25.02.11

 

Ni más ni menos que 34.000 iglesias evangélicas negras -así se llaman a sí mismas, así que nadie vea tintes racistas en mi forma de referirme a ellas- han amenazado a Obama con retirarle su apoyo por su política hacia el matrimonio homosexual. Este tipo de movidas suele crear cierta extrañeza, por decirlo suavemente, fuera de las fronteras de Estados Unidos. Y es que son pocos, por no decir ninguno, los países occidentales donde el votante tiene en cuenta una serie de factores éticos y morales, sobre todo los relacionados con la dignidad de la vida humana, desde su concepción hasta la muerte, y la familia.

Es decir, que si un candidato apoya el aborto y el matrimonio gay, puede dar por hecho que no va a contar con el voto de la mayoría de los cristianos evangélicos. Los católicos practicantes están todavía en el proceso de tener en cuenta esos valores a la hora de votar, pero todavía les queda mucho camino que recorrer, si es que lo recorren, para llegar a ser un elemento cristiano decisivo en las futuras elecciones del país norteamericano. Dependerá en parte de que la gran mayoría de los obispos estadounidenses asuman, de una vez por todas, que han de señalar con el dedo a los senadores, congresistas y gobernadores que pretende ser católicos y a la vez pro-abortistas o pro-matrimonio homosexual.

Las conocidas como iglesias negras tienen algunas peculiaridades -no es momento de explicarlas- que las diferencian del resto de iglesias evangélicas, pero en el fondo comparten una misma cosmovisión basada en una interpretación de la Escritura que suele recibir el calificativo de fundamentalista, pero que en realidad no es esencialmente diferente de la que sostiene la Iglesia Católica y las ortodoxas en relación a esos dos grandes temas ya señalados. Es decir, la inmensa totalidad de los cristianos “activos” en Estados Unidos son provida y radicalmente contrarios al matrimonio homosexual.

La posibilidad de la llegada de un hombre de raza negra a la presidencia de Estados Unidos vino aparejada de un apoyo bastante evidente de las mencionadas iglesias negras. Eso a pesar de que Obama siempre dejó muy claro que su posicionamiento sobre el aborto es incompatible con el “lobby provida". Y por mucho que esas decenas de miles de iglesias evangélicas cuyos miembros son de la misma raza que el bueno de Barack se rasguen ahora las vestiduras, lo cierto es que el presidente yankee no hace otra cosa que ser consecuente con lo que dijo en todo momento. Representa el típico perfil demócrata, faborable a que el aborto no sea un delito y dispuesto a reconocer los supuestos derechos del lobby gay.

En ese sentido, aunque no hay que despreciar lo que está ocurriendo entre los evangélicos negros de EEUU, ya que puede suponer el fin a las posibilidades de reeleción de Obama, no puedo por menos que calificar de gran hipocresía que esos pastores evangélicos se rasguen ahora las vestiduras. Obama no engañó a nadie. Que no nos vengan ahora en plan vírgenes violadas. Le votaron sabiendo lo que era. Que asuman las consecuencias.

Luis Fernando Pérez Bustamante