"La Conferencia Episcopal no es una instancia de poder"

Julián Barrio: "El cardenal Rouco está ofreciendo lo mejor de sí mismo al servicio de la Iglesia"

Asegura que "no hay relación causa-efecto" entre su elección para el Ejecutivo y un eventual birrete

Redacción, 11 de marzo de 2011 a las 09:19

 

Monseñor Julián Barrio (Manganeses de la Polvorosa, Zamora, 1946) es, desde el pasado 1 de marzo, el tercer miembro de la ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española que procede de la Archidiócesis de Santiago, junto con el presidente, el cardenal Rouco, y el vicepresidente, monseñor Blázquez, que también fue obispo auxiliar en Compostela. Para el prelado, al que muchos ven como un firme candidato al cardenalato, formar parte de esta cúpula de la Iglesia supone estar al servicio de la institución, y no un estamento de poder. Lo entrevista Luis González Santiago en El Correo Gallego.

¿Qué supondrá para usted la entrada en la ejecutiva de la Conferencia Episcopal? ¿Podrá atender todas sus responsabilidades aun sin contar con obispo auxiliar? ¿Le obligará a viajar con frecuencia a Madrid?

Supondrá el responder a la misión pastoral que los Sres. Obispos me han encomendado en este organismo de la Conferencia Episcopal. Creo que con la ayuda de Dios este compromiso no me impedirá seguir atendiendo lógicamente a las responsabilidades que tengo en la Diócesis, aunque el ser miembro de este organismo lleve consigo el ir una vez al mes a Madrid.

Su entrada en la CEE se interpreta como un aldabonazo a la Iglesia gallega, que ahora pasa a tener un peso importante en la "plana mayor" de los obispos. ¿Qué puede aportar Santiago y Galicia en la CEE? ¿Tiene algún plan a seguir?

Para entender adecuadamente esta elección que nos ocupa, hay que dejar claro que estas instancias en la Iglesia son de servicio y no de poder. La proyección de la Iglesia en Galicia se la dan sus obispos, sus sacerdotes, sus miembros de la vida consagrada y sus laicos que, como bautizados en Cristo, tratan de responder a las exigencias de la vocación a la que han sido llamados. Ni antes de esta circunstancia de mi presencia en el Comité Ejecutivo la Iglesia en Galicia tenía menos proyección en la sociedad, ni ahora, por esto exclusivamente, va a tener más. Podemos seguir ofreciendo la experiencia de una religiosidad viva, muy presente en nuestras parroquias gallegas. Así lo hemos podido comprobar también a lo largo del Año Santo. En todo caso, la aportación que los miembros de la Iglesia en Galicia estamos llamados a dar es tratar de que la vida pastoral que nos preocupa, prepare para la vida cristiana a través del sentido de la fe.

¿Interpreta que la directiva de la CEE es un paso más hacia el cardenalato?

No lo considero así. No hay relación de causa y efecto.

El cardenal Rouco fue arzobispo de Santiago y usted trabajó a su lado durante un período corto pero intenso. ¿Qué destaca de él y cómo son sus relaciones con el presidente de CEE?

El cardenal Rouco es una persona muy preparada, conoce el momento actual de la Iglesia y de la sociedad en la que nos encontramos, y está ofreciendo lo mejor de sí mismo al servicio de la Iglesia. Mis relaciones con el presidente de la Conferencia son las de colaboración en lo que de mí depende, como las de los que formamos el Colegio Episcopal en España, tratando de fortalecer la comunión eclesial y favoreciendo la coordinación pastoral para promover el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres, sobre todo mediante formas y modos de apostolado, teniendo en cuenta las peculiares circunstancias de tiempo y de lugar.