"Además de moderado, tiene cualidades de líder"

Elogio del obispo Berzosa

Parte Berzosa de Asturias y le recordaremos como obispo bueno y brillante

Javier Morán, 27 de febrero de 2011 a las 10:51

 

(Javier Morán, en La Nueva España).- Parte de Asturias el obispo auxiliar Raúl Berzosa hacia la diócesis de Ciudad Rodrigo, de la que pronto tomará posesión como obispo residencial. No vamos a ocultar elogios de este mitrado, que, además de reunir diversas virtudes personales, ha sido puesto a prueba de modo intenso durante su paso por la sede ovetense.

Decía un prelado español cuyo nombre no viene a cuento que «obispo auxiliar, ni de Jesucristo», lo que significa que en los escalafones episcopales no existe oficio tan arriesgado -si las cosas se tuercen- como el de auxiliar. Es ésta una figura a la que el Código de Derecho Canónico le asigna una escueta descripción: el obispo auxiliar auxilia al titular, o residencial, en lo que éste asigne. Si nada asigna, nada hace el segundo de a bordo, salvo procurar no ponerse en medio, dado que los celos, aunque no alcanzan el rango de pecado capital, no escasean en la Iglesia.

Por lo general, un auxiliar lo designa la Santa Sede cuando lo pide el obispo titular, que envía su propuesta al Vaticano. Si el designado está en sintonía con quien lo ha pedido, la cosa funciona; si no, Dios tendrá que proveer. Y lo provisto en Asturias no fue un monte Tabor, aunque tampoco un Cafarnaún. Sin embargo, Berzosa demostró un alto grado de lealtad y llegó incluso a mediar, por ejemplo, para que algunos alejados del arzobispo Carlos Osoro se reconciliasen con su pastor en el marco de un pontificado difícil. Cada persona es un mundo, y más un obispo que lleve dentro varios mundos.

Berzosa parte ahora hacia la sede civitatense, en la provincia de Salamanca, una diócesis pequeña. Este hecho ha suscitado las interpretaciones habituales, siempre encalladas en el maldito escalafón episcopal. Se supone -a causa de una tradición mal entendida- que un obispo inicia su «carrera» o bien como auxiliar o bien como titular de una sede pequeña. Después pasa a una mayor y a otra o incluso a una sede arzobispal que quizá tenga el rango de cardenalicia. Ser creado cardenal es el tope de la carrera eclesiástica.

Existe, asimismo, la concepción de que hay diócesis de salida, de paso y de término, al estilo del escalafón militar. Esto es sencillamente demoledor para la Iglesia y no pocas veces el Papa Benedicto XVI ha censurado el «carrerismo» eclesiástico. Pocas instituciones precisan en este sentido de una reforma tan urgente como la episcopalía.

Respecto a Berzosa se ha dicho que su estilo moderado ha sido próximo al del «gabinismo» -a mayor gloria de Gabino Díaz Merchán-, y que ese sector moderado de los obispos españoles, con unos veinte integrantes, le lanzó para que compitiera hace unos años con el asturiano Juan Antonio Martínez Camino en las elecciones a la secretaría general y portavocía de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Berzosa se vio entonces envuelto en un movimiento del que se bajó voluntariamente, pero la verdad es que entonces, como ahora, la CEE necesitaba engrasar mecanismos.

En efecto, además de moderado y alejado de estridencias y condenas y ceño fruncido, Berzosa tiene cualidades de líder. Siendo buen comunicador y divulgador, y buen pastor, la pregunta que cabe hacerse es ¿por qué no ha sido destinado a una sede con más almas? Pues por el misterio de Dios, que lo es menos si no omitimos que el peso de ciertos obispos veteranos inclina las balanzas. Ahora bien, tampoco se debería descartar -aunque no tenemos pruebas fehacientes de ello- que Berzosa vaya a ser el piloto de una ulterior fusión mediante la que se crearía la diócesis de Salamanca-Ciudad Rodrigo, al igual que ya existen desde tiempo atrás Osma-Soria, Mérida-Badajoz o Tuy-Vigo.

Parte Berzosa de Asturias y le recordaremos como obispo bueno y brillante en algunos aspectos; castellano, pero afectuoso y afable; y hombre pendiente del prójimo... Estos elogios no significan que todo sea perfección. Una situación de prueba continuada puede producir ansiedad, incluso alguna tensión. El mejor escribano echa un borrón.

Sin embargo, en lo que confiamos es en que Ciudad Rodrigo, siendo diócesis pequeña, llegue a disfrutar de un obispo grande.