15.12.10

Iglesia perseguida, Iglesia salvada

A las 12:12 AM, por Eleuterio
Categorías : Defender la fe
 

La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.

Esta verdad dicha así se le atribuye a Tertuliano y es más que algo que se dice. Muestra, sobre todo, que hay mucho más detrás del daño que se le quiere o se le causa a la Iglesia que Cristo fundó que el mismo daño.

Todo es invención o victimismo.

La Iglesia católica inventa una persecución porque a sus intereses, siempre burdos, conviene sentirse de tal forma en el mundo. Así piensan aquellos que quieren mal a la Esposa de Cristo y difunden la especie según la cual, en realidad, eso no es cierto sino todo lo contrario. Es más, la Iglesia católica está más que protegida por los diversos Gobiernos y obtiene prebendas que, seguro, no merece.

Invención: aborto es invención, símbolos religiosos apartados son invenciones, sustituir a Dios por el hombre es invención; invención es relegar la enseñanza de religión católica, invención es soportar el adoctrinamiento estatal, ver venir la eutanasia como un derecho; invención, también, ver como se arrambla con la familia y transformarla en algo desechable…

Y victimismo que es una forma de presentarse ante la sociedad como quien es perseguido. La Iglesia católica, al parecer, también es victimista porque sabemos que aquel es la “tendencia a considerarse víctima o hacerse pasar por tal”.

Definición clarificadora: una, la Iglesia católica, que se considera víctima es porque siente que se actúa contra ella o, ante el mundo, se muestra como lo que es porque siente que es perseguida.

Por otra parte, se es mártir de muchas formas: con sangre o con sufrimientos por la fe porque se es cuando se es testigo de la fe.

Sin embargo, tanto de una forma como de otra lo que consigue quien actúa es, al contrario de lo que se pretende, fomentar en quien tiene fe un afianzamiento de la misma, un saberse digno de acarrear sufrimiento y, al fin y al cabo, saber que lo que cree tiene fundamentos profundos y causas arraigadas en el corazón de Dios.

Así se crece en espíritu y en esperanza. Se es víctima pero se es siendo consciente de que se es. Quizá por eso dijo Jesucristo que siempre estaría con nosotros, hasta el fin del mundo… porque su Iglesia nunca será vencida.

Iglesia perseguida, Iglesia salvada.

Y esto, que tan sencillo parece de entender no cala en los corazones de muchas personas que creen que con hacer uso del argumento histórico (cómo actuó la Iglesia católica hace siglos) les basta y no son capaces de percibir lo que, hoy mismo, sucede y pasa.

Iglesia perseguida, Iglesia salvada. La cosa es así de sencilla… y humilde.

Eleuterio Fernández Guzmán