15.12.10

Lerma

A las 11:12 AM, por Luis Fernando
Categorías : Religiosos, Actualidad
 

Han pasado ya unos días desde que se ha hecho pública la decisión del Papa de aprobar la creación de un nuevo instituto religioso, “Iesu Communio", para las religiosas de los monasterios burlagenses de Lerma y la Aguilera. Religiosas que hasta ahora eran clarisas. Aunque todavía está por ver cómo se van a desarrollar los acontecimientos, parece evidente que estamos ante el nacimiento de una nuevo brote verde en el jardín de la Iglesia.

Aunque entiendo las dudas que muchos fieles están manifestando ante lo que está ocurriendo en Lerma, parto de un hecho que me parece fundamental a la hora de formarse una opinión correcta sobre el asunto: Si Roma lo aprueba, sólo cabe decir “ánimo y adelante". Es decir, las religiosas no van por libre sino guiadas de la mano de la autoridad eclesial, que es la manera en la que ya quisiéramos que se condujeran hoy en día la totalidad de los miembros de órdenes religiosas.

Obviamente habrá que pensar qué se hace con aquellas monjas que quieren seguir siendo clarisas sin más. Si el nuevo instituto religioso tiene un carisma propio, lo lógico es que se dé garantías a las que quieren vivir en la espiritualidad franciscana de que van a poder seguir siendo lo que han sido hasta ahora. Aunque tampoco es que se nos haya dicho que el nuevo instituto vaya a abandonar ese tipo de espiritualidad.

Parece evidente que Sor Verónica Berzosa será considerada como la madre fundadora del nuevo instituto religioso. Las referencias en muchos medios de comunicación a su posible belleza física me parecen absolutamente fuera de lugar. La verdadera belleza en una religiosa está en su alma, que es donde se produce el encuentro con Cristo, su verdadero esposo.

Viendo el vídeo que va debajo de mi firma, es claro que la juventud abunda en Lerma. Tan claro, dicho sea de paso, como chocante para muchos el entusiasmo desbordante de las jóvenes religiosas ante la llegada del carismático P Raniero Cantalamessa, OFM cap., Predicador de la Casa del Papa. Comprendo a quien ve en ello una señal de que algo no anda muy bien allá y a quien piensa exactamente lo contrario. A unos y otros digo que es mejor esperar a que el tiempo nos diga si todo ello es fruto del Espíritu Santo o de un emocionalismo más o menos efímero. De momento lo que tenemos es más de un centenar de jóvenes que han decidido consagrar religiosamente sus vidas a Cristo. Y eso, convendrán todos conmigo, no es habitual en nuestros días. Yo sólo encuentro algo similar entre las religiosas de Sigena, Huesca, que pertenecen a la familia religiosas de Belén, la Asunción de la Virgen María y de San Bruno, orden fundada el mismo día en que el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción.

Por tanto, seamos cautos ante lo que muchos llaman “el milagro de Lerma". Yo me fío de la Iglesia. Y confío en que el Señor las llevará por la buena senda como hasta ahora. Lo que sí voy a hacer es rogar por ellas, para que el tránsito hacia la nueva realidad se lleve a cabo de la forma más conveniente para el bien espiritual de las monjas. De las que serán parte del nuevo instituto religioso y de las que se quedarán como clarisas. Las necesitamos a unas y otras. Que Dios las bendiga a todas.

Luis Fernando Pérez Bustamante