Estuvo en la ‘cocina’ de la relaciones con el Vaticano estos últimos años

El nombramiento de María Jesús Figa como embajadora ante la Santa Sede, en manos del PP

Diplomática de carrera, conoce a Bertone y está bien relacionada con la Casa Real

Redacción, 30 de enero de 2011 a las 18:55

 

(José Manuel Vidal).- El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene tomada la decisión de enviar a María Jesús Figa López-Palop a la embajada de España ante la Santa Sede. Pero, ahora, la decisión de que nuestro país tenga por vez primera en la historia una mujer embajadora ante el Vaticano está en manos del PP. En efecto, su nombramiento forma parte de un "paquete" de medidas que, en estos momentos negocian los socialistas con el principal partido de la oposición.

Ese pack que el Gobierno negocia con el PP está integrado, fundamentalmente, por la renovación del Tribunal Constitucional y de la institución del Defensor del Pueblo. Por ahora, el partido de Rajoy habría aceptado que sea el todavía embajador ante la Santa Sede, Francisco Vázquez, el nuevo defensor del pueblo. Está claro, para los socialistas, que Paco Vázquez "no se puede quedar en el aire" y hay que "buscarle acomodo". La salida ideal, para ambos partidos, sería el cargo de defensor del pueblo.

Parece que, por ahora, el PP ha dado su plácet al nombramiento de Paco Vázquez como Defensor del Pueblo, pero no a la renovación del Tribunal Constitucional. Y, como ambas medidas van en el mismo paquete, si no se alcanza acuerda en ésta no podrá llevarse a cabo el nombramiento de María Jesús Figa para suceder a Vázquez.

¿Cómo y por qué toma Zapatero la decisión de nombrar a María Jesús Figa para tan importante legación diplomática? Dado que Paco Vázquez quería regresar a España, tras su brillante tarea en la embajada ante el Vaticano en una de las épocas más convulsas en las relaciones entre España y la Santa Sede, el presidente del Ejecutivo tenía dos opciones: Moratinos o María Jesús Figa.

Al final, se decidió por esta última, entre otras cosas porque Moratinos aspira a dirigir la FAO. Y, además, porque Figa presenta un perfil al que le viene como anillo al dedo la representación ante el Papa.

Primero porque mantiene excelentes relaciones con la Casa Real española, que siempre ha sido muy querida y respetada por todos los Papas de Roma. El apoyo de Sus Majestades a María Jesús Figa ha podido ser decisivo en su elección.
En la "cocina" de las relaciones con el Vaticano

Pero quizás haya contado todavía más, en segundo lugar, su excelente cualificación como diplomática de carrera y, sobre todo, el haber estado, durante estos últimos años, en la "cocina" de las relaciones de España con el Vaticano.

Hay que tener en cuenta que la subsecretaría de Exteriores, cargo que ocupó María Jesús Figa desde 2007 a 2010, es la encargada directa de todos los dosieres que tienen que ver con el Vaticano. Por sus manos pasaron, pues, los más delicados temas bilaterales de estos últimos años. Desde la nueva financiación de la Iglesia católica española hasta la explicación de las leyes sociales aprobada por el Ejecutivo, como la de los matrimonios gays o la del aborto. Por lo tanto, conoce al dedillo los grandes temas bilaterales, asi como los usos de su nuevo cargo.

Por otra parte, Figa llegaría a una legación "pacificada", tras la etapa convulsa que le tocó vivir a Francisco Vázquez. El trabajo principal con el Vaticano está hecho, la situación entre ambos Estados es serena y el horizonte de futuro, a corto y medio plazo, se presenta tranquilo y sin grandes nubarrones. Más aún, con un Ejecutivo entregado a preparar la próxima y tercera visita del Papa Ratzinger a España, para participar en la Jornada mundial de la Juventud.

Además, Figa conoce perfectamente la Curia vaticana y ha mantenido relaciones muy fluidas tanto con el Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, como con Fernando Filoni y Dominique Mamberti, número dos y tres, respectivamente, de la Secretaría de Estado.

Por ejemplo, en 2009, acompañó a Zapatero en la reunión que mantuvo con el número dos de la Santa Sede, cardenal Bertone, durante la cumbre de la FAO. En esa reunión se tejió el acercamiento de los socialistas a Roma. Figa estuvo también representando a España en varias beatificaciones. Entre ellas la de Francesc Coll y Rafael Arnaiz en 2009.

Conciliadora y con personalidad

Según cuentan los que la conocen, la flamante y eventual embajadora en el Vaticano tiene una personalidad arrolladora, un curriculum envidiable y una brillante carrera diplomática.

María Jesús Figa, nacida en Barcelona en 1951, es licenciada en Derecho y ha estado destinada en las representaciones diplomáticas españolas en Costa de Marfil, México y Lisboa.

En 2002 fue nombrada embajadora en la República Dominicana y, posteriormente, embajadora en misión especial para las Cumbres Iberoamericanas y Asuntos Multilaterales de Iberoamérica. En 2005 pasa a ser directora general de Relaciones Económicas Internacionales y, poco tiempo después, en 2007, accedió al puesto de subsecretaria de Asuntos Exteriores y Cooperación, en el que se mantuvo hasta 2010.

Culta y bien preparada, está especializada en cuestiones de Latinoamérica y de Europa. Y en mediaciones delicadas, como la de la liberación del "Alakrana". Y también tiene ya bastante experiencia en el universo eclesiástico.

De fuerte personalidad y carisma, ejerce sus funciones con una profunda carga de empatía y seducción. De ahí que no le cueste tender puentes ni conciliar posturas. Cualidades que, sin duda, le ayudarán a moverse con soltura en el universo de la aterciopelada diplomacia vaticana.

Al contrario de su predecesor Paco Vázquez, a Figa no se le conocen especiales militancias católicas. Dicen que es religiosa, pero sin mostrar ni una abierta predilección ni, por supuesto, beligerancia contra las creencias o contra la fe. En este terreno, se mueve en un plano de sumo respeto o de sano laicismo. Una embajadora respetuosa y, quizás, de ciclo corto, si, como muchos prevén, en las próximas elecciones llega al poder el partido popular.