“Después de dos mil años de evangelización, Jesucristo sigue siendo muy poco conocido”

Rouco denuncia la “situación crítica” del matrimonio en España

El presidente del Episcopado apenas hizo referencia a las elecciones en su discurso

Jesús Bastante, 28 de febrero de 2011 a las 12:16
 

(Jesús Bastante).- Mucha expectativa en la sala de la Plenaria para el discurso del cardenal Rouco Varela. Antes de arrancar, todo eran murmullos, corrillos, auspicios para las elecciones que, entre esta noche y mañana, decidirá el nombre del nuevo presidente del Episcopado y de la cúpula en la casa de la Iglesia. Sin embargo, las palabras de Rouco apenas hicieron referencia a la misma, centrándose en la inminente Jornada Mundial de la Juventud y en la "situación crítica" del matrimonio y la familia en España, fruto de un Código Civil que reduce la institución matrimonial "a una convivencia de pareja, sobre la base del afecto, con independencia de la diferencia de sexo de los convivientes".

El cardenal de Madrid arrancó su alocución invitando a todos a participar en "el gran encuentro de Madrid 2011" "Queda ya poco tiempo", subrayó, el purpurado, quien incidió en que estas jornadas son "un instrumento providencial al servicio misionero de la Iglesia en la evangelización de los jóvenes". Unos jóvenes que "ya no son exactamente aquellos de hace 25 años que respondieron a las primeras convocatorias de Juan Pablo II".

Una juventud, recalcó el purpurado, que tiene en el mundo de la cibernética un desafío, pues se corre el riesgo de "una nueva situación de intercomunicación globalizada de la que los jóvenes son actores principales. Prueba de ello son, por ejemplo, los acontecimientos de las últimas semanas y de ahora mismo en el mundo árabe".

Para Rouco, "la red se ha convertido en un instrumento poderosísimo de información y de comunicación; pero también de propagación de fórmulas de vida de todo tipo, sin excluir las menos acordes con la dignidad humana". Un riesgo que fomenta "la influencia desorientadora del relativismo", y para la que experiencias como las JMJ son "uno de los empeños más importantes".

Sin embargo, reconoció el cardenal, "después de dos mil años de evangelización, la Iglesia se encuentra hoy con que Jesucristo sigue siendo muy poco conocido y muy poco amado". Especialmente en "los países de vieja cristiandad", donde se dan "movimientos de apostasía implícita o explícita". Frente a la "situación de incertidumbre", Rouco Varela promulgó el ejemplo del Evangelio, "una oferta a contracorriente".

"Las Jornadas Mundiales de la Juventud se han caracterizado también por constituir una gran experiencia de Iglesia", incidió el presidente del Episcopado, quien llamó a la responsabilidad de pastores, padres, párrocos, maestros, catequistas y todos los bautizados "llamados a ser testigos creíbles del Señor para las nuevas generaciones". Una gran tarea para la que, según Rouco, los católicos están preparados. "El Papa confía en la Iglesia que peregrina en España".

El segundo punto del discurso de apertura giró en torno a la familia, el matrimonio y la situación en que se encuentran hoy en España. Así, Rouco Varela se mostró seguro de que "el futuro de las nuevas generaciones depende decisivamente de las familias cristianas", pese a los problemas con que se topa con determinadas legislaciones. "El Estado no puede sustituir, ni siquiera suplir, el papel propio de la familia y la escuela, dos instituciones básicas para el desarrollo de la persona".

Parafraseando a Benedicto XVI en su encíclica Deus Caritas Est, Rouco Varela subrayó que "el amor se ha convertido hoy en una de las palabras más utilizadas y también de las que más se abusa", llamándose del mismo modo a la familia tradicional o "al deseo de quien encarga para sí un niño a un laboratorio" o "la cohabitación de personas del mismo sexo".

"El amor nos precede porque implica la llamada de otro", recordó el cardenal, quien insistió en que "el amor nos habita, porque sin una llamada así no podríamos ni siquiera existir". Por ello, "la verdad del amor y, en concreto, del amor conyugal, no puede ser creada ni por el hombre ni por las leyes", pues "cuando es remodelada la gusto de las opiniones o de los sentimientos del momento, privándola de alguna de sus características, entonces ya no se vive en la verdad, sino en el error y en la ofuscación".

Precisamente, "el desconocimiento de la verdad del amor está causando mucho sufrimiento y rompiendo muchas vidas". Para Rouco, la "reducción emotivista e individualista, dominante en la cultura pública actual, ha conducido a una situación crítica que dificulta mucho la educación para el amor y para el matrimonio y que caracteriza nuestro vigente derecho matrimonial".

De este modo, "el matrimonio en nuestro Código Civil es simplemente una manifestación señalada de la relación de convivencia de pareja, basada en el afecto. La institución matrimonial, reducida así a una convivencia de pareja, con independencia de sexo de los convivientes, sin relación intrínseca y determinante con las características objetivas del amor conyugar dificulta gravemente la salida de la crisis de la familia con las consecuencias negativas que de tal situación se derivan para el bien común y para el futuro de las nuevas generaciones".

Por ello, "anunciar el Evangelio del matrimonio y de la familia es, sin duda, uno de los aspectos más hermosos de la nueva evangelización y de la juventud".

Rouco Varela concluyó su discurso con una breve referencia a las elecciones episcopales, que "haremos en un ambiente de comunión fraterna y de disponibilidad para asumir las tareas que sean necesarias o convenientes". Lo que muchos interpretaron como la puerta abierta para su renovación en la Presidencia.