El cardenal Ouellet y el escritor Claudio Magris bautizan el libro en Roma

Pasión, muerte y resurrección de Jesús, según Benedicto XVI

Prefecto de Obispos: "Es más que un libro, es un testimonio conmovedor y liberador"

Redacción, 10 de marzo de 2011 a las 19:12

 

El cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, y el escritor Claudio Magris, presentaron hoy en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el segundo volumen de Benedicto XVI sobre Jesús de Nazaret. "Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección".

El Prefecto para la Congregación de los obispos, el cardenal Marc Ouellet, ha subrayado que en su nuevo libro, el Papa muestra a Jesús como una "figura familiar que se revela cercana en su humanidad y en su divinidad".

El cardenal ha recordado el capítulo en el que Benedicto XVI analiza la Resurrección y ha añadido que "no existen pruebas, porque no hubo testigos" directos del momento de la resurrección pero que "aún asi es un signo, una huella que dejó en la historia, un evento trascendente".

El Papa asegura en el libro que Jesús "no es un fantasma" sino "una persona viva" y sostiene que "sólo un suceso real de una calidad completamente nueva era capaz de hacer posible el anuncio apostólico, que es inexplicable con experiencias interiores místicas o especulaciones".

Esta obra, según ha explicado el cardenal, "es más que un libro, es un testimonio conmovedor y liberador" del mismo Pontífice sobre su "reflexión sobre Jesús". Además, el cardenal Ouellet ha sostenido que Benedicto XVI se dedica también "a su ministerio específico que es confirmar a sus hermanos en la fe" lo cual "impacta en gran medida".

Ser cristianos, según afirma el Pontífice en el último capítulo, significa "esencialmente la fe en el Resucitado, por lo que el papel particular de Pedro es la confirmación del deber confiado de ser la roca sobre la cual está constituida la Iglesia" mientras que "el encuentro con el Señor resucitado es misión y da a la Iglesia primitiva su forma".

Para la Iglesia, tal y como ha explicado el Prefecto del dicasterio vaticano, "la autoridad y profundidad cientifica" del Papa "en estas cuestiones seran de gran ayuda para confirmar la fe de muchos" y ayudará a los sacerdotes "a predicar el Evangelio", así como "estimulará el amor a la Sagrada Escritura".

El volumen se editó en siete idiomas: alemán, italiano, inglés, español, francés, portugués y polaco y tiene nueve capítulos y un epílogo.

En una entrevista al periódico L'Osservatore Romano, don Giuseppe Costa, director de la Librería Editora Vaticana, que tiene los derechos de autor de las obras del Papa, explica que inicialmente hay siete ediciones del libro, con un total de 1.200.000 ejemplares y se firmaron contratos con 22 editoriales de todo el mundo. Además, está disponible en la edición electrónica e-book.

Hablando de la historia de la edición de este volumen, don Costa recuerda que hace casi un año y medio, monseñor Georg Gänswein, secretario personal de Benedicto XVI, le entregó el texto, la última parte escrita a lápiz "con su caligrafía diminuta inconfundible", y después se pasó todo a la computadora.

Por lo que respecta a las traducciones, afirma que "en particular, en italiano, no fue fácil, porque en las últimas décadas los libros de Joseph Ratzinger fueron traducidos por diferentes manos: el desafío era encontrar una cierta uniformidad en el lenguaje. También era necesario evitar el riesgo de que la traducción en los diferentes idiomas no conservara o incluso traicionara el pensamiento del autor".

"No todos los editores del primer volumen -explica don Costa- participaron en la impresión del segundo. La elección se hizo sobre la base de varios criterios. Por una parte, la seriedad editorial y organizativa, y por supuesto también, la fiabilidad: hemos apostado por editores capaces de promover no sólo el libro, sino también su contenido".

En el prefacio de este volumen, el Papa recuerda que su deseo de escribir una parte dedicada a los Evangelios de la infancia de Jesús "no podía entrar directamente en la intención esencial de esta obra: comprender la figura de Jesús, su palabra y su actuar. Sin embargo -asegura- quiero tratar de ser fiel a mi promesa y presentar un pequeño libro sobre este tema, si todavía me quedan fuerzas para ello".

Las claves del libro

Benedicto XVI afirma que la Resurrección de Jesús es un hecho históricamente creíble y que los judíos no fueron los culpables de su condena a muerte, en la segunda parte de su libro "Jesús de Nazaret" que ha salido hoy a la venta.

El papa teólogo asegura que Jesús resucitado no es alguien que haya regresado a la vida biológica normal y después según las leyes de la biología deba morir de nuevo. Si la resurrección no hubiera sido mas "que el milagro de un muerto revivido no tendría para nosotros en ultima instancia interés alguno, no tendría mas importancia que la reanimación por la pericia de los médicos de alguien clínicamente muerto". "La resurrección de Cristo es un acontecimiento universal", dice el papa que añade que si hubiese sido inventada se hubiera insistido "en la plena corporeidad, en la posibilidad de reconocerlo inmediatamente", cuando Jesús "no ha retornado a la existencia empírica, sometida a la ley de la muerte".

En el libro, de 396 páginas y editado en siete idiomas, Benedicto XVI narra la semana de pasión de Cristo y va desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección. Exonera a los judíos de ser los culpables de que Jesús fuera condenado a muerte y señala que, cuando en el Evangelio de Mateo se habla de que "todo el pueblo" pidió la crucifixión de Cristo, "no se expresa un hecho histórico".

"¿Cómo habría podido todo el pueblo (judío) estar presente en ese momento para pedir la muerte de Jesús?", se pregunta el papa, quien reconoce que esa errónea interpretación ha tenido "fatales" consecuencias, en referencia a las continuas acusaciones de deicidio a los judíos durante siglos, que propició su persecución. El papa precisa que la "realidad" histórica aparece más correcta en los evangelios de Juan y Marcos.
Jesús no fue un «revolucionario político»

"Según Juan, fueron simplemente los judíos, pero esa expresión no indica para nada que se tratase del pueblo de Israel como tal y menos que tuviera un carácter racista", escribe. "Juan era israelita, como Jesús y todos los suyos. En Juan esa expresión tiene un significado preciso y rigurosamente limitado, se refiere a la aristocracia del templo (de Jerusalén)", explica el papa Ratzinger.

Señala que Jesús no fue un "revolucionario político" y que su mensaje y su comportamiento no constituyeron un peligro para el dominio romano. Sobre la Última Cena, Benedicto XVI afirma que no fue una cena pascual según el ritual judío y que Cristo fue crucificado no el día de la fiesta judía, sino en la vigilia.

Respecto a la figura de Judas, Benedicto XVI escribe que Satanás entró en él y no logró liberarse y explica que, además de la traición, su segunda tragedia fue no lograr creer en el perdón. "Su arrepentimiento se vuelve desesperación. Sólo se ve a sí mismo y sus tinieblas, no ve más la luz de Jesús. Su arrepentimiento es destructivo, no verdadero", afirma el papa. En el libro también se refiere al Reino de Dios y asegura que sólo la verdad puede llevar a la liberación del ser humano y que las grandes dictaduras únicamente viven gracias a la mentira ideológica. (RD/Agencias)