía de Jesús.

Él se convirtió en rector (1942-1947) del prestigioso Colegio de Mondragón, cerca de Frascati, al sur de Roma, y en vicepresidente de la Obra de Asistencia Pontificia, deseada por Pío XII para apoyar a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.

El jesuita ha dejado ante todo el recuerdo de su valentía y de su bondad, como recordaron Graziano Sonnino y Marco Pavoncello.

Por Anita S. Bourdin

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Entrevistas


El objetivo de Benedicto XVI es una sexualidad responsable
Entrevista al profesor Arturo Cattaneo
ROMA, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El filósofo suizo Martin Rhonheimer había desarrollado, en el año 2004, una tesis que ahora ha sido retomada por Benedicto XVI, en su libro-entrevista con Peter Seewald, al afrontar el tema de la sexualidad. Lo explica en esta entrevista concedida a ZENIT el padre Arturo Cattaneo, docente en la Facultad de Derecho Canónico de Venecia y en la Facultad de Teología de Lugano (Suiza).

Entre los temas abordados por el Papa en "Luz del mundo" (Herder), los focos de los medios de comunicación se han concentrado en el pasaje definido por muchos como la "apertura al preservativo". Es sabido que la Iglesia siempre ha condenado la anticoncepción, de manera que una "apertura" o "giro" de este calibre en su enseñanza no podía pasar sin llamar la atención. Ha suscitado entusiasmo, así como perplejidad, especialmente entre quienes la han percibido como un replanteamiento, o incluso una revocación, de esa condena que hasta hoy parecía definitiva.

--La afirmación de Benedicto XVI sobre el preservativo, ¿supone un "giro" en la enseñanza de la Iglesia?

--Padre Cattaneo: No hablaría de giro, sino de desarrollo, una contribución valiente, en el sentido de que se expresa sobre una cuestión en la que la Iglesia hasta ahora había preferido callar. En este sentido, me parece decisivo distinguir entre la condena de la anticoncepción (que el Papa no ha querido modificar) y la utilización del preservativo, que en "algunos casos" puede significar "un primer acto de moralización". El mismo Papa ha confirmado en su libro entrevista que "las perspectivas de Humanae Vitae siguen siendo correctas".

--En un reciente artículo publicado en el periódico suizo "Il Giornale del Popolo" (11 de diciembre de 2010), usted afirma que, en este desarrollo, el Papa se ha dejado inspirar por una tesis avanzada hace ya unos años por el filósofo suizo Martin Rhonheimer, profesor en la Universidad de la Santa Cruz, en Roma. ¿Puede explicarnos cómo?

--Padre Cattaneo: El mismo padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Información de la Santa Sede, explicó en una nota (Cf. ZENIT, 21 de noviembre de 2010), publicada inmediatamente después de la anticipación de pasajes del libro por parte de "L'Osservatore Romano", que "numerosos teólogos moralistas y autorizadas personalidades eclesiásticas han afirmado y afirman posiciones análogas; sin embargo, es verdad que no las habíamos escuchado aún con tanta claridad de los labios de un Papa". Según algunos expertos, entre ellos el periodista vaticanista Sandro Magister y un artículo del Neue Zürcher Zeitung, Rhonheimer es quien ha abierto de manera más decisiva el camino para la apertura que hoy ha hecho el Papa.

--Pero, ¿de qué camino se trata?

--Padre Cattaneo: En la nota citada, el padre Lombardi decía que el Papa ha ofrecido "una contribución importante para aclarar y profundizar una cuestión debatida desde hace tiempo". Para comprender de qué estamos hablando, creo que es necesario recordar lo que escribió Rhonheimer, por ejemplo, en The Tablet, el 10 de julio de 2004: "¿Qué les digo, como sacerdote católico, a personas promiscuas, o a homosexuales infectados por el sida, que utilizan el preservativo? Trataré de ayudarles a vivir una vida sexual moral y bien ordenada. Pero no les diré que no utilicen el preservativo. Simplemente, no hablare de ello y daré por entendido que, si deciden tener relaciones sexuales, al menos mantendrán un cierto sentido de responsabilidad. Con una actitud de este tipo, respeto totalmente la enseñanza de la Iglesia católica sobre la anticoncepción. Esto no es un llamamiento a favor de 'excepciones' a la norma que prohíbe la anticoncepción. Esa norma tiene valor sin excepciones: la opción anticonceptiva es intrínsecamente mala. Pero, como es obvio, la norma sólo es válida para los actos anticonceptivos, como son definidos en Humanae Vitae".

--¿Y cómo se definen estos actos?

--Padre Cattaneo: Según Humanae Vitae por acto anticonceptivo se entiende "toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga como fin o como medio, hacer imposible la procreación"; esto ha sido retomado por el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2370. De este modo, se comprende el motivo por el cual, en ciertos casos, como el mencionado por el Papa, la utilización del preservativo no es un acto anticonceptivo, sino, como dice el Papa, puede ser "un primer acto de moralización, un primer tramo de responsabilidad". En este sentido, hay que tener en cuenta la contribución de Rhonheimer en la aclaración del objeto moral de toda acción humana, contribución que encontró plena acogida en la encíclica Veritatis splendor.

¿Qué importancia puede tener la declaración del Papa sobre el uso del preservativo en la lucha contra el sida?

--Padre Cattaneo: Considero que la aclaración del Papa es oportuna en la medida en que se estaba difundiendo la falsa impresión de que la Iglesia condenaba cualquier tipo de utilización del preservativo, enfrentándose por tanto con todas las campañas con las que se trata de contener la difusión del sida. La cuestión había estallado tras algunas palabras pronunciadas por el Papa en su viaje a África, en 2009. En este contexto, el Papa ha intervenido ahora con su aclaración, confirmando de todos modos que el preservativo no puede ser "la" solución; hace falta de hecho hacer mucho más: prevenir, educar, ayudar, aconsejar, estar cerca de las personas, tanto para que no se enfermen como en el caso de las que se han enfermado. El preservativo por sí solo, sigue diciendo el Papa, "no resuelve la cuestión", pues tendería a "una banalización de la sexualidad", mientras que en cambio es necesario promover su "humanización".


Por Jesús Colina

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Audiencia del miércoles


Benedicto XVI: Verónica Giuliani, “¡He visto al Amor!”
Hoy en la Audiencia General
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la catequesis que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los fieles congregados en el Aula Pablo VI para la Audiencia General.

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Queridos hermanos y hermanas,

Hoy quisiera presentar a una mística que no es de la época medieval; se trata de santa Verónica Giuliani, monja clarisa capuchina. El motivo es que el 27 de diciembre próximo se celebra el 350° aniversario de su nacimiento. Città di Castello, lugar donde vivió durante más tiempo y murió, como también Mercatello – su pueblo natal – y la diócesis de Urbino, viven con gozo este acontecimiento.

Verónica nació precisamente el 27 de diciembre de 1660 en Mercatello, en el valle del Metauro, de Francesco Giuliani y Benedetta Mancini; era la última de siete hermanas, de las cuales otras tres abrazaron la vida monástica. Recibió el nombre de Orsola. A la edad de siete años, perdió a su madre, y el padre se mudó a Piacenza como superintendente en las aduanas del ducado de Parma. En esta ciudad, Orsola sintió crecer dentro de si el deseo de dedicar la vida a Cristo. La llamada se hacía cada vez más apremiante, tanto que, a los 17 años, entró en la estricta clausura del monasterio de las Clarisas Capuchinas de Città di Castello, donde permanecerá durante toda su vida. Allí recibió el nombre de Verónica, que significa “verdadera imagen”, y, en efecto, ella se convertirá en una verdadera imagen de Cristo Crucificado. Un año después emitió la profesión religiosa solemne: inicia para ella el camino de configuración a Cristo a través de muchas penitencias, grandes sufrimientos y algunas experiencias místicas ligadas a la Pasión de Jesús: la coronación de espinas, el desposorio místico, la herida en el corazón y los estigmas. En 1976, a los 56 años, se convirtió en abadesa del monasterio y fue reconfirmada en este cargo hasta su muerte, sucedida en 1727, tras una dolorosísima agonía de 33 días que culminó en una alegría profunda, tanto que sus últimas palabras fueron: “He encontrado el Amor, ¡el Amor se ha dejado ver! Esta es la causa de mi padecimiento. ¡Decidlo a todas, decidlo a todas!” (Summarium Beatificationis, 115-120). El 9 de julio deja la morada terrena para el encuentro con Dios. Tiene 67 años, cincuenta de los cuales transcurridos en el monasterio de Città di Castello. Fue proclamada Santa el 26 de mayo de 1839 por el Papa Gregorio XVI.

Verónica Giuliani escribió mucho: cartas, relatos autobiográficos, poesías. La fuente principal para reconstruir su pensamiento es, con todo, su Diario, iniciado en 1693: son veintidós mil páginas manuscritas, que cubren un arco de treinta y cuatro años de vida claustral. La escritura fluye espontánea y continua, no hay borraduras o correcciones, ni guiones o distribución de la materia en capítulos o partes según un diseño preestablecido. Verónica no quería componer una obra literaria; al contrario, fue obligada a poner por escrito sus experiencias por el padre Girolamo Bastianelli, religioso de los Filipinos, de acuerdo con el obispo diocesano Antonio Eustachi.

Santa Verónica tiene una espiritualidad marcadamente cristológico-esponsal: es la experiencia de ser amada por Cristo, Esposo fiel y sincero, y de querer corresponder con un amor cada vez más implicado y apasionado. En ella todo es interpretado en clave de amor, y esto le infunde una profunda serenidad. Todo es vivido en unión con Cristo, por amor a él, y con la alegría de poder demostrarle todo el amor de que es capaz una criatura.

El Cristo al que Verónica está profundamente unida es el sufriente de la pasión, muerte y resurrección; es Jesús en el acto de ofrecerse al Padre para salvarnos. De esta experiencia deriva también el amor intenso y sufriente por la Iglesia, en la doble forma de la oración y del ofrecimiento. La Santa vive desde esta óptica: reza, sufre, busca la “santa pobreza” , como “expropiación”, pérdida de sí (cfr ibid., III, 523), precisamente para ser como Cristo, que se entregó totalmente.

En cada página de sus escritos Verónica encomienda a alguien al Señor, aumentando el valor de sus oraciones de intercesión con el ofrecimiento de sí misma en cada sufrimiento. Su corazón se abre a todas “las necesidades de la Santa Iglesia”, viviendo con ansia el deseo de la salvación de “todo el universo mundo" (ibid., III-IV, passim). Verónica grita: "¡Oh pecadores, oh pecadoras!… todos y todas venid al corazón de Jesús, venid a lavaros en su preciosísima sangre... Él os espera con los brazos abiertos para abrazaros” (ibid., II, 16-17). Animada por una ardiente caridad, da a las hermanas del monasterio atención, comprensión, perdón; ofrece sus oraciones y sus sacrificios por el Papa, su obispo, los sacerdotes y por todas las personas necesitadas, incluidas las almas del purgatorio. Resume su misión contemplativa con estas palabras: "No podemos ir predicando por el mundo para convertir almas, pero estamos obligadas a rezar continuamente por todas esas almas que están ofendiendo a Dios... particularmente con nuestros sufrimientos, es decir, con un principio de vida crucificada" (ibid., IV, 877). Nuestra Santa concibe esta misión como un “estar en medio” entre los hombres y Dios, entre los pecadores y Cristo Crucificado.

Verónica vive de modo profundo la participación en el amor sufriente de Jesús, segura de que “sufrir con alegría” es la “clave del amor” (cfr ibid., I, 299.417; III, 330.303.871; IV, 192). Ella muestra que Jesús sufre por los pecados de los hombres, pero también por los sufrimientos que sus siervos fieles habrían tenido que soportar a lo largo de los siglos, en el tiempo de la Iglesia, precisamente por su fe sólida y coherente. Escribe: “Su eterno Padre le hizo ver y sentir en ese momento todos los padecimientos que debían padecer sus elegidos, Sus almas más queridas, es decir, las que se habrían aprovechado de Su sangre y de todos Sus padecimientos” (ibid., II, 170). Como dice de sí mismo el apóstol Pablo: “ Ahora me alegro de poder sufrir por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1,24). Verónica llega a pedir a Jesús ser crucificada con Él: “En un instante – escribe – vi salir de Sus santísimas llagas cinco rayos resplandecientes; y todos vinieron a mi alrededor. Y yo veía estos rayos convertirse como en pequeñas llamas. En cuatro estaban los clavos; y en una vi que estaba la lanza, como de oro, toda de fuego: y me traspasó el corazón, de parte a parte... y los clavos traspasaron las manos y los pies. Yo sentí gran dolor; pero en el mismo dolor, me veía, me sentía toda transformada en Dios" (Diario, I, 897).

La Santa está convencida de que participa ya en el Reino de Dios, pero al mismo tiempo invoca a todos los Santos de la Patria bienaventurada para que vengan en su ayuda en el camino terreno de su donación, en espera de la bienaventuranza eterna; esta es la aspiración constante de su vida (cfr ibid., II, 909; V, 246). Respecto a la predicación de la época, centrada a menudo en “salvar la propia alma” en términos individuales, Verónica muestra un fuerte sentido "solidario", de comunión con todos los hermanos y hermanas en camino hacia el Cielo, y vive, reza, sufre por todos. Las cosas penúltimas, terrenas, en cambio, aun apreciadas en sentido franciscano como don del Creador, resultan siempre relativas, totalmente subordinadas al "gusto" de Dios y bajo el signo de una pobreza radical. En la communio sanctorum, ella aclara su donación eclesial, además de la relación entre la Iglesia peregrina y la Iglesia celeste. "Todos los santos – escribe – están allí arriba a través de los méritos y la pasión de Jesús; pero a todo lo que hizo Nuestro Señor, ellos han cooperado, de modo que su vida estuvo toda ordenada, regulada por (sus) mismas obras" (ibid., III, 203).

En los escritos de Verónica encontramos muchas citas bíblicas, a veces de modo indirecto, pero siempre puntual: ella revela familiaridad con el Texto sagrado, del que se nutre su experiencia espiritual. Debe destacarse, además, que los momentos fuertes de la experiencia mística de Verónica nunca están separados de los acontecimientos salvíficos celebrados en la liturgia, donde tiene un lugar particular la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios. La Sagrada Escritura, por tanto, ilumina, purifica, confirma la experiencia de Verónica, haciéndola eclesial. Por otra parte, sin embargo, precisamente su experiencia, anclada en la Sagrada Escritura con una intensidad fuera de lo común, lleva a una lectura más profunda y “espiritual” del propio Texto, entra en la profundidad escondida del texto. Ella no sólo se expresa con las palabras de la Sagrada Escritura, sino que realmente también vive de estas palabras se convierten vida en ellos.

Por ejemplo, nuestra Santa cita a menudo la expresión del apóstol Pablo: “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rm 8,31; cfr Diario, I, 714; II, 116.1021; III, 48). En ella, la asimilación de este texto paulino, esta gran confianza y profunda alegría suyas, se convierten en un hecho realizado en su misma persona. “Mi alma – escribe – ha sido ligada a la voluntad divina y yo me he establecida verdaderamente y permanezco para siempre en la voluntad de Dios. Parecíame que nunca más hubiese de separarme de esta voluntad de Dios y volví en mi con estas mismas palabras: nada me podrá separar de la voluntad de Dios, ni angustias, ni penas, ni fatigas, ni desprecios, ni tentaciones, ni criaturas, ni demonios, ni oscuridades, y ni siquiera la misma muerte, porque, en la vida y en la muerte, quiero todo, y en todo, la voluntad de Dios" (Diario, IV, 272). Así estamos también en la certeza de que la muerte no es la última palabra, estamos fijados en la voluntad de Dios y así, realmente, en la vida para siempre.

Verónica se revela, en particular una testigo valiente de la belleza y del poder del Amor divino, que la atrae, la impregna, la inflama. Es el Amor crucificado que se ha impreso en su carne, como en la de san Francisco de Asís, con los estigmas de Jesús. “Esposa mía – me susurra el Cristo crucificado – me son queridas las penitencias que haces por aquellos que son mi desgracia... Después, separando un brazo de la cruz, me hizo señal de que me acercase a Su costado... Y me encontré entre los brazos del Crucificado. Lo que sentí en ese momento no puedo contarlo: habría podido estar siempre en Su santísimo costado" (ibid., I, 37). Es también una imagen de su camino espiritual, de su vida interior: estar en el abrazo del Crucificado y así estar en el amor de Cristo por los demás. También con la Virgen María Verónica vive una relación de profunda intimidad, atestiguada por las palabras que oye decir un día a la Señora y que recoge en su Diario: "Yo te hice reposar en mi seno, te uniste con mi alma y fuiste llevada por ella como en vuelo ante Dios" (IV, 901).

Santa Verónica Giuliani nos invita a hacer crecer, en nuestra vida cristiana, la unión con el Señor en el ser para los demás, abandonándonos a su voluntad con confianza completa y total, y la unión con la Iglesia, Esposa de Cristo; nos invita a participar en el amor sufriente de Jesús Crucificado para la salvación de todos los pecadores; nos invita a tener la mirada fija en el Paraíso, meta de nuestro camino terreno, donde viviremos junto a tantos hermanos y hermanas la alegría de la comunión plena con Dios; nos invita a nutrirnos diariamente de la Palabra de Dios para encender nuestro corazón y orientar nuestra vida. Las últimas palabras de la Santa pueden considerarse la síntesis de su apasionada experiencia mística: “¡He encontrado al Amor, el Amor se ha dejado ver!". Gracias.

[En español dijo]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los procedentes de España, Chile y otros países latinoamericanos. Y, de modo particular, a los miembros de la comunidad católica mejicana de Roma, así como a los artesanos venidos de Guanajuato, acompañados por el Gobernador de dicho Estado y el Señor Arzobispo de León, a quienes agradezco el obsequio de un artístico nacimiento. Que el ejemplo de Verónica Giuliani incremente nuestro amor a Cristo. Muchas gracias.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

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Documentación


Mensaje para la 3ª Jornada por la Paz en Tierra Santa
Del Consejo Pontificio “Justicia y Paz”
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 15 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el mensaje que el cardenal Peter Kowdo Appiah Turkson, presidente del Consejo Pontificio “Justicia y Paz”, ha hecho público con motivo de la 3ª Jornada Internacional de Intercesión por la Paz en Tierra Santa, que se celebrará los días 29 y 30 de enero de 2011.

* * * * *



 

Bienaventurados los que trabajan por la paz,

porque ellos se llamarán hijos de Dios” (Mt 5,9)

Mensaje a la 3ª Jornada Internacional de Intercesión

por la Paz en Tierra Santa

Queridísimos hermanos y hermanas en Cristo,

De cara a la 3ª Jornada Internacional de Intercesión por la Paz en Tierra Santa, que se celebrará el próximo 29-30 de enero de 2011, deseamos hacer llegar nuestro saludo y aliento para acompañar vuestro momento de oración confiada.

La Iglesia en todo tiempo se ha esforzado en difundir el mensaje de Paz, fuerte también de las palabras que el Resucitado dirigió a los discípulos reunidos en el Cenáculo: “Mi Paz os dejo, mi Paz os doy” (Jn 14, 27). Se ha empeñado así, en las diversas etapas históricas, a apoyar todas aquellas iniciativas y actividades que pudiesen sensibilizar a todo hombre y toda mujer de buena voluntad a convertirse no sólo en anunciadores, sino también en trabajadores por la paz. Lo ha hecho especialmente en esas regiones del mundo en las que se ha sufrido a causa de injusticias, violencias y persecuciones. Hoy el tema importantísimo de la paz y de su búsqueda son más actuales que nunca.

Mientras aún agradecemos al Señor por la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio que ha concluido hace poco, nuestro pensamiento va hoy a la Tierra Santa bendecida por Dios con acontecimientos admirables de la Historia de la Salvación, el primero de todos la encarnación del Verbo en Jesucristo.

El llamamiento de Benedicto XVI en la Homilía durante la Santa Misa de clausura del Sínodo no puede dejarnos indiferentes. Como subrayó el Santo Padre “El grito del pobre y del oprimido encuentra inmediato eco en Dios, que quiere intervenir para abrir una vía de salida, para restituir un futuro de liberad, un horizonte de esperanza”.

La 3ª Jornada Internacional de Intercesión por la Paz en Tierra Santa, patrocinada por este Consejo Pontificio, nace de la voluntad de comprometerse de modo concreto y fuerte, viviendo también una jornada de oración.

Esta Jornada reúne a diversas Asociaciones, hermanos y hermanas de cada región, y les invita a hacer oír su voz al mundo entero diciendo: ¡Deseamos la Paz, la reconciliación y la unidad, empezando por Jerusalén!

Auguramos que esta iniciativa, ya conocida por muchos, sea aún más apreciada y difundida, como contribución de los creyentes de todo el mundo en apoyo de la Civilización del Amor.

¡Que María, Regina pacis, obtenga la bendición de Dios sobre cuantos apoyan y promueven esta Jornada y sobre todos aquellos que con corazón sincero buscan la Paz!



 

Roma, 16 de noviembre de 2010

Peter K. A. Card. Turkson                                    

Presidente

† Mario Toso

Secretario


 

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