La violencia paraliza México, según el cardenal

Cardenal Rivera: «El amor y la paz son camino de cambios reales e irreversibles»

 

Tras afirmar que el odio y la violencia siempre nos llevarán a la destrucción y al retroceso, el cardenal Norberto Rivera Carrera afirmó en la Catedral Metropolitana que si los cambios son pocos en México es porque falta amor y más constructores de la paz. El arzobispo primado de México explicó que el pueblo mexicano está en la espera de propuestas de progreso y no de «enfrentamientos inútiles». Además, advirtió que señaló que no se puede invocar el pacifismo para justificar la pasividad, la resignación humillante ante las injusticias.

31/01/11 3:14 AM


 

(El Universal/InfoCatólica) Durante la homilía en la Catedral, el cardenal Rivera Carrera comentó que lo que México necesita son programas productivos y creadores de riqueza y no “el reparto de amargura y desesperanza”. “El amor y la paz son camino de cambios reales e irreversibles, ahí realmente se va edificando sobre roca firme. No sólo a nivel de las estructuras, sino a nivel de las conciencias y de las personas”, dijo el cardenal.

El prelado convocó a los fieles a pensar en que “tenemos que comprometernos más por la paz de nuestro México”. Detalló que hay personas que defienden “la violencia por la violencia”. Sin embargo explicó que en su actuar, Jesús rechazó distintos tipos de violencia como la institucionalizada, de aquellos que humillan y explotan a los demás y la ejercida por aquellos que dan sentencias injustas, entre otras.

El cardenal Añadió que existen personas que quisieran que muchas de las denuncias cristianas contra la violencia, la corrupción y la mentira se convirtieran en “luchas estériles contra los que consideran sus adversarios”. Lo anterior, dijo, en lugar “de luchar en favor de la paz, la honradez y la verdad que pueden crear progreso y desarrollo para México”.

Además el primado mexicano señaló que no se puede invocar el pacifismo para justificar la pasividad, la resignación humillante ante las injusticias, ni para justificar el inmovilismo ante los cambios que se requieren.