ZENIT

El mundo visto desde Roma

Servicio diario - 10 de febrero de 2011

Santa Sede

La familia y la parroquia deben promover las vocaciones, afirma el Papa

Presentado el viaje del Papa a Aquileia y Venecia

Jornadas Mundiales de la Juventud

Publicada la agenda completa de la visita de Benedicto XVI a España

Un libro sobre la Generación JMJ

El espíritu de la liturgia

La noble sencillez de las vestimentas litúrgicas

Mundo

Paquistán: joven cristiano torturado y asesinado por un rico musulmán

La Iglesia en Gran Bretaña gana fuerza después de la visita del Papa

Francia: obispos se pronuncian contra la creación de un “bebé medicamento”

Los peruanos están masivamente a favor de las posiciones de la Iglesia

Colombia: Expertos valoran la labor de la Iglesia por la paz

Actualidad

Los vaticanistas cuentan su experiencia

Análisis

Egipto “está renaciendo” y no convirtiéndose en un “nuevo Irán” (II)

Documentación

Mensaje del Papa para la Jornada de las Vocaciones


Santa Sede


La familia y la parroquia deben promover las vocaciones, afirma el Papa
Publicado hoy el Mensaje para la Jornada Mundial de las Vocaciones
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Las familias y las parroquias deben alentar a los jóvenes que sienten una llamada vocacional, precisamente en estos momentos en que ésta parece más difícil, afirma el Papa Benedicto XVI.

La Santa Sede ha dado a conocer hoy el Mensaje papal para la Jornada Mundial de las Vocaciones, que se celebrará el 15 de mayo, cuarto domingo de Pascua, con el tema “Promover las vocaciones en la Iglesia local”.

En él, el Papa insiste en la responsabilidad de las familias, las parroquias y las asociaciones en la promoción de las vocaciones.

“Especialmente en nuestro tiempo en el que la voz del Señor parece ahogada por 'otras voces' y la propuesta de seguirlo, entregando la propia vida, puede parecer demasiado difícil, toda comunidad cristiana, todo fiel, debería de asumir conscientemente el compromiso de promover las vocaciones”, afirma.

Benedicto XVI insiste en la importancia de “alentar y sostener a los que muestran claros indicios de la llamada a la vida sacerdotal y a la consagración religiosa”, para que éstos “sientan el calor de toda la comunidad al decir 'sí' a Dios y a la Iglesia”.

Por ello pide “que cada Iglesia local se haga cada vez más sensible y atenta a la pastoral vocacional, educando en los diversos niveles: familiar, parroquial y asociativo”.

Es necesario ayudar a los niños y jóvenes “para que madure en ellos una genuina y afectuosa amistad con el Señor, cultivada en la oración personal y litúrgica; para que aprendan la escucha atenta y fructífera de la Palabra de Dios, mediante una creciente familiaridad con las Sagradas Escrituras”.

Es necesario que comprendan “que adentrarse en la voluntad de Dios no aniquila y no destruye a la persona, sino que permite descubrir y seguir la verdad más profunda sobre sí mismos”, subraya.

También hay que ayudarles para que “vivan la gratuidad y la fraternidad en las relaciones con los otros, porque sólo abriéndose al amor de Dios es como se encuentra la verdadera alegría y la plena realización de las propias aspiraciones”.

Particularmente, el Papa se dirige a quienes están directamente implicados en el discernimiento vocacional de los jóvenes, sacerdotes, familias, catequistas y animadores.

“A los sacerdotes les recomiendo que sean capaces de dar testimonio de comunión con el Obispo y con los demás hermanos, para garantizar el humus vital a los nuevos brotes de vocaciones sacerdotales”.

A las familias pide que estén “animadas de espíritu de fe, de caridad y de piedad, capaces de ayudar a los hijos e hijas a acoger con generosidad la llamada al sacerdocio y a la vida consagrada”.

“Los catequistas y los animadores de las asociaciones católicas y de los movimientos eclesiales, convencidos de su misión educativa, procuren cultivar a los adolescentes que se les han confiado, de forma que éstos puedan sentir y seguir con buen ánimo la vocación divina”.

El Papa se dirige también a los obispos, recordándoles la importancia de “incrementar cuanto sea posible las vocaciones sacerdotales y religiosas, poniendo interés especial en las vocaciones misioneras”.

“El Señor necesita vuestra colaboración para que sus llamadas puedan llegar a los corazones de quienes ha escogido”, dice a los obispos, al tiempo que recomienda que tengan “cuidado en la elección de los agentes pastorales para el Centro Diocesano de Vocaciones”.

También les recuerda “la solicitud de la Iglesia universal por una equilibrada distribución de los sacerdotes en el mundo. Vuestra disponibilidad hacia las diócesis con escasez de vocaciones es una bendición de Dios para vuestras comunidades y para los fieles es testimonio de un servicio sacerdotal que se abre generosamente a las necesidades de toda la Iglesia”.

“Proponer las vocaciones en la Iglesia local, significa tener la valentía de indicar, a través de una pastoral vocacional atenta y adecuada, este camino arduo del seguimiento de Cristo, que, al estar colmado de sentido, es capaz de implicar toda la vida”, afirma el Papa.

Por último, el Papa afirma que la capacidad de cultivar las vocaciones “es un signo característico de la vitalidad de una Iglesia local”, e invita a las comunidades locales a que se difunda “en el interior de cada comunidad la disponibilidad a decir 'sí' al Señor, que llama siempre a nuevos trabajadores para su mies”. 

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Presentado el viaje del Papa a Aquileia y Venecia
Cardenal Scola: “una gran ocasión de evangelización”
ROMA, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- La visita del Papa Benedicto XVI a Aquileia y a Venecia, el 7 y el 8 de mayo próximos, es un “gran don” del Pontífice, “una gran ocasión de educación”, “de evangelización y de catequesis para todo nuestro pueblo”.

Lo afirmó el cardenal Angelo Scola, patriarca de Venecia, en una entrevista concedida a Radio Vaticano hoy tras la presentación de esta visita, que llega 26 años después de la de Juan Pablo II y casi 40 desde la de Pablo VI.

El programa, aún provisional, prevé la llegada del Papa a Aquileia en la tarde del sábado 7 de mayo, con la visita a la Basílica para la Asamblea de preparación del segundo Congreso de todas las Iglesias del Nordeste, que se celebrará en Aquileia en Pentecostés de 2012.

El Congreso reúne a las diócesis italianas, eslovenas, croatas, alemanas y austríacas que nacieron del Patriarcado de Aquileia (del año 568 al 1751), que fue la sede metropolitana más grande de la Edad Media, y la segunda en dignidad después de Roma.

De su división procede el Patriarcado de Venecia, cuya sede ocupa ahora el cardenal Scola. El anterior congreso fue en 1990.

Por la noche, el Pontífice se trasladará a Venecia, donde al día siguiente presidirá la celebración eucarística para todas las Iglesias del Nordeste, en el Parque de San Giuliano de Mestre, seguida por el rezo del Ángelus.

Por la tarde están previstas tres citas: en la Basílica de San Marcos tendrá lugar el encuentro del Papa con la Asamblea eclesial para la clausura de la visita pastoral; en la Basílica de la Salud tendrá lugar el encuentro con el mundo de la cultura, del arte y de la economía; en la Capilla de la SS. Trinità Benedicto XVI bendecirá e inaugurará la Biblioteca del Studium Generale Marcianum

Ante este acontecimiento, los obispos del Trivéneto difundieron a principios de enero una carta en la que invitan a todos los fieles a participar en una colecta para ayudar a la Iglesia local en la organización.

“La acogida del Papa – escribían – será sobria y esencial: se intentará honrar con gran sencillez, pero con mucha atención, a aquel que, como enseña la fe cristiana, no es sólo un grato huésped, sino que es parte constitutiva de toda Iglesia particular”.

El cardenal Scola explicó a la emisora pontificia que se ha querido sintetizar el viaje papal en el eslógan “Tu confirma nuestra fe”. “Es decir, pedimos al Santo Padre, por su ministerio de Sucesor de Pedro y por la fuerza de su testimonio, que apoye en este momento de paso nuestra fe y por tanto la visión cristiana de la vida”.

“Nosotros tenemos aún fe aquí en nuestras tierras, pero somos como los discípulos que dijeron a Jesús: 'Señor, nosotros creemos, pero acrecienta nuestra fe'”, añadió.

“Fe significa estilo de vida”, observó el cardenal. “Significa forma de vivir, manera de afrontar todos los días los afectos, el trabajo y el descanso; modo de hacer ver – a través de nuestras vidas cambiadas – la conveniencia para el hombre contemporáneo de seguir a Jesús con la sencillez de corazón, de modo que podamos ser libres y dignos”.

El purpurado recordó que la realidad local es “muy compleja” pues “comprende Iglesias de Croacia, Eslovenia, Austria, Baviera, hasta llegar a Lombardía – Mantua y Como – que nacieron de Aquileia, además de todas las Iglesias del nordeste de Italia”.

“El Papa viene para todos los fieles, para todos los bautizados, pero también para los hombres de buena voluntad, porque la fe, despertando todo lo humano, habla a todos”.

Para más información: www.ilpapaanordest.it


 

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Jornadas Mundiales de la Juventud


Publicada la agenda completa de la visita de Benedicto XVI a España
Agenda para jóvenes diferentes, religiosas, seminaristas, voluntarios, docentes universitarios
MADRID, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI se reunirá, por primera vez en una Jornada Mundial de Juventud (JMJ), con jóvenes profesores universitarios. Tendrá otros encuentros especiales programados con jóvenes con discapacidad, seminaristas, religiosas y voluntarios, en Madrid del 16 al 21 de agosto próximo.

Estos actos se suman a los eventos principales de la JMJ de Madrid que se celebrarán en torno a la plaza de Cibeles y en el aeródromo de Cuatro Vientos, informaron los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid 2011, en rueda de prensa, este miércoles.

Monseñor César Franco, coordinador general de la JMJ y obispo auxiliar de Madrid, agradeció a Benedicto XVI que “haya aceptado generosamente todas nuestras propuestas de encuentros en los que van a participar los jóvenes”.

El Papa tendrá un encuentro con jóvenes profesores universitarios en el Monasterio de El Escorial. Es habitual que Benedicto XVI se reúna con representantes del mundo académico en sus visitas pastorales, pero es la primera vez que lo hace en el marco de una Jornada Mundial.

Carla Díez de Rivera, directora del departamento de Cultura de la Jornada, destacó que “este encuentro muestra la predilección que tiene para el Papa por el mundo universitario y de la cultura, como ya ha demostrado con encuentros similares en Alemania, Francia e Inglaterra”.

Además, visitará la Fundación Instituto San José, un centro fundado en 1899, que trata a personas con discapacidades psíquicas y físicas, atendido por los hermanos de San Juan de Dios.

El Papa se encontrará, en los momentos previos a la celebración de la Vigilia de Cuatro Vientos, con una representación de los discapacitados participantes en la JMJ, además de los residentes del centro.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios está presente en los cinco continentes, con cerca de 320 centros, abarcando un extenso abanico de actividades asistenciales.

María José González-Iglesias, coordinadora de la Sección de Discapacidad de la JMJ, agradeció que Benedicto XVI se encuentre con estos jóvenes, subrayando que es “un bonito detalle del Santo Padre hacia las personas con discapacidad”.

El Papa se encontrará también con seminaristas y religiosas. Para los primeros celebrará una misa en la catedral de la Almudena. El encuentro con las jóvenes religiosas tendrá lugar en el Patio de los Reyes del Monasterio de El Escorial.

Como colofón de su viaje a España, el Obispo de Roma se reunirá con los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud, en el recinto ferial IFEMA, para dar las gracias a todos los que en esos días habrán dado su apoyo desinteresado a la organización de la Jornada Mundial.

Los actos complementarios que se dieron a conocer este miércoles se integran con los actos principales de la JMJ.

El jueves 18 de agosto por la tarde, día de la llegada de Benedicto XVI a la ciudad, habrá un acto de bienvenida, con jóvenes de todo el mundo, en la plaza Cibeles.

En la noche del viernes, el Vía Crucis de la JMJ --con catorce tallas de imaginería española de gran valor artístico y devocional, venidas de diferentes puntos del país- se celebrará en el Paseo de Recoletos, entre las plazas Cibeles y Colón.

El sábado y el domingo, se celebrarán los actos en los que se espera mayor número de participantes.

La Vigilia de los jóvenes del sábado y la misa del domingo se celebrarán en el aeródromo de Cuatro Vientos, en el sudoeste de la ciudad, a ocho kilómetros del centro de Madrid. Las instalaciones del histórico aeródromo ya acogieron en 2003 el encuentro de Juan Pablo II con jóvenes españoles en su última visita a España.

Se puede visitar la agenda on-line en: www.madrid11.com/agenda.

 

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Un libro sobre la Generación JMJ
25 años de la Jornada Mundial de la Juventud, 25 historias personales
MADRID, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Madrid acogerá el encuentro para jóvenes más importante del mundo, convocado por Benedicto XVI. La capital española  espera a dos millones de personas de todo el mundo para participar en la XXVI Jornada Mundial de la Juventud.

Muchos de estos jóvenes han visto transformadas radicalmente sus vidas y lo atribuyen a la participación en estos encuentros, son la Generación JMJ. Se acaba de editar un libro que retrata a esta generación a través de testimonios y trata de responder a los interrogantes que suscitan estos encuentros.

Después de 25 años de jornadas dedicadas a los jóvenes en la Iglesia ¿qué siguen buscando tantos de ellos? ¿Por qué les atrae el mensaje de la Iglesia católica? ¿Qué se hace en un evento como este? ¿Para qué sirve? ¿Quiénes los iniciaron?

Un libro recién editado por Cobel, cuya autora es Cristina Larraondo Erice, se recoge 25 testimonios que revelan la existencia de una auténtica revolución en el seno de la Iglesia. Millones de jóvenes han participado ya en las JMJ y su vida ha cambiado. Entre otros, se recoge el testimonio de un matrimonio holandés, un sacerdote japonés, una estudiante norteamericana, una religiosa contemplativa española, una política de Mali, un seminarista británico, una ejecutiva de Indonesia, un periodista de Togo. Todos ellos pertenecen a la Generación JMJ.

El libro incluye el testimonio inédito del único obispo que ha organizado dos JMJ y participado en este acontecimiento desde sus orígenes: el cardenal arzobispo Antonio María Rouco de Madrid.

En el capítulo tres, se relata la historia de un matrimonio holandés cuyo mutuo amor surgió a orillas del Rin, en la JMJ de Colonia 2005. Son Pascal y Eva Kolk, 34 y 29 años. Eva dejó la práctica católica a los quince años y a los diecisiete dejó de estudiar aunque seguía en búsqueda.

Un día decidió hacer el Stille Omgang por Amsterdam, un recorrido que en el siglo XVI sustituía a las procesiones católicas cuando fueron prohibidas tras la reforma protestante. Rezó a Dios y le pidió que le mostrara el sentido de su vida. Se dio cuenta de que quería ser policía y empezó de nuevo a estudiar. Se siente feliz en su profesión.

Un día de enero de 2005, su abuela Grard le dijo si le gustaría asistir a la JMJ de agosto en Colonia.

“Es una mujer muy religiosa y me confesó –relata Eva- ¡que le encantaría ser más joven para acudir al encuentro con el Papa! Quería que yo pudiese disfrutar de una experiencia así y me prometió que me pagaría el viaje. Pero hacía muchos años que yo no ponía un pie en la iglesia y le dije que no me apetecía ir”.

A los pocos días, repensó la invitación y se dijo que no tenía nada que perder y que, si no le gustaba el ambiente, volvería a Holanda. Sus amigos empezaron a gastarle bromas cuando se lo contó. Se apuntó al plan conjunto de su diócesis, Rotterdam, y la de Haarlem. Realizarían el viaje en barco.
Cuando llegó el momento de zarpar, se encontró con la sorpresa de que en el barco ¡viajaban más de doscientos jóvenes! Les dividieron en pequeños grupos con un responsable cada uno. El jefe de su grupo era su párroco, al que no conocía. Empezaron a tener reuniones en las que compartían “sin rubor –subraya Eva--, a pesar de que no nos habíamos visto antes, sentimientos íntimos, dudas de fe, inquietudes… Yo era la única que tenía una noción muy precaria de la fe católica, pero todos me acogieron muy bien y me hicieron sentir muy a gusto”.

“Pronto me fijé en un chico, Pascal, pero decidí no interesarme demasiado por él porque estaba un poco harta de los hombres. Mi experiencia del amor no había sido buena, siempre había terminado herida y ahora prefería estar sola. Además, en Colonia quería centrar mi vida en otros aspectos. Pero Pascal y yo conectábamos muy bien y nos reíamos mucho juntos. Cuando comenzó a preguntarme demasiadas cosas personales le dejé claro que aquel no era el momento adecuado para el amor. Enseguida me arrepentí porque empezaba a sentir algo muy fuerte por él”, relata Eva.

El 17 de agosto, víspera de la llegada del Papa, decidieron escaparse a comer a un restaurante de comida rápida. Hablaron de todo menos de sus sentimientos. “Yo tenía miedo de dar el primer paso y ser rechazada por él. Pero, de vuelta al barco, sucedió lo inevitable y nos cogimos de la mano. Desde entonces Pascal y yo no nos hemos separado. Nos casamos el 4 de septiembre de 2008”.

Benedicto XVI entró en Colonia en un barco que pasó muy cerca del suyo, así que le pudo ver muy bien. “Fue un momento increíble: el sol brillaba en el cielo, miles de personas le esperaban en las orillas del Rin, jóvenes sonrientes cantaban y le aclamaban a su paso”.

“La JMJ de Colonia me cambió totalmente. Practicar la fe no siempre es fácil para mí; en ocasiones la veo como una lucha demasiado dura. Pero en la JMJ comprendí que Dios siempre está ahí, y que ha estado junto a mí durante toda mi vida aunque yo le había ignorado porque pensaba que no le necesitaba. Mi abuela tuvo mucho ojo: sabía que yo no era feliz y quiso que experimentara la alegría de la fe. Le estoy muy agradecida porque, además, por su empeño conocí a Pascal, el amor de mi vida”, concluye Eva.

Pascal, nació en 1976 en Amsterdam y trabaja en un banco holandés. Es católico practicante desde siempre, aunque su fe, relata, “se ha movido como el vaivén de una ola”. “Unas veces ha sido importante en mi vida, otras menos; en ocasiones me ha supuesto mucho esfuerzo practicarla, en otras ha sido una bendición”.

En 2004, hubo en su ciudad una gran campaña publicitaria de la JMJ de Colonia. Pascal estuvo en las de París y Toronto, así que no veía la necesidad de ir a una tercera. Pero, según se acercaba la fecha, le entró el gusanillo “¡y en el último momento me apunté con el grupo de mi diócesis!”, relata.

“No tenía novia: las cosas no me habían ido muy bien en ese sentido en los últimos años”, dice. En el barco, le impresionaron “los testimonios de vida tan sinceros que los diez jóvenes de mi equipo iban contando a los demás, a los que apenas conocían”. “Una de las chicas del grupo era Eva: desde el primer momento nos encontramos muy a gusto juntos”, reconoce.

Pascal añade a lo que relata su esposa: “Ambos queríamos tener alguna prueba de que estábamos hechos el uno para el otro. Puede parecer una tontería pero a Eva, que le encantan las mariposas, no le pasaron desapercibidas unas cuantas que volaron varias veces a nuestro lado… ¡algo realmente extraño en pleno mes de agosto en Colonia! Y en cuanto a mí, que soy fan de los tractores, me pareció increíble que, cada vez que me sentaba con Eva junto al Rin, ¡pasaban barcos cargados con tractores!”.

“Fuera de bromas, los dos estamos seguros de que fue Dios quien nos puso juntos en el camino en cuanto le abrimos nuestros corazones”.

“Vivir una JMJ enamorado fue una experiencia maravillosa. Nunca olvidaré la primera misa en la que estuvimos juntos como pareja: recuerdo el precioso sermón del obispo de Paramaribo, Surinam –recuerda--. Sus palabras, junto con mis sentimientos hacia Eva, me llenaron de una enorme alegría. Tres años después nos casó el sacerdote guía de nuestro grupo”.

“Es una suerte compartir la fe con mi esposa: es un valor añadido a nuestro matrimonio. En la JMJ descubrí también que hay muchos jóvenes en el mundo dichosos de vivir la fe católica; saber que ellos están ahí, que yo no estoy sólo, me llena de fuerza cada día”.

Para saber más: http://www.cobelediciones.com/?page_id=4&category_id=20/.
Por Nieves San Martín

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El espíritu de la liturgia


La noble sencillez de las vestimentas litúrgicas
Columna de teología litúrgica dirigida por Mauro Gagliardi
Por Uwe Michael Lang, C.O.*

ROMA, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- La tradición sapiencial bíblica aclama a Dios como “el mismo autor de la belleza” (Sab 13,3), glorificandolo por la grandeza y la belleza de las obras de la creación. El pensamiento cristiano, partiendo sobre todo de la Sagrada Escritura, pero también de la filosofía clásica como auxiliar, desarrolló la concepción de la belleza como categoría teológica.

Esta enseñanza resuena en la homilía del Santo Padre Benedicto XVI durante la Santa Misa con dedicación de la iglesia de la Sagrada Familia en Barcelona (7 de noviembre de 2010): “La belleza es también reveladora de Duis porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo”. La belleza divina se manifiesta de forma totalmente particular en la sagrada liturgia, también a través de las cosas materiales de las que el hombre, hecho de alma y cuerpo, tiene necesidad para alcanzar las realidades espirituales: el edificio del culto, los adornos, las vestiduras, las imágenes, la música, la propia dignidad de las ceremonias.

Debe leerse a propósito el quinto capítulo sobre el “Decoro de la celebración litúrgica” en la última encíclica Ecclesia de Eucharistia del papa Juan Pablo II (17 abril 2003), donde afirma que Cristo mismo quiso un ambiente digno y decoroso para la Ultima Cena, pidiendo a los discípulos que la prepararan en la casa de un amigo que tenía una “sala grande y dispuesta” (Lc 22,12; cf. Mc14,15). La encíclica recuerda también la unctio de Betania, un acontecimiento significativo que precedió a la institución de la Eucaristía (cf. Mt 26; Mc 14; Jn 12). Frente a la protesta de Judas de que la unción con óleo precioso constituía un “derroche” inaceptable, vistas las necesidades de los pobres, Jesús, sin disminuir la obligación de la caridad concreta hacia los necesitados, declara su gran aprecio por el acto de la mujer, porque su unción anticipa “ese honor del que su cuerpo seguirá siendo digno también después de la muerte, indisolublemente ligado como lo está al misterio de su Persona” (Ecclesia de Eucharistia, n. 47). Juan Pablo II concluye que la Iglesia, como la mujer de Betania, “no ha temido 'derrochar' invirtiendo lo mejor de sus recursos para expresar su estupor adorante frente al don inconmensurable de la Eucaristía” (ivi, n. 48). La liturgia exige lo mejor de nuestras posibilidades, para glorificar a Dios Creador y Redentor.

En el fondo, el cuidado atento de las iglesias y de la liturgia debe ser una expresión de amor por el Señor. Incluso en un lugar donde la Iglesia no tenga grandes recursos materiales, no se puede descuidar este deber. Ya un papa importante del siglo XVIII, Benedicto XIV (1740-1758) en su encíclica Annus qui (19 de febrero de 1749), dedicada sobre todo a la música sacra, exhortó a su clero a que las iglesias estuviesen bien mantenidas y dotadas de todos los objetos sagrados necesarios para la digna celebración de la liturgia: “Debemos subrayar que no hablamos de la suntuosidad y de la magnificiencia de los sagrados Templos, ni de la preciosidad de los sagrados adornos, sabiendo también Nos que no se pueden tener en todas partes. Hemos hablado de la decencia y de la limpieza que a nadie es lícito descuidar, siendo la decencia y la limpieza compatibles con la pobreza”.

La Constitución sobre la sagrada Liturgia del Concilio Vaticano II se pronunció de un modo similar: “al promover y favorecer un arte auténticamente sacro, busquen más una noble belleza que la mera suntuosidad. Esto se ha de aplicar también a las vestiduras y ornamentación sagrada” (Sacrosanctum Concilium, n. 124). Este pasaje se refiere al concepto de la “noble sencillez”, introducido por la misma Constituciónen el n. 34. Este concepto parece originario del arqueólogo e historiador del arte alemán Johann Joachim Winckelmann (1717-1768), según el cual la escultura clásica griega se caracterizaba por “noble sencillez y serena grandeza”. Al inicio del siglo XX el conocido liturgista inglés Edmund Bishop (1846-1917) describía el “genio del Rito Romano” como distinguido por la sencillez, sobriedad y dignidad (cf. E. Bishop, Liturgica Historica, Clarendon Press, Oxford 1918, pp. 1-19). A esta descripción no le falta mérito, pero hay que estar atentos a su interpretación: el Rito Romano es “sencillo” frente a otros ritos históricos, como los orientales, que se distinguen por su gran complejidad y suntuosidad. Pero la “noble sencillez” del Rito Romano no se debe confundir con una malentendida “pobreza litúrgica” y un intelectualismo que pueden llevar a arruinar la solemnidad, fundamento del Culto divino (cf. la contribución esencial de santo Tomás de Aquino en la Summa Theologiae III, q. 64, a. 2; q. 66, a 10; q. 83, a. 4).

De estas consideraciones resulta evidente que las vestiduras sagradas deben contribuir “al decoro de la acción sagrada” (Ordenamiento General del Misal Romano, n. 335), sobre todo “en la forma y en la materia usada”, pero también, aunque de forma mesurada, en los ornamentos (ivi, n. 344). El uso de las vestiduras litúrgicas expresa la hermenéutica de la continuidad, sin excluir ningún estilo histórico particular. Benedicto XVI proporciona un modelo en sus celebraciones, cuando viste tanto las casullas de estilo moderno como, en alguna ocasión solemne, las “clásicas”, usadas también por sus predecesores. Así se sigue el ejemplo del escriba, convertido en discípulo del reino de los cielos, comparado por Jesús con un cabeza de familia que saca de su tesoro nova et vetera (Mt 13,52).

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* Uwe Michael Lang es Consultor de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.

[Traducción del italiano por Inma Álvarez]



 

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Mundo


Paquistán: joven cristiano torturado y asesinado por un rico musulmán
Temor ante la abolición del Ministerio para las Minorías
ROMA, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Los abusos y las violencias contra los cristianos en en Paquistán no cesan. Esta vez la víctima es Imran Masih, un joven cristiano del Punjab, torturado y asesinado por su empleador, un rico propietario de tierra musulmán.

Lo sucedido ha sido denunciado a la agencia Fides por la All Pakistan Minorities Alliance (APMA), una organización que trabaja en la tutela de los derechos de las minorías.

"Estos episodios se suceden en un contexto de discriminación social y religiosa, en la que los ricos musulmanes creen que pueden disponer de la vida de los cristianos, que son los últimos en la escala social, son tratados como objetos y son víctimas indefensas de las violencias", declaró la organización.

Imran Masih, 24 años, residente en el pueblo de Nut Kallan, era empleado desde hacía dos años como chófer por Mohammad Masood, un rico terrateniente del distrito de Gujranwala, en el Punjab.

El sábado 5 de febrero, Imran no acudió al trabajo por motivos de salud. El día después, a su vuelta, fue golpeado y torturado hasta la muerte.

Masood y sus cómplices entregaron después el cuerpo de Imran al padre, Lal Masih, también él empleado en la misma haciendo, explicando que el joven se había suicidado.

El padre no creyó a esta explicación, y ante los evidentes signos de golpes en el cuerpo del hijo se dirigió a la oficina de policía para denunciar el asesinato.

La policía local trató de convencerle para que no presentara la denuncia y sólo tras la intervención de los activistas de APMA, que organizaron una manifestación pública de protesta en Gujranwala, bloqueando las calles, se registró oficialmente la acusación de homicidio contra Mohammad Masood y dos cómplices.

"En casos como éste, notamos el silencio del gobierno y de las autoridades civiles", explican fuentes de Fides en Paquistán. "Nos sentimos como ciudadanos de segunda división".

"La figura del ministro federal para las minorías religiosas es útil para la comunidad cristiana para poder tener un interlocutor en el gobierno y para llamar la atención de la nación sobre las condiciones de las minorías religiosas. Por este motivo deseamos que el Ministerio no sea abolido", han añadido.

Tras la renuncia del gobierno de Raza Gilani, se espera la formación de un nuevo ejecutivo con menos ministerios. Probablemente se abolirá el Ministerio para las Minorías y se transformará en un Departamento el Ministerio para los Asuntos Religiosos.

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La Iglesia en Gran Bretaña gana fuerza después de la visita del Papa
Un obispo informa de una renovación de la espiritualidad, una proyección social
LONDRES, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- El impacto de la visita del Papa Benedicto XVI ha sido sólo el principio que muestra como los católicos expresan una renovada confianza en su misión de evangelización y ponen en marcha programas de divulgación para celebrar este legado.

Monseñor Kieran Conry, obispo de Arundel y Brighton, responsable del Departamento de Evangelización y Catequesis de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, contó a ZENIT que casi seis meses después de la visita del Papa, “la gente en las parroquias siguen hablando de él y la efusión de la gracia que fue testigo de ello”.

“Hemos sido renovados en nuestra alegría y confianza como católicos”, dijo. “Mirando más allá de los límites de nuestras parroquias, hay una evidencia de nuevas conversaciones con los diferentes grupos y agencias que trabajan al servicio de los pobres en nuestras comunidades locales".

El prelado contó que “recientemente, varios cientos de personas se encontraron en la Universidad Hope de Liverpool, para reflexionar sobre la importancia de la Doctrina Social de la Iglesia y para encontrar nuevas maneras de profundizar nuestro compromiso social con los necesitados más cercanos a nosotros”.

“La visita del Papa nos proporcionó una oportunidad sin precedentes para presentar a los demás la cara del catolicismo contemporáneo en Inglaterra y Gales, y fue en su mayor parte una acogida muy positiva”, afirmó el obispo.

Añadió, “tuvo el efecto de despertar la espiritualidad en las vidas de mucha gente independientemente de sus credos o formas de pensar”.

Un sitio para Dios

Por ejemplo, monseñor Conry contó que en las encuestas realizadas tras la visita, casi un 60% de la gente expresó la creencia de que “hay espacio para Dios, la religión y la virtud en la vida pública”.

También, afirmó que “había un aumento del 50% a favor del Papa”, y más de una persona de cada tres encuestadas manifestó que la visita del Pontífice fue “buena para Gran Bretaña”.

“En este sentido la visita de Su Santidad ha abierto nuevas oportunidades para el intercambio y el diálogo”, observó el prelado. “Hemos visto un resurgimiento de la confianza en otras Iglesias Cristianas y un renovado diálogo entre las mismas”.

Añadió, “la visita del Santo Padre fue la primera visita de Estado de un Papa al Reino Unido y como tal se le dio un lugar privilegiado para hablar a todos los miembros de nuestra sociedad como mensajero del Evangelio de Jesucristo”.

El obispo recordó: “el Papa Benedicto XVI, en su discurso durante la audiencia general del 22 de septiembre, describió al Reino Unido como “una encrucijada de culturas y del mundo económico. Como tal representa a todo el Occidente”.

“La importancia de la comunicación con las culturas representadas en el Reino Unido ha sido recogida en la creación de un Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización”, señaló el obispo Conry. “Este es el principal reto para el ministerio de evangelización en Inglaterra y Gales”.

Prosiguió: “se trata de comprometerse con los nuevos medios y las ideas que surgen basadas en la posición del país como lugar de encuentro de culturas”.

“En su discurso, el Papa Benedicto XVI planteó el desafío para la evangelización en este país: ¿Cómo conversar con el intelecto de esta civilización y comunicarle la novedad inmarcesible del Evangelio en la que está inmerso?”

“Tenemos el desafío de comprometernos de nuevo con un país que tiene una antigua cultura cristiana”, afirmó el prelado.

“En los últimos años esta cultura se ha desvanecido de forma significativa”, afirmó. “El cardenal Godfried Danneels la definió, en relación a toda Europa, como una deforestación de la memoria cristiana”.

El obispo concluyó: “es nuestro deber volver a plantar la semilla en esta tierra fértil”.

El programa del legado

Para promover resultados prácticos a largo plazo de la visita de Benedicto XVI en la Iglesia y en la sociedad, la Home Mission Desk, que forma parte del departamento de evangelización de la Conferencia Episcopal, ha lanzado un programa legado de la visita del Papa, llamada “Algunos Propósitos Definidos”.

A partir de las homilías y discursos que el Papa realizó durante su visita al Reino Unido, el programa incluye numerosos eventos y proyectos como un día de acercamiento a los católicos que ya no van a misa, que tendrá lugar el 26 de marzo.

Además ofrece recursos para promover las procesiones con motivo de la fiesta del Corpus en Junio y peregrinaciones a santuarios marianos en julio y agosto. En octubre los fieles están invitados a participar en la Little Way Week, siete días de servicio siguiendo los pasos de santa Teresa de Lisieux.

El programa tiene seis objetivos: conocer nuestro propósito, crecer en confianza, dar testimonio de nuestra fe, servir a los demás, buscar un compromiso con el diálogo, y encaminarnos hacia lo trascendente.

Se han desarrollado recursos parroquiales para este programa y se ofrecerán publicaciones todo el año que apoyen esta iniciativa.

Monseñor Conry afirmó: “Es muy importante que consideremos las maneras de continuar este viaje de "el corazón habla a corazón" dando testimonio de la alegría de nuestra fe todos los días de nuestra vida”.

“Invito y animo a todo el mundo a implicarse y entregar generosamente su tiempo y sus talentos”.

Monseñor Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia Episcopal, señaló que “la visita del Santo Padre fue una ocasión llena de gracia y una fuente de gran alegría para muchos”.

Expresó la esperanza de “que esta nueva iniciativa, 'Algunas Propuestas Definidas' sostenga a los miembros de la comunidad Católica, y que aquellos que no son católicos hagan un contribución positiva y llena de fe a la vida de Reino Unido”.

Por Genevieve Pollock. Traducción del inglés por Carmen Álvarez

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Francia: obispos se pronuncian contra la creación de un “bebé medicamento”
“Ese utilitarismo es indigno del hombre”, afirman
PARÍS, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- “Concebir un niño para ser utilizado – aunque sea para un tratamiento – no es respetuoso con su dignidad”, afirmaron diez obispo de las provincias del oeste de Francia, en un comunicado hecho público el pasado martes 8 por la Conferencia Episcopal Francesa.

Los obispos – entre ellos monseñor Pierre d'Ornellas, arzobispo de Rennes y presidente del grupo de trabajo espicopal sobre la bioética – responden así a la noticia del nacimiento del primer “bebé-medicamento” en Francia, el pasado 26 de enero.

Se trata de un niño seleccionado genéticamente entre muchos embriones y cuyas células madre recogidas del cordón umbilical al nacer deberían permitir curar un hermano mayor que padece una enfermedad genética grave.

“Querer curar a un hermano en humanidad honra al hombre”, afirman los obispos. “¡Muchas personas consagran su vida a ello! Acompañar el sufrimiento de los padres que tienen un hijo gravemente enfermo es un deber de la sociedad. Comprendemos su angustia y su esperanza en la medicina”.

“En cambio – afirman – legalizar la utilización del ser humano más vulnerable para curar es indigno del hombre. Concebir un niño para utilizarlo – aunque sea para curar – no es respetuoso con su dignidad. ¿Qué dirá el niño cuando descubra que es un 'bebé-medicamento'?”

Los obispos estiman que “semejante utilitarismo es siempre una regresión”. “Es peligroso para una sociedad no respetar el interés primordial del niño estipulado en la Convención Internacional de los Derechos del Niño”, afirman. “Animamos la investigación para que encuentre cada vez más terapias apropiadas”.

El comunicado está firmado por monseñores Pierre d'Ornellas, arzobispo de Rennes; Emmanuel Delmas, obispo de Angers; Yves Le Saux, obispo de Le Mans; Jean-Paul James, obispo de Nantes; Raymond Centène, obispo de Vannes; Thierry Scherrer, obispo de Laval; Alain Castet, obispo de Luçon; Jean-Marie Le Vert, obispo de Quimper; Denis Moutel, obispo de Saint-Brieuc, y Nicolas Souchu, obispo auxiliar de Rennes.

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Los peruanos están masivamente a favor de las posiciones de la Iglesia
En materia de aborto, droga y reconocimiento de uniones del mismo sexo
LIMA, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Una encuesta revela el apoyo de la población de Perú a la postura de la Iglesia de rechazo a la legalización del aborto, el consumo y comercialización de drogas y la unión civil entre personas del mismo sexo, temas de debate en las últimas semanas por parte de los candidatos a la presidencia del Perú.

Un estudio de opinión pública de nivel nacional presentado por la Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública (CPI), demuestra que el pueblo peruano defiende la moral y se opone mayoritariamente a estas propuestas.

Según revela la investigación, realizada entre el 1 y el 6 de febrero, un contundente 92.2% de los encuestados rechaza la legalización de la comercialización y consumo de drogas en el Perú.

Asimismo, un 76.3% del total de encuestados se pronunció en contra del aborto.

Finalmente, el 74.7% rechazó el reconocimiento jurídico del matrimonio entre personas del mismo sexo; y un 69.5% se manifestó en contra de la unión civil entre homosexuales a fin de proteger los bienes de la pareja y seguridad social que el Estado brinda.

Datos técnicos sobre el estudio de opinión en http://www.cpi.com.pe

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Colombia: Expertos valoran la labor de la Iglesia por la paz
Los obispos estudian todos los frentes violentos del país y posibles soluciones
BOGOTÁ, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- En su nonagésima Asamblea Plenaria, los obispos de Colombia celebraron varias mesas redondas para analizar diversos aspectos del conflicto en este país tales como las causas históricas, la caracterización y costos humanos, éticos, psicológicos y económicos del mismo.

En un primer panel --informa la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC)--, el siete de febrero, participaron monseñor Nel Beltrán Santamaría, obispo de Sincelejo; Alejo Vargas y Claudia López,
analistas reconocidos de la realidad y el conflicto colombiano.

Los panelistas hicieron un llamamiento a tener en cuenta que Colombia afronta simultáneamente varios conflictos, uno es el conflicto armado. Según cálculos oficiales, éste causa el diez por ciento del total de muertes violentas anuales.

También se recordó el papel que juega el narcotráfico, cuyos ingresos financian los grupos ilegales y repercuten en la violencia que se vive tanto en las zonas urbanas como en las rurales. Se subrayó la necesidad de brindar alternativas laborales a los jóvenes, para reducir la posibilidad de que sean reclutados por los grupos armados ilegales.

El 8 de febrero, en otra mesa redonda, participaron Francisco de Roux SJ y Maria José Torres, de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas. Con estos expertos, se estudiaron aspectos diversos ligados al conflicto armado y social en Colombia.

Se recalcó que el conflicto sigue vinculado al narcotráfico y a situaciones como la lucha por el control de los corredores de coca en regiones como el Bajo Cauca, el sur de Bolívar y el norte de
Santander.

También se aludió a la vinculación de menores de edad a los grupos armados ilegales. Se calcula que entre el 20 y el 30% de los integrantes de esas organizaciones son niños y niñas, que fueron reclutados en promedio con 13 años.

Se analizó lo que significan para Colombia factores como la pérdida de vidas humanas, el pago de secuestros, el aumento de los gastos en seguridad y defensa, todos los cuales derivan en un menor crecimiento del PIB.

Ese mismo día, en otro panel, se presentaron las aportaciones de la Iglesia y de la Conferencia Episcopal a la solución de las diversas facetas del conflicto colombiano.

Participaron en este espacio el arzobispo de Popayán Iván Marín, vicepresidente de la CEC; el arzobispo de Tunja Luis Augusto Castro y Rosa Inés Floriano, coordinadora de la Sección de Vida, Justicia y Paz, del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS/Cáritas Colombiana).

Se recordaron iniciativas de la Iglesia tales como los diálogos pastorales con grupos armados ilegales, el trabajo de la Comisión de Conciliación Nacional, las gestiones humanitarias en diversas situaciones, así como los encuentros para sacerdotes, religiosos y religiosas que trabajan en zonas de conflicto.

Se analizaron los desafíos del trabajo para responder a los conflictos existentes y la manera de armonizar los diversos procesos seguidos desde la Iglesia Católica, para encaminarlos hacia el logro de la paz en Colombia.

En un cuarto foro, el 9 de febrero, participaron Augusto Ramírez, ex canciller y miembro de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN); Jaime Bernal, exprocurador de la Nación que participó  en diversos procesos en favor de la paz y León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI) y analista de la realidad y el acontecer nacional.

Los panelistas recordaron el trabajo por la paz, en los gobiernos de Ernesto Samper y Andrés Pastrana, como la creación de la CCN y de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, al igual que las gestiones humanitarias desarrolladas por instancias como la Comisión de Conciliación, que permitieron la liberación de setenta miembros de las Fuerzas Armadas, en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Plantearon interrogantes como la relación del narcotráfico y el conflicto, las opciones laborales para los combatientes, en caso de una eventual desmovilización de las FARC y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN); las causas de la violencia actual, y la pertinencia de la metodología que han venido teniendo los diálogos en los últimos años.

Los tres expertos destacaron el trabajo de la Iglesia y la importancia de su papel en la solución del conflicto colombiano, dado su reconocimiento y aceptación como facilitadora.

Por la tarde, se contó con la presencia de Lena Nordstrom, embajadora de Suecia en Colombia; Monseñor Héctor Fabio Henao, director del SNPS/Cáritas Colombiana. Y Bruno Moro, coordinador Residente de Naciones Unidas en Colombia.

Se recordó la importancia de los diálogos humanitarios, como posibilidad para acercarse a posibles dialogos de paz, y como forma pacífica de coordinar la ayuda humanitaria en territorios con presencia parcial de grupos armados ilegales, en situaciones como la reciente temporada invernal y los daños causados por ésta en varias regiones de Colombia.

Por Nieves San Martín

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Actualidad


Los vaticanistas cuentan su experiencia
Presentado en Roma el libro “La Iglesia de papel”
ROMA, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- “La Iglesia de papel. Los vaticanistas se explican”, un libro de los periodistas italianos Rodolfo Lorenzoni y Ferdinando Tarsitani fue presentado ayer por la tarde en Roma, editado por Paulinas.

Intervinieron monseñor Vincenzo Paglia, obispo de Terni y presidente de la Comisión de la Conferencia Episcopal Italiana para el ecumenismo y el diálogo interreligioso; Marco Simeon, direactor de Relaciones Institucionales e Internacionales de la Radiotelevisione Italiana (RAI) y responsable de Rai-Vaticano, y el periodista Luigi Accattoli.

El libro con un título al que no le falta una dosis de ironía fue presentado por sus autores. Moderó la presentación Aldo Maria Valli, vaticanista del Tg1. El volumen comienza con una presentación de Joaquín Navarro Valls, anterior director de la Sala Stampa de la Santa Sede.

“Este libro – dijo Tarsitani – es un homenaje a los colegas y a la profesión de periodista. Hemos querido contar la Iglesia a través de los ojos de quien por profesión lo hace diariamente, los así llamados vaticanistas. Al hacerlo nos dimos cuenta que podría ofrecer diversos puntos de reflexión sobre nuestro trabajo y sobre el momento que está cruzando la Iglesia”.

Por su parte Lorenzoni precisó que “el oficio de periodista puede ser muy difícil sin una cierta preparación, sin una cierta responsabilidad, sin una cierta cultura. Este libro es una vuelta al mundo de los vaticanistas, se cuentan anécdotas personales, historias de vida y no solamente de profesión, es un libro con un lado humano”.

Por su parte monseñor Paglia recordó que “la tarea del periodista hoy en día creció mucho en los horizontes de sus contenidos, especialmente porque lo que se escribe puede influenciar en diversos sectores”. Esto porque “se influencia la opinión pública, a los obispos, a la Curia Romana y en este sentido existe una responsabilidad”.

Y concluyó que “estamos atravesando un momento complejo con potencialidades increíbles para la Iglesia, pero quizás falta audacia, profecía y fuerza”.

Aldo María Valli, vaticanista del principal telediario de la RAI, recordó a un amigo fotógrafo: Gregorio, que se expresa con fotos estupendas y que le contó que es necesario mirar mucho por el objetivo y solamente cada tanto sacarlas.

“Esta evaluación – dijo – vale para todos los medios con los cuales nos expresamos vista la realidad grande y compleja de la Iglesia”. Y concluyó indicando la dificultad para la información televisiva, que debido a los tiempos ajustados aveces da informaciones “un tanto superficiales y aproximativas”.

Después de la presentación del volumen, delante de nuestros micrófonos, monseñor Paglia, que se dijo lector cotidiano de ZENIT indicó que la profesión de periodista “nos debe hacer reflexionar porque no es una profesión cualquiera, particularmente en este tiempo”.

“Debido a que delante de la caída de las ideologías, de los valores, de las perspectivas, poder hablar de la Iglesia y de sus aspectos complejos es un servicio seguramente eclesial, pero también civil, porque significa introducir en las venas escleróticas un elemento que puede hacer revivir el cuerpo de la sociedad. Y ZENIT consigue a hacerlas entender y darlas a conocer”.

Sobre las preguntas a veces maliciosas o controvertidas de los periodistas, monseñor Paglia consideró que “si uno excava ve que hay deseo de verdad. El logos, diría el papa Benedicto XVI, que en cada palabra se esconde, el logos porque todo fue hecho a imagen del Logos. En cada palabra como decía San Agustín: Veritas pateat, placeat, moveat et treat”.

Por Sergio Mora



 

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Análisis


Egipto “está renaciendo” y no convirtiéndose en un “nuevo Irán” (II)
Entrevista a Hala Mustafa, editor de la revista “Democracy”

Por Emile Ameen


EL CAIRO, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Hala Mustafa, editor de la revista Democracy, difundida por la Al Ahram Foundation, y experto en cuestiones políticas y estratégicas, respondió a las preguntas de ZENIT sobre la delicada situación que está viviendo Egipto en este periodo.

La primera parte de la entrevista fue publicada el pasado martes 8 de febrero.

* * * * *

- ¿Está preocupado por la estabilidad de Egipto en este periodo que comienza?

Hala Mustafá: En líneas generales no estoy preocupado. Pero me preocupará la estabilidad de Egipto si el régimen no capta el mensaje. En ese caso, se producirá una guerra callejera o una guerra civil, y nadie será capaz de controlar las pérdidas de Egipto. Por lo tanto, creo que no es razonable ni aceptable volver a la situación previa de intimidación y opresión para poner fin a las manifestaciones. La alternativa es un diálogo serio, profundo y tranquilo.

- ¿En su opinión, existen otras medidas, aparte de las que se han tomado, que puedan aliviar la ira?

Hala Mustafá: La ira se reducirá cuando se hagan públicos los informes sobre los funcionarios y antiguos miembros del régimen, además de que se investigue a los personajes más odiados por los egipcios que están detrás de la corrupción de la vida política en Egipto, especialmente en el Partido Nacional Democrático, personas que monopolizaron el poder y la riqueza, que buscaban la formación de milicias con las que intimidar a la juventud. Estos procedimientos podrían reducir la ira de los egipcios y daría mayor credibilidad al vicepresidente de la República y al nuevo gobierno.

- ¿Cuál es su opinión sobre el vicepresidente de la República, el general Omar Suleiman?

Hala Mustafá: Creo que es capaz de conducir a Egipto a un periodo de transición, sobre todo si rechaza los símbolos del Partido Nacional Democrático. Sobre todo si disuelve más tarde este partido, y crea uno nuevo que conduzca la vida en Egipto de un modo más justo, más equitativo y con más transparencia.

- A la luz de los acontecimientos en Egipto, mucha gente del mundo árabe atribuyen el retroceso democrático al colonialismo de Occidente, y no a una incapacidad árabe... ¿Está de acuerdo con eso?

Hala Mustafá: Antes de nada, no deberíamos sorprendernos de quien dice que nuestra herencia árabe es diferente de la herencia europea que hizo posible la democracia. Además, existen países asiáticos, entre los que destaco países musulmanes como Malasia, Indonesia y Bangladesh, que han sido positivamente influenciados por las fuerzas coloniales de Occidente. También hay países no musulmanes, como India, que adquirieron su experiencia democrática gracias al colonialismo inglés.

Nuestro real problema es que en el mundo árabe no miramos las cosas con objetividad. Vemos las cosas en blanco o negro, mientras que los hindúes no rechazaron los beneficios de la experiencia británica. Hasta el día de hoy, no queremos admitir que la democracia es un producto occidental.

- ¿Podrían los nuevos medios de comunicación como Facebook, Internet, blogs, móviles..etc, darle al mundo árabe una oportunidad añadida para una comunicación democrática, que hiciera las cosas más fáciles en el futuro?

Hala Mustafá: Creo que es verdad. Las nuevas generaciones serán más libres del miedo o de la falta de conocimiento de las cuestiones generales y políticas gracias a la abundante información y a la velocidad de flujo de la misma a través de los medios nuevos.

Por esta razón estamos siendo testigos en Egipto del nacimiento de una nueva generación que no se deja engañar por “las consignas como ocurrió con la generación de los '60; sobre todo esto se dio cuando el mundo fue liberado de la generación de liberales a finales de los '70 y principios de los '80.

Hoy vemos a una nueva generación de jóvenes que nacieron a mitad de los '70 y principios de los '80, que están realizando un cambio en una situación política estancada.

- ¿Existe una manera efectiva de promover la democracia árabe especialmente dentro y fuera de este furioso debate?

Hala Mustafá: En el mundo actual y a la luz de los experimentos a nivel internacional, parece necesario alcanzar una ecuación razonable que reconcilie la nación con el mundo. La democracia, en virtud de los hechos, es un producto occidental al que tratamos de adaptar nuestras sociedades.

El mundo está viviendo una época de intercambio económico sin precedentes, y hay muchas naciones que reciben ayuda económica y en especie, de forma pública y oficial, de Europa y América. Y el sistema internacional, nos guste o no, se caracteriza por una jerarquía de influencias, por decirlo de alguna manera, que permite a algunos países, a través de su política de exteriores, intervenir de manera positiva o negativa en las políticas de otros países.

También existe siempre una fricción entre los elementos externos e internos. Aunque la motivación externa sea buena, la propagación de la democracia en el mundo y en las capitales árabes no tendrá éxito sin una honesta voz nacional en el país.

[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]

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Documentación


Mensaje del Papa para la Jornada de las Vocaciones
Sobre el tema: “Promover las vocaciones en la Iglesia local”
CIUDAD DEL VATICANO, jueves 10 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el Mensaje del Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Vocaciones, que se celebrará el domingo 15 de mayo. El Mensaje ha sido hecho público hoy por la Santa Sede.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas

La XLVIII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que se celebrará el 15 de mayo de 2011, cuarto Domingo de Pascua, nos invita a reflexionar sobre el tema: Proponer las vocaciones en la Iglesia local. Hace setenta años, el Venerable Pío XII instituyó la Obra Pontificia para las Vocaciones Sacerdotales. A continuación, animadas por sacerdotes y laicos, obras semejantes fueron fundadas por Obispos en muchas diócesis como respuesta a la invitación del Buen Pastor, quien, “al ver a las gentes se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor”, y dijo: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 36-38).

El arte de promover y de cuidar las vocaciones encuentra un luminoso punto de referencia en las páginas del Evangelio en las que Jesús llama a sus discípulos a seguirle y los educa con amor y esmero. El modo en el que Jesús llamó a sus más estrechos colaboradores para anunciar el Reino de Dios ha de ser objeto particular de nuestra atención (cf. Lc 10,9). En primer lugar, aparece claramente que el primer acto ha sido la oración por ellos: antes de llamarlos, Jesús pasó la noche a solas, en oración y en la escucha de la voluntad del Padre (cf. Lc 6, 12), en una elevación interior por encima de las cosas ordinarias. La vocación de los discípulos nace precisamente en el coloquio íntimo de Jesús con el Padre. Las vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada son primordialmente fruto de un constante contacto con el Dios vivo y de una insistente oración que se eleva al “Señor de la mies” tanto en las comunidades parroquiales, como en las familias cristianas y en los cenáculos vocacionales.

El Señor, al comienzo de su vida pública, llamó a algunos pescadores, entregados al trabajo a orillas del lago de Galilea: “Veníos conmigo y os haré pescadores de hombres” (Mt 4, 19). Les mostró su misión mesiánica con numerosos “signos” que indicaban su amor a los hombres y el don de la misericordia del Padre; los educó con la palabra y con la vida, para que estuviesen dispuestos a ser los continuadores de su obra de salvación; finalmente, “sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre” (Jn 13,1), les confió el memorial de su muerte y resurrección y, antes de ser elevado al cielo, los envió a todo el mundo con el mandato: “Id y haced discípulos de todos los pueblos” (Mt 28,19).

La propuesta que Jesús hace a quienes dice “¡Sígueme!” es ardua y exultante: los invita a entrar en su amistad, a escuchar de cerca su Palabra y a vivir con Él; les enseña la entrega total a Dios y a la difusión de su Reino según la ley del Evangelio: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12,24); los invita a salir de la propria voluntad cerrada en sí misma, de su idea de autorrealización, para sumergirse en otra voluntad, la de Dios, y dejarse guiar por ella; les hace vivir una fraternidad, que nace de esta disponibilidad total a Dios (cf. Mt 12, 49-50), y que llega a ser el rasgo distintivo de la comunidad de Jesús: “La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros” (Jn 13, 35).

También hoy, el seguimiento de Cristo es arduo; significa aprender a tener la mirada de Jesús, a conocerlo íntimamente, a escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los sacramentos; quiere decir aprender a conformar la propia voluntad con la suya. Se trata de una verdadera y propia escuela de formación para cuantos se preparan para el ministerio sacerdotal y para la vida consagrada, bajo la guía de las autoridades eclesiásticas competentes. El Señor no deja de llamar, en todas las edades de la vida, para compartir su misión y servir a la Iglesia en el ministerio ordenado y en la vida consagrada, y la Iglesia “está llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento y de la maduración de las vocaciones sacerdotales” (JUAN PABLO II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis, 41). Especialmente en nuestro tiempo en el que la voz del Señor parece ahogada por “otras voces” y la propuesta de seguirlo, entregando la propia vida, puede parecer demasiado difícil, toda comunidad cristiana, todo fiel, debería de asumir conscientemente el compromiso de promover las vocaciones. Es importante alentar y sostener a los que muestran claros indicios de la llamada a la vida sacerdotal y a la consagración religiosa, para que sientan el calor de toda la comunidad al decir “sí” a Dios y a la Iglesia. Yo mismo los aliento, como he hecho con aquellos que se decidieron ya a entrar en el Seminario, a quienes escribí: “Habéis hecho bien. Porque los hombres, también en la época del dominio tecnológico del mundo y de la globalización, seguirán teniendo necesidad de Dios, del Dios manifestado en Jesucristo y que nos reúne en la Iglesia universal, para aprender con Él y por medio de Él la vida verdadera, y tener presentes y operativos los criterios de una humanidad verdadera” (Carta a los Seminaristas, 18 octubre 2010).

Conviene que cada Iglesia local se haga cada vez más sensible y atenta a la pastoral vocacional, educando en los diversos niveles: familiar, parroquial y asociativo, principalmente a los muchachos, a las muchachas y a los jóvenes -como hizo Jesús con los discípulos- para que madure en ellos una genuina y afectuosa amistad con el Señor, cultivada en la oración personal y litúrgica; para que aprendan la escucha atenta y fructífera de la Palabra de Dios, mediante una creciente familiaridad con las Sagradas Escrituras; para que comprendan que adentrarse en la voluntad de Dios no aniquila y no destruye a la persona, sino que permite descubrir y seguir la verdad más profunda sobre sí mismos; para que vivan la gratuidad y la fraternidad en las relaciones con los otros, porque sólo abriéndose al amor de Dios es como se encuentra la verdadera alegría y la plena realización de las propias aspiraciones. “Proponer las vocaciones en la Iglesia local”, significa tener la valentía de indicar, a través de una pastoral vocacional atenta y adecuada, este camino arduo del seguimiento de Cristo, que, al estar colmado de sentido, es capaz de implicar toda la vida.

Me dirijo particularmente a vosotros, queridos Hermanos en el Episcopado. Para dar continuidad y difusión a vuestra misión de salvación en Cristo, es importante incrementar cuanto sea posible “las vocaciones sacerdotales y religiosas, poniendo interés especial en las vocaciones misioneras” (Decr. Christus Dominus, 15). El Señor necesita vuestra colaboración para que sus llamadas puedan llegar a los corazones de quienes ha escogido. Tened cuidado en la elección de los agentes pastorales para el Centro Diocesano de Vocaciones, instrumento precioso de promoción y organización de la pastoral vocacional y de la oración que la sostiene y que garantiza su eficacia. Además, quisiera recordaros, queridos Hermanos Obispos, la solicitud de la Iglesia universal por una equilibrada distribución de los sacerdotes en el mundo. Vuestra disponibilidad hacia las diócesis con escasez de vocaciones es una bendición de Dios para vuestras comunidades y para los fieles es testimonio de un servicio sacerdotal que se abre generosamente a las necesidades de toda la Iglesia.

El Concilio Vaticano II ha recordado explícitamente que “el deber de fomentar las vocaciones pertenece a toda la comunidad de los fieles, que debe procurarlo, ante todo, con una vida totalmente cristiana” (Decr. Optatam totius, 2). Por tanto, deseo dirigir un fraterno y especial saludo y aliento, a cuantos colaboran de diversas maneras en las parroquias con los sacerdotes. En particular, me dirijo a quienes pueden ofrecer su propia contribución a la pastoral de las vocaciones: sacerdotes, familias, catequistas, animadores. A los sacerdotes les recomiendo que sean capaces de dar testimonio de comunión con el Obispo y con los demás hermanos, para garantizar el humus vital a los nuevos brotes de vocaciones sacerdotales. Que las familias estén “animadas de espíritu de fe, de caridad y de piedad” (ibid), capaces de ayudar a los hijos e hijas a acoger con generosidad la llamada al sacerdocio y a la vida consagrada. Los catequistas y los animadores de las asociaciones católicas y de los movimientos eclesiales, convencidos de su misión educativa, procuren “cultivar a los adolescentes que se les han confiado, de forma que éstos puedan sentir y seguir con buen ánimo la vocación divina” (ibid).

Queridos hermanos y hermanas, vuestro esfuerzo en la promoción y cuidado de las vocaciones adquiere plenitud de sentido y de eficacia pastoral cuando se realiza en la unidad de la Iglesia y va dirigido al servicio de la comunión. Por eso, cada momento de la vida de la comunidad eclesial –catequesis, encuentros de formación, oración litúrgica, peregrinaciones a los santuarios- es una preciosa oportunidad para suscitar en el Pueblo de Dios, particularmente entre los más pequeños y en los jóvenes, el sentido de pertenencia a la Iglesia y la responsabilidad de la respuesta a la llamada al sacerdocio y a la vida consagrada, llevada a cabo con elección libre y consciente.

La capacidad de cultivar las vocaciones es un signo característico de la vitalidad de una Iglesia local. Invocamos con confianza e insistencia la ayuda de la Virgen María, para que, con el ejemplo de su acogida al plan divino de la salvación y con su eficaz intercesión, se pueda difundir en el interior de cada comunidad la disponibilidad a decir “sí” al Señor, que llama siempre a nuevos trabajadores para su mies. Con este deseo, imparto a todos de corazón mi Bendición Apostólica.

Vaticano, 15 noviembre 2010

BENEDICTUS PP. XVI

[©Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana]

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