Sor Verónica Berzosa en la presentación de Iesu Communio en una Catedral de Burgos abarrotada: "Me siento alegre, sobrecogida y consciente de la responsabilidad"
Católicos
Domingo, 13 de Febrero de 2011 01:00

Unos 3.000 fieles asistieron en la Catedral de Burgos a la presentación pública del nuevo instituto religioso 'Iesu Communio', fundado a partir de las comunidades de clarisas de los monasterios de Lerma y la Aguilera. La celebración estuvo presidida por el arzobispo de la diócesis, Francisco Gil Hellín, al que acompañaron el cardenal Rouco y el nuncio del Papa, Renzo Fratini. La fundadora y superiora general del nuevo instituto, Sor Verónica Berzosa, reconoció estar "alegre y sobrecogida", y "consciente de la gran responsabilidad" de sacar adelante esta obra.


Las protagonistas, 186 religiosas, la mayoría de ellas muy jóvenes, recibieron los aplausos de los asistentes cuando desfilaron en procesión para ocupar la nave central de la Catedral.


Estrenaban su nuevo hábito, de tela vaquera, con un cordón azul claro atado a la cintura, del mismo color que el pañuelo que les cubría la cabeza. Sobre el hábito, una capa azul oscura.


El nuncio Fratini leyó la carta que el Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, cardenal Franc Rodé, envió al arzobispo Gil Hellín, junto al decreto de aprobación del instituto.


El arzobispo de Burgos, con las hermanas arrodilladas, les hizo tres preguntas, semejantes a las que se formulan en el rito de la profesión, aunque en este caso, era más un acto simbólico ya que la Santa Sede considera válida la profesión que realizaron como clarisas.
   

Tras la bendición de las cruces y los anillos, Sor Verónica fue colocando a sus ‘hijas’ las alianzas blancas que simbolizan la victoria de Jesús resucitado.


Al finalizar la ceremonia, Sor Verónica Berzosa dirigió unas palabras de agradecimiento a todos los que las han ayudado: citó a los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, a Gil Hellín, al cardenal Rouco y al nuncio Fratini. También a la Orden Franciscana, a todos sus bienhechores y a los sacerdotes que las atienden, y le han ayudado a expresar canónicamente su forma de vida, entre los que citó a Jorge Miras.