5.03.11

14 preguntas y respuestas sobre la celebración de la Santa Misa

A las 10:33 PM, por Guillermo Juan Morado
Categorías : General

 

No voy a elaborar un texto propio. Me limitaré a citar algunos párrafos de la Carta del Papa Benedicto XVI que acompaña al “Motu Proprio”, sobre el uso de la Liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970, titulado “Summorum Pontificum”.

Es que da la sensación, leyendo ciertas cosas, de que esa carta del Papa no se ha entendido bien del todo. Formularé lo que sigue en forma de preguntas, que haré yo, y de respuestas - extraídas, literalmente, de las afirmaciones del Papa - . No pretendo entrar en polémicas – que, en este asunto, son especialmente inútiles y cansinas - , sino que pretendo disipar ciertas dudas que pueden surgir en determinados católicos.

1. ¿Ha desautorizado el Papa el Concilio Vaticano II o ha puesto en duda la reforma litúrgica?

En absoluto: “En primer lugar existe el temor de que se menoscabe la autoridad del Concilio Vaticano II y de que una de sus decisiones esenciales – la reforma litúrgica – se ponga en duda. Este temor es infundado”.

2. ¿Debemos albergar alguna reserva sobre el llamado Misal de Pablo VI?

Tampoco: “Al respecto, es necesario afirmar en primer lugar que el Misal, publicado por Pablo VI y reeditado después en dos ediciones sucesivas por Juan Pablo II, obviamente es y permanece la Forma normal – la Forma ordinaria – de la Liturgia Eucarística”.

3. ¿Cabe usar el Misal Romano anterior al Concilio Vaticano II?

Sí: “La última redacción del ‘Missale Romanum’, anterior al Concilio, que fue publicada con la autoridad del Papa Juan XXIII en 1962 y utilizada durante el Concilio, podrá, en cambio, ser utilizada como ‘Forma extraordinaria’ de la Celebración litúrgica”.

4. ¿Se trata, entonces, de dos ritos diferentes?

No: “No es apropiado hablar de estas dos redacciones del Misal Romano como si fueran ‘dos Ritos’. Se trata, más bien, de un doble uso del mismo y único Rito”.

5. ¿Fue jurídicamente abrogado el Misal de 1962?

No: “Por lo que se refiere al uso del Misal de 1962, como ‘Forma extraordinaria’ de la Liturgia de la Misa, quisiera llamar la atención sobre el hecho de que este Misal no ha sido nunca jurídicamente abrogado y, por consiguiente, en principio, ha quedado siempre permitido”.

6. ¿La ruptura llevada a cabo por Mons. Lefebvre tuvo como única causa la cuestión del Misal?

No: “Todos sabemos que, en el movimiento guiado por el Arzobispo Lefebvre, la fidelidad al Misal antiguo llegó a ser un signo distintivo externo; pero las razones de la ruptura que de aquí nacía se encontraban más en profundidad”.

7. ¿Todos los simpatizantes del Misal de 1962 desconfían del Concilio Vaticano II o del Papa?

No: “Muchas personas que aceptaban claramente el carácter vinculante del Concilio Vaticano II y que eran fieles al Papa y a los Obispos, deseaban no obstante reencontrar la forma, querida para ellos, de la sagrada Liturgia”.

8. ¿Ha autorizado el nuevo Misal los abusos litúrgicos?

No: “en muchos lugares no se celebraba de una manera fiel a las prescripciones del nuevo Misal, sino que éste llegó a entenderse como una autorización e incluso como una obligación a la creatividad, lo cual llevó a menudo a deformaciones de la Liturgia al límite de lo soportable”.

9. ¿Fue el Papa Juan Pablo II enemigo del Misal de 1962?

No: “El Papa Juan Pablo II se vio por tanto obligado a ofrecer con el ‘Motu Proprio Ecclesia Dei’ del 2 de julio de 1988, un cuadro normativo para el uso del Misal de 1962, pero que no contenía prescripciones detalladas sino que apelaba, en modo más general, a la generosidad de los Obispos respecto a las ‘justas aspiraciones’ de aquellos fieles que pedían este uso del Rito romano”.

10. ¿Facilitar el uso del Misal de 1962 puede llevar a la división de las comunidades parroquiales?

No: “El uso del Misal antiguo presupone un cierto nivel de formación litúrgica y un acceso a la lengua latina; tanto uno como otro no se encuentran tan a menudo. Ya con estos presupuestos concretos se ve claramente que el nuevo Misal permanecerá, ciertamente, la Forma ordinaria del Rito Romano, no sólo por la normativa jurídica sino por la situación real en que se encuentran las comunidades de fieles”.

11. ¿Pueden enriquecerse mutuamente las dos formas del uso del Rito Romano?

Sí: “las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios. La Comisión ‘Ecclesia Dei’, en contacto con los diversos entes locales dedicados al ‘usus antiquior’, estudiará las posibilidades prácticas. En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo. La garantía más segura para que el Misal de Pablo VI pueda unir a las comunidades parroquiales y sea amado por ellas consiste en celebrar con gran reverencia de acuerdo con las prescripciones; esto hace visible la riqueza espiritual y la profundidad teológica de este Misal”.

12. ¿Busca el “Motu Proprio” la unidad o la división?

Busca la unidad: “Mirando al pasado, a las divisiones que a lo largo de los siglos han desgarrado el Cuerpo de Cristo, se tiene continuamente la impresión de que en momentos críticos en los que la división estaba naciendo, no se ha hecho lo suficiente por parte de los responsables de la Iglesia para conservar o conquistar la reconciliación y la unidad; se tiene la impresión de que las omisiones de la Iglesia han tenido su parte de culpa en el hecho de que estas divisiones hayan podido consolidarse. Esta mirada al pasado nos impone hoy una obligación: hacer todos los esfuerzos para que a todos aquellos que tienen verdaderamente el deseo de la unidad se les haga posible permanecer en esta unidad o reencontrarla de nuevo”.

13. ¿Hay ruptura entre un Misal y otro?

No: “No hay ninguna contradicción entre una y otra edición del ‘Missale Romanum’. En la historia de la Liturgia hay crecimiento y progreso pero ninguna ruptura. Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto. Obviamente para vivir la plena comunión tampoco los sacerdotes de las Comunidades que siguen el uso antiguo pueden, en principio, excluir la celebración según los libros nuevos. En efecto, no sería coherente con el reconocimiento del valor y de la santidad del nuevo rito la exclusión total del mismo”.

14. ¿Quiere el Papa restringir la autoridad de los Obispos en materia litúrgica?

No: “Por tanto, no se quita nada a la autoridad del Obispo cuyo papel será siempre el de vigilar para que todo se desarrolle con paz y serenidad. Si surgiera algún problema que el párroco no pueda resolver, el Ordinario local podrá siempre intervenir, pero en total armonía con cuanto establecido por las nuevas normas del ‘Motu Proprio’ ”.

Se me ha ocurrido este post leyendo el excelente artículo del P. Iraburu. Me gustaría que los seguidores de Mons. Lefebvre se reintegrasen plenamente a la comunión católica. Sinceramente, soy muy escéptico al respecto. Dudo mucho de que sean capaces de retractarse de algo. Seguirán pensando que la equivocada es la Iglesia en su conjunto y que sólo ellos están en la verdad. Pero aun así hay que estar con el Papa y apoyar la paciencia del Papa. Si no se llega a la plena unidad, a la unidad visible y sin reservas, no será por intransigencia del Papa.

Guillermo Juan Morado.