21.01.11

Eppur si muove - ¿Persigue la Iglesia católica a los homosexuales?

A las 12:53 AM, por Eleuterio
Categorías : General, Eppur si muove
 

Hay personas que llevan su relativismo a tal extremo que no pueden vivir sin justificar sus fobias haciendo como si todo fuera igual o importara lo mismo.

Así, por ejemplo, se dice que la Iglesia católica es perseguida pero que también es perseguidora. Y se pone el ejemplo del llamado colectivo homosexual al que, al parecer, persigue la Iglesia católica.

A este respecto, la Congregación para la Doctrina de Fe, en un documento de 29 de diciembre de 1975 titulado “Declaración Persona humana sobre algunas cuestiones de ética sexual” dejó escrito, en su punto 8, lo siguiente:

“Pero no se puede emplear ningún método pastoral que reconozca una justificación moral a estos actos, por considerarlos conformes a la condición de esas personas. Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable. En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios” (8)

Viene referido a la realidad misma de la homosexual que reconoce como existente pero a la que declara moralmente injustificable.

Lo de las depravaciones lo dice, por ejemplo, del texto que nos dejó san Pablo en su Epístola a los Romanos cuando escribió que: “Por eso los entregó Dios a los deseos de su corazón, a la impureza con que deshonran a sus propios cuerpos; pues tocaron la verdad de Dios por la mentira y adoraron y sirvieron a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito por los siglos. Amén. Por lo cual los entregó Dios a las pasiones vergonzosas, pues las mujeres mudaron el uso natural en uso contra naturaleza, e igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrasaron en la concupiscencia de unos por otros, los varones de los varones, cometiendo torpezas y recibiendo en sí mismos el pago debido a su extravío” (Rom 1, 24-27)

¿Quiere decir esto que la Iglesia católica no reconoce la dignidad de los homosexuales?

Se dice que, en efecto, los tiene como personas de segunda categoría porque no se quiere reconocer que el amor es el valor o principio que, siéndolo el más importante del reino de Dios, también lo es de la Iglesia católica.

Sin embargo eso, claramente, no es así.

Una cosa es saber lo que pasa y otra, muy distinta, dar pábulo a la aceptación de cualquier cosa que pasa. Por eso, el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española, en una Nota de fecha 15 de julio de 2010 titulada “A favor del verdadero matrimonio” indicó que “Las personas homosexuales, como todos, están dotadas de la dignidad inalienable que corresponde a cada ser humano. No es en modo alguno aceptable que se las menosprecie, maltrate o discrimine. Es evidente que, en cuanto personas, tienen en la sociedad los mismos derechos que cualquier ciudadano y, en cuanto cristianos, están llamados a participar en la vida y en la misión de la Iglesia. Condenamos una vez más las expresiones o los comportamientos que lesionan la dignidad de estas personas y sus derechos; y llamamos de nuevo a los católicos a respetarlas y a acogerlas como corresponde a una caridad verdadera y coherente.

No cabe, al menos por parte de la Iglesia católica, ningún tipo de menosprecio hacia las personas que se declaran homosexuales; tampoco maltrato o discriminación porque, como hijos de Dios que son portan, en su corazón, la Ley del Creador y la dignidad que, como tales, tienen, es la misma que tiene el que esto escribe o el que esto lee. Eso debe quedar más que claro.

Sin embargo, una cosa no quita la otra y podemos decir que si bien se reconoce la verdad intrínseca de las cosas eso no quiere decir que se pueda ni deba admitir que partiendo de ahí se tengan que reconocer lo que excede a tal verdad.

Por eso la Iglesia católica no persigue a los homosexuales pero lo que no puede admitir es que se pretenda hacer igual lo que no es igual. Y, por eso mismo, extraña tanto la fijación que, en muchas ocasiones, muestran algunos colectivos homosexuales contra la Iglesia católica en ciertos desfiles muy propios para los mismos pero en los que demuestran tener un respecto nulo por aquellos que sí los respetan.

Conviene, en este caso, que se apliquen aquello de “haz a los demás lo que los demás quieras que te hagan a ti”. Si quieres respeto lo mejor es que empieces respetando al prójimo.

Pero eso, por desgracia, no lo entienden.

Eleuterio Fernández Guzmán